Al Estilo Emma© #1

By shipsinthesky

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Venir al mundo por error, tener trastorno de pánico y poseer un coeficiente intelectual brillante, eran cosas... More

SINOPSIS
AL ESTILO EMMA
TRÁILER
Rara
Vivian y el cliché de dios griego
Atención masculina
Coincidir
Alma gemela
La manada
Un raro hipoglucémico
Virgen protege a virgen
Mala suerte
Los amantes
Brandon, el hombre mono
El residuo de McClain
Dos tipos de amor
Una simple clase
Una noche de película
Secreto
En Venice Beach
El desaparecido
Los celos
Educación sexual
Milagro de noche de brujas
El corazón más noble
Desnudando el alma
La soltería
Un domingo
Soy Colin Oschner
Hipótesis
El planeta sigue girando
Mientras el universo siguiera expandiéndose
Con Colin de manera oficial
Tiempo de una nueva historia
Libro #2: El Novio De Emma
una propuesta de 4 de marzo

Asamblea

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By shipsinthesky

Según la Real Academia Española, la asamblea es una reunión de los miembros de una colectividad para discutir cuestiones de interés común y, en su caso, adoptar decisiones. Según el Macho Alfa de la Manada, la asamblea era una reunión de los miembros de la manada para discutir cuestiones de interés común y, en su caso, darse puñetazos por malos entendidos.

Alan tenía su lugar en la parte de arriba de la litera; Colin estaba tumbado en un puf azul mientras revisaba su teléfono; y Jordan ocupaba una silla giratoria negra. De pronto, Eugene entró al cuarto vestido con una capa de Batman y captó la atención de los tres. Colin y Jordan pensaron que se veía ridículo cuando hacía eso; en cambio, Alan le aplaudió. Eugene se despojó de la capa con fuerza y cogió el pizarrón con un pincel negro, escribió algo y lo colocó en el trípode con un aire autoritario.

PRIMERA ASAMBLEA DEL SEMESTRE.

Apuntó el pizarrón con el pincel.

—Tengo clase en diez minutos —informó Jordan—. No tengo tiempo para verte hacer el ridículo frente a nosotros, Eugene. Nos pediste que estuviéramos aquí a las tres y cuarenta, pasaron veinte minutos ya.

—Es que la de la tienda de disfraces quería venderme una capa de Robin.

—Y tú, claramente, no eres ningún Robin. —Colin se metió, aunque sin darle mucha importancia, puesto que seguía mirando su celular. Tenía el ceño fruncido, pero no estaba enfadado, esa era su expresión natural la mayor parte del tiempo.

—Y tú eres un ser irrespetuoso. —Eugene le sacó el teléfono de la mano y lo guardó en el bolsillo de su pantalón de mezclilla. Ahora el ceño fruncido de Colin tenía una razón para existir, se enojó tanto por eso—. No puedo tolerar que andes revisando los tuits de tu ex, la idiota, mientras andamos en algo importante por aquí, en el mundo real.

—No estaba revisando los tuits de Becca, le estaba respondiendo a Emma.

—Emma, Emma, Emma...

—Emma —concluyó Alan, para hacer énfasis. Eugene lo apuntó con el pincel, dándole las gracias por eso—. Un momento. ¿Por qué Emma no está aquí?, ¿en nuestra primera asamblea del semestre?, ¿hablaremos sobre porqué robé el jarabe de chocolate de Jordan? Porque en ese caso, esa mujer me puso entre la espada y la pared, le gusta que le pongan jarabe... ahí. No pude negarme, chicos.

Los tres lo miraron con repulsión.

—No te preocupes por devolverme el jarabe porque creo que no podré comerlo en mucho tiempo —respondió Jordan.

—¿Hola? —Alan se ofendió bastante—. Hay gente que come la caca de su pareja para excitarse. Yo solo comí una vagina bañada en chocolate. ¿Por qué tienen que juzgarme de esa manera?  ¿Qué clase de hombres son si no satisfacen el fetiche de sus mujeres?

—Creo que quiero vomitar. —Eugene tocó su frente con el pincel, luego golpeó el pizarrón para obtener la atención de quienes estaban discutiendo. Lo miraron—. No discutiremos porqué le robaste una botella de Hershey's a Jordan, Alan. Alguien aquí rompió las reglas.

—Discúlpenme. No quise robarle esos veinte dólares a Colin, pero no tenía suficiente dinero para mi cita, iba a devolvérselo mañana. Lo juro —confesó Alan. Eugene golpeó su propia frente y Colin le lanzó una bola de béisbol a Alan, no era la primera vez que «tomaba prestado» su dinero, lo hacía con frecuencia.

—¡Jodida mierda! ¡No tiene que ver contigo, Alan! —Eugene perdió los estribos, tan fácil, especialmente porque Jordan no se veía aludido—. Ni con el jarabe ni con el dinero que le robas a Colin ni con lo que sea que escondes más. Tiene que ver con las últimas dos reglas añadidas cuando iniciamos el semestre. Emma está prohibida, ¡prohibida! Alguien fue muy estúpido al pensar que el resto no nos enteraríamos.

—¿Fue Colin? —inquirió Alan.

Colin bufó. ¿En serio fue él lo primero que se le ocurrió?

Eugene giró a ver a Jordan, —Dime porqué demonios pensaste que podías acostarte con Emma, sin que nosotros nos enteráramos. Dime porqué demonios elegiste a Emma y no a cualquier otra de primer año, hay cientos de mujeres no experimentadas en todo el largo y ancho del campus. Respóndenos, Jackson.

La mandíbula de Jordan se tensó y se puso de pie, completamente cabreado, le quitó el pincel a Eugene. No era el más alto entre los cuatro, pero sí era el que tenía mayor masa muscular trabajada y siempre sacaba provecho de eso al tratar de implantar respeto, pero Eugene no le tenía miedo, nunca le tuvo.

—Son unos hipócritas. La única razón por la que Emma está prohibida es porque también quieren estrenarla. Me quiero coger a Emma, ¿y qué? —Jordan confesó y Colin se levantó de inmediato para golpearlo, pero Alan saltó desde la cama de arriba para detenerlo—. Colin, tú eres el más hipócrita de todos, no has hecho más que seducirla indirectamente con tus palabras de santo, también quieres acostarte con ella, lástima que tengas serios problemas de disfunción eréctil. Nos conocemos lo suficiente para saber que tu castidad no tiene que ver con tus estúpidas convicciones de autocontrol o moderación. Tienes un grave problema, amigo, admítelo.

—¡Basta! —gritó Eugene—. No metas a Colin ni a sus problemas en esto. Regla de la manada, jamás burlarte de los problemas de los demás. Eres un idiota, Jordan. Quedas fuera de la manada hasta nuevo aviso, no te nos acerques a menos que vengas con una buena disculpa, una especialmente para Colin.

Pero eso enfureció todavía más a Jordan.

—No puedo creerlo. Son una mierda de amigos al poner a un par de tetas antes que a su supuesto mejor amigo. Espero que sean conscientes de que, si uno de los cuatro no está con Emma, Brandon lo estará, y eso será mucho peor. Pueden irse a la mierda, ustedes, y su lógica absurda —caminó en dirección a la puerta, pero giró a verlos antes de cruzarla—. Y Colin, jamás lograrías complacer a una mujer, ni con veinte manuales de sexo ni con todo tu conocimiento, eres un maldito inútil.

Jordan se fue y la habitación quedó en completo silencio.

—Cole —habló Eugene, segundos después—, él está jugando con tu mente, conoce tu punto débil. —No lo dejó terminar, Colin le sacó el celular del pantalón y salió del cuarto inmediatamente. Eugene miró al último que le quedaba presente—. Jordan se pasó... se pasó —suspiró.

Alan asintió totalmente de acuerdo.

Colin corrió hasta el dormitorio doscientos veintidós del edificio «C» y no encontró más que a una pelirroja, pintándose las uñas en fosforescente, no había rastros de ella, por lo que continuó su búsqueda fuera del edificio, desesperado por verla, chocó contra unas muchachas por distraído, entonces, la encontró, bajando las escaleras de un pabellón de salones, corrió desesperado hasta Emma y la agarró de la cara.

—Por favor, no salgas con Brandon, te lo suplico. —Estaba agitado, incluso sudoroso, se le notaba en la mirada lo agobiado y atormentado que se sentía, tenía unos ojos lagrimosos, estaba totalmente desesperado por convencerla. No quería que Brandon la «estrenara» como a un objeto recién comprado.

A Emma le comió la lengua el ratón, lo miró con unos ojos saltones, no entendía lo que estaba pasando, la situación la tomó completamente desprevenida. Lo agarró de las muñecas para que le soltara la cara porque él estaba utilizando una fuerza mínima, por supuesto que no con malas intenciones, realmente no estaba siendo consciente de cómo estaba actuando; fue como si algo lo hubiese poseído, la ansiedad.

Ella, con la mano temblorosa, se atrevió a acariciarle el cabello a un lado y respiró por la boca, no entendía a qué venía todo eso, solo deseaba que él dejara de sentirse así, —¿Qué sucede? ¿Pillaste a Brandon con otra?

Colin se apartó, —¿Qué no ves que hasta tú misma eres consciente de lo idiota que es?

—Ya no discutiré ese tema contigo, en serio no.

Colin se tomó de la cabeza. Admitió en su adentro que estaba sonando demasiado pesado con el tema de Brandon, demasiado repetitivo, y descubrió, tiempo atrás, que Emma era necia por defecto, tenía que encontrar otra manera de quitarle la estúpida idea de que Brandon sería capaz de cambiar por ella porque los manipuladores maliciosos, ladrones de virginidad, y con probable trastorno oposicionista desafiante, no cambian cuando encuentran el amor, no, ese era un cuento inventado por novelistas y guionistas de obras para adolescentes y éste era el mundo real. Brandon jamás la miraría con ojos de amor, era un chico follador concentrado en corromper almas puras como la de Emma.

Él frotó sus ojos usando sus puños. Todavía se percibía alterado, muy estresado y nervioso.

—¿Te encuentras bien? —susurró ella.

—¡Sí, maldita sea!

Emma enarcó una ceja y dio un paso atrás.

Colin reaccionó, —Perdón. Dios mío, Emma, perdón. Y-y-ya hablamos con Jordan, no te molestará más a menos que quiera verse con la furia de Eugene. Eugene parecerá un tonto, lo es, pero es uno muy cruel cuando alguien lo hace enojar. Discúlpame, ¿sí? Vamos, no tengo clase hasta las cinco, comamos algo. No tengo hambre, pero puedo comprarte una dona... ¡o lo que quieras! Puedo comprarte lo que quieras.

Emma tragó saliva, —Está bien.

Lo aceptó porque pensó que él realmente necesitaba compañía; no le ofendió que le gritara porque lo entendía demasiado y ya lo conocía, sabía que algo lo estaba atormentado muy fuertemente, lo reconfirmó mientras caminaban porque lo vio mordiéndose la uña de uno de sus pulgares, todo ansioso.

Su relación con Brandon no podía ser motivo para que actuara de esa manera, Emma no lo creía, debía haber un motivo realmente importante, quizá familiar, o con respecto a la universidad, que era como lo más importante para él. Sentía mucha lástima porque se notaba que Colin realmente cogía sus emociones con fuerzas, las agarraba con vigor, pero una que otra siempre terminaba escapando de sus manos. La pasaba mal, y se atrevía a decir que quizá la pasaba peor que ella, porque él se encontraba bajo tantas presiones; desde la universidad, mantener su perfecto promedio académico desde preescolar, toda la exigencia de su padre, hasta el simple hecho de ser hombre; los muchachos como él realmente sufrían frente a los estereotipos masculinos porque no era fuerte ni tenía muchas mujeres, tampoco quería, prefería beber una cerveza mientras leía un libro en su cama antes que hacerlo en medio de una fiesta, tenía veintidós años y acababa de perder su castidad; eso no era normal, era motivo de burlas para los obedecían ese estúpido estereotipo masculino.

Se dirigieron a una cafetería, donde Emma pidió una dona y un submarino de chocolate para beber; en cambio, Colin ordenó un té helado con cítricos y nada para comer. Ese día, ella vestía un pantalón de mezclilla, por lo que se dio la libertad de levantar sus piernas sobre el asiento y abrazó una de ellas mientras leía las anotaciones que hizo en una libreta porque no llevó su computadora a la clase. Colin se encontraba mirándola en silencio, no pudo evitar verle los pechos, recordando todas las suciedades que habló Jordan. «Me quiero coger a Emma y a su pequeña vagina cerrada», quería arrancarse esa mierda de la cabeza, intentó agarrar su té helado, pero lo echó torpemente sobre la mesa, mojando los apuntes.

—Emma, oh, no, Emma —levantó la libreta de la mesa y llamó a un mesero para que secara todo ese desastre que armó, la mano simplemente echó el vaso, como a propósito, porque pensó antes de hacerlo, pensó «cuidado con el vaso», pero de todas formas lo echó y arruinó la hermosa caligrafía en tinta azul.

—Cole, descuida.

—No hice nada con esa morena.

Emma parpadeó dos veces, —¿De qué hablas?

—Te hice creer que lo hice, pero no fue así. Estaba enojado, enojado contigo porque saliste con Brandon a pesar de todo, no sé, quería demostrarte que no eres la única que puede romper sus propias reglas, quería demostrarte que si tú, tímida e insegura, te atreviste a salir con un muchacho; yo, loco de ansiedad, podía acostarme exitosamente con una mujer, pero eso no fue lo que pasó.

—N-n-no tienes que explicarme nada.

—Tengo miedo de arruinarlo porque sé que lo haré.

Y aquí vamos. ¿Cómo no iba a colapsar mentalmente cuando tenía la boba creencia de que todo debía hacerlo espectacular? Desde los estudios hasta el sexo. Eso tenía mayor sentido para Emma, que actuara de esa manera porque era un casto de veintidós años presionado, no lo juzgaba para nada.

Emma pasó al sofá donde Colin se encontraba, flexionó sus piernas sobre el asiento, y le acarició el cabello, hundió sus dedos en esa suave melena rubia, demasiado suave en realidad, y lo miró a la cara, a pesar de que él haya evitado hacer contacto visual porque claramente estaba avergonzado y ¿cómo no?

—Yo creo que eres encantador y que no existe mujer en esta universidad, o en el mundo, que no le gustaría salir contigo. Todos tenemos defectos. Me creo capaz de entender tus sentimientos porque también tengo miedo de arruinar todo lo que toco, pero tú eres tan inteligente, ¿puedes dimensionar por un momento que te admitieron en dos pre-grados diferentes?, ¿que uno de ellos lo cursaste, al menos por un tiempo, en una universidad de las que muchos solo pueden soñar? Y no me cabe duda que te admitirán en la escuela de medicina cuando llegue tu momento. Es que no puedo creer que un chico tan increíble sea tan inseguro. 

»El sexo esa una mierda sobreestimada. Y-y-yo pienso que todo sabe diferente cuando haces el amor —susurró, enrojecida hasta la médula y él la miró—. Yo sé que puedo ser la menos indicada para hablar sobre esto, puedo hablarte sin conocimiento, pero con el corazón. Creo que, si tú amas y confías en esa persona, hasta el punto de entregarte en cuerpo y alma, y ella también lo hace, no tendrías que preocuparte por hacer las cosas perfectamente bien. Claro que tener sexo con una desconocida te pondrá más tenso que relajado porque ni siquiera borracho puedes ser como los demás, y eso es genial.

»E-estoy segura de que Rebecca te ama, aunque haga cosas que no termino de comprender, deberías relajarte y hacer el amor con la mujer de tu vida. Oh, no, no puedo creer que esté dando consejos sobre sexualidad.

»Y ¿sabes qué más? También te quiero, aunque a veces me saques de quicio, te quiero, aunque a veces digas cosas que dejan en claro lo mucho que te encanta joderme. Eres un gran amigo y no tienes idea de cuánto significa para mí que me confíes cosas. Oh, mira quién acaba de entrar a la cafetería...

Era Rebecca.

Pero Emma acababa de confesarle que también lo quería.

¿Cómo concentrarse?

—Puedes tomar mi mano —susurró Emma de forma divertida.

—Eres increíble.

Lo era, al menos para él, porque acababa de decirle exactamente lo que siempre necesitó escuchar, algo que Rebecca jamás le había dicho porque ni siquiera conocía su inseguridad sexual porque no lo escuchó en su momento. En el mundo real, uno no puede emitir juicios mirando solamente la conducta de la persona, y Rebecca había sacado todas sus conclusiones viendo cómo Colin la apartaba sutilmente cuando subía sobre él, quizá era el apetito sexual insatisfecho o simplemente nunca le interesó, pero jamás había intentado indagar profundamente sobre lo que le pasaba a su novio, hasta llegó un momento en el que simplemente lo aceptó; aceptó que nunca tendría sexo mientras saliera con el chico cristiano con padres exigentes. La castidad de Colin no tenía absolutamente nada que ver con eso, al menos no mayoritariamente, y por fin él había sido capaz de confesárselo a alguien que no fuera su terapeuta, a Emma, una rubia que terminó en su vida completamente al azar, o quizá no, quizá ella tropezó frente a él por algo más, algo impensado hasta la fecha.

Colin mordió su labio inferior y le acarició la nuca con su gran mano, Emma sintió toda su piel erizándose en ese momento, pero todo acabó cuando escuchó esa estúpida voz, la voz de su pesadilla, la voz que esperaba no volver a escuchar hasta nuevo aviso; Coral estaba parada ahí, frente a ellos, con una sonrisa animosa, que provocó un ataque de ansiedad en Emma, falsa alarma, no fue un ataque de ansiedad, sino de pánico. Emma se puso de pie inmediatamente y salió de la cafetería, con el mundo dándole vueltas, tambaleándose, con toda su vista nublada, y la respiración entrecortada; sentía morirse, literalmente. Pero necesitaba huir, huir de esa realidad, del hecho de que su prima estaba en la cafetería de su universidad.

Él recogió las pertenencias, que ella olvidó, y corrió.

La encontró sentada en la acera porque no logró seguir caminando.

—Emma, Emma, ¿qué pasa?

—¡Está teniendo un ataque de pánico! —informó Coral, quien los siguió hasta ahí, se consideraba una experta en su prima porque siempre la había visto en esas condiciones, mas nunca aprendió sobre primeros auxilios psicológicos porque las crisis mentales la sobrepasaban, tenía miedo de empeorarlas.

Emma miró a Coral en tanto respirada con sobreesfuerzo.

—Está bien. Emma, mírame, mírame, escúchame. —Colin chasqueó sus dedos frente a los ojos de ella para obtener su atención, sabía que no debía tocarla en un momento como ese—. Está bien, corazón, hablemos, hablemos —dijo cuando consiguió que lo mirara—. No te conté que esta mañana me caí, sí, me caí, porque anoche me quedé bebiendo cerveza con Eugene, entonces, desperté zombi. Unas chicas se burlaron de mí, juraría que fueron las tres idiotas que te hicieron tropezar en mis brazos —rió bajito—, pero no estoy completamente seguro. Cuando me puse de pie dije «tengo que contárselo a Emma, de seguro me llamará tonto, pero al menos la haré reír», eso fue lo que dije.

Emma rió entre lágrimas, aunque le dolía el corazón, —Eres un cerdo y un tonto también.

Colin sonrió y la abrazó, pero lo más importante fue que Emma se dejó abrazar, al menos por un par de segundos, porque todavía se sentía afligida y le apretaba el pecho porque Coral estaba en California.

—Emmita, ahora que te sientes mejor, quiero darte la gran sorpresa. —Coral mordió su labio inferior para contener su estallido de felicidad, ni siquiera cabía en su consciencia que Emma estaba en crisis por su presencia─. ¡Estudiaré aquí! ¡Contigo! Ya sé que vengo semanas atrasada, pero con mis buenas calificaciones, con ayuda de mi apellido, lo admito..., ¡logré que me aceptaran! y ahora debo ponerme a estudiar como loca —rió, demasiado entusiasmada como para contenerse. Era su sueño estudiar con su prima. Desde los trece años que imaginaba cómo sería eso; desayunar con su prima, estudiar y conocer gente con ella, salir a fiestas. Le encantaba la idea de poder pertenecer a su mismo grupo de amigos.

Emma cerró los ojos con fuerza. Supo que algo malo estaba por ocurrir desde que la vio parada frente a ellos, se tomó del cabello. ¿Compartir universidad con la insoportable e inmadura de su prima menor? Era mucho peor que compartir universidad con Charlotte, o con cualquier otra acosadora de la infancia o adolescencia, compartir universidad con Coral era todo lo malo que podía pasarle, resumido en una cosa.

—¿Por qué? —Emma se levantó, recobrando energía y enervada hasta el cabello— Maldita sea, eres increíble. Me vine hasta el otro lado del país, creyendo que así me libraría de gente como tú, pero, mierda, viniste hasta aquí a joderme los ovarios. No te acerques a mí, mierda, simplemente aléjate, Coral.

Emma recogió sus pertenencias, que Colin había dejado en el suelo cuando se agachó a contenerla, se fue de ahí sin mirar atrás, completamente furiosa, aún temblorosa, deseando llamar a su papá para decirle que su tío, el papá de Coral, fue un estúpido al pensar que ella estaría a gusto en la misma universidad, en el mismo estado y en la misma ciudad que su estúpida hija consentida.

—Disculpa. —le dijo Colin a Coral, no se atrevió a mirarla a la cara después de esa abofeteada verbal que le dio Emma, y la verdad que Coral echó lágrimas porque nunca terminó de entender porqué la trataba de esa manera, era la única estúpida que seguía insistiendo en un corazón donde no cabía—. Emma. —Colin pronunció mientras caminaba rápidamente para alcanzarla.

—Disculpa —respondió mientras seguía caminando.

Colin trotó para alcanzarla totalmente, —Jamás te disculpes por algo como eso.

—Una de las cosas que me motivó a venir a California es que estaría lejos de ella.

—Tontita, espera. —la tomó del brazo para detenerla—. Nunca me contaste porqué no soportas a Coral. Yo también tengo primos, que son hijos de los primos de mi papá, que no soporto porque todos son tan egocéntricos, realmente los evito cuando me los encuentro en situaciones sociales, pero nunca me ha dado un ataque de pánico al verlos.

—No la soporto.

—Todo tiene una razón de ser. Psicoanálisis.

—Oh, cuánto te odio —miró el cielo. Todavía tenía secuelas del momento, estaba sudando bajo su blusa y la mano derecha le temblaba ligeramente.

—No, tú me quieres, me lo confesaste hace minutos atrás.

—Coral es tonta, inmadura y cargosa.

—Sigues sin responderme.

—Y acelerada.

—Eso no es lo que quiero escuchar.

—¡Y me recuerda todo eso que yo nunca seré!

Colin abrió la boca, —S-sí..., eso era exactamente lo que no esperaba escuchar.

Emma tironeó su propio cabello con una mano.

—Todos la aman, Cole, es una estúpida, pero todos la aman —abrazó su libreta mojada y levantó la barbilla, conteniéndose para no echar lágrimas, nunca antes se había sincerado de esa manera con otra persona que no fuera Jane—. Ella está aquí porque sus padres la buscaron, yo estoy aquí porque mis padres fueron unos irresponsables. Ella y su madre tienen una relación única, mi madre y yo no sabemos convivir. Ella, ella solo me recuerda que soy un error; sus padres la amaron desde el primer momento; en cambio, mi madre me odió desde ese momento. Tiene tantos amigos y cero problemas con los chicos.

—¿Qué me dices de tu papá?

—¿Qué? ─lo miró llorando.

—Él te amó desde el primer momento, tuvo el coraje para negociar tu vida porque quería tenerte como sea. Yo sé que tú eres lo más importante que tiene en su vida, le gustan las redes sociales y Alan lo sigue, junto con otros millones de usuarios, no comparte muchas fotos contigo, pero le encanta etiquetarte en frases cursis, que los padres etiquetan a sus hijos cuando sienten que crecieron demasiado rápido. Sé que le importas, y mucho, porque trata de no llenarte de mensajes, respeta el horario en el que puedes hablar y cuando te llama se escucha completamente emocionado por saber cómo te está yendo.

»Me atrevo a decir que eres importante para tu hermano porque me has hablado maravillas de él y sé que se llevan demasiado bien. No eres un error, eres exactamente lo que debió pasar.

»Eres importante para mí. ¿Quién más me escucharía tan sinceramente como tú lo haces?

—Disculpa —repitió.

—No te compares con Coral, por favor. Y ya no la odies, tu vida es completamente distinta a la suya, pero ninguna es mejor; son sus vidas y solo tienen una. Por favor, Emma, ya no te mires como un error.

—Cole...—Ya no podía más.

—Sé que lo que te estoy pidiendo es algo demasiado grande, que arranques esa idea de raíz, es complicado, pero con el tiempo lo lograrás, pero solo si te propones comenzar a pensar diferente.

Emma secó sus lágrimas. Dios, él siempre sabía qué decirle, aunque la situación fuera completamente turbia, sabía cómo reconfortarla, cómo evitar que se sintiera mal por sus propias emociones, le hacía sentir que ponerse mal, por algo tan simple como la presencia de su prima, estaba bien, que no era ridícula ni estúpida. Él no minimizaba las emociones de ella, realmente buscaba la manera de entenderla.

—¿Dónde estuviste toda mi vida? —le preguntó.

—Exactamente, vivimos en el mismo barrio, hasta suena ridículo, pensándolo bien —rió.

Emma lo abrazó, rodeó esa cintura con sus brazos y pegó su mejilla contra el pecho de él. Colin la abrazó también, cubriéndole el cuello, y parte de la cabeza, con sus brazos porque era tan pequeña sin sus zapatillas con plataforma, entonces, miró a su alrededor y ahí se encontró con la mirada de Rebecca, una mirada enfada, pero triste, se fue prácticamente corriendo en cuanto notó que él la descubrió espiando. Colin suspiró, realmente estaba funcionado, su amistad con Emma estaba despertando, otra vez, los sentimientos de Rebecca, y era evidente que funcionaría, porque siempre fue una celosa.

—T-t-te veo luego —dijo Emma, apartándose. Recobró conciencia sobre lo pegada que estaba a Colin últimamente y ¿desde cuánto se abrazaban y se decían te quiero? —. Tengo que pasar mis apuntes, o lo que quedaron de ellos, a mi computadora. No te sientas mal —miró la libreta destruida—, tengo memoria.

—No lo dudo. Eres la diosa de la sabiduría... y de la memoria también.

—Es el mejor halago que pudiste hacerme, Colin Oschner.

Ambos sonrieron. 

¡HOLA, CORAZONES!

Ya estamos en el capítulo 14, me encantaría saber quienes de ustedes son: lectoras antiguas 💝 y lectoras nuevas 💥 Déjenme en un comentario, también pueden decirme qué les está pareciendo este mundo lleno de sube y bajas. Gracias 📣

LAS QUIERO MUCHO.

-ANI😙

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