Crónicas Saturnianas I : Híbr...

By alyssareigns96

2.2K 111 139

Intensa, Romántica y llena de acción! Esta historia, te cautivará desde el inicio. Zoee Holt es una extrater... More

PROLOGO: "ANTES DE TODO"
PARTE I
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
PARTE II
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Cap. 25
Cap. 26
Cap. 27
Cap. 28
Cap. 29
Cap. 30
Cap. 31
Cap. 32
PARTE III
Cap. 33
Cap. 34
Cap. 35
Cap. 36
Cap. 37
Cap. 38
Cap. 39
Cap. 40
Cap. 41
Cap. 42
Cap. 43
Cap. 44
Cap. 45
Cap. 46
Cap. 47
Cap. 48
Cap. 49
Cap. 50
Cap. 51
Cap. 52
Cap. 53
Cap. 54
Cap. 55
Cap. 56
EPÍLOGO
¡Próximamente!

Cap. 7

55 2 0
By alyssareigns96


1000 i'wos después de la caída de Saturno.

La tierra. Ciudad de Nyx. "Reino Puro" 01:05 pm.

La lluvia ya había comenzado a cesar, pero no del todo.

Thayer seguía con aquella mirada azulada oscura que hacía revolotear a la oscuridad dentro de mí. Su rostro era ira pura y podía notar lo dolido que se sentía con respecto a "nuestro intenso pasado".

Con Thayer, mi historia no empezó de una manera muy buena. Y tampoco termino en los mejores términos.

Situé el paragua, una y otra vez, en una posición en la que me pudiera proteger del aguacero leve que estaba cayendo y decidí hablar por fin.

-yo...—respondo cabizbaja. –lo siento. Siento que las cosas hayan...

-no importa. — me interrumpe, y comienza a caminar. — ya no importa.

¿Por qué siempre tiene que comportarse así? ¿Por qué no puede madurar?

El oscuro comienza a adentrarse en el parque y sin decirme que lo siga, lo hago, porque si me quedo parada aquí, como una idiota resentida, jamás averiguare que es todo este tema de él con Kohn B. y mi abuela.

Caminamos por un buen rato. Thayer lidera el paso, y yo lo sigo por detrás algo avergonzada por lo que ha pasado hace un momento. Me molesta esto, me molesta estar siguiéndolo como un cachorrito asustado y arrepentido, pero lo que más me molesta es el silencio, es esta tranquilidad que siento al dar un "paseo" con Thayer, así que me detengo en seco. No puedo permitir que mis confusos sentimientos por el oscuro me nublen el juicio.

- ¿Por qué estamos aquí? —pregunto enojada. Pero no enojada con él, sino que conmigo misma por seguirle y disfrutar de este pequeño momento.

-por muchas razones. —responde Thayer con tono ligero como si todo lo de antes quedara olvidado.

Yo no protesto, porque la verdad es que me conviene que olvide todo y deje el pasado donde debe estar, en el mismísimo y cabreado pasado. Pero...

- ¿alguna vez vas a dejar de ser tan melodramático?

Thayer se voltea hacia mi dirección y por un momento pienso que dirá algo, pero no lo hace, porque en vez de discutir conmigo, se acerca a mi apresurado, su paraguas choca con el mío y agradezco que este objeto me ayude a alejarme de él.

-sería mucho pedir que solo caminaras y esperaras un poco, en silencio. —dice molesto. Sus ojos se oscurecen más cuando se molesta.

No digo nada. Asiento molesto y me exijo a mí misma a no dejar las cosas, así como así. Me exijo darle una lección a este oscuro.

Thayer camina rápidamente para alejarse de mí y guiar la ruta que hemos seguido durante un buen rato, pero ya estoy harta de seguirle la huella así que lo adelanto con convicción y me situó frente a él, impidiéndole el paso, mientras le dirijo una mirada fría y decidida a su afilado y pálido rostro.

-Thayer, basta. –le ordeno que pare. —Me dirás todo ahora mismo en este lugar. —levanto mi mano para moverla con molestia. —y si no lo haces, yo...

- ¡¿tú qué?!—me interrumpe con fuerza. Yo lo miro sorprendida. — ¿tú que, Zoee? ¿Qué harás? —me desafía con su mirada azulada. Camina hacia mi dirección eliminando el espacio que queda entre nosotros, pero gracias a los paraguas nuestros cuerpos no se rozan.

Gracias paraguas, de nuevo.

-hare lo que tenga que hacer para acabar con todo esto. —respondo a su amenaza con seguridad y un deje de convicción.

-que yo recuerde, sigues siendo luz. –me recuerda, burlesco. -y los de tu especie no son capaces de ensuciarse las manos por si solos.

Mi boca se abre para decir algo, pero solo salen bufidos.

- ¿Qué? –me desafía, --¿Qué, Zoee?

Yo frunzo mi ceño y lo empujo desde su hombro.

-también soy oscura. –murmuro entre dientes. –y los de TU especie sí que son capaces de ensuciarse las manos por si solos. Así que... ¿quieres tentar al destino?

Él solo me observa, sin responder nada. Solo me mira directo a los ojos, esperando que falle, esperando que sus palabras no dichas me asusten, pero yo sostengo su mirada, entrecerrando los ojos para darle un toque de drama a la situación y para que el realmente crea en mis palabras, porque en verdad lo dije sin ninguna pisca de falsedad, estoy dispuesta a hacer lo que sea para que Thayer deje todo el teatro de chico misterio que le queda tan bien y me diga todo lo que sabe de una vez por todas.

-si así lo deseas...-responde intimidante y me toma de uno de mis brazos arrastrándome junto a él, de nuevo. –así será.

Yo intento alejarme de él, pero decido que ya no tiene importancia seguir luchando. Si Thayer solo va a hablar cuando yo me deje someter por su persona, tendré que aguantarme su teatro melodramático de chico oscuro irresistible y misterioso.

El viento corre con fuerza, haciendo volar las hojas de los árboles que están en el suelo, mi abrigo alargado se vuela con facilidad y el frio me cala los huesos.

En estos momentos desearía irme a casa. Desearía que Thayer jamás le hubiera creído a mi abuela y siguiera pensando que yo estaba muerta, pero no era así. Desearía poder sentarme frente al televisor y tomar una taza de chocolate caliente, como debe ser servida en un día de lluvia, como las chicas normales, como las humanas o las Sat de luz, pero recuerdo que jamás podré hacer eso.

La lluvia ha cesado ya y solo se percibía el frio, Thayer me dirige con fuerza hacia una de esas pérgolas típicas que están en los parques; aquellas que son redondas, de madera, pintadas de color blanco y adornadas con unas pocas enredaderas de colores y que dentro tiene unas bancas incomodas y mojadas.

-siéntate. —suelta su agarre y me señala la banca. Yo con lo obstinada que soy no le hago caso, tiro mi paraguas a la banca y me cruzo de brazos.

Ya no más misterios.

-habla. —exijo con molestia y tono de orden.

-como quieras...-se encoje de hombros aburrido, y se sienta en la banca, apoyando sus codos en las rodillas y entrelazando sus dedos protegidos por sus guantes de cuero.

Se ve tan jodidamente hermoso así, y no puedo evitar no mirarlo. Espere... ¿Qué?

-quiero que trabajemos juntos en esto, Zoee. —señala dedicándome una mirada tan azulada que me hace estremecer. Lo dice de una manera tan suplicante y cansada que, aunque quiera reaccionar con alguna objeción, no puedo. —y antes que digas algo o me intentes amenazar de nuevo, déjame explicarme.

-hazlo, por favor. –digo, ya no tan cabreada como antes. — he esperado toda la mañana por eso. — evito la mirada seria de Thayer, porque todo lo que tenga que ver con él jamás es algo bueno.

-es cierto, tu abuela me contacto. —explica, algo que ya se con certeza y mi paciencia está acabándose. Pero siento que lo ha dicho para calmarse a sí mismo y no para informarme "de nuevo" de algo que ya se. —Pero no fue solo para advertirme sobre Kohn, sino que ella hablo sobre ti...-se obliga a sí mismo a callar, pero yo le dedico una mirada que lo dice todo. –sobre ti y la historia que te precede.

- ¿Qué?

Me falta el aliento. Me falta el habla. Me falta la fuerza.

¡Mi abuela le hablo del designio!

Mi abuela le dijo a Thayer —el oscuro que desbloqueo mi hibridad—sobre el maldito designio que me ha perseguido desde el día en el que mis padres me concibieron. Le habló sobre una profecía, sobre un designio del que ni siquiera yo estoy muy bien enterada, y sé que esto no puede ser peor.

-sobre tu destino...-me aclara, como si fuera una tonta.

Aquella profecía habla sobre un grupo de "elegidos" que están destinados a salvar a mi raza de la extinción y liberarlos de la maldad y las diferencias que los gobiernan, para hacer que las legiones vuelvan al equilibrio y encuentren la paz. Pero eso no es todo, porque aquel grupo de "elegidos" deben ser liderados por un(a) salvador(a) que los guie en la misión con el único objetivo de salir victoriosos de una batalla que no ha empezado y que tampoco se sabe contra quien se llevara a cabo. Lo peor de todo es que es por esa estúpida profecía que Kohn B. me quiere a mí y a mi hermano, ya que el maldito líder oscuro cree (como mi abuela y, ahora, Thayer) que tiene que ver conmigo, solo por ser hibrida. Lo que Kohn no sabe es que esa profecía puede hablar sobre cualquiera, no solo sobre mí.

- ¿Qué te dijo? —pregunte entre dientes, aun sorprendida y molesta por todo esto. Me acerco a él y me siento a su lado, pero a una distancia segura.

-todo lo que ella sabe. —dice con convicción y algo de orgullo, como si tener a una profecía persiguiéndote fuera lo más increíble de la vida.

- ¡por supuesto que lo hizo! —exclamo con algo de envidia hacia Thayer. Él no merece saber más que yo sobre esta profecía. –todo lo que ella sabe y todo lo que yo no sé.

-sé que estas algo nublada en este tema, Zoee, pero...

lo interrumpo y me levanto furiosa.

- ¡¿Por qué justo tú tienes que saber algo que yo no?!– exijo, con seriedad. – ¡¿Por qué tienes que estar informado sobre el tema de Kohn ?!—añado más frustrada que molesta. – ¿Por qué, Thayer? ¿Por qué justo tenías que ser tú?

-no es de tu incumbencia. —responde nervioso, como si realmente estuviera obligado a ocultarme algo.

- ¿no es de mi incumbencia? —repito sus palabras con incredulidad. No puedo creer lo que está pasando. —entonces no sé qué hago aun escuchándote aquí. —comento con voz despectiva y me volteo con la intención de alejarme de aquí, pero Thayer es más rápido y toma de mi muñeca para tirarme de vuelta y obligarme a volver a mi asiento.

-no te vayas. —dice, y de nuevo puedo percibir aquella necesidad, aquella suplica en su tono de voz.

Thayer es... impredecible.

-entonces dime que tienes tú que ver con todo esto. —digo con urgencia. Él solo me mira con algo de tristeza. — Thayer, por favor.

-es complicado. —sentencia. Baja su mirada como un pequeño al que regañan.

Maldito y extraño oscuro.

-quizás mi abuela sabe que tú fuiste quien desbloqueo mi hibridad y...

-no es solo eso. –me interrumpe. –es...

- ¿es en serio? —dejo escapar una risa carente de humor. – ¿vas a seguir con esto? ¿Qué es tan complicado? ¿Qué es lo que no puedes contarme? Nos conocemos desde hace tantos años...

-gente que...tu y yo no somos los únicos involucrados en esto...más Sat están bajo la mira de Kohn B. —responde subiendo su rostro de nuevo, quedando a la misma altura que el mío, y por primera vez en casi dos años, me siento muy incómoda frente a él.

- ¿Sats importantes para ti?

Sus ojos brillan más de lo normal por unos segundos y es la única respuesta que necesito.

Thayer no está aquí en Nyx por mí, está aquí por sus hermanas. Cammille y Linda D'laud, las hermanas menores de Thayer son lo único que podría motivarlo a cometer atentados contra su propia vida o contra su legión. Ellas son la única razón que se me ocurre para que mi imbécil oscuro favorito se quiera enfrascar en una misión suicida contra el líder de su propia legión.

La familia de Thayer es todo un caos, al igual que la mía, y quizás—he estado reflexionando—que por eso me sentía extrañamente unida a Thayer. Quizás por eso tome una decisión tan drástica como dejarlo entrar en mi corazón, solo porque Thayer me entendía, entendía mi dolor, mi destino cruel, y conocía a la verdadera Zoee, la Sat que estaba detrás de la luz, de la oscuridad bloqueada y todo lo demás.

Thayer fue una de las pocas personas que jamás me juzgo por nada, y aunque nuestra relación era bastante mala, con el tiempo las cosas comenzaron a cambiar totalmente. No sé en qué momento fue, pero...Pero sé que en el momento que elegí aceptar mis sentimientos por Thayer, mucha gente salió dañada, gente que realmente me importaba.

-sé que no soy muy confiable. Sé que no soy quien para que confíes en mí. —Señalo con delicadeza. —pero... pero en esto sí que puedes hacerlo. —digo, pensando en cómo Cammille y yo nos hicimos tan amigas en la escuela y en como Linda estaba enamorada de Timy.

Ellas y tampoco mi hermano, no se merecen esto, no se merecen estar frente a la amenaza que significa Kohn B.

-sé que tienes miles de razones para no creer en mi palabra, Thayer...--añado, cuando él no me responde.

Sus ojos se fijaron en mi rostro, y por segunda vez en lo que llevamos viéndonos de nuevo, su atención se desvió a mi boca.

Y yo...

Yo volví a sentir el impulso de lanzarme sobre él y besarlo como antes, pero mi luz me freno de hacerlo.

-confió en ti, Zoee. —comenta con seguridad. Aleja su mirada de mí, sabiendo que se está adentrando en terreno peligroso. — jamás he desconfiado de ti. —Sonríe bobaliconamente. —es solo que esto me es difícil de explicar y ...

-comprendo. –lo interrumpo. –aunque creo que se dé que podría tratarse todo esto.

- ¿ah, ¿sí? — enarca una ceja. — ¿Qué piensas?

-creo que se trata...--reflexiono mis palabras y suspiro. —De tus hermanas, en especial de Linda. —añadí telepáticamente.

Si, puedo hacerlo. Soy mitad oscura, puedo hablar con él telepáticamente, pero hace mucho que no lo hacía, y créanme que requirió de toda mi esencia hibrida y una gran concentración lograr que funcionara.

Thayer se exalta ante mi acción de telepatía y luego sonríe de manera satisfactoria, como si le agradara aquella extraña intimidad que se siente cuando otro te habla entre pensamientos.

Y me molesta. Realmente me molesta que sonría provocativamente, pero por el momento no puedo odiarlo. No me lo he permitido.

-algo...--comenta el en mi mente y su voz es tan sexy como en la realidad.

- ¿algo? —. respondo en voz alta. — ¿Qué significa eso?

- que si está relacionado con ellas. —guarda silencio y me dedica una mirada comprometedora. —casi de la misma manera en la que está relacionado Timothy con el tema de Kohn B.

Yo me quedo sin palabra.

Ahí, en aquella pérgola, con el viento corriendo muy rápido, con la neblina disipándose, con mis manos congeladas y mis mejillas y nariz enrojecidas por el frio... me quedo ahí, inmóvil, porque no sé cómo reaccionar a esta revelación, no sé cómo hacerlo.

Timothy, Linda y Cammie. Todos inocentes, todos hermanos, y lamentablemente todos involucrados en una batalla que no les pertenece. Esto no puede ser peor.

Si Kohn sabe sobre mí, es obvio que sabe quién desbloqueo mi hibridad, y la única manera que tiene de acercarse a nosotros es a través de nuestras familias.

-no quería preocuparte más de lo que ya estabas con todo este tema. —confiesa, mientras pasa una de sus manos por su oscuro cabello, desordenándolo un poco, viéndose más natural y más joven al hacerlo.

-no lo hiciste. –Confieso, con voz monótona. —Mi grado de preocupación es tan alto, que ya nada podría llegar a superarlo. —Explico, con algo de angustia en mis palabras, ya que es bastante preocupante que yo no tenga un límite real en cuanto a emociones. —de todos modos... ¿Por qué Kohn esta tan interesado en nuestros hermanos?

Se la respuesta, pero solo quiero saber qué es lo que piensa Thayer al respecto.

-ese es el gran tema por discutir. —suspira. —Es la razón por la que necesito que trabajemos juntos en esto. —señala, con un tono de urgencia en cada palabra.

"Juntos". De nuevo esa palabra. Yo trabajo sola por razones obvias y hasta un ciego sería capaz de notar porque no involucro a nadie en mis misiones, pero Thayer es testarudo y arrogante, así que debo decirle directamente las razones por las que el "trabajar juntos" es una mala idea.

-no lo hare. —sentencio. —no puedo hacerlo Thayer, lo siento.

- ¿Qué no puedes hacer? —señala, impaciente.

-no trabajare contigo. –aclaro, algo exasperada. No me gusta dar explicaciones, ni mucho menos dárselas a Thayer. —es demasiado peligroso que trabajemos en esto juntos como tú lo deseas. —suspiro y continúo: —yo soy una hibrida buscada por miles de personas y Sats en el mundo. —susurro. Muevo mis manos para enfatizar cada palabra y darle más drama a mi declaración. —Cualquier persona que intente establecer una relación de trabajo o de lo que sea conmigo, está condenada. —añado, y termino bajando mi mirada y centrando mi atención en el piso húmedo de la pérgola. —Esta jodidamente condenada. —concluyo más para mí que para él.

Un silencio mortal gobierna el lugar.

-yo ya estoy condenado. —Dice Thayer con seriedad. —Lo estoy desde...--suspira de manera dramática. —lo estoy desde que me involucre hace casi dos años contigo, y créeme que no me arrepiento de haberlo hecho.

Yo no digo nada. Estoy demasiado sorprendida y algo nerviosa con su declaración.

-sabes que no tengo miedo. –añade, acercando su rostro aperlado hacia el mío. –soy oscuro, al fin y al cabo. —y lo aleja, dejando una estela de frio donde sus palabras fueron susurradas.

Levanto mi mirada y dirijo mi atención al chico peligroso que tengo frente a mí, aquel ser oscuro que se convirtió en mi perdición y en lo único prohibido que más he deseado en mi vida. Y es por eso por lo que no puedo incluirlo en esto. No puedo dejar que Thayer se meta en esto, es demasiado peligroso, y aunque odie admitirlo, no me gustaría verlo morir porque es importante para mí. Además, si trabajamos juntos sería mucho más fácil para Kohn encontrarnos, y eso es algo que los dos queremos evitar.

-mi respuesta siempre será un No. —digo con voz segura.

- ¿Por qué no? dime la verdad Zoee. —exige Thayer.

Lo miro exasperada, y debo contener la rabia para no golpear su burlona expresión.

- ¡porque no quiero ponerte en peligro! —. exclamo exasperada., más alto de lo que esperaba. Miro a mí alrededor, asegurándome de que nadie esté tan cerca como para oírme. — soy un peligro, Thayer. –confieso con un hilo de voz, ocultando mi cara entre mis manos.

Cuando nosotros, los Sat, perdemos los estribos, nuestras esencias que son puramente energía conectada con todo, genera reacciones químicas que hacen notar nuestras verdaderas facciones, nuestros rasgos alienígenas. Así que taparme la cara es algo que aprendí por las malas, porque al ser hibrida, mi aspecto es mucho más llamativo que el de los demás Sats.

-hey...—Thayer toma mis manos y las apartas de mi rostro, envolviéndolas con las suyas, las cuales están heladas como siempre. Me evalúa con sus hermosos ojos azules, observándome y consumiéndome con su hermosa mirada. —no le tengo miedo al peligro ¿recuerdas? —. sonríe levemente y presiona su agarre en mis manos. — de hecho, recuerdo que te deje bien en claro que...--se vuelve a acercar a mí y su respiración se mezcla con la mía. —me gusta el peligro. — sus ojos se oscurecen al mencionar la última frase.

Puedo darme cuenta de nuestra cercanía y de cómo el toque de Thayer ha afectado a mis sentidos. Estoy en un tipo de trance, ahogándome en sus ojos azul zafiro, y aunque sé que es estúpido, quiero acortar la distancia entre nosotros, quiero besarlo y creer que ya nada tiene que importarme, pero...

Pero entre nosotros hay una brecha muy grande y demasiado difícil de sellar. Tenemos muchas cosas que resolver y que conversar. Además, en el pasado dañamos a personas que realmente me importaban, personas que no merecían ser dañadas, y si beso a Thayer en estos momentos, estaré traicionándolos una vez más. Estaré traicionándome a mí misma una vez más.

Me alejo lentamente de su agarre, y volteo mi vista hacia el frente para poder distraerme.

Los árboles que nos rodean tienen un toque casi mágico. Están compuestos de hojas de todos los tonos: amarillo, verde claro, café, dorado, naranjo, y tantos otros, pero solo una de ellas me llama la atención. Una de las hojas tiene un toque dorado y verde, es extraña pero hermosa a la vez, y me recuerda a alguien que hace que mis esencias revoloteen por todo mí ser. Ryker. Y su recuerdo es suficiente para hacerme entrar en razón.

-pensare en tu propuesta. —digo en voz baja. Me levanto rápidamente de la banca y trato de ocultar el rubor de mis mejillas que ha sido provocado por el recuerdo de Ryker. — pero quiero detalles de todo, ahora.

Me mira algo sorprendido, tratando de comprender mi repentina actitud, porque sé que la decisión que acabo de tomar no es la más certera o correcta, pero si todo este tema pone en peligro a dos pequeños inocentes (y, quizás, a la humanidad), no me quedare de manos cruzadas. Simplemente no dejare que triunfe Kohn o quien sea que quiera comenzar una guerra, y si tengo que unirme a Thayer en esta misión, lo hare. Aunque no quiera hacerlo.

-muy bien. —él asiente, aceptando. Juega con sus manos que cuelgan entre sus piernas de manera despreocupada. — pero no podremos seguir hablando, hasta mañana.

- ¿Por qué? —pregunto con seriedad. — ¿Qué pasa ahora?

Pensé que él quería mi ayuda "desesperadamente".

-creo que ya es hora de que regreses a casa. —señala, mirando su reloj de cristal, con toques de plata elegante.

¿Ese reloj? ¡Por los dioses! yo le regale ese reloj en su cumpleaños número 17. (Thayer es dos años mayor que yo. tiene 19 ahora). Recuerdo que fue la primera y única vez que candase me arrastro a una fiesta de Thayer, y aquella fiesta era nada más ni nada menos que "la gran celebración de su cumpleaños".

Recuerdo que Thayer ya estaba en su último año y a nosotras (a mí y a Candase) nos faltaban aun dos para escapar de aquel desagradable y estricto establecimiento. También recuerdo que ese reloj tiene demasiada historia, y que ese día fue tan terrible como decisivo en mi vida.

Recuerdo a Candase. Ella era la típica humana perfecta que todos deseaban llevarse a la cama, Sats incluidos. Ella con sus ojos azul profundo, mejillas rosadas, labios perfectamente moldeados, nariz respingada, cabello acaramelado y con una sonrisa tan contagiosa que nadie salía invicto de sonreír al oír sus historias, ni siquiera yo, era la reina de la escuela. El problema era que a Candase le gustaba la atención, así que les daba a todas falsas esperanzas, para que siguieran persiguiéndola hasta el fin de su dignidad. Solo a uno no podía darle falsas esperanzas y esa excepción era Thayer.

Candase estaba locamente atraída por la actitud misteriosa del oscuro. Thayer para ella era un reto, no solo porque fuera alienígena, sino porque él era oscuro, y eso le llamaba tanto la atención que se prometió a si misma ganar su corazón y aunque pensara que al final lo había logrado, Thayer estaba interesado en otra persona. Y ambas fuimos muy idiotas como para notarlo.

Recuerdo que, aunque Candase y yo fuéramos tan diferentes, era mi mejor amiga y fue la única que he tenido en toda mi vida, y la traicione. Rompí su corazón en mil pedazos. La traicione de la peor forma. Candase como lo siento.

Candase y yo esa semana de la fiesta, estábamos en la cafetería y ella de lo único que hablaba era de cómo lograría que Thayer le pidiera que fuera su novia de manera más formal, ese sábado próximo. El sábado de la fiesta.

El instituto estaba vuelto loco con la noticia de que Thayer daría una gran fiesta en su enorme casa, que ni siquiera era de él, sino que de uno de sus grandes amigos oscuros. Cuando yo me enteré de que él había comenzado a salir en verdad con una humana, una humana tan tonta y frágil como Candase, casi lo mato de tanta rabia que tenía, porque él sabe muy bien que está prohibido para nosotros fraternizar con humanos de esa forma, pero el maldito solo me respondió: <<tranquila Zoee, es solo diversión>> y yo le respondí tan furiosa: <<Maldito oscuro insensible>>

Me prometí a mí misma que no dejaría que le hiciera daño a Candase, pero al final fui yo la que le causo más daño del que Thayer podía hacerle, cuando me involucre con su novio.

Recuerdo que aquel miércoles, Candase contaba los días para el sábado, tenía hasta un cronometro en su teléfono para ver cuantas horas faltaban para el cumpleaños de su perfecto Thayer.

- ¿Cómo estas tan segura de que eso será un gran regalo? —pregunte, cuando ella me contó que tiene planeado acostarse con el oscuro insensible.

Las amigas descerebradas de Candase me miraban con una mezcla de sorpresa y confusión.

-es el mejor regalo que le puede dar, Zoee. —comenta Britt, una descerebrada del equipo de porristas.

-es tan romántico...--suspiran las gemelas peli teñidas que siempre se nos pegan como chicle en todos los almuerzos. — Eres tan única Candase. —dice una de ellas, creo que Glove.

Yo dejo escapar un bufido y no puedo evitar rodar los ojos.

Estas humanas ni siquiera saben que Candase solo "las deja estar con nosotras" porque necesita de admiradoras que le digan que si a todo. Ella necesita que alguien haga siempre el trabajo sucio que no quiere hacer. Ni siquiera las considera sus amigas, son más bien sus subordinadas y las muy idiotas se prestan para todo eso con tal de estar junto a la chica más popular de la escuela.

Estúpidas humanas.

-es lo más estúpido que podría haber oído, Candase. —replique asqueada por la poca moral que tienen estas humanas. Todas me miran con desagrado y algo de dolor. — ¿Qué?, es lo que pienso.

Cada vez que escucho este tipo de conversaciones, agradezco inmensamente ser extraterrestre. Los humanos son tan involucionados, que a veces me dan lastima.

Al haber sido criada por Sats de luz, mi percepción del sexo es mucho más trascendental que la de los humanos o los oscuros. Para la legión de luz, conectarse de esa forma con otro Sat es un paso importante por mezclar tu energía con la de otra persona. Además, cuando los de mi especie tienen sexo, es algo digno de aprecia según palabras de mi abuela.

-vamos Zoee, quiero tu apoyo en esto. —suplica Candase, con cara de perrito abandonado.

-no te apoyaría, aunque estuviera tan ebria que ni siquiera podría decir mi nombre. -respondo con desagrado en cada palabra, y centro mi atención de nuevo en mi comida. –candase, es que simplemente no puede hacerlo...--suspiro y la miro de reojo para saber que me está tomando atención, y como siempre, lo hace. —además, ni siquiera es un regalo, porque todos sabemos que ya te has enrollado con él miles de veces. —susurro esto último, para que las subordinadas de Candase no comenten nada.

-no tienes que ser tan moralista todo el tiempo, Zoee. —dice Candase haciendo un puchero. —sé que no te agrada Thayer, pero...

-pero nada, Candase. –dejo escapar un gruñido de molestia. Me exaspera que sea tan insistente. –Thayer no solo no me agrada, lo detesto. —aclaro, con tono agrio y levanto mi mirada en dirección a ella, quien me mira desilusionada. —eres mi mejor amiga y te respeto, es por eso por lo que no creo que esto sea una gran idea.

La verdad es que no es solo por eso. Es porque me crie en una familia de saturnianos de luz, y créanme que podría darle miles de razones más a Candase para hacerla entrar en razón y se dé cuenta que Thayer no vale el esfuerzo que ella está haciendo por sentir que él la quiere.

- ¿Por qué no? —frunce el ceño como una niñita. —Zoee a mí en verdad me gusta. —lo dice en susurro como si no quisiera que nadie se enterara de que por primera vez alguien la ha amarrado. Lo peor es que ese alguien es un extraterrestre oscuro insensible.

Sus amigas descerebradas suspiran con dramatismo. Adoro a Candase, pero a veces me colma la paciencia.

-como quieras. —digo, rendida y molesta. —Haz lo que creas que es correcto. —hago un gesto desdeñoso con mi mano y vuelvo mi atención a mi jugo, el cual es tan desabrido y falso como las amigas de Candase.

- ¡gracias! —exclama con emoción y aplaudiendo con alegría. Intenta abrazarme, pero luego recuerda que no me agrada mucho que la gente haga eso. —Eres la mejor. —añade. Piensa y apoya su cabeza en una de sus manos- ¿iras, cierto?

NO, eso es lo que quiero decir, pero Candase no descansara hasta verme en ese lugar con un vestido decente, un regalo y disfrutando de alguna mala compañía.

- ¿A dónde? —. pregunto haciéndome la desentendida.

-a la fiesta, tontita. —responde, enredando unos de mis risos en sus dedos, y yo la aparto con una risita divertida.

-no lo creo. —rio descaradamente. –no es mi estilo, menos si tu "querido novio" es el cumpleañero.

- ¡oh, vamos Zoee!, te divertirás. No puedo hacer esto sin ti. —exagera. Pone sus manos sobre mi brazo y se inclina un poco para susurrarme algo al oído. —además, ira Cooper.

Yo me estremezco ante la mención de aquel nombre.

Lucas Cooper es mi debilidad, mi humana debilidad. Es inteligente, talentoso, humanitario y aunque tiene una reputación de ser hijito de papi, jamás ha dañado una mosca. Es prácticamente un recipiente lleno de buenas energías. Con tan solo estar a su alrededor me siento satisfecha.

Lucas Cooper. Bien, admito que me atraía, pero era un humano y yo no podía pensar en el más que como un amigo o una bolsa de energía para mí parte de luz.

-no sé por qué piensas que él me agrada. —comento en un susurro inseguro.

-porque...-reflexiona de una forma divertida y me desafía con sus ojos. –Thayer me dijo que te divertiste mucho con él en el castigo...

¿Thayer? ¿Qué sabe él sobre ese castigo? ¿Me habrá estado espiando?

Lo que más me llama la atención es que él probablemente le conto eso a Candase porque sabía que ella armaría un gran caso con el tema de que yo "compartí sonrisas, historias y risas" con el risueño Lucas

Era obvio que Thayer lo tenía todo calculado. Él quería que Candase creyera que Cooper me atraía en verdad solo para molestarme.

¡No sé porque lo hace! es como si su mayor pasatiempo es hacerme la vida imposible.

Si quiero aclarar el tema de Cooper con Candase, no puedo permitir que nadie más lo descubra, así que debo alejar a sus subordinadas lo más pronto posible de esta mesa.

-creo que tienen que irse. —me dirijo a las amigas de Candase y ellas me miran con odio y algo de miedo, pero no se mueven. — ¡Ahora! —les ordeno.

Ellas toman sus bandejas, le dedican una mirada de "ayúdanos" a Candase, pero ella solo hace un gesto despreocupado con sus hombros y sus amigas tontas se van indignadas, mientras yo rio para mis adentros.

Ahora que estamos solas, es momento de la verdad.

Aún quedan alumnos en la cafetería y queda mucho tiempo para entrar al próximo bloque, así que tengo tiempo de convencer a candase de que no quiero ir a la fiesta.

-Candase. —Llamo su atención y ella sonríen con complicidad. — ¿Realmente crees que me interesa Cooper? —pregunto un poco apenada, porque la verdad es que me interesa un poquitito, pero no puedo admitirlo. Ella me observa, sus ojos se vuelven dos rendijas, pareciendo como los de un gato, y sonríe.

-siempre supe que estabas destinada a estar con él. — bebe de mi jugo y luego hace un gesto de desagrado con la boca. Yo sonrió divertida también. — harían una linda pareja, Zoee. Lo sabes. —comenta con una seriedad que jamás había visto en ella, y yo quedo perpleja.

Estoy segura de que eso se lo ha dicho Thayer. Maldito oscuro.

-no lo creo...-bufo algo nerviosa y avergonzada (jamás me había sentido así y mi luz lo estaba disfrutando al máximo) realmente estoy incomoda con esta situación, porque no soy de las chicas que se pasan hablando de chicos como las amigas descerebradas de Candase, sino que soy todo lo contrario: reservada como una Sat de luz corriente. — jamás estaría con Cooper. Es demasiado... no lo sé, no podría imaginarme con él.

Ni, aunque quisiera, me digo a mí misma.

- ¿Por qué? —pregunta con tristeza, candase. — ¿no notas como te mira?

- ¿me mira? —pregunto algo sorprendida. Ella asiente— pensé que solo hablaba conmigo por cortesía. No lo sé la verdad. —me encojo de hombros.

Candase me señala con la mirada que voltee y no lo hago, porque no es necesario, ya que puedo saber exactamente lo que está pasando a mis espaldas.

Lucas Cooper está sentado con sus amigos, mirándome disimuladamente y pensando si me volteare en algún momento, pero, aunque quiera hacerlo, aunque quiera voltearme, no lo haría porque mi luz se encendería de la vergüenza y las buenas intenciones que arroja el alma de Cooper hacia mí bastarían para confundirme.

Lo sé. Sé que es obvio que se cómo me mira, pero si solo Candase supiera que yo no puedo amar a nadie porque es muy peligroso, ella me entendería. Ella entendería que no puedo estar con un humano como él.

-Amiga...-me voltea por completo en su dirección, quedando frente a frente. Pone sus manos en mis hombros para que le tome atención. Es tan melodramática como Thayer. — Lucas Cooper está loco por ti desde la primera vez que te vio.

¿Loco por mí? Eso es imposible. Realmente pensé hasta que me odiaba por como he tratado a casi todas las chicas que lo siguen a todas partes. De hecho, ni siquiera pensé que supiera mi nombre, porque, aunque soy presidenta de varios comités y la capitana del equipo de natación, el jamás ha demostrado sentirse atraído por mí.

A excepción de sus miraditas extrañas que de repente logro descubrir, pero asumí que eso era porque soy alienígena.

- ¿en serio? —enarco una ceja. — No creo que eso sea cierto...--muevo la cabeza en negación, más para convencerme a mí misma de que Cooper no se siente de esa forma por mí.

Porque estoy empezando a creérmelo.

Candase bufa y se ve algo impaciente por hacerme entrar en razón.

-sabes que soy la reina de los rumores ¿cierto? —Pregunta seria, yo asiento. —Pues bueno, se dice que él espera con ansias otro castigo para pasar tiempo a solas contigo, amiga—sonríe cómplice.

¡A solas!

Este chico no sabe en lo que se está metiendo, pero...

¡Él quiere estar a solas conmigo de nuevo! Y la idea hace que mi luz se llene de alegría.

- ¿Quién te lo ha dicho? —pregunto despreocupada, aunque sé que mis mejillas están al más rojo vivo, y es por culpa de mi luz.

-una persona muy cercana a él. —guiña un ojo. Yo la miro expectante, esperando que me lo diga. --¡Zoee! La identidad de mi informante es confidencial, lo siento.

Si, reitero lo dicho: Candase es tan dramática como su novio.

-pues de todos modos no iré...

- ¡vamos, Zoee! —ella me alienta. —Al menos si no te importa Cooper o Thayer ...--yo la fulmino con la mirada y ella levanta sus manos en señal de inocencia. —al menos hazlo por mí.

¡Rayos! Sabía que haría eso.

Ella acaba de ocupar su arma secreta: a sí misma para hacerme ceder y no sé cómo escapar de esto.

Miro a mí alrededor, la gente ya está saliendo a los patios y no entiendo porque lo hacen. La cafetería está mucho más cálida que los patios, y es mucho más acogedora en esta época de nevazones.

Candase me mira expectante, esperando una respuesta, pero yo dirijo mi mirada más allá de ella, y puedo ver a Cooper, apoyado en la mesa de sus compañeros del equipo de basquetbol, riendo y jugando con su comida. De un momento a otro nuestras miradas se encuentras y podría decir que él me dedica una sonrisa y un gesto disimulado con la mano, como saludándome.

-ni siquiera sé que regalarle. —señalo derrotada, pero consciente de que Candase esta radiante por mi insinuante respuesta.

- ¿eso significa que iras? -pregunta emocionada y apretando mis muñecas con nerviosismo.

-si. –suspiro y dejo de mirar el lugar donde esta Cooper. —si iré. —respondo entre dientes.

Ella chilla de felicidad.

Se levanta y toma su bandeja, haciéndome un gesto de que haga lo mismo. Su sonrisa de felicidad es lo único que me mantiene tranquila (más bien mantiene a mi luz tranquila) y no al borde de colapsar por lo que acabo de hacer.

- ¡genial! esto será épico-dibuja la palabra épico en el aire con entusiasmo. —y con relación al regalo...-piensa. —no lo sé, quizás deberías preguntarle que desea. —ríe porque sabe que la mataría si me obligara a hacer eso. Le dedico una mirada fulminante y ella calla, sin dejar escapar una sonrisa bobalicona. – Es broma. -me empuja levemente. —sabes que te quiero, Zoee.

Estos gestos simples me hacen sonreír. Estos momentos divertidos y normales son los que alimenta a mi luz día a día. Es por eso por lo que soy amiga de Candase, porque ella es tan simple y no se preocupa por nada. Además, siempre es tan optimista que no necesito ser demasiado buena para mantenerme en pie, porque ella me proporciona las buenas intenciones (y las malas también) que necesito para sobrevivir.

-Candase, en serio...--la miro con seriedad. — ¿Qué le llevo de regalo? —pregunto mientras dejamos nuestras bandejas donde se debe.

-no lo sé, quizás un reloj. —responde algo distraída, como siempre.

- ¿un reloj? —enarco una ceja. Jamás hubiera pensado en ello. — no creo que tu novio sea del tipo de chico que ocupe un reloj.

-pues, aunque no lo creas, me conto que lo perdió en una apuesta. —comenta mientras caminamos en dirección a la salida. — y se ha quejado demasiado, diciendo que extraña "controlar" el tiempo, así que sería un buen regalo, creo yo. —señala viendo su teléfono, mientras yo me dirijo a abrir la puerta.

Pero alguien se me adelanta y lo hace por nosotras.

Cooper. Maldición.

-déjame abrirla por ti. —propone con una hermosa y blanca sonrisa, mientras tira de la puerta.

Candase sonríe con complicidad y alegría. Sé que quiere gritar y reír en este momento de felicidad, pero gracias al cielo mide su entusiasmo y lo centra en su celular.

-gracias, pero yo lo podría haber hecho sola. —comento ofendido, mientras paso a través del umbral de la puerta.

Cooper solo se encoje de hombros, no entendiendo que su gesto "caballeros" a herido mi ego Sat.

Él me sigue y toma con delicadeza mi brazo para hacerme voltear. Me sobresalto, pero lo controlo, porque su toque ha enviado mis sentidos de Sat de luz a las nubes y cuando eso pasa no pienso con razón.

La verdad es que no pienso y ya.

- ¡Hey, Zoee! -trata de llamar mi atención. - yo solo quería...-sus ojos se oscurecen y parecen más mágicos que antes. — ¿Podemos hablar un momento? -propone nervioso

-yo...-mis ideas no son coherentes, ¿Por qué mi madre tenía que bloquear mi parte oscura y no la sentimental de luz?

-claro que puede. —responde Candase por mí, con demasiado entusiasmo. —te dejo, querida. — se aleja y me guiña un ojo. — nos vemos después. — y se aleja sin más, desapareciendo entre la multitud, dejándome sola, junto a un chico que quizás SI me guste.

- ¿Qué quieres Cooper? -pregunto con voz queda. No quiero ser mala, pero si no lo soy, esto podría tomar un mal camino.

O uno demasiado bueno.

- ¿estas molesta conmigo? -pregunta algo desilusionado. –¿he dicho algo que te ha hecho sentir mal?

-la verdad, nada. —suspiro. —Yo Emm...-no sé porque me comporto como una estúpida humana nerviosa, pero solo lo hago. — lo siento, no quise ser grosera, es solo que tengo algo de prisa.

-pues de eso me di cuenta. —sonríe de una manera tan humana que despierta a mi luz de nuevo. — debes ir a entrenar ¿cierto? -comenta con seguridad, mientras caminamos por el pasillo con paso lento.

¿Por qué él sabe eso?

Me siento más nerviosa ahora. Aprieto más mis libros a mi pecho y agarro mi bolso con fuerza. Este chico no sabe lo que está provocando en mi esencia de luz.

- ¿Cómo lo sabes? -pregunto intrigada.

-pues yo...--pasa una mano por sus hermosos cabellos castaños oscuros. — uno de los chicos tiene una pretendiente en el equipo...

Eso ha sido una buena excusa.

-claro...-musito. — ¿Qué quieres hablar conmigo? -pregunto con más delicadeza esta vez.

-yo...—paramos cerca de la entrada que da al gimnasio. —Me preguntaba si querrías ir conmigo el sábado a la fiesta del novio de tu amiga. —propone muy nervioso y rápido, casi escupiendo las palabras.

Tranquilo humano, yo también estoy nerviosa.

Realmente no me esperaba que esto pasara tan rápido. Lucas Cooper invitando a la sombra de la chica más popular a una fiesta de un chico mayor. Bien jugado Cooper.

-yo... --mis mejillas comienzan a sonrojarse y estoy intentando con todas mis fuerzas que no lleguen a ganarme esta vez. —no sé qué decir.

Cooper va a decir algo, pero no le tomo atención porque ¡bang! ¡Sorpresa! Thayer está en una de las esquinas del pasillo, apoyado despreocupadamente en los casilleros, con los brazos cruzados y una mirada divertida, una mirada que va dirigida a mí.

Siento como un escalofrió recorre mi espalda y comprendo que no estoy alucinando. Thayer, el oscuro idiota, está espiándome descaradamente.

-no sería una cita. —comenta Cooper con una voz más convincente que me trae a la realidad (de ese entonces). —algo entre amigos. Algo entre compañero de castigo—bromea y deja escapar una risita que se me contagia.

Puedo sentir como sus sentimientos se arremolinan en su mente, y sé que lo que dijo Candase es cierto: a Lucas Cooper le gusto demasiado y eso me asusta.

-está bien. —Respondo algo distraída. —una cita de amigos entonces. —propongo y Cooper sonríe.

Siento la esencia de Thayer más potente que antes y aunque mi hibridad no esté activada, puedo sentir que se ha molestado por algo.

¿Por qué? de todos modos no me importa.

-entonces te recogeré a las ocho. —sonríe de manera natural y me besa levemente la mejilla, en gesto de despedida. Me sonrojo sin poder evitarlo y me quedo congelada en aquel lugar, con los nervios de puntas y mi luz bailando feliz dentro de mi ser. —nos vemos-se despide, alejándose por el pasillo que da a su clase.

Estoy extasiada, sorprendida y confundida. Jamás nadie me había hecho sentir esos tres sentimientos juntos.

Sus labios sobre mi mejilla se sintieron tan suaves y reales que no pude evitar rozar con mis dedos el lugar donde él me había besado.

En eso el estúpido de Thayer se acerca a mí con una mirada tan azulada que eclipsa toda mi felicidad.

- ¿Quién es el dueño de esa hermosa sonrisa? —pregunta, coqueto.

Siempre el mismo inoportuno Thayer. Siempre el mismo galán y patán oscuro.

Dejo de sonreír y mis labios forman una línea recta y monótona. No estoy de humor para los comentarios galantes de este engreído oscuro.

-piérdete Thayer. —respondo, caminando hacia el gimnasio con paso firme y rápido.

-solo si es contigo, hermosa. —me guiña un ojo, y se sitúa al lado mío.

- ¿no tienes que pasar el tiempo con Candase? -pregunto molesta.

-tengo tiempo de sobra para eso. —Sonríe cómplice y yo no puedo evitar dejar escapar un bufido de exasperación. — ¿Qué quería Cooper? —. pregunta de improvisto y algo molesto.

-no es de tu incumbencia, Thayer. —respondo con odio en cada palabra. Él solo me observa detenidamente y luego se sitúa frente a mí, impidiéndome el paso de manera hostil. –Apártate. —le ordeno entre dientes, pero no lo hace. —apártate o te juro que...

- ¿Qué? ¿Qué harás? —pregunta acercándose un poco a mí de una manera provocadora. — ¿matarme?

-podría hacerlo. -lo amenazo, segura de mí misma.

-no lo creo, LUZ. —Dice divertido y se aleja de mí de manera elegante. —nos vemos el sábado. —grita desde lejos.

Lo odio y punto.

Una gota de agua cae sobre mi frente y vuelvo a concentrarme en el presente. Cuando un rayo parte el cielo, me sobresalto un poco y soy consciente de donde estoy, pero no recuerdo de que estábamos hablando con Thayer.

-disculpa ¿Qué me decías? —pregunto, poniendo atención a otra cosa que no sea el reloj.

-que ya deberías estar en casa, porque Timothy llegara pronto. —responde algo confundido.

Se levanta y yo hago lo mismo, abre su paraguas y yo el mío (que realmente es de él) y Salimos de la pérgola, aventurándonos en la ráfaga de lluvia nueva.

-cierto. —Veo la hora en mi celular— ¿Cuándo volveremos a hablar sobre este tema?

-mañana. —responde, y camina un poco más rápido, como si no quisiera seguir hablando. — mañana por la mañana.

-bueno. —Lo miro evaluativamente y frunzo mi ceño. — Espero que cumplas tu palabra. —respondo con seriedad.

Él se acerca a mí, quizás demasiado y pone una de sus manos sobre mi mejilla, dejándome helada como la misma nieve.

Pasa uno de sus dedos por mi frente para limpiar las gotas de lluvia, y mi corazón se saltó un latido.

-siempre cumplo mis promesas.

y desaparece un haz de oscuridad, mientras yo aún siento su toque frio sobre mi mejilla.

Miro a mí alrededor y no hay nadie ni a 500 metros a la redonda y me alegro, porque sería terrible tener que explicarle a algún humano lo que ha pasado entre nosotros, sabiendo que luzco como luz y Thayer luce...bueno, como Thayer.

Camino hacia la salida del parque, en dirección a esperar un deslizador. Hace mucho frio y las calles siguen infectas de autos y personas que corren para no mojarse con el aguacero. Aunque siento que con la lluvia la gente sale más, ya que solo se ven paraguas de distintos colores en las aceras continúas.

Cuando llego a mi casa, son las cinco de la tarde. Estuve atrapada en tráfico casi media hora, y cuando me bajé del auto, la lluvia había recuperado mucha fuerza, haciéndome difícil evitar mojarme.

Entre empapada y con demasiado frio al hall del edificio, ya que una desventaja de ser extraterrestre (quizás la única) es que sentimos todo tres veces más fuerte que los humanos, es decir, podría estar muriendo de frio en estos momentos, pero se puede soportar. Aun así, nosotros sentimos las emociones mucho más que los humanos, pero somos más tolerantes.

Camino por la recepción, los guardias me saludan y yo les devuelvo el gesto con educación, como cualquier Sat de luz lo haría, paso a los otros residentes, algunos conocidos, otros no, y logro llegar al ascensor. Llego a mi piso y camino rápidamente por el pasillo, casi tiritando (todo es peor cuando eres un extraterrestre y mucho peor cuando eres hibrida) mi cabello esta mojado y mi piel broceada se ha tornado de un tono más pálido, así que deben imaginar cómo me siento en estos momentos.

Cuando llego a mi puerta, las manos me tiritan tanto que me es casi imposible abrirla con las llaves, así que decido utilizar mis dones híbridos para hacerlo, pero cuando estoy a punto de hacerlo, alguien más la abre para mí.

Ryker.

Continue Reading

You'll Also Like

90.8K 4.5K 22
T/N llegó dentro del mundo digital mucho antes que pomni, tn se lleva bien con todos menos con Jax.
601K 46.2K 55
❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos están cegando. Hay muchas cosas que me gust...
281K 28.1K 46
[LIBRO 1] No respires cerca de él. No lo mires a los ojos. No le preguntes por su collar. No busques las razones. Es él, la imagen de la perfección m...
40.4K 984 17
Notificaciones • @mariobautistagil a comenzado a seguirte •@mariobautistagil le ha gustado tu foto