- Youngjae, sube al auto se hace tarde. - dijo mi madre ya adentro del automóvil.
Estaba arreglando mí maleta. Nos iríamos de viaje a ver a mis abuelos. Estoy bastante emocionado porque hace mucho no los veo. Sentí la voz un poco fuerte de mi madre y salí enseguida con la maleta. - Madre, ya voy, me tardé haciendo la maleta. - hice un inevitable puchero. No me gusta que mis padres me regañen. Luego entré al auto y los miré. - No me regañen, no lo hice a propósito.
Mi madre rió bajo por eso. - No bebé, no te preocupes. - se dio la vuela y me acarició lentamente mi cabeza. - Acomoda la maleta y te pones el cinturón, cariño. - me sonrío y se acomodó en su lugar.
- ¿Hijo estás cómodo con la maleta ahí? Si quieres puedo ponerla en la parte trasera del auto. - dijo mi padre con una voz demasiado amable.
Negué con la cabeza e hice una pequeña sonrisa. - No papá, estoy bien así, ya estoy listo. - en eso me pongo el cinturón y asiento con la cabeza levemente para decir que ya era hora de partir.
Mi padre ya estaba conduciendo. El paisaje era hermoso, cualquiera se podría distraer viéndolo así como yo ahora mismo.
Ya habían pasado casi treinta minutos, todo estaba tranquilo hasta que vimos un camión que conducía a toda velocidad. Se estaba acercando a nosotros. Por lo que me alteré. - ¡PADRE CUIDADO! - grité con desesperación.
Mis padres al igual que yo gritamos. Pero por la velocidad en la que iba el camión, a mi padre no le dio tiempo de frenar.
El camión nos chocó haciendo que nos volcáramos. Se me formó toda mi vista nublada formándose todo completamente negro. Desperté en el hospital. Estaba vendado. La enfermera al ver que desperté se dirigió a mí enseguida. - Pequeño.. ¿Cómo te sientes? - dijo con una voz notoriamente desanimada.
Recordé lo sucedido a lo que inevitablemente me invadió la desesperación. ¿Y Mis padre? - Enfermera mis padres ¿Donde están? Los quiero ver. - dije ya bastante nervioso.
- Espere joven Choi, la policía va a entrar a explicar todo. - se paró de donde estaba y se dirigió a la puerta a llamarlos para que entraran.
¿Que es lo que realmente pasa? ¿Que me tienen que explicar? Cada vez entiendo menos.
Entraron dos policías. - Joven Choi, hay algo que debemos decirle. - los interrumpí enseguida y con enfado.
- Quiero a mis papás ¿Que les paso? ¿Están bien, VERDAD?. - empezaron a salirme lágrimas. A lo que los policías se me acercaron abrazarme.
- Pequeño, lo siento. Ellos no sobrevivieron. El golpe fue más fuerte... - me abrazaron al instante.
- ¡MIS PADRES NO, NO..! - Empecé a gritar con desesperación.
Realmente mi corazón no podría aguantar con tanto.
[💀]
- ¡NO Papás! - Desperté sobresaltado y con lágrimas en mis mejillas. No puede ser, ese sueño nuevamente...
No se que hacer. Los extraño demasiado. Empecé a ver todo nublado, deje caer las lágrimas dolorosamente. Apreté mi almohada por la desesperación que empezaba a invadir mi cuerpo. A lo que me paré de la cama y vi el cuadro de mis padres que estaban a un costado encima de una mesita pequeña... - Hoy se cumplen dos años desde ese maldito día. - limpié las lágrimas que invadían mi mejilla, para después salir de la habitación y dirigirme finalmente al baño.
Entré a pasos lentos y simplemente me dejo caer al piso. Agarro no tan decidido mi navaja que estaba en el lava manos, era alcanzable para mi, lentamente empiezo a pasarla por mi piel notando como de apoco las marcas eran notorias por la sangre que iba saliendo. Las lágrimas se hacían presente nuevamente. Pero al fin y al cabo todo esto inevitable para mi. Realmente me siento horrible, todo me afecta y pensar todo me destruía cada segundo que pasaba. Y sobre todo el no poder estar con mis padres se me rompe más el jodido corazón y sin evitarlo, comienzo a desesperar al punto de perder el control y cuando me refiero a eso, es cuando empiezo a dañarme a mi mismo... Pero lo único que me sirve de anestesia es hacer esto y hace que me logre calmar es cortarme. Es lo que me calma temporalmente la parte emocional.
Me metí a la bañera y con sumo cuidado empecé a recorrer mi cuerpo.
Al finalizar seque mi cuerpo lenta y delicadamente. Aunque después me di cuenta que se me había olvidado traer ropa. Me seque un poco y puse la toalla en mí cintura. Finalmente salí para dirigirme a la habitación para colocarme la ropa.
Me puse una remera negra, unas vendas para ocultar mis cortes. También me puse unos pantalones ajustados y unas zapatillas negras.
Luego de alistarme salí de mí cuarto, se me hacía tarde. No tenía tiempo para desayunar. Pero honestamente estoy un poco cansado, ya que cuando consumo algo después vómito. Sé que está mal, pero no es fácil tampoco llegar y hacerlo, pero no puedo evitarlo...
Salí de mí casa para irme al colegio.
Tardé 15 minutos en llegar, mí corazón empezó a latir fuerte. Los motivos eran obvios, por lo que iba arrastrando mis piernas por el miedo.
Veo la entrada y empiezo a caminar a pasos lentos, estaba demasiado nervioso - Ten calma, Youngjae... - dije en susurró para mí mismo.
Estaba por los pasillos, llegando a mí salón. Entré con un poco más de tranquilidad al ver el profesor todavía no llegaba, me senté para después dejar mis cosas en orden.
Saqué mí celular y mis audífonos para pasar el poco tiempo que quedaba antes que llegara el profesor.
Sentí un fuerte golpe en mí cabeza - Ah.. ¿Que fue eso?- dije sorprendido, es que fue ¡REPENTINO! Por un momento se me había olvidado por completo...
- Hola huérfano, ¿Te habías olvidado de nosotros, hijo de puta? - dijo Jeon... Dio una pequeña sonrisa para luego empezar a jalar mí cabello, agarrando mi cabeza para estrellarme contra el pupitre.
Lo miré con desprecio mientras él me seguía estrellando contra la mesa, ¿Porque siempre me hacen esto?...
Llegó el profesor, gracias a eso, él estúpido de Jeon se dejó y fue a su puesto asignado.
- Levantense para saludar - dijo él profesor paseándose hasta que llegó a mí lado y se paró a observarme - Señor Choi, vaya al baño. Su nariz no para de sangrar - se mete la mano al bolsillo y me da un pedazo de papel para que no siga cayendo sangre.
¡Rayos! No me había fijado que estaba sangrando.
Salí del salón y me dirigí al bañó sin apuros, mis ojos comenzaron a cristalizarse. Vamos se fuerte... Esto no es nada, vamos - ¡Auch! - había chocado con alguien.
- ¿Estás bien? Ten más cuidado donde vas, pequeño. - me extendió su mano amablemente.
Sí, había caído. Soy demasiado frágil en ese aspecto. Extendí mí mano y acepte su ayuda. El asombro y pánico se apoderó de mí al ver que estaba llena de sangré y sin querer manche la mano del otro chico.
- Yo.. Lo siento.. No fue mí intensión... - me levanté enseguida y entré al baño, a lavarme las manos enseguida. No me había dado cuenta que la sangre corría y corría de manera tan brusca. Lavé mi cara y todavía no paraba, estuve ahí, hasta que se me estancó la sangre. Pero entró el mismo chico que había chocado, eso me colocó demasiado incómodo y nervioso por pensar que podría llegar a golpearme, ya que de seguro le dio asco que yo lo haya manchado.
Él empezó a lavarse sus manos, para después secarlas. En ese entonces, el chico se me queda mirando sin ninguna expresión en su rostro, hasta que se me acercó haciendo que nos quedáramos demasiado cerca. Sentía su respiración chocar con la mía. Era bastante... Extraño.
- ¿Seguro que no pasa nada? Con esa cara de niñito asustado yo no diría lo mismo. - dijo con una voz sería y una cara sin expresión. Realmente llega a dar miedo por su seriedad.
Seguíamos de la misma manera a lo que noté como me fulminaba con su mirada, eso provocaba más nerviosismo.
- Yo.. Yo.. Nada... Lo siento por mancharte con sangre. - estaba completamente nervioso a lo que decidí en que mejor tenía que salir de allí. Pero me detuvo impidiendo a que hiciera algún otro movimiento.