¿Y si te robo un beso?

By StilinskiDB_

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"-¿Y si te robo un beso?- susurró él con voz ronca con los labios muy cerca de mi boca. -No...- fue lo único... More

Dedicatoria.
Capítulo 1. ¿Quién demonios es ese chico?
Capítulo 2. Ojos verdes.
Capítulo 3. ¿Su primo?
Capítulo 4. Chico misterioso.
Capítulo 5. No somos nada.
Capítulo 6. ¿Y si te robo un beso?
Capítulo 7. ¿Quién es Blue?
Capítulo 8. Confundida.
Capítulo 9. Mi pasado.
Capítulo 10. ¡No lo nombres!
Capítulo 11. Ojos rojos e hinchados.
Capítulo 12. ¿O qué?
Capítulo 13. Amor a primera vista.
Capítulo 14. No me gusta.
Capítulo 15. No te contengas.
Capítulo 16. Me atraes.
Capítulo 17. Unas copas de más...
Capítulo 18. Ella.
Capítulo 19. ¿Qué pasó anoche?
Capítulo 20. Demasiado que pensar.
Capítulo 21. Secreto.
Capítulo 22. Te necesito.
Capítulo 23. Piscina.
Capítulo 25. No te odio.
Preguntas y Aviso
Capítulo 26. Tenía razón.
Aviso.
Capítulo 27. Es cierto.
Capítulo 28. La realidad es cruel.
Aviso y disculpas
Capítulo 29.
Capítulo 30. Parte uno
Capítulo 30. Parte dos
Capítulo 31. Todo vuelve a ser perfecto.
Capítulo 32. HOT.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35. Cumpleaños.
Capítulo 36.
Capítulo 37. Final.
Nota y Agradecimientos.
Especial #1
Especial #2
Especial #3
Segunda parte.

Capítulo 24. Novia.

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By StilinskiDB_

Cerré la puerta de mi habitación y me apoyé en ella. Había entrado a mi casa y corrido a mi habitación así no me encontraba con mamá. No escuché ningún ruido, lo que decía que no estaba en la casa, pero por las dudas. No podía verla, aún estaba enojada con ella. Y sé que no debería estarlo pero lo estoy. Así de simple.

Suspiré y pasé una mano por mi pelo. Lo tenía hecho un asco. Era culpa del cloro. Al agua de la piscina siempre le ponen cloro y te deja el cabello hecho un asco. Puto cloro.

Crucé mi habitación hacia mi armario y hurgué en él. Zachariah vendría por mí en un par de horas y me llevaría a su trabajo. Y aún no sé que ponerme. ¿Algo casual? ¿O algo más formal? Sacudí mi cabeza. Definitivamente iría con algo casual. Tomé unos jeans y mi musculosa favorita. Era más larga por detrás que por delante y era de color rojo. Perfecta. Tomé mis sandalias y un cambio de ropa interior. Iba a darme un baño.

Mamá llegó mientras yo estaba peinando mi cabello en mi habitación.

—Oh, estás aquí— dijo.

—Síp, aquí estoy— contesté.

Suspiró y me miró. La miré. — Sé que estás enojada conmigo, Lia pero…

—¿Pero qué? — la corté. —Está bien, mamá, sé que no debería estar enojada contigo, pero… Ya se me pasará.

—De acuerdo, sólo quería decirte que tu padre está viviendo con su hermano en esta ciudad. Dijo que quería disculparse contigo también, y yo le dije que tú no querías verlo. Dijo que respetaría tu decisión.

Cuando dejó de hablar la miré. —Algo bueno que hace— dije secamente.

—Lia, tu padre ha cambiado. Ha estado en rehabilitación y según él me dijo no ha bebido en todo este tiempo.

—Me alegro que haya hecho algo por su salud— dije indiferente. Terminé de peinarme y salí de mi habitación hacia el baño. Escuché a mamá seguirme.

Empecé a maquillarme.

—¿Sales?— preguntó.

Asentí y seguí con lo mío. Un poco de delineador, rímel y brillo en los labios y ya está.

—¿Con quién? Si se puede saber.

—No es una cita— le expliqué.

—Ajá, ¿y por qué te maquillas? Tú nunca te maquillas. A menos que salgas a una fiesta y a una fiesta así, no creo que vayas.

Miré mi atuendo. Sip, estaba muy casual para una fiesta. –No sabía que fueras tan observadora, ma.

Sonrió. –Lo soy. Bueno, pues… ¿me dirás?

Suspiré terminando de ponerme rímel en mis pestañas del ojo derecho. –Es el primo de Nare.

—No lo conozco, ¿quién es?

—Zachariah— seguí con el rímel del otro lado.

—Y… ¿Están saliendo?— preguntó.

—Algo así— sabía que mamá no diría nada a nadie pero por las dudas… —No le digas a nadie, mamá. Aún no… estoy lista para decirlo— no era la verdad, en realidad, pero no mentía.

—Mis labios están sellados.

Y luego de eso supe que mi enojo con mamá se había disipado. Me enojaba muchísimo aún lo que me dijo, y el que perdonara a papá, pero ella era mi mamá y no duraba mucho tiempo enojada con ella.

Faltaba poco para que Zachariah pasara por mí. Caminaba de un lado a otro en mi habitación, estaba nerviosa. Qué idiota. ¿Por qué tendría que estar nerviosa? Sonó el timbre. Bajé rápidamente las escaleras con mi cartera en mano. Esa cartera siempre me acompañaba a todos lados. Era una simple cartera de cuero color marrón con dos bolsillos delanteros. Tamaño mediano-chico era muy práctica.

Mamá abrió la puerta. Mierda.

—¿Está Lia?— escuché que preguntó la voz de Zacha mientras terminaba de bajar las escaleras y me dirigía hacia la puerta. Levantó la mirada de mi madre y sonrió.

—Aquí estoy— dije yo.

—Llámame luego— dijo mi mamá.

—Lo hará Sra. Green— respondió Zachariah por mí.

Pase a mi mamá y le di un beso en la mejilla. —Cuídate— me dijo.

—Yo lo haré por ella— contestó Zachariah haciendo que me sonrojara.

 Mamá asintió y se despidió de nosotros antes de entrar en la casa y cerrar la puerta. Me di vuelta y encaré a Zachariah.

—¿Qué demonios fue eso?— pregunté golpeándolo en el hombro.

Él se encogió fingiendo dolor. —Auch, vas a dislocarme el hombro. ¿Así es como me recibes? ¿Golpeándome? Eres una novia golpeadora— se burló.

Me quedé mirándolo fijamente. Él sonreía por su chiste de “novia golpeadora” pero al ver que yo no decía nada y lo miraba fijamente dejó de sonreír.

—¿Qué? ¿Qué dije?— preguntó algo confuso.

Me acababa de llamar su novia. Oh, Dios mío.

—Me acabas de llamar tu novia.

—Ah— dijo entendiendo mi reacción. Luego se acercó a mí y me tomó por la cintura. –Sí, eso hice— dijo acercando su rostro al mío.

—¿Por qué?— murmuré.

—Porque eso es lo que eres— contestó y me besó.  Y luego dijo entre beso y beso: —Eres. Mi. Novia. Mía.

Mi corazón daba todo tipo de saltos escucharlo decir eso. El que me besara aceleraba mis latidos pero el que me dijera eso mientras me besaba iba hacer que me dé un paro al corazón.

Dejó de besarme y me miró a los ojos. Había un brillo de felicidad en ellos.  Sonreí.

—Creo que deberíamos irnos o llegaré tarde— dijo dándome un último beso antes de tomar mi mano y llevarme hasta su camioneta aparcada en frente de mi casa. Últimamente usaba mucho su camioneta.

Nos subimos y arrancó. Manejó por unos veinte minutos. Y yo no tenía idea a dónde íbamos. Cinco minutos después frenó en frente de lo que parecía un bar.

—¿Trabajas en un bar? ¿Qué eres, barman?— pregunté riendo.

—Trabajo en un bar— respondió bajando de la camioneta para poder abrirme la puerta del otro lado. —Pero no soy barman.

—Oh, ¿qué eres? ¿Un camarero?— dije riendo y bajándome.

—Nop— dijo abriendo la parte trasera de su camioneta y sacó el estuche de una guitarra. —Soy músico.

Tomó mi mano y me dirigió hacia dentro. El bar era bastante grande. Pero estaba completamente vacío. A la izquierda estaba la barra y un chico estaba pasando un trapo sobre ella, las mesas cubrían todos los costados ya que en el medio parece que había un espacio para bailar. Y en el fondo había lo que parecía un escenario con instrumentos arriba. Una batería estaba allí y también estaban un micrófono y parlantes grandes.

—¡Ey Zacha, hombre!— escuché como gritó una voz masculina delante de nosotros.

Un chico rubio de ojos azules se acercó. Tenía el pelo peinado en punta hacia arriba haciéndolo ver sexy. Vestía unos pantalones negros de jean y una remera de los Guns N’ Roses.

—Ey Tom— saludó Zachariah.

—¿Quién es esta belleza?— preguntó él mirándome y sonriendo. ¿Belleza? ¿Con anteojos? ¿En serio?

Zachariah pasó un brazo por mi cintura y me atrajo hacia él. Su amigo vio el gesto y levantó las manos. —Está bien. Comprendí. Es tuya.

—Sí, lo es. Me alegro que entiendas, Tom— dijo Zachariah haciéndome sonrojar.

—Soy Tom— dijo él presentándose y estirando una mano. La tomé.

—Lia.

—Bonito nombre— dijo y se giró hacia Zacha. –Eddie está ahí atrás discutiendo que canción tocaremos, ¿puedes poner orden? Tú sabes que a mí no me escuchan.

Zacha asintió y me tomó de la mano. Seguimos a Tom. Nos llevó detrás del escenario. Allí habían dos chicos discutiendo. Un chico de pelo azul y no estoy bromeando tenía el pelo azul, llamó a gritos a otro chico pelirrojo, Jack, por lo que supuse que ese era Eddie.

—¡Oigan! Nos queda media hora para que el bar abra así que  cállense y discutan como personas maduras— gritó Zachariah a mi lado. Todo el mundo se calló y Zachariah tomó aire antes de hablar. —¿Cuáles son los temas propuestos?

Los demás chicos se acercaron a él y empezaron a hablar animadamente, dando sus opiniones de que temas tocar. Yo me separé del grupo dándoles espacio y me senté en unos de los sofás que había allí.

—¿Tú debes ser Lia, verdad?—dijo una voz femenina sobresaltándome. Era alta y delgada, con el pelo negro azabache y un piercing en la nariz. Era bonita.

—Sí, ¿y tú eres…?

—Lorraine, pero me dicen Ray —sonrió. Era amigable.

—Ray.

Asintió. —Zacha me ha hablado de ti— dijo sorprendiéndome. ¿Él le había hablado de mí?

—¿Lo ha hecho?

—Síp, y bastante. En todos estos ensayos nos ha vuelto locos a todos. Me alegro que estés con él. Se ve… más feliz.

—Yo… — no sé qué decir.

—Ahora llega más animado y pone orden de mejor humor. Él es el único que controla a mi hermanito— siguió hablando.

—¿Eddie? — pregunté y ella asintió.

—Edward es… un poco gruñón. No tiene paciencia para nada y Zacha es el único que lo pone en  su línea.

—Ey Ray, ya conociste a mi chica— dijo Zachariah apareciendo detrás de mí. Me sonrojé, Ray sonrió y asintió.

—¿Qué tema eligieron? — preguntó.

—El que compuso Tom el otro día. ¿A dónde vamos?

—Oh, ya lo recuerdo. Buena canción. Iré a vocalizar un poco.

Y entonces se levantó y se marchó dejando el espacio vacío a mi lado. Zachariah se sentó en él.

—Debo decir que estoy sorprendida— confesé.

—¿Ah? ¿Por qué? — preguntó él con curiosidad.

—Porque no me imaginé que estarías trabajando en una banda. O por lo menos que trabajarías.

—¿Pensabas que era un nene de mami? ¿Mantenido por mis padres?

—Algo así… lo siento— me disculpé. Zacha negó con la cabeza con una sonrisa y me atrajo hacia así para plantarme un beso en mis labios. Mis mejillas se sonrojaron rápidamente.

No estaba acostumbrada a que me besaran en público. Se ve que aquí todos sabían de nuestra relación y Zachariah parecía aprovechar de nuestro momento de “libertad”.

Zacha sonrió al ver mi sonrojo. —Eres linda cuando te sonrojas.

—Ya— le dije yo empujándolo y sonrojándome aún más. ¿Qué les pasaba hoy a mis mejillas?

—¿Qué? ¿No puedo decirte eso?

—No es eso… es que…— antes de que pudiera terminar la frase Jack apareció.

—Haremos un pequeño ensayo antes de tocar. Vamos.

Zachariah se levantó tomó mi mano y salimos detrás del escenario. Me llevó hasta un lugar en la barra cerca del escenario e hizo que me sentara. Chifló llamando al barman.

—Aiden, ella es Lia— nos presentó cuando apareció de nuevo el chico que estaba limpiando antes la barra. Tendría unos veinte años. Pelo marrón y largo, a pesar de que lo llevaba atado en una pequeña cola de caballo, era atractivo.

—Pide lo que quieras, pero sin alcohol— me dijo Zachariah.

Lo miré con el ceño fruncido. —¿Por qué sin alcohol?

—Primero, porque eres menor de edad y estás en un bar, sólo has entrado gracias a mí. Y segundo, porque la última vez que tomaste no terminó muy bien— dijo con picardía.

—¡Zachariah! — llamó Eddie.

Zachariah no se movió de su lugar. Sólo me miraba a mí, fijamente esperando a que esté de acuerdo al “no alcohol”.

—De acuerdo— dije cuando escuché llamar Eddie a Zachariah por tercera vez. —Ve, me quedaré aquí.

—Perfecto— dijo, me dio un beso y corrió hacia el escenario.

Se subió tomó su guitarra y la enchufó al amplificador. Esta guitarra era diferente, no era la que me mostró en su casa. Esta era una guitarra eléctrica y color negra con un dibujo de llamas en rojo.

El barman carraspeó. —¿Pedirás algo?

—Sí— dije dejando de mirar el escenario. —Sólo dame agua.

—¿Agua? Si quieres puedo prepararte un daiquiri sin alcohol. Sería lo mismo que un licuado.

Lo miré sorprendida por su ofrecimiento y asentí. —Sí, muchas gracias. — Asintió y se alejó a preparar mi bebida.

Volví la vista al escenario. Zachariah estaba allí afinando su guitarra. En la batería se había ubicado Eddie, en el bajo Tom, y como vocalista Ray. Todos estaban comprobando sus instrumentos, fijándose de que funcionen bien y no estén desafinados, en el caso del bajo y la guitarra.

Zachariah metió la mano en su bolsillo y sacó una púa. La apoyó contra las teclas e hizo sonar una nota de prueba. Luego asintió hacia los demás y volvió a tocar otra nota pero esta vez sosteniéndola, Eddie tocó sus palillos contando hasta tres y empezó a tocar los tambores con un ritmo moderado empezó a tocar dando comienzo a la canción. Luego se le sumó Tom en el bajo y por último Ray.

La canción era del ritmo pop-punk y la voz de Ray era espectacular. La canción hablaba sobre una chica diciéndole sus sentimientos a su novio, diciéndole que no lo entendía, preguntándole a dónde iban, a dónde iba su relación, si todavía existía un “nosotros”. Era bastante fuerte. Creo que Tom había expresando sus sentimientos allí.

Cuando terminaron Zachariah se sacó su guitarra y la dejó apoyada contra el parlante antes de bajar del escenario y correr hacia mí.

Yo ya había recibido mi daiquiri sin alcohol y lo bebía de una bombilla cuando llegó a mí. —¿Está rico, eso? — preguntó.

Asentí aún bebiendo. —¿Puedo probar?

Negué con la cabeza y dejé la bombilla. —Nop, es mío.

—Cómo quieras, dame un beso— dijo sonriendo y tomando mi barbilla para acercarla a su rostro y besarme, su lengua invadiendo la mía enseguida. Se alejó demasiado rápido para mi gusto y me miró con una sonrisa malvada.

—¿Qué? — dije levantando una ceja.

—Lo hice. Lo pobre. Rico, pero creo que le falta azúcar— contestó. Él solo rió y tomó mi vaso. Intenté alejarlo de él pero no pude; su fuerza era el doble a la mía, y tomó un trago directamente del vaso.

Suspiré viéndolo hacerlo. Cuando terminó lo dejó en su lugar, luego me miró y posó sus manos en mi cintura. —¿Te gustó el espectáculo?

—Tocan muy bien— contesté sonriendo. —Son una banda. ¿Tienen algún nombre?

—Los cuatro miserables.

Lo miré con ambas cejas levantadas. —¿En serio?

—Sip, como los cuatro fantásticos, pero en vez de fantásticos, miserables. Hemos cambiado el nombre muchas veces pero creo que ese era el que más nos identificaba— dijo sonriente. —Pero… creo que ahora deberíamos cambiarlo de nuevo.

—¿Por qué?

Él se acercó a mí, y me abrazó por la cintura. —Porque yo ya no soy miserable. Era miserable hasta que llegaste tú.

Mi respuesta fue besarlo. A veces no podía comparar este Zachariah con el primer Zachariah que conocí. Aún aparentaba ser un chico malo, pero con sus palabras y actos te demostraban lo contrario.

—Sabes, tú eras muy diferente al principio— dije una vez terminé de besarlo aún con nuestras frentes juntas.

—¿Sí?

—Sí, eras un arrogante engreído y juro que no te soportaba— reí.

—¿No me soportabas? Pero si era y soy encantador— y ahí venía su arrogancia. Negué con la cabeza.

—Eres encantador, pero eras… diferente. No conocía a este Zachariah, tierno y amable.

—¿Te parezco tierno? — dijo tomando mi rostro entre sus manos.

—Sí— dije dándole otro beso. Tener sus labios tan cerca y no besarlo era demasiado desesperante.

Me abrazó y enterró su cara en mi cuello. —El Zachariah este que conoces, como dices tú. Sólo lo conocen mi familia y mis amigos. Para el resto… soy malo, muy malo— dijo lo último divertido riendo en mi pelo.

El bar ya estaba abriendo y unos pocos clientes comenzaron a entrar. Zachariah y yo nos quedamos en la barra bebiendo y hablando entre besos, hasta que llegó el momento en que ellos actuaran. Los clientes ya habían llenado todo el lugar, parece que su banda era bastante conocida por la zona y los clientes frecuentes la esperaban ansiosos.

Zacha y los demás se acomodaron en sus puestos y volvieron a tocar la canción. Todos lo hicieron estupendo pero yo no podía sacar los ojos de Zacha. Viendo como tocaba la guitarra y se concentraba profundamente en ello.

Luego tocaron un par de canciones más de bandas conocidas, y cuando terminaron todos los clientes del bar los aplaudieron animadamente.

Zachariah me llevó a mi casa poco tiempo después, me acompañó hasta la puerta de mi casa y se despidió con un beso.

Tenía una sonrisa tonta cuando entré y me apoyé en la puerta, no podía parar de pensar en la hermosa noche que había pasado, así que cuando escuché la voz de Nare desde el sofá me asusté.

—¿Me podes explicar que es lo que acabo de ver?

—¿Nos viste? — pregunté temblorosa y acercándome a ella.

Asintió y se puso de pie. —Explícame y dime que no es lo que yo pienso.

No contesté.

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¡Hola! Aquí les tengo otro cap :) Creo que es más largo que los demás, no lo sé, pero me llevó un par de ojas más en Word que los otros. Bueno, espero que les haya gustado, no se olviden comentar y votar si les gustó.

Espero tener el cap para el otro sábado.

Besos, Vani.

Pd: Estoy subiendo otra novela, es una historia corta, ¿podrían pasarse? Se llama "No me digas adiós" Acá les dejo el link pero si no búsquenla en mi perfil :)

http://www.wattpad.com/story/21213835-no-me-digas-adi%C3%B3s

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