"Los días transcurren y debo confesar que estoy perdiendo la paciencia, tu cuerpo me congela la mente y no puedo hacer nada más que quedarme en mi lugar. Observando lo que nunca será mío... Pero si debo pagar por ello, vendería mi alma al mismísimo diablo por una sola gota del veneno de tus venas"
===×===×===
Era jueves por la noche, los exámenes finales habían terminado y como todas esas oscuras veladas, movía su trasero por encima de un consolador naranja pegado a un trozo de plástico en la cama, con la cámara enfocando su cuerpo, con el lubricante goteando hasta acabar en la base del mismo juguete, moviéndose errático con los pies dando impulso a sus caderas, con la luz fría entregando brillo justo en su mejor punto. Cerraba los ojos y escuchaba el sonido de las propinas en lo alto de su ordenador; su mente se regocijaba por saber que recibiría el dinero que tanto necesitaba pero también se aproximaba esa imágen tan escandalosa; una escena sexualmente prohibida. Con los ojos rojos sobre sus cuencas verdes, la lengua peligrosa por encima de sus labios delgados, introduciéndose en su cavidad bucal, con la voz ronca llamando su cuerpo a través de palabras sucias, la piel semi tostada, húmeda por el esfuerzo y un miembro del cual sentirse muy orgulloso. Un miembro que desearía probar... Gemía de solo pensarlo, de tenerlo en mente desde ese día en el estacionamiento del supermercado, donde vio con impacto la fuerza de sus nudillos salvajes. Izuku tenía varios problemas con la presencia de Katsuki en su mente, sobretodo de esperar que estuviera ahí y se ocupará de su cuerpo con correspondencia.
Se movió más lento cuando su mente fantaseo con la vil idea, sus seguidores en la casilla de comentarios se volvieron locos, las pecas manchando su espalda y el disfrute en sus movimientos, era demasiado evidente y contiagaba a cualquiera.
Incluso a él.
Que miraba receloso su trasero hambriento, la forma en que su ano absorbía por completo aquel consolador brillante. Quería obtener más, apoderarse por completo de su cuerpo y hacerlo destilar placer por cada poro. Pero la realidad era diferente y se hallaba al otro lado de la pantalla, solo en la habitación de su departamento, manteniendo sus manos ocupadas mientras sus ojos lo veían suspirar cada palabra candente que pronunciaba enajenado. Todo iba bien hasta que un susurro incorrecto salió de sus labios secos, uno que hizo a Katsuki venirse en la pantalla de su ordenador. "Katsuki, dame más~" Fue leve pero suficiente. No podía ser una equivocación, mucho menos una coincidencia. Ese maldito nerd estaba usándolo como fantasía mientras se metía un consolador naranja en el trasero. Arrojó el ordenador lejos por la sorpresa, impotente por poseer nuevamente una erección en su miembro. La oscuridad de la habitación, el aroma a transpiración y su propia respiración irregular... Todo lo hacía sentirse miserable. Un heterosexual lo tenía en su mano, corriendo en círculos como hámster en su rueda favorita.
—¡No me jodas!—pensó en llamar a Momo para quitarse las ganas pero no conseguía nada haciéndolo, seguiría siendo el mismo idiota al final de la follada. Seguiría siendo el gay enamorado de un hetero. Resignado se sentó en el borde de su cama, imaginó la situación y no pudo contenerse. Si al menos en las fantasías podía poseerlo, tal como él lo hacía, lo haría con propiedad.
"Izuku se aproximó gateando por la alfombra de su habitación, vestía un traje de conejo negro y sabía bien que le quedaba a la perfección en sus perfectas curvas masculinas. Con sus bíceps marcados y el leve corte en V de su estómago. Katsuki perdió el aliento cuando vio los zapatos, unos tacones de plataforma. Negros y que complementaban bien sus piernas blancas. Hambriento de deseo, dejó que se acercara hasta su entrepierna. Con los ojos oscuros, deslumbrando ansiedad. Le permitió que bajara el zip de su pantalón, que tomara en su mano su polla erguida y degustara el sabor de su piel limpia. Izuku, arrodillado en el suelo, quejándose con ansias como si necesitara de la erección para sobrevivir. Cómo si fuera de vital importancia probarla. Cubrió el bulboso glande con sus labios, rosados pálidos con una leve gota de saliva cayendo por la comisura, hasta acabar en el mentón y el suelo alfombrado. Chupó con fuerza, mientras movían su cabeza para llevar un ritmo errático. Katsuki perdió la paciencia cuando la mano que no ocupaba para mantener la erección en su boca, le apretó los testículos. Sabiendo que eso podía prenderlo aún más, el pequeño camboy de sus fantasías era arriesgado y le gustaba molestar.
Tomó su cabeza y lo guío hasta el fondo, percibiendo los espasmos de su garganta alrededor de su glande. La humedad, los gemidos de placer y necesidad, la lengua bailando bajo su tronco lo tenían alucinando hasta el más mínimo detalle. Izuku bajó una de sus manos, ocupándose de su propia erección mientras Katsuki follaba con firmeza su boca. El líquido, próximo al orgasmo, se apegó en sus papilas gustativas y deseó más. Probar más del agradable sabor del semen de Katsuki, que vibraba alrededor de sus labios y al interior de su boca. Gimió con ganas cuando la calentura se apoderó de su cabeza y lo hizo olvidarse de todo. Jugando con su erección no era suficiente. Aproximó sus dedos hasta su ano, jugando con la yemas al no introducir ningún dígito pero anhelándolo. Con tanta intensidad, que cuando Katsuki lo dejó sin aliento, su polla goteo por más. Amaba la falta de aire, amaba la grandiosa erección golpeando su garganta, amaba los gemidos ahogados del hombre delante suyo y como su pecho subía y bajaba ante la impresión. Su aroma, su pelvis, sus vellos púbicos... Podría volverse loco en cualquier momento.
Apretó su boca alrededor de la base, obteniendo el aroma intoxicante del sexo. El semen llenó por completo su garganta, ahogándolo en el placer y haciendo de su entrada una desolación hambrienta de deseo. Se alejó para ver los ojos rojos de su alucinación, se sorprendió al ver la lágrimas y la fantasía acabó". Katsuki estaba llorando por estar solo en la habitación de su departamento. Podría tener a cualquier gay, pero alucinaba y soñaba con un chico que apenas conocía. Y lo único que parecía entender, era que Izuku era capaz de cualquier cosa por la salud y estabilidad económica de su madre...
Con ello, una idea afloro en su cabeza. Podría ofrecerle una cantidad sustancial de dinero, la suficiente para que no se expusiera más en internet, evidentemente todo a cambio de un solo encuentro. Una sola noche a su lado, sin nombres, sin máscaras, sin nada más que dos personas efectuando su papel de internet en físico.
Agarró su celular, vio el resto del show que Izuku realizaba desde el móvil y antes que dejara de transmitir, le envío un mensaje privado con la propuesta. "Te conozco y sé las razones de tus apariciones en internet. Sé que tu madre se encuentra enferma, también sé que necesitas el dinero para la universidad y tus necesidades personales. Yo tengo el dinero, te lo daría gustosamente pero a cambio busco una sola noche a tu lado. Sin nombres, sin preocupaciones por el qué dirán, solamente sexo homosexual y dos millones de dólares serán tuyos. Si estás interesado, comunícate conmigo. Este es mi número personal: xxxx. " Solamente esperaba que fuera lo suficientemente ambicioso para aceptar el trato.
Pasaron unos minutos, eternos para él. Hasta que recibió una respuesta por mensaje a su móvil. "Estoy interesado, cuéntame más detalles". Katsuki sonrió ante la pantalla de su celular, finalmente obtendría lo que tanto había esperado. Una noche con Izuku, y probablemente su deseo por él se esfumaria. O al menos eso esperaba obtener.
(...)
—¿¡Qué hiciste qué?!—Momo lo veía como si fuera una locura lo que le acababa de decir—. Katsuki Bakugō, eso es prostitución aquí y en el final del mundo.
Bakugō rodó los ojos.
Ambos amigos se habían encontrado en una cafetería de la ciudad, algo aislada del sector en donde vivían. Era de lujo y casi nadie en ese momento se encontraba ahí, solamente ellos y unas chicas que parecían más interesadas en el pastelero. Aunque ninguno de los dos las juzgaba, el chico de cabellos negros era atractivo con su don natural de sonreír como si fuera un sol perteneciente a un sistema solar externo a la galaxia. Momo se había sentido particularmente atraído hacia él y su sonrisa hechizante. Katsuki en cambio, tenía en mente la noche que estaba planeado en anonimato con Izuku. Quería un consejo para el encuentro pero al parecer a Momo no le gustaba mucho la idea... De hecho a él tampoco, no obstante, era su último recurso para olvidar de una vez por todas al nerd heterosexual.
—No, no lo es. Solamente es un intercambio de servicios. Servicio por dinero, como ir al supermercado por un trozo de queso—él lo observó exasperado.
—¡Esa es la definición de prostitución, idiota!
—¡No me grites!—Katsuki le devolvió el grito, Momo ahora estaba rodando los ojos. ¿Qué tan fuerte tenía que ser el deseo de su amigo por el chico hetero para hacerlo gastar dos millones de dólares en él? Simplemente increíble, el gran Katsuki Bakugō había caído en lo más bajo del deseo carnal—. Además, hemos estado hablando por mensaje y ya aceptó. Solamente quiere hablar conmigo por una llamada y el trato será cerrado. Creo que es para verificar que soy real y no un troll de internet.
—Dios santo, ¿qué diría tu abuelo si te viera gastando tu dinero en sexo con un chico heterosexual?—Katsuki frunció el ceño.
La familia Bakugō siempre había sido parte de la élite de abogados del país. Su colosal fortuna radicaba en la protección hacia los peces gordos de la política en juicios, de hecho, en ese proceso el abuelo de Katsuki se vio influenciado por el poder, formando grandes alianzas entre empresas adineradas; entre ellas muchas extranjeras. Al final de sus días, el hombre se dió cuenta que con tener a Mitsuki, una mujer exigente con sus trabajadores y madre de Katsuki, como líder de la firma era suficiente para llevarla al éxito. Así que le dejó a Katsuki una sustancial suma de dinero. Por el solo hecho de ser el único que no parecía estar interesado en ella. Mitsuki soportó el trato con la finalidad de obtener la aprobación de su hijo para ser un abogado. Nunca imaginó que él se convertiría en un ingeniero y que estaría gastando parte de la fortuna en un chico heterosexual. Por eso, ella también jugó sus cartas, incluso si eso significaba sacrificar parte de la relación con su hijo.
—Ese es el punto...—empezó Katsuki, Momo inmediatamente notó la falta de energía en sus palabras.
—¿Qué ocurrió?
—Sabes que mi vieja administra los bienes de la familia, ella vio la transferencia y me llamó para saber qué mierda estaba haciendo con los fondos. Le expliqué que era mi dinero pero ella argumentó que la única forma de que aceptará tal cantidad de dinero para una cuestión anónima, fue que yo le jurara algo—Katsuki bebió de su café y llamó al mesero para pagar la cuenta.
—Katsuki... No me digas—Momo lo observó preocupado, no sería capaz de algo así.
—Sí, me retiraré este semestre de Ingeniería civil. Entraré a derecho y seré parte de la grandiosa tradición familiar, ¡fantástico!—estaba impresionado, no lo podía creer. La pequeña manifestación de rebeldía en Katsuki hacia su madre se había acabado por un chico. Un chico hetero y que probablemente le rompería el corazón; sin duda le iba a doler toda la situación y no quería verlo roto, no otra vez.
—¿Tanto deseas a ese chico?—preguntó bebiéndose su último sorbo de zumo.
—Más de lo que me cuesta aceptar—llegó el mesero y recibió la tarjeta de crédito de Katsuki, Momo en ese momento notó que el pastelero lo estaba mirando. Muy atentamente, sonrió de vuelta y le pidió al mesero que le entregará un papel cuando terminó con el pago. El pequeño papel contenía su número de teléfono.
—Dios, esperemos que le guste el sexo contigo y se vuelva homosexual. De otra forma, sacrificaras mucho por una sola noche—comentó mientras veía la reacción del chico.
—Me da igual, tengo en mente sacarlo de mi cabeza después de esa noche. Para él será el show final, para mí será el término de mi obsesión con él. Es lo mejor para ambos— Katsuki notó como el pastelero huía del mesón para esconderse en los baños de servicio, Momo observó su celular expectante—. Bueno, ¿cómo van las cosas con Todoroki?
—Ah, igual que siempre. Palabras cordiales en el correo. Preocupación falsa y una que otra mirada de desprecio a sí mismo. Es raro a veces verlo tan ido. Pero esas son preocupaciones de su esposa—Momo recibió un mensaje al terminar de pronunciar las palabras, el chico lo estaba invitando a salir. Katsuki negó divertido, siempre era fácil para él obtener un chico con el cual pasar las penas.
—Vamos, ten fe. Por lo menos nunca te van a faltar las pollas—se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la salida.
—Vaya, que gracioso. Ten eso en cuenta cuando veas su culo en persona. Porque a ti nunca te han faltado los culos—se burló Momo.
—Como sea, nos vemos—Katsuki se dirigió tranquilamente a su motocicleta. Tenía mucho que arreglar en la universidad y el tiempo no estaba de su lado, pero en ese momento su celular comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón. Enojado vio la pantalla para darse cuenta que era Izuku, él lo estaba llamando y probablemente era para confirmar el encuentro.
===×===×===
Izuku caminaba por su habitación como un condenado, la recorría, movía sus pies y pensaba en la propuesta del anónimo como una salida triunfante de internet. Dos millones de dólares no eran cincuenta mil dólares por sorpresa, no eran seis mil dólares por noche. No, era mucho más que eso. Con esa cantidad de dinero podría vivir bien hasta que la universidad se acabara y encontrara un trabajo estable como ingeniero. Le daría a su madre todo lo que necesitase, y eso no sería lo mejor, dejaría de mostrarse desnudo ante miles de personas por unos dólares. Con el miedo constante de que alguien lo sorprendiera. Aunque, la posibilidad de que la situación fuera una broma seguía siendo alta. Por no decir que sonaba como una completa locura, así que debía ser cuidadoso... Pero, era tan tentadora la oferta que le hizo pregunta tras pregunta por mensaje, y todas eran respondidas inmediatamente, excepto una. Su propio nombre.
"Si te digo mi nombre, no desearás cerrar el trato. Así que mejor, conoce mi identidad el día del encuentro. Será más fácil para los dos".
Estaba tan desesperado, que recurrió a Aoyama Yuuga, the sparking boy. Otro chico —abiertamente gay— que trabajaba en el sitio. Éste vivía en el otro extremo del país, y se codeaba en ganancias y fama con Izuku. De hecho, él le recomendó ser camboy cuando se vio amenazado con las facturas. De no ser por sus sabios consejos con respecto al trabajo, probablemente Izuku estaría trabajando de tiempo completo en una cafetería y el sueño de terminar la universidad sería una fantasía irreal.
Se conectó con él vía Skype, lo hizo en su sótano mientras su madre preparaba la comida para la cena. Izuku siempre deseaba ayudarla pero ella, con su orgullo en lo alto, prefería guardar sus secretos de cocina para sí misma. No le decía nada, era el único momento en donde realmente parecía disfrutar la soledad. Más ahora que el doctor le había dicho que la intervendrian pero que sería mejor hacerlo en una exclusiva clínica de Suiza. Porque ese tipo de operaciones a su edad era altamente peligrosa. Además, el clima del país europeo la podría ayudar con su pronta recuperación... No obstante, para eso necesitaban mucho dinero, más del que tenían. Y no era capaz de dejarla sola en un país extranjero, y Suiza era costosa comparada con su país actual. Iba a aprovechar las vacaciones del final de semestre para ir hasta allá y apoyarla. E iba a usar el dinero de la noche especial, aunque sintiera que era un problema más para su vida.
—Bueno, si estás tan escéptico con ello, pídele la mitad del dinero por adelantado. Si él realmente está interesado en el tema, lo hará sin dudar. ¿Qué te tiene tan al vilo, querido Midoriya?—pronunció Yuuga observando a Izuku, el chico con sus largas pestañas y labios brillantes sonrío. Su encanto natural era intachable.
—No sé, quizás sea porque no soy gay y él quiere sexo gay—Yuuga observó a Izuku por la cámara, sus facciones revelaban algo más que preocupación. Y tenía razón, uno de los mayores miedos de Izuku era que le gustase el sexo con el hombre anónimo. Mucho más que estar con su tierna novia.
—Oh, verdad. CryBaby! es el personaje que disfruta el sexo anal—Izuku escuchó eso y un foco se prendió en su cabeza. Era verdad, su alter ego era el gay. No él, no había de qué preocuparse—. Entonces haz que sea CryBaby! quien trate con él. Qué no sea Izuku el que vaya, que sea el niño camboy. O qué, ¿le tienes miedo a que te guste la sexualidad homo?
Yuuga podía ver claramente a través de él.
—No, no es eso te lo aseguro. Yo soy hetero—Izuku rio nervioso, no deseaba ser más evidenciado—, gracias por la idea. La tomaré en cuenta, ahora tengo que hablar con mi madre sobre unas cosas. Nos vemos en el sitio.
—Izuku, ¿por cuánto tiempo más te vas a mentir a tí mismo?—Midoriya se limitó a tragar y responder con amabilidad, pero con la mirada fría puesta sobre el lente de la cámara.
—No me estoy mintiendo a mí mismo, sé lo que soy. Y no soy gay—Yuuga vio en sus ojos una sensación que parecía ajena a su rostro angelical. El pequeño estaba corriendo de la verdad, y el golpe iba a ser muy fuerte cuando se diera cuenta de su verdad interna.
—Bueno, eso sería todo. Nos vemos Midoriya, suerte con el chico. Me llamas después para saber cómo te fue—Izuku asintió y cortó la llamada. Se quedó solo en el sótano, pensando en lo mucho que necesitaba el dinero y al mismo tiempo el temor que sentía por ello. Suspiró profundamente mientras se rascaba el cuello, lo mejor era dejar que las cosas fluyeran. Le iba a pedir la mitad por adelantado, no tenía mucho que perder si no aceptaba. Eso solamente afirmaría que era una trampa, y sería quitarse un gran problema de encima. Subió hasta la cocina, su madre ya estaba sirviendo la comida. Un delicioso pollo asado con ensalada rusa.
—Oh, Izuku. Ochako llegó y fue hasta tu habitación, dijo que tenía algo ahí que buscar—Izuku se detuvo en seco antes de sentarse y observó a su madre con miedo.
—¿Mi habitación? ¿Está sola en mi habitación?—su madre asintió felizmente mientras aliñaba la ensalada, esa fue la advertencia que menos necesitaba en ese momento. Un segundo después subió las escaleras hecho un rayo; era imposible que ella le revisará el celular... Pero tenía la mala costumbre de hacerlo para jugar, y eso no era lo peor, lo tenía desbloqueado. Los mensajes del anónimo estaban ahí y no eran para nada recatados.
—Bajen pronto, tenemos que almorzar—su madre le gritó pero no le importó. Llegó hasta su habitación y abrió la puerta con rapidez. Aún así, nada le pudo evitar verla, ella estaba ahí... Sosteniendo su celular con nerviosismo.
—¿Quién es Lord Explosion Murder y porqué te envía especificaciones sexuales?—su respiración irregular, su lenguaje corporal a la defensiva y las lágrimas acercándose a sus ojos castaños... Todo indicaba una sola cosa.
Estaba acabado.
×===×===××