MI RUBIA

By CarrieKneaps

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Él había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMEN... More

Prólogo
La promesa: Rubias no
Capítulo Uno: Es Rubia
Capítulo Dos: Nube
Capítulo Tres: Tal vez la chica ya ha llegado.
Capítulo Cuatro: Está fuera del mercado.
Capítulo Cinco: Nube, jamás te dejaría caer.
...
Capítulo Seis: "No la mires"
Capítulos Siete: Entonces...¿Ella te gusta?
Capítulo Ocho: Coqui
Capítulo Nueve: Apariciones Inesperadas
Capítulo Diez: Decepciones silenciadas
Capítulo Once: Encuentros
Capítulo Doce: Problemas
Capítulo Trece: Decirle que te gusta
Capítulo Catorce: "No importa el nombre, importa ella"
Capítulo Quince: Choques
Capítulo Dieciséis: Luchar
Capítulo Diecisiete: Emergencia
Capítulo Dieciocho: Dios
Capítulo Diecinueve: Miedo
Capítulo Veinte: Noticia
Capítulo Veintiuno: Mentirosa
Capítulo Veintidós: Locura
Capítulo Veintitrés: Decisión
Capítulo Veinticuatro: Plan
P A L A B R A S
Capítulo Veinticinco: Azul
Capítulo Veintiséis: Poder de convencimiento
Capítulo Veintisiete: Plan en marcha
Capítulo Veintiocho: Sorpresa
Capítulo Veintinueve: Amor
Capítulo Treinta: Suya.
Capítulo Treinta y uno: Golpes
Capítulo Treinta y Dos: Malas amistades
Capítulo Treinta y tres: La final
Capítulo Treinta y cuatro: Siete días
Capítulo Treinta y Seis: Ausencia
Capítulo Treinta y Siete: Café
Capítulo Treinta y Ocho: Familia.
Capítulo Treinta y Nueve: Cambio de planes
Capítulo Cuarenta: Cruda realidad
Capítulo Cuarenta y Uno: Pequeña visita
Capítulo Cuarenta y Dos: Secretos
Capítulo Cuarenta y Tres: Futuro
Capítulo Cuarenta y Cuatro: Segundo adiós
Cuarenta y Cinco: Volviendo a la normalidad
Capítulo Cuarenta y Seis: Esperando
Capítulo Cuarenta y Siete: Triunfos y reuniones
Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca
Capítulo Cuarenta y Nueve: Al descubierto
Capítulo Cincuenta: Puñalada
Capítulo Cincuenta y Uno: Sin noticias

Capítulo Treinta y Cinco: Confusión.

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By CarrieKneaps

Capítulo con contenido explícito (+18), después de este aviso, leer bajo su propio consentimiento.

Capítulo Treinta y Cinco: Confusión

Si hubiera podido parar el tiempo, hubiera elegido hacerlo dos días atrás, cuando pasó toda la tarde cuidando de Axel. Irónicamente, más que estar tranquila por que su novio estaba mejor, estaba sintiendo todo lo contrario, sentía con cada día que pasaba que el corazón se le saldría del pecho.

Era miércoles, lo cual significaba que solo faltaban dos días para que se fuera. Una muy pequeña parte de ella estaba feliz y emocionada por la oportunidad que se le presentaba. Pero tenía que ser sincera, no estaba saltando de alegría. Quería ir a una ferretería, comprar unas cuerdas y llegar su casa para amarrarlo a la cama y no dejar que se moviera de ella.

No sabía a quién le daría más duro, si a él o a ella.

A pesar de todo, se había esforzado para que no se notara y para tranquilizarlo, sobre todo para eso. Axel tenía que irse con la tranquilidad de que todos estarían bien. Volvió a la realidad cuando su profesor le hizo una pregunta a uno de sus compañeros. Esa era su última clase del día, tenía que volar de allí hacía las oficinas de Tommy Hilfiger, le harían su prueba de vestuario para el desfile que tenía el próximo fin de semana. Esa era otra de las cosas que tenía en la cabeza, su primer desfile.

No podía creer cuánto había cambiado su vida después de aquel concurso, era una locura. No estaba en sus planes, pero a veces los planes que tienes no siempre se cumplen, y llegan unos mucho mejores.










Llegó a su apartamento exhausta, las pruebas de vestuario y desfile habían durado más de lo que esperaba, era desfile de verano, ya casi llegaban las vacaciones y con eso los miles de desfiles de las marcas lanzando la ropa para esta época del año. El gran escenario ya estaba siendo adecuado para el evento, y la modelo más importante del desfile no era nada más ni nada menos que Antonella Van Ewen, una de las más grandes del mundo.

— ¡Ya llegue! — Avisó fuerte, mientras dejaba las llaves en la pequeña mesa que estaba al lado de la puerta.

— ¡Estoy en la sala! — Respondió su mejor amigo.

Con pesadez se encamino hasta dicho lugar, sus botines con tacon resonaban en la madera del lugar con cada paso que daba. Lo visualizó con un cuaderno en las manos, con uno que conocía muy bien, su cuaderno de bocetos. Le dio un beso en la mejilla y se desparramó en el sofá.

—No puedo más. — Dijo perezosamente.

Su amigo le dedicó una leve mirada antes de volver su vista al boceto que hacía.

—Tendrás que acostumbrarte a andar más en tacones que en tennis. —Dijo concentrado en el dibujo. — Te ha llegado otro regalo. — Avisó, levantó la mirada hacía ella. —Y muy costoso.

Levantó la ceja por la noticia, se aguantó hasta poder retirar sus tacones de sus pies y estirarlos un poco.

— ¿Dónde está? — Preguntó cuándo estiró los dedos de sus pies.

—En la mesa. —Respondió simple.

Se levantó entonces dispuesta a ir a buscarlo pero se detuvo cuando vio a Axel entrar en la sala, de inmediato volteó a mirar a Maxi que se había dado cuenta de su sorpresa. 

—Ah sí, tu novio llegó hace un rato. — Dijo tranquilamente.

Ella lo miró mal pero este no se dio cuenta porque no le prestaba atención. Después sintió unas manos en sus caderas. Ella se volteó y de inmediato pasó sus brazos alrededor de su cuello.

— ¿Qué haces aquí? — Le preguntó cuándo sus narices se rozaron por la cercanía.

—Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. — Eso la hizo sonreír. —Ya habías estado yendo dos días seguidos y supuse que no podríamos vernos hoy así que decidí venir, a parte estaba cansado de estar en casa. — Comentó dulce.

Ella lo besó levemente.

—Me alegra que estés aquí, ¿Te quedarás?  — Preguntó esperanzada.

El asintió.

— Genial, voy a recoger algo y en un segundo estoy contigo. —Avisó dándole un leve pico, alejándose de inmediato.

Dejó a ambos chicos y se dirigió hasta el comedor, sintió el frío de la tableta del piso, lo odiaba, por eso siempre andaba en babuchas, así que corrió en puntitas hasta el comedor donde pudo divisar la pequeña bolsa, abrió los ojos. Maxi no mentía cuando dijo que era costoso. Volvió corriendo a la sala y apenas entró levantó la bolsa.

— ¿Tiffany & Co, enserio? — Fue lo primero que le preguntó a su amigo cuando lo vio. — Aún no he recibido una respuesta, pero no esperaba esto.

Maxi se encogió de hombros.

—Yo también quedé sorprendido. — Se encogió de hombros.

Sky se sentó al lado de su novio, este la pegó a él sin decir ni una sola palabra. Sky de inmediato subió los pies a sofá para no sentir más el frío del suelo. Abrió la bolsa. Había una pequeña caja negra. La sacó de la bolsa bajo la atenta mirada de ambos chicos, que al parecer, al igual  que ella, tenían curiosidad por saber de qué se trataba.

Abrió la caja y se encontró con un lindo anillo, abrió los ojos, era rosado con pequeños diamantes, en la mitad había números romanos. Sacó una tarjeta que había en el interior de la bolsa.

"Bienvenida a la familia Tiffany & Co, Sky"

Ahogó un grito.

— ¡Me aceptaron! — Gritó sorprendida.

Saltó sorprendida y volteó hacía su novio que miraba la caja que había dejado encima del sofá, sin embargo un segundo después centró su atención en ella, sonriéndole. Ella lo abrazó sabiendo cuánto le dolía levantarse debido a sus costillas. Los brazos de Axel la envolvieron protectoramente.

—Ya te lo he dicho. — Dijo dejándole un beso en la cabeza. — Tú, mi nube, lograrás lo que quieras.

Ella sonrió con felicidad por las palabras de su novio.








Nueve, el anillo era talla nueve.

Axel sintió que se ahogaba apenas había visto aquel accesorio, Sky no solía utilizar anillos pero ahora que tenía la posibilidad no iba a desaprovecharla. Aún con el anillo en sus dedos, se imaginó de repente que era aquel anillo que tenía en sus dedos era el que estaba guardado al fondo del cajón de su habitación.

Lo bueno era que sabía talla era ese anillo, gracias a la caja que traía; lo malo, no tenía ni puta idea de que talla era el de él. Solo necesitaba saberlo y ya sabría si era ella, si en verdad era la mujer de su vida.

Inspiró profundamente, tendría que llevar el anillo a algún lugar para que  le dijeran que talla era. Pero tendría que esperar, solo tenía unos cuantos días antes de irse y la verdad es que no quería saberlo estando lejos. El miedo y la ansiedad lo embargaba cada vez que pensaba que la respuesta fuera negativa, no sabría qué hacer. Antes había dicho que no le importaría que fuera, pero después recordaba a su abuela...

¿Sería el destino tan injusto de separarla de él cuando la amaba más que a nada?

Dejó el anillo en la caja pero no pudo quitar la mirada de este. Se perdió entre los pequeños detalles de el. Se le iba a estallar la cabeza si seguí así.

— ¡Coqui! — Escuchó el gritó de Sky.

Saltó en su puesto, casi como si lo estuviera haciendo algo malo cerró la caja del anillo y la metió silenciosamente en la bolsa que reposaba en la pequeña mesa de la sala. Trato de dejarla tal cual como la había encontrado.

— ¡Amor! — Volvió a escuchar la voz de la rubia y se volteó saliendo rápidamente de la estancia, no sin antes de apagar la luz.

Trotó por el pasillo con el corazón latiendo a mil y antes de entrar a la habitación se chocó con ella, haciéndola desestabilizar. Alerta, agarró la cintura de la chica y la pegó a él antes de que cayera. Las manos de su chica no dudaron en agarrar sus hombros por la impresión.

—Hey, ¿Qué hacías corriendo? — Preguntó con una sonrisa mientras se incorporaba sin soltarlo, ni el a ella.

El la miro, viendo que su ducha ya había acabado y que ya se encontraba vestida con un pijama de seda, totalmente provocativa. Su cabello estaba mojado y un poco enredado y su rostro se encontraba sin una gota de maquillaje dejando a la vista sus pecas.

—Fui por un poco de agua y como escuché que llamabas me apuré un poco. — Mintió con tranquilidad soltándola un poco.

Ella sonrió y lo besó rápidamente.

—Vamos a dormir. — Dijo dulce.

Sintió como la mano de ella se enredaba en la suya, lo jaló hasta la gran cama de la chica. Ella se subió a ella y debido al short, Axel pudo ver como este dejaba a la vista el inicio de sus nalgas. De inmediato su mente se oscureció y se aproximó a ella tomándola desprevenida.

—Yo tenía en mente otra cosa. —  Le dijo bajo cuando pegó su espalda a su pecho.

Sky se volteó y de una negó con la cabeza.

— ¿Qué dices? Te recuerdo que tienes las costillas lastimadas, estás loco. — Dijo en negativa.

Se alejó de él y se metió bajo las sábanas, después le abrió espacio a su lado. Axel hizo un puchero.

—Pero ya son más de cuatro días sin ti. — Se quejó acostándose un poco rápido, de inmediato sintió como su abdomen lo puyaba fuertemente. — Mierda. — Masculló llevándose la mano a su abdomen y ralentizó los movimientos hasta que se halló acostado.

— ¿Y así quieres que tengamos sexo?, Olvídalo. — Dijo de nuevo dándole una mirada de reproche por sus rápidos movimientos.

Axel la acercó cuando ella los arropó a ambos.

—Amor, me voy en menos de tres días, ¿Sabes cuántos días serán sin sexo? — Inquirió incrédulo. — Más bien deberíamos estar follando como conejos, todos los días a todas horas.

Sky no pudo evitar reír por el comentario. Vio como él también sonreía al verla.

—Estás loco. — Declaró.

El asintió.

—Sí, si hablamos de ti, siempre estoy loco. — Dijo encogiéndose de hombros. — Pero, no olvidemos el tema...— Bajo su mano por el cuerpo de su chica hasta que encontró el elástico de sus shorts.

Sky lo miró fijamente.

—Axel. — Advirtió.

Pero este no se detuvo, todo lo contrario, metió su mano en el short y pronto encontró los labios de la chica.

—Vamos nube, te necesito. — Pidió en un susurró.

Sky iba a responderle pero entreabrió los labios para soltar un gemido pues uno de los dedos de Axel estaba dentro de ella y comenzaba a acariciarla.

—No sé por qué siempre me haces esto. — Dijo ella rendida ante sus caricias.

Axel besó el cuello de su chica moviéndose levemente.

—Yo no te hago nada, mi amor, tú siempre lo quieres. — Dijo pegado a su piel. — Anda, ábrete más.

Sky a sabiendas de que le era imposible resistirse a él, le hizo caso, abrió más sus piernas dándole vía libre a otro de los dedos de Axel.

—Me encantas. — Le dijo antes de besarla.

Sky se separó de sus labios y lo miró consumida por la lujuria.

—Tú te lo buscaste. — Le dijo, separándose completamente haciendo que los dedos de su chico salieran de su interior.

Axel la miró mientras ella se incorporaba y los destapaba a ambos, estaba de rodillas frente a él, y asegurándose de que sus ojos no perdían de vista cada movimiento de la chica, se quitó la fina blusa quedando con sus pechos al aire. Axel dejó de respirar al ver su torso desnudo. La chica no lo espero más y se agachó de tal manera que quedó casi en cuatro, con su rostro enfrente del pantalón de chándal del chico. Se sorprendió cuando las manos de la chica bajaron su pantalón sacando su pene, que estaba más que erecto.

—Dime que no...mierda. — Gruño el cuándo sintió como su chica se engullía su pene en la boca. — Puta madre, Sky. — Volvió a decir.

No lo pudo evitar y llevó sus manos al cabello de su novia. Sabía que aquella imagen erótica no se le borraría jamás de su mente. Sky estuvo en ello unos minutos en donde Axel perdía la paciencia a cada segundo. Justo cuando sintió que estaba llegando la rubia lo dejó libre y se incorporaba nuevamente.

El la miró estupefacto, pues la mirada que ella le daba hizo que se corriera así no más, solo con verla. La rubia sonrió mientras lo veía correrse.

—Eres mala. — Fue lo que dijo el chico después de su liberada.

Ella se encogió de hombros y rápidamente quitó el short.

—Tú me obligaste a hacerlo. — Le dijo. — Te quedas ahí, quietecito. — Ordenó mientras se sentaba a horcadas encima de él — Yo haré todo hoy.

Y sonrió antes de sentarse en él y comenzar a cabalgarlo.








Sky hizo un puchero mirando como aquel anillo le quedaba grande, se le caía con cualquier movimiento.

—No me queda. — Dijo con pesar.

Maxi que estaba en la cocina, volteó a ver que era a lo que se refería. Frunció el ceño al acercarse.

— ¿Talla 9? — Inquirió. — Por Dios, si eres talla 7, se han equivocado por dos tallas. — Negó. — Tranquila, ellos lo cambiarán. — Le dijo acariciándole la espalda.

Sky asintió rendida, guardando el anillo en su puesto, era tan bonito que no podía creer que no le quedara. No se lo había probado antes porque estaba con Axel, pero el chico ya estaba en su casa y ya se habían visto, el chico pasó todo el día con ella, fue a la universidad pero siempre se mantuvo muy quieto en todos los lugares. Hasta hace una hora que comieron Mc Donald's en su coche y después lo dejó en su casa.

—Pues supongo que tendré que esperar un poco más. — Dijo guardando la caja en su bolsa. —Está hermoso. — Dijo en un suspiro.

Maxi asintió en aprobación.

—Tienes razón. — Dejó el plato de comida en frente de ella. — Tu estofado. — Dijo como un chef, orgulloso de su plato.

Ella sonrió agarrando el tenedor.

— ¿Te has dado cuenta que en las últimas semanas tú has sido el encargado de la cocina? — Ella comentó soltando una risa.

Maxi asintió mientras mastica un pedazo de comida.

—Has estado muy ocupada como para tener tiempo para mí. — Le dice.

Sky arrugó las cejas.

— ¡Eso no es cierto! —Se defendió de inmediato.

—Claro que sí. —Dijo mientras se encogía de hombros. — Pero ya que Axel se va volverás a ser mía. — Se río como si fuera el villano de alguna película.

Sky no aguantó y soltó una carcajada profunda.

—No sé qué haría sin ti, pitu.

N/A:

Hola amoreeeees, he vuelto.

¿Les gustó?, gracias por los 16k, los adoro.

Nos leemos despues, picos en sus nalgas.

CK.

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Esta es la parte 2 del libro... The loyal pin, solo resumen de todo el el libro🦦🏳️‍🌈🐰