Estaba yo, tranquilamente paseando con papá y Marie entre las calles de la ciudad.
Es la primera vez que venía con Papá y Marie a la ciudad solo para pasearnos.
Según mi padre, le hará bien a mí estado de ánimo.
Ya que SEGÚN ÉL, ando alterada mentalmente ya que en momentos estoy triste, en otros feliz, en otros enojada, en otros graciosa y en otros con ganas de matar al mundo.
¡Qué exagero para dirigirse así hacia mí honesta persona!.
Me llama bipolar indirectamente.
¡A mí!.
¡Me dice bipolar a mí!
¿Acaso se ha mirado a él mismo?.
Él es más bipolar que la galaxia entera. Además, ¡Nunca sabes cuándo hará o no hará algo!.
Cómo ahora, que repentinamente nos trajo a la ciudad siendo que a duras penas me deja salir al patio de casa.
- ¿Estás bien Camille?, Estás con una mirada rara... -me preguntó Marie.
- Si estoy bien -dije mirando con ojos entrecerrados y fulminantes a mi padre que se encontraba acariciando a un cachorro de la calle.
Bueno, papá tiene una pequeña debilidad por los perros, le encantan, pero nada le encanta más que...
- ¡UNICORNIO!, ¡PAPÁ MIRA ESA TIENDA LLENA DE FIGURAS Y OBJETOS DE UNICORNIO! -dije eufórica al ver tras una vitrina de una tienda a lo lejos, que mostraba varios peluches y objetos con temática de unicornio.
Mi padre en ese mismo instante dejó de acariciar al cachorro.
Me miró mostrándose tranquilo, pero sus ojos brillaban ansiosos.
Y así ambos fuimos sin dudar en dirección a esa tienda.
Donde lógicamente y sin dudar ingresamos dirigiéndonos de inmediato a todo aquello que tenía la forma y el dibujo de un unicornio.
- ¿Son su esposo e hija? -escuché preguntar a la vendedora a Marie.
No pude evitar escuchar su conversación. Así que fingidamente me fui acercando a ellas mientras miraba los peluches uno a uno.
- Ah sí -dijo sonriente Marie.
- Su esposo parece ser un buen padre, nunca vi a uno ayudar a su hija a escoger algún peluche o cosas del estilo -continuó hablando la mujer.
- Bueno, la verdad... -dijo Marie dando una pequeña risita mientras se cubría ligeramente la boca.
Ja, claro, mi padre es perfecto, bueno, casi perfecto, quitándole su sed de sangre quizá...
- ¿Cuánto cuesta este? -dijo mi padre acercándose a ellas- Le busque mucho el precio no lo he hallado en ningún lado -dijo mostrándole el objeto.
Que por cierto, era un hermoso marco para fotos estilo collage lleno de dibujos de unicornios.
- Ah, es una buena elección, ¿Es para su hija? -le preguntó la vendedora sonriente mientras tomaba el marco.
- ¿Está usted loca?, Es para mí -dijo tan serio que la vendedora quedó algo impresionada.
- A-Ah claro... ¿Le gustan los unicornios? -dijo algo incrédula la mujer mientras verificaba el precio del marco.
- ¿No pueden gustarme acaso? -dijo papá mirándola fríamente y con molestia.
- No para nada no quise decir eso -dijo algo asustada la mujer.
Es divertido ver siempre esto. ¿El marco de foto será para su escritorio?, He visto que se le rompió el anterior, el que tenía mis fotos, se le habrá caído...
En eso veo hacia afuera. Y veo pasar nuevamente al chico que se parecía a Claude.
Dejé el peluche que tenía en manos y salí corriendo a buscarle aprovechando que mi padre y Marie estaban ocupados.
- ¡Claude espera! -dije corriendo hacia el chico.
El continuó caminando como si nada, ignorándome.
¡No podía equivocarme!, ¡Estoy segura que es él!.
- ¡Oye Claude! -dije acelerando el paso y alcanzándolo.
Lo tomé del hombro y lo giré.
El me miró asombrado.
Y por fin pude verle bien.
Este no es Claude... Claude no tiene los ojos azules y tampoco sale sin sus lentes por su miopía...
- Ah lo siento, creo que te confundí -dije disculpándome algo avergonzada.
El chico sonrió de medio lado y desarregló mis cabellos.
- No hay problema -me dijo.
Esa voz definitivamente era Claude.
- ¿¡CLAUDE!?, ¿Qué haces sin anteojos?, Además, ¿Tus ojos siempre fueron azules? -dije algo bastante sorprendida.
- Son lentillas, con aumento. Los anteojos molestan cuando trabajo, no tuve opción -dijo serio cuando de repente se sorprendió el mismo por la respuesta que dió.
Bingo. Se acaba de delatar. Entonces el qué lloraba la vez pasada... ¿¡Era Claude!?, ¿Por qué?.
- Entonces... ¿Eres tú el que lloraba la otra vez?, ¿¡Por qué Claude!? -dije preocupándome.
- Es la primera vez que nos vemos señorita, Creo... Creo que me estás confundiendo con alguien más -dijo desviando la mirada y tapándose el rostro a medias.
No pude confundirlo la otra vez también... ¿O sí?.
No, no, estoy segura que era Claude.
- Ya veo... -le dije sonriéndole- ¿Entonces me dirás porque no vas a clases? -le dije.
- Ah eso es porque... Hay mucho trabajo que hacer con papá... Ando ocupado -dijo- Muy ocupado, pero cuando me encargue de todo volveré, tengo permiso del colegio -me dijo tranquilamente hasta que se percató de la respuesta que dió nuevamente.
- ¿En verdad crees que no me dí cuenta?, ya sé que eres tú Claude, deja de mentirme -dije suspirando.
- Definitivamente los disfraces e infiltración no son para mí -susurró admitiendo su rendición a mis palabras.
- ¿Problemas internos?, ¿Puede ayudar mi presencia? -le dije preocupada.
- No Camille, no puedes meterte en los problemas internos de otras divisiones, eso es declarar guerra. Lo que menos querrás es una guerra de divisiones actualmente -me dijo posando una de sus manos sobre mi cabeza- Pero no es nada que yo no pueda resolver, ya sabes, después de todo soy Claude De Luca, heredero principal de los de Cosa Nostra, ¿No? -me sonrió.
- ¿Por qué siempre están ocupados?... Marcus, Anthony y tú.... -suspiré- Últimamente se siente vacío sin la presencia de ustedes en el colegio -le sonreí.
El me miró algo sorprendido, entonces me sonrió cálidamente, posó su mano sobre mi cabeza y la acarició.
- Porque es nuestro deber, como herederos... -dijo tranquilamente.
- ¿Y yo no soy acaso también una heredera?, ¿Por qué nunca estoy ocupada como ustedes o resolviendo cosas como ustedes? -le dije frunciendo el ceño.
Marcus es el heredero de la segunda rama de los Ndrangheta, sin embargo, aunque pertenece a la segunda rama, es más ocupado que yo, que pertenezco a la rama principal. ¿Por qué?.
Anthony, es el heredero de la rama principal de los Camorra, entiendo que esté ocupado, así como Claude.
¿Pero por qué yo siendo de la rama principal no estoy igual de ocupada?.
¡Apuesto a que el heredero de los de Sacra Corona Unita también debe ser igual de ocupado que ellos!.
¿Entonces por qué yo no?...
- Ah, ¿Estás sola?, ¿Volviste a escapar de casa? -me preguntó ahora preocupado Claude sacándome de mis pensamientos.
- No, vine con papá y Marie -le respondí.
- Entonces deberías volver con ellos, antes que se preocupen -me dijo- Nos vemos -y dicho esto se fue.
Sin que siquiera pudiera responder.
Y solo me quedé con más dudas...