Heed ➳ h.s (español)

By harrysmug

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Su bolígrafo no podía moverse lo suficientemente rápido para ir a la par de su corazón al verla. © reganrile... More

Heed | Harry Styles.
Uno: Fragmento.
Dos: Apple Jacks.
Tres: Oración.
Cuatro: Prueba.
Cinco: Mirada.
Seis: Este.
Siete: Mercado.
Ocho: Desayuno.
Nueve: Bien.
Diez: Negocios.
Once: Cita.
Doce: Windex.
Trece: Taxi.
Catorce: Sobre.
Quince: iPhone.
Dieciséis: Patito.
Diecisiete: Yankees.
Dieciocho: Ascensor.
Diecinueve: Fresas.
Veinte: Escandaloso.
Veintiuno: Tinta.
Veintidós: Servilleta.
Veintitrés: Auto.
Veinticuatro: Borrar.
Veinticinco: Azul.
Veintiséis: Salario.
Veintisiete: Problema.
Veintiocho: Crucigrama.
Veintinueve: Todopoderoso.
Treinta: Encaje.
Treintiuno: Ducha.
Treintidós: Ignorada.
Treintitrés: CEO.
Treinticuatro: Llamadas.
Treinticinco: Confianza.
Treintiseis: John
Treintisiete: Conquistar.
Treintiocho: Acusada.
Treintinueve: Vodka.
Cuarenta: Caja.
Cuarentiuno: Oficina.
Cuarentidós: Tragos
Cuarentitrés: Momento.
Cuarenticinco: Sexting.
Cuarentiseis: Historia.
Cuarentisiete: Relax

Cuarenticuatro: Mensajes.

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By harrysmug

Acabo de percatarme de que me salté un capítulo (: Este capítulo va previo al que publiqué ayer.

Charlie.

Sus ojos barrieron todo el corredor. Las pálidas paredes del piso de Harry inundaron su visión y Charlie simplemente soltó un gran suspiro. Su llave se sentía cálida entre sus dedos, mientras que las letras impresas en negrita de su número de apartamento la retaban. Cargaba una bolsa de plástico con varios tipos de comida para gatos, lo cual se sentía demasiado pesado para ella. 

Charlie batalló para no reírse del gran trabajo que le había costado a Harry darle sus llaves. Ella casi deseó quedarse allí parada solo para disfrutar el pensamiento. Sonrió para sí misma antes de insertar la llave en la manilla. El peso en sus hombros pareció disminuir cuando la puerta se abrió y el apartamento esquematizado de colores de Harry entró en su campo de visión.

Seguía siendo viernes, solo que eran las seis de la tarde. Harry se había negado a llevar a Dusty a un refugio mientras estaba fuera, por lo que le había costado demasiado pedirle ese favor a Charlie. Había concluido que si podía amarla, también podía confiarle alimentar a su mascota. 

—Dusty —Charlie llamó suavemente antes de cerrar la puerta a sus espaldas. 

Charlie acababa de salir de un terrible día laboral. Mason extrañamente había estado callado todo el día y las únicas palabras que le había dedicado habían sido disculpas. Charlie no estaba molesta con él, simplemente le fastidió que decidiera de forma tan repentina y sin previo aviso faltar tres días seguidos.  Había trabajo doble, pero ahora lo único que quería era olvidarlo y continuar con la rutina. La única cosa positiva acerca del trabajo era que Erica no estaba cerca- 

Otro hecho extraño que Charlie había experimentado fue la cancelación de la boda de Rick. Charlie no abrió el correo de Harry, cabe destacar. Ella lo había puesto sobre la ventana y leído a través de la luz solar. Charlie estaba ansiosa por saber cómo había terminado todo, pero decidió enfocarse en otras cosas; como el hecho que Harry no estaba. 

—Hola, amiguita —Charlie gruñó hacia el animal color gris. 

Era raro para Charlie caminar por el departamento vacío de Harry. Frunció el ceño al ver el sillón vacío y la falta de iluminación. Sabía que hurgar entre sus cosas no era algo que quisiera discutir cuando él regresara, así que fue muy cuidadosa con dejar todo en su lugar. Posó la bolsa de plástico sobre la mesa y fue en busca del tazón de Dusty para llenarlo de comida. Arrugó la nariz ante el hedor que desprendía y comenzó a mascullar quejas entre dientes. 

De repente, su teléfono empezó a sonar. Posó el tazón sobre la mesa antes de mirar el mensaje que había recibido. Charlie no vaciló en esbozar su sonrisa más amplia en cuánto el mensaje de Harry apareció en la pantalla. 

De: Patito.

Asunto: extrañándote. 

Mensaje: no estoy seguro si estás ocupada... llama en cuánto puedas

Charlie se mordió el labio y presionó su número de contacto. El sonido de la operadora fue suficiente para que se pusiera de puntillas y empezara a caminar distraídamente. Dusty comía silenciosamente en una esquina, y Charlie aprovechó la oportunidad de explorar rápidamente el apartamento. Sin embargo, no fue hasta que Harry contestó que se quedó sin aliento. 

—¿Harry? —Charlie se esforzó por no sonar demasiado... impaciente. 

Hola —la saludó con alegría—. ¿Todo en orden por allá?

Charlie puso los ojos en blanco—: No han pasado menos de doce horas. Relájate. 

La atención de Charlie se desvió hacia las pinturas en las paredes. Siempre parecía entrar en un estado de fascinación cada vez que las miradas. Sus ojos azules estaban abiertos ampliamente cuando decidió abrir su habitación. Inhaló el aroma de su deliciosa loción. Ella no quería admitirlo, pero estaba loca por ese hombre. Su primera onza de esperanza de que fuese amor hacía que su cabeza diera vueltas. 

Su usual pared de indiferencia se agrietaba cada vez que pasaba más tiempo junto a Harry. Estaba volviéndose débil. A ella no terminaba de gustarle eso. Ahora su sonrisa era real y no falsa, y se alegraba genuinamente con tan solo oír su nombre. Mantuvo su sonrisa cuando trazó sus dedos sobre el edredón de su cama; la misma en la que había perdido su virginidad. 

Ahora estoy en el hotel. Hace mucho viento aquí y es molesto. 

Charlie rió—. ¿No has realizado ninguna transacción importante de negocios? 

Harry se sentó en su cama de hotel. No era muy fan de los colores que habían escogido para el hotel, pero había concluido que era demasiado tonto preocuparse por tal cosa. Tarareó para sí mismo mientras se desabrochaba el cinturón. Se quitó los zapatos y se recostó sobre las almohadas.

—Aún no. ¿Ya comiste? 

—No, acabo de alimentar a Dusty... Me siento muy sola sin ti —gimoteó.

Charlie subió a la cama de Harry. Las sábanas blancas eran cálidas y se confinaban a su cuerpo cada vez que exhalaba sobre ellas. Se removió antes de permanecer en una posición cómoda. No quería confesar que estaba haciendo el ridículo, pero no podía evitar involucrarse en todo. ¿Cómo podía su cama sentirse mucho más cómoda que la suya?

Deberías comer —Harry dijo.

—Vaya, yo también te extraño —Charlie gruñó.

Lo siento. Erica- —Harry paró en seco—, lo siento de nuevo.

—Ajá. ¿Qué ibas a decir? —Charlie presionó.

Observó el techo de Harry. Entrecerró los ojos ante el pálido color blanco, intentando encontrar alguna imperfección. Sin suerte, Charlie arrugó el gesto ante la conversación que tenía con su novio. La idea de Erica estando en su habitación le revolvía el estómago, al igual que el recuerdo de su sesión terapéutica que tenía el día siguiente. 

Nosotros cenamos en un restaurant —Harry le respondió.

Charlie pellizcó distraídamente los hilos sueltos de la funda de la almohada de Harry. No quería tener celos de algo tan increíblemente estúpido, pero su naturaleza le ganó. ¿Cómo debía reaccionar ante la única cosa que amenazaba su relación? (especialmente con su primer amor.) Charlie no era tonta para no notar la forma en la que Erica miraba a Harry cuando él no se daba cuenta. 

—Okay —Charlie respiró para calmarse—. Pero no están en la misma habitación, ¿cierto?

No, nena, no —casi soltó una risotada—. Estamos separados. Tenemos una reunión mañana temprano.

Charlie odiaba el hecho de que su "estamos" lo incluía a él y a Erica. Estaba ansiosa por dejar todo allí y estar con él, pero se recordó que estaba pensando como una novia psicópata. No era su culpa que quisiera despedazar a Erica y tirarla en un contenedor de sal. 

—Yo tengo terapia mañana, y no lo estoy deseando —Charlie decidió cambiar completamente el tema.  

Harry lanzó su reloj sin cuidado sobre la mesita de noche. Se levantó de la cama antes de quitarse los pantalones. Eran casi las seis y media, pero el sol ya estaba ocultándose. Harry apretó la mandíbula ante la vista. El verano estaba terminando y no le gustó la idea.

Mientras más vayas, más rápido acabará —le recordó.

—Ya sé, ya sé —suspiró—. Ya debería comer. ¿Me escribes en la mañana?

¿Qué tienes con los mensajes? Es como una adicción —Harry rió.

Charlie se sentó sobre su cama. Cerró los ojos como si quisiera disfrutar el sonido de su voz por unos últimos minutos. El sol era una hermosa sombra rosa sobre el cielo, y Charlie quería cenar antes de que el sol se ocultara completamente. Ella odiaba la puesta temprana y el final del verano.

—Me gusta leerlos —explicó—, te hablo después. ¡Buena suerte!

—Gracias... Suerte con tu terapia. 

Con eso, la línea murió. Charlie gimió entre dientes ante el apresurado fin. Se llevó la cabeza a las manos y exhaló profundamente. Casi se sobresaltó cuando Dusty saltó a la cama y se acurrucó contra ella hasta encontrar un lugar dónde dormir.

No transcurrieron un par de minutos cuando el teléfono de Charlie sonó de nuevo. Sus ojos brillaron de alegría al leer el mensaje de Harry. 

De: Patito.

Asunto: me lo imaginé.

Mensaje: buenas noches, nena. te amo.

Sus dedos temblaron al escribir una respuesta,

Para: Patito.

Asunto: más te vale.

Mensaje: te amo xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxox (espera mensajes mañana :)))

Charlie sonrió para sí misma cuando lo envió. Estaba más que feliz de ver que Harry ya estaba respondiendo. Había algo en el misterio de mensajear que le fascinaba. Harry parecía una persona completamente diferente por mensaje, y ella adoraba la anticipación de esperar lo que diría. 

De: Patito.

Asunto: mensajes mi trasero.

Mensaje: el empleo de esa sonrisa picarona es preocupante. debería prepararme?

Charlie se mordió el labio,

Para: Patito.

Asunto: no hagamos esto otra vez...

Mensaje: tal vez quiera estar en privado o con una toalla o algo así. no me asusta obsesionarme con ello. tú eres probablemente peor que yo, por cierto. omg acabo de escribir todo, ves lo que estás haciéndome??!!

Harry rió ante su respuesta. Su teléfono se sintió pequeño en sus manos mientras escribió una respuesta rápida. 

Para: Charlie.

Asunto: en otro lugar, entonces?

Mensaje: acepto el reto. tú ya sabes lo que causas en mí... y, tener buena gramática no es algo malo, nena. tengo que irme ya, me ducharé y todo eso. buenas noches.

Charlie apretó el teléfono en su mano con la misma estúpida sonrisa plasmada en su rostro. Nunca había experimentado algo así antes— extrañar a alguien. Su primera vez estando enamorada hacía que su cabeza diera vueltas y que su corazón sintiese cosas nunca antes experimentadas. Charlie nunca podría imaginar el sentimiento del amor, pero ahora creía saber cómo se sentía. 

Era como cuando despertó a su lado. Esa sensación que sintió cuando la miró con tanto amor. Y como la había abrazado luego de haber hecho el amor... o el simple sonido de su risa. Charlie no podía contener el amor que sentía por Harry, y una vez más, le asustaba.

Charlie estaba completamente consciente del cambio que había tenido los pasados meses. Su sonrisa ahora era genuina, y su actitud de no importarle nadie más ya no existía después de Harry. Charlie estaba suavizándose y convirtiéndose en una persona feliz. 

Sábado, 31 de agosto. 4:13 pm.

—Dime lo que ves —John cuando le mostró otra fotografía.

Charlie bostezó asintiendo con la cabeza. La tenue decoloración de sus pantalones habían sido el entretenimiento principal en la primera media hora de la sesión. Charlie ahora observaba una fotografía en blanco y negro, con las cejas fruncidas intentando entender el concepto en sí.

—Es un círculo —contestó tediosamente. El circulo negro era prominente sobre el fondo blanco.

John asintió, cambiando la fotografía. Cuando los ojos de Charlie captaron la siguiente imagen, ella tuvo que asegurarse que no estaba equivocándose. Podía detallarse claramente una botella de alcohol. Su boca empezó a moverse antes de que pudiera procesar la trampa en la que había caído.

—Una botella de alguna bebida alcohólica —dijo.

John arqueó las cejas y asintió mientras escribía su respuesta. Charlie se volvió escéptica de su uso de palabras al percatarse de su reacción. Se removió incómoda sobre la larga silla antes de atrapar la atención de John.

—¿Qué? —escupió.

—¿Sí?

—Hiciste una mueca cuando contesté —Charlie aclaró.

John se encogió de hombros—. Es una botella de aderezo para ensalada.

—Oh, porquerías. Ambas tienen la misma forma —Charlie defendió.

John se quedó callado mientras su bolígrafo se movía suavemente sobre la hoja de su cuaderno. Charlie se mordió el labio y cerró los ojos para recuperarse. Estaba esforzándose por no dejarlo meterse a su cabeza, pero era difícil cuando la sorprendía cada vez. Charlie sabía que no era una idiota —y no dejaría que ese patético hombre arruinara su nueva vida libre de alcohol y distanciada de su familia.

—La última —John dijo.

Charlie miró la nueva imagen cuando él la cambió. Juntó sus cejas al ver dos personas paradas juntas. Su respiración incrementó cuando un recuerdo específico invadió sus pensamientos, pero luchó por mantenerlos fuera. John tomó nota mental de su reacción, no quería escribir nada que la hiciera sospechar. 

Ella parpadeó un par de veces antes de darse cuenta de lo que era en realidad. Casi rió de si misma por alterarse ante algo que realmente no estaba ahí. Tenía que fingir que todo estaba en orden para acabar con ese inútil juego que estaban teniendo.

—Es un cachorro —contestó monótonamente.

John soltó su bolígrafo—. Correcto. Hablemos de cómo ha estado tu semana. 

Charlie se apoyó de nuevo sobre la silla. El mostrador de imágenes desapareció y la atención de John volvió a centrarse en ella. Charlie detestaba las sesiones con él por las cosas que quería decir. Sus palabras debían ser específicas si quería acabar con eso. Si él fuera un idiota y sugiriera que asistiera a terapia luego del tiempo acordado, Charlie estaba segura de que saldría de su burbuja. 

—Ha estado bien. Mi novio se fue ayer en un viaje de negocios.

—¿Y cómo te sientes con eso? —John la sorprendió con su pregunta.

Charlie lo pensó por un momento. Ni siquiera sabía la respuesta a eso, —Estoy bien. Realmente no me agrada la mujer que lo acompañó, pero volverá pronto.

John sonrió ante su respuesta, fingiendo escribir más notas. Esa táctica siempre funcionaba con Charlie, dado que no le gustaba que escribieran notas sobre ella. John lo consideraba irónico luego de leer las múltiples entradas de diario que Harry había redactado. Una idea repentina acudió a su mente —¿las habrá leído? ¿sabía que existían?

—Esa es una manera positiva de pensar —alabó ligeramente—. ¿Algo más de lo que quieras hablar?

Charlie negó con la cabeza—. No.

—Sabes, Charlie, solo estoy aquí para ayudar. Y puedo hacerlo siempre y cuando estés dispuesta a expresar tus pensamientos. ¿Estás segura que no tienes nada de qué hablar? —reitreó.

Charlie frunció los labios—. Sí. Lo veo el martes.

Ella deseaba fuertemente expresarle sus pensamientos a alguien. Aunque sabía que no sería ese tipo, sabía que eventualmente debía dejarlo salir. Charlie no sabía qué haría, pero John no era el indicado para guardar sus secretos. 

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