La luz llevaba un rato molestándolo. Liam descubrió su cabeza, y la luz del día lleno su rostro, por lo visto se había quedado dormido más tiempo de lo que acostumbra. La puerta de la habitación se abrió y por ella entro el azabache con una bandeja llena del desayuno. El castaño se paso las manos por los ojos y se estiro. Rápidamente a su mente acudieron los acontecimientos de la noche anterior.
-Me levante temprano para hacer de desayunar- dijo el ojimarron mientras tomaba asiento al lado del otro chico –Esta vez me tocaba preparar el desayuno de los dos- agarro una cuchara llena de avena y se la estiro al castaño.
Liam parpadeo un par de veces, lo llevaría de compras y a una fiesta de la alta sociedad ¿Zayn había preparado el alimento de los dos? ¿Lo quería alimentar como una pareja de enamorados? Su rostro se enrojeció ante tanta atención a su persona. Sin decir nada abrió su boca y dejo que el ojimarron metiera la primera cucharada del alimento. Rápidamente estiro su brazo e imito la acción del azabache. Una pequeña sonrisa pinto el rostro de Zayn y sin pensarlo dos veces comió la bocanada que el ojimiel le daba.
-Esta delicioso el desayuno amo- soltó el castaño después de un rato en silencio.
-Gracias Liam, aunque no se compara con lo que tu preparas- respondió de forma coqueta.
Al escuchar el comentario y de la forma en la que lo dijo, su rostro se torno de color rojizo, le agradaba que lo alagaran, pero de esa manera coqueta era mas de lo que él podía esperar de su dueño. Siguieron comiendo en silencio, no faltaban palabras para llenar el espacio. Al terminar todo el contenido de la bandeja Zayn la tomo en sus manos y se dirigió a la salida de su habitación.
-Liam creo que será bueno que te metas abañar, saldremos de compras en un rato- y salió del cuarto.
Liam camino en dirección al baño del cuarto del ojimarron, cerro la puerta con llave y se empezó a desvestir. Mientras el agua se calentaba por la mente del castaño pasaban varios pensamientos, que por lo visto, no había considerado. ¨Solo tengo esta ropa interior, ¿Qué me pondré para salir de compras? Y si la fiesta es de alta sociedad ¿Eso no quiere decir que necesito un traje?¨ dejo de lado todas las imágenes donde se encontraba asi mismo en medio de una fiesta de gente adinerada solo usando su ropa interior. Zayn jamás lo humillaría, o eso era lo que le había demostrado hasta el momento. Se adentro a la regadera dejando que el agua bañara su cuerpo y se llevara sus problemas. Al salir de la regadera seco su cuerpo y se coloco nuevamente la ropa interior que llevaba. Se peino su cabello castaño. Al salir del cuarto de baño se encontró al ojimarron con el torso descubierto. Del cabello le escurrían gotas, al parecer el ojimarron se había bañado al mismo tiempo que él. La cara de Liam tomo un color rojizo nuevamente al imaginarse el cuerpo del azabache desnudo, bañándose junto con él en la misma regadera. El ojimarron estiro unas prendas al ojimiel.
-Ponte esto Liam, tendrás que usar ropa mía- dijo con una voz algo apenada. ¿Por qué no pensó antes que el castaño necesitaba ropa que ponerse? Si, conocía la respuesta, le encantaba verlo andar en ropa interior por toda la casa. Pero no dejaría que nadie más lo viera de esa forma. ¨Ya estas celoso Zayn y aun no es nada tuyo¨ esa molesta voz en su cabeza.
Liam empezó a colocarse la ropa que su dueño le presto, no era de su gusto. El azabache tenía un gran estilo para vestirse, aunque no fueran de un estilo completamente diferente, el ojimiel no estaba acostumbrado a muchas de las cosas que el ojimarron usaba. Zayn noto la expresión de poco agrado de Liam al ponerse la ropa.
-Lamento no tener otra ropa Liam, pero es que…- el ojimarron hizo una pausa y giro su rostro al cuerpo del castaño. El ojimiel era un poco mas alto y musculo que él –Nuestros cuerpos tienen unas pequeñas diferencias- y bajo su rostro algo apenado.
Liam sonrió al ver el color rojo pintarse en las mejillas de su amo. Zayn y él no eran tan diferentes corporalmente, pero si se buscaran los puntos en los que diferían corporalmente, eran esos. Unos centímetros más de altura y un poco de masa muscular superior al cuerpo de su dueño. Ya vestidos bajaron a la sala. Zayn buscaba las llaves del carro por toda la sala, mientras que Liam se observaba en el espejo. Pantalones algo pegados a su cuerpo, una camia negra y una chaqueta de cuero. Sencillo pero lo suficientemente guapo para no pasar desapercibido.
-¡Ya las encontré!- grito victoriosamente el azabache mientras levantaba sus manos al aire –Ya podemos irnos-.
Agarro a Liam del brazo y lo dirigió a la salida de la casa. Entraron al automóvil y partieron. La sonrisa del ojimarron no desapareció en todo el camino.
-¿Esta emocionado por algo amo?- pregunto tímidamente el castaño.
-Si- respondió el azabache mientras ponía su mirada en los ojos del ojimiel –Estoy emocionado porque es la primera vez que tú y yo salimos juntos- y coloco nuevamente su mirada en la carretera.
¨ ¿Esta emocionado por salir conmigo? Entonces esto es una cita ¿Puede existir una cosa mas hermosa que la sonrisa de mi amo?¨ Ya no tenia tiempo de recapacitar. Se había enamorado de su dueño y eso podía acarrearle problemas. El camino fue rápido, las casas de la gente adinerada no estaban muy lejos de las tiendas de mayor calidad. Ropa de renombre, lugares exóticos, ropa de diseñador y los nombres más reconocidos en la industria de la moda. Eso era lo que llenaba los ojos del ojimiel. Rápidamente el ojimarron estaciono el carro.
-Llegamos- dijo con la sonrisa en su rostro.
Liam trago saliva, no solo de compraría ropa, sino que, le compraría la mas cara que pudiera conseguir.
Tímidamente el castaño bajo del vehículo y siguió a su amo. Zayn noto lo incomodo que se sentía el ojimiel caminando a sus espaldas y una idea acudió a su mente. Se detuvo y agarro el brazo del castaño.
-¡Entremos a esa tienda!- dijo señalando un lugar algo retirado de donde se encontraban.
Sin soltar el brazo de su ¨mascota¨, Zayn corrió en dirección al lugar. La gente los observaba como si ellos no debieran estar entre las personas de su nivel. Dos niños corriendo en el parque, eso es lo que parecían a los ojos de los demás. Entraron en el primer establecimiento y una joven vestida al último grito de la moda se les acerco.
-¿Puedo ayudarlos en algo jóvenes?- dijo la chica de manera dulce.
-No gracias, nosotros nos haremos cargo- respondió el azabache de la misma forma.
-Si necesitan algo no duden en hablarnos- fue lo ultimo que comento antes de retirarse.
Una pequeña vuelta por el lugar para reconocer donde se encontraban colocadas las prendas.
-Escoge lo que quieras Liam, lo que gustes será tuyo- soltó de repente el azabache.
-Muchas gracias amo- respondió dulcemente el ojimiel.
Camino unos segundos mas por la tiendo y agarro las prendas de su gusto. Se midió lo que estaba seguro que tal vez no le quedaría. Y el resto lo tomo Zayn para el momento en el que tuvieran que pagar. El castaño no se lo había contado pero Zayn se percato que debajo de camisa se traía el collar. Si alguien lo veía no sabría como explicarlo, y si le buscaban problemas a Liam estaba dispuesto a defenderlo.
-Creo que esto es todo- dijo el castaño.
-Entonces vamos a pagar-.
La cajera los atendió rápidamente, el ojimarron pago todas las prendas con su tarjeta y agarrando las bolsas salieron del lugar, con el propósito de entrar a otro. Toda la tarde transcurrió casi de la misma manera. Correr de tienda en tienda, agarrar la ropa que mas le gustaba, pagar a las encargadas del lugar, aguantar las quejas de Zayn cuando agarraba poca ropa y muchas sonrisas coquetas. Al parecer algo más estaba pasando en la mente de su amo.
-¿No tienes hambre Liam? Porque yo si- soltó algo cansado el ojimarron.
El ojimiel solo asintió. No tenia ni idea de cómo dirigirse a su dueño en público. No podía hablarle como si fueran iguales, y no quería decirle amo en público, no fuera que alguien lo fuera a escuchar. Se dirigieron al restaurante más cercano y pasaron el resto de la tarde ahí.
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Ya llevaba tiempo sin usar un traje tan formal. Se veía muy bien, de eso no había duda. Camino entre las bolsas llenas de toda la ropa que su dueño le compro y salió del armario. Y como si el acontecimiento de la mañana se repitiera, al salir se encontró al azabache vestido con su traje. Ambos llevaban el saco y pantalón negro. La camisa blanca y zapatos de vestir negros.
-Sabia que ¨Versace¨ se te vería bien- dijo el ojimarron al ver a su castaño con el traje puesto.
El ojimiel salo se limito a bajar la cabeza apenado y responder con un gracias. Zayn se acerco a Liam y extendió sus brazos acercándolos a su cuello.
-Deja te ayudo con el moño- entre risas mentales Zayn se había percatado del hecho que el ojimiel venia peleando con moño en su cuello.
-Se le ve muy bien el color azul amo- soltó el castaño al ver el moño atado al cuello de su dueño.
-Te lo debo a ti, si no hubieras escogido este moño para mi, yo hubiera comprado el negro- respondió mientras amarraba la prenda al cuello del ojimiel.
-Liam…- la voz del ojimarron salió seca y sin vida de sus labios.
Un escalofrió recorrió su cuerpo -¿Mande amo?- respondió el ojimiel.
-¿Por qué traes tu collar debajo de la ropa?- un tono de furia aparecía en su voz.
-Recuerde que una mascota no se lo puede quitar, aparte no creo que nadie lo pueda ver abajo del traje- respondió.
Zayn bajo la mirada al suelo, Liam era muy terco con cosas tan insignificantes. ¿Qué más daba si llevaba el maldito collar o no? El preferiría que no lo usara para no recordarle el porque de estar juntos.
La puerta sonó desde la plata baja sacándolo de su mente.
-La limusina llego Liam, ya nos vamos- y se encamino a la salida de su habitación.
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Las risas de las personas pintaban el aire mezcladas entre la música que tocaba la orquesta y los pequeños ruidos que hacían las copas. Hombres en traje y mujeres con los vestidos más exquisitos de la temporada se encontraban congregados en el salón de la familia Styles. Zayn y Liam no habían cruzado palabras con casi ningún invitado salvo con Louis y Harry que ahora estaban mas ocupados casi besándose en una de las mesas finamente adornadas que se encontraban en el recinto.
La incomodidad que el castaño sentía al principio se desvaneció al paso de la velada. Las personas eran bastante agradables, muy corteses y nadie había descubierto su collar. Lo que mas le gustaba era pasar tiempo con su dueño. Platicas muy amenas y pequeñas risas como las que tenían en casa llenaron el espacio entre los dos. Ya se conocían lo suficiente en tan poco tiempo que casi no quedaban cosas del pasado que contar, solo el presente y un futuro.
-¿Quieres que te traiga otra copa de vino?- pregunto el ojimiel.
-Me agradaría mucho Liam- respondió el azabache.
Liam sonrió y se dio media vuelta con la copa casi vacía en la mano. El movimiento fue tan rápido que no pudo evitar chocar con una dama de edad madura.
-Discúlpeme señora no fue mi intención, no la había visto- dijo apenado el castaño.
La dama soltó una pequeña carcajada –No se preocupe joven, no se mancho mi vestido, aparte…- la mujer detuvo su comentario. Su rostro se lleno de furia e indignación. La adinerada mujer vio su collar -¡¿Una mascota entre nosotros?!- toda la habitación entro en silencio -¡Nunca en mi vida me había sentido mas ofendida! ¡Una creatura como tu no merece pasearse entre tus amos! ¡Me das tanto asco juguete sexual!- los gritos de mujer llenaron el cuarto.
Louis y Harry se pararon de su mesa con una cara de terror. El de los rulos no sabia de la situación de ellos dos, pero el ojiazul la tenia muy presente y lo que mas temía se había vuelto realidad. Todos los presenten pusieron su mirada en el joven de ojos color miel. La mujer estiro su brazo y desgarro la camisa del joven dejando al descubierto una parte de su pecho y su collar. Los invitados al ver ¨la marca de la mascota¨ se horrorizaron.
Liam bajo la mirada. La mujer tenía razón, era una mascota, indigna de los demás. Un juguete sexual que solo serbia para ser usado y desechado. Las lágrimas empezaron a escurrir por su rostro. Nunca en su vida lo habían avergonzado de esa manera.
-¡¿Cómo se atreve a hablarle de esa manera?!- la voz del ojimarron rompió el ambiente.
Se coloco entre la mujer y Liam, no dejaría que nadie le hablara de esa manera.
-¿Cómo se te ocurre traer eso a la fiesta?- exigió saber la mujer mientras con un dedo acusador apuntaba al castaño.
-¡Él no es un eso! ¡Es una persona que merece respeto!- vocifero el azabache.
-¿Respeto? No me hagas reír jovencito, es una sucia mascota- respondió la mujer.
-¡Liam no es ninguna mascota y no dejare que una vieja demacrada le hable de esa manera!-.
-¿Cómo te atreves? ¿A caso no sabes quien soy yo?- la indignación de mujer iba en aumento.
-Usted es la mas grande y despreciable persona que existe en todo este mundo- Zayn agarro del brazo a Liam –Nos vamos- y lo saco de la habitación donde todos los invitados los veían con los ojos abiertos a mas no poder.
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Al llegar a la casa del ojimarron, los dos jóvenes dejaron escapar un suspiro de alivio.
-¡Maldita vieja!- gritaba el azabache.
Golpeaba todo lo que estuviera a su paso, la ira lo estaba controlando. Giro su rostro bañado en rabia y vio al castaño con los ojos hechos agua y la cara marcada en llanto. Su corazón dio un vuelco y la furia desapareció. Se acerco al ojimiel y lo abrazo fuertemente.
-No le hagas caso a esa despreciable. Tu vales mucho mas que ella, no dejare que nadie te hable de esa manera nunca más Liam- las palabras fueron acompañadas de caricias a la espalda del castaño.
Las lagrimas seguían escapándose de sus ojos –Muchas gracias amo- y su cuerpo tembló –Muchas gracias-.
-No tienes nada que agradecer hermoso- respondió el azabache.
Liam no sabía como demostrar su agradecimiento por la manera en la que lo defendió delante de todo mundo. Una sola idea pintaba su mente y esa era la correcta. O eso creía el ojimiel.
Zayn sintió como la sangre le transitaba rápidamente por todo su cuerpo. La adrenalina aumentaba. ¿Era un sueño? No. Liam lo estaba besando. Él no tuvo que iniciarlo, el Cataño fue el que robo el beso. Un beso tierno, lleno de gratitud. Un beso que rompe todo los argumentos, un beso que rompe la distancia entre los dos, un beso de gratitud. Un beso de amor.