- Y básicamente eso fue lo que sucedió -dije abrazando mis piernas haciéndome una bolita en mi cama.
Nathan y Baron me miraban fijamente.
- ¿Dices que Anthony te evita desde entonces?, ¿Y las veces que te encontraste con él y le preguntaste rápidamente se apartaba? -dijo Baron pensativo mientras tenía una de sus manos sujetando su mentón.
Asentí algo triste. La verdad es que me preocupaba Anthony, y más todavía cuando no se deja ayudar. ¡Es un idiota!.
- Quizá s-solo no quiere que te preocupes por él, o q-quizá quiere salir de esto por sí mismo -dijo sonriendo tiernamente Nathan, entonces se sonrojó- D-digo, d-debe estar preocupado por ti, Y-yo, Y-yo odiaría hacer que C-Camille se sienta mal por mis problemas -se rascó la nuca avergonzado.
Nathan no ha cambiado mucho. Pero está bien, gracias a él puedo siempre tener en quien confiar.
- ¿Qué tal si lo invitas a venir hoy?, Estaremos para ayudarlos -dijo Baron sonriente.
- ¿No querrás decir que "Papá" estará allí para matarlo? -dije entre risas.
- Ah, olvidaba eso... -dijo Baron con un gesto bastante cómico.
- Bueno, sería raro si lo invitas de la nada a tu casa, y solo a él, t-tu padre si pensa-pensaría que es otra cosa -sonrió- ¿Y si vamos "de compras"?, Baron va al centro comercial a hacer las compras tú y yo, a la casa de Anthony. T-tú padre no sospechara si nos llevamos a Baron -finalizó.
- ¿¡Eh!?, ¿Y por qué yo debo hacer las compras mientras que tú estarás con ella? -dijo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
- Porque... ¿sí? -dijo Nathan.
- Nathan, ¿Qué haría yo sin ti?, Siempre creas soluciones donde no las veo, ¡Gracias! -dije lanzándome hacia él y abrazándolo.
Baron miró con una mueca de disgusto. En cuanto a Nathan, me atrapó en el aire, correspondió a mi abrazo, pero se quedó completamente rojo.
- ¡P-podrías lastimarte si te lanzabas y N-no te atrapara! -dijo rojo como el lindo tomate que siempre fue.
- Pero sé que siempre estarás ahí para atraparme -dije mirándolo fijamente a sus ojos.
El dejó de abrazarme, se apartó de mí, se cubrió el rostro, me dió la espalda, y se agachó al suelo. Muy tiernamente.
- ¡P-para!, ¡N-no es jus-justo-justo que juegues así c-con mi corazón!, ¡D-Deja de ser tan tierna! -dijo mientras se mantuvo en ese rincón avergonzado.
- Bien, Nathan está indispuesto, iremos solo tú y yo Camille -dijo Baron y Nathan se paró rápidamente.
Miró decidido a Baron, aunque el color rojo de sus mejillas no se iba.
- ¡S-sí puedo ir! -dijo apretando sus puños y desviando la mirada.
- Rayos... Yo quería estar con Camille -dijo agachando la cabeza Baron.
- La cuidaré -dijo Nathan.
Eso colmó el vaso de paciencia de Baron. Se acercó a Nathan y le tomó del cuello de su remera.
- ¡¡Bastaaaardo!!, ¿¡Por qué siempre tú debes actuar tan cercano a ella!? -dijo sacudiéndolo, luego le soltó y se dirigió a la puerta- Camille, iré a preparar tus cosas, ve a llamar a Anthony y pídele la dirección de su casa, si no te la da, llama a su padre -dicho esto deprimidamente salió de la habitación.
Nathan y yo estábamos sorprendidos. Baron, actúa muy raro e impulsivo a veces, y siempre involucra a Nathan. Pobrecito de Nathan.
Entonces fuimos por el celular, y llamé a Anthony.
- Buenas tardes Anthony -dije al escuchar que me atendió.
- ¿¡Ca-Camille!?, D-digo, Buenas tardes Camille, ¿Desde cuándo tienes mi número? -dijo él.
- Tengo el de todos, en fin, ¿Estás en casa? -le dije.
Hubo silencio al otro lado.
- ¿Ehm?, ¿Anto..? -entonces me interrumpió.
- Sí estoy... ¿Vas a venir? -dijo con la voz dudosa.
- Sí, así que habla con Nathan y dile donde viv... -me volvió a interrumpir.
- ¡Lo siento!, No quiero que vengas ahora, tengo cosas que terminar -entonces colgó la llamada.
Anthony nunca actúa así. Realmente algo sucede con él, el es sereno y tranquilo. ¿Por qué ahora se comporta así?.
Entonces Nathan llamó a su padre, el le dió la dirección. Una vez que la tuvimos Baron, Nathan y yo, nos fuimos. Baron convenció a papá, por suerte. Y nos dejó ir.
Bueno, si Anthony no se hubiese mudado, estoy segura de que hubiera ido a su casa directamente. Pero, él vive ahora solo, Anthony quería vivir en un apartamento, pero su padre insistió tanto que le regaló una casa.
Aún no entiendo porque Anthony decidió vivir solo, apenas tiene 17 años, ¿Estará bien que haya dejado de vivir con su padre?, Allá él tiene seguridad... Y... ¿Quién lo mantiene si vive solo ahora?. Bueno, no puedo evitar preocuparme por él.
Dejamos a Baron en el centro comercial, entonces Nathan y yo, fuimos a casa de Anthony.
Era una casa común y corriente, al fin veo algo que no es exagerado, je. Nathan tocó el timbre. Escuchamos los pasos de Anthony acercarse.
- Buenas tar... ¿¡Camille!? -dijo al abrir la puerta.
Intentó cerrarla pero Nathan se interpuso. Ambos empezaron a forcejear, venció Nathan y ahora estábamos dentro de su casa.
Anthony parecía avergonzado. Estaba tensamente sentado en su sofá.
- Linda casa Anthony -le dije.
- Gracias -el parecía triste.
- ¿Cómo te mantienes? -pregunté.
- Bueno, por el momento estoy usando aún mis ahorros y parte de la herencia de mi padre... -se rascó la nuca.
Algo no me cuadra. ¿Por qué dejaría de vivir con su padre?, ¿Por qué se separaría de él?, ¿Por qué juega a ser una persona normal viniendo aquí?... ¿Acaso lo que le sucedió en el entrenamiento lo afecto tanto?... ¿El... Dejará la mafia?, ¡Pero eso!...
- ¿Por qué tú te separaste?, ¿Planeas... Planeas abandonar la mafia? -dije preocupada mirándolo.
El no respondió. Nathan me miró sorprendido.
- Anthony, ¡Eso es imposible lo sabes!, Te considerarán un traidor y... Deberás matarte, o irán por ti donde sea que escapes... Anthony, ¡Y-yo no podré protegerte si es así! -dije levantándome del sofá muy preocupada.
El me sonrió gentilmente.
- ¿Te parece bien? -dijo mirando sus manos- Nacemos presos de este mundo, lamentablemente. Este mismo mundo, es tan cruel, es un camino de perdición en donde nos matamos los unos a los otros, por control, por dinero, por ritos... Nacemos, sin escoger pertenecer o no a la mafia, simplemente se nos obliga a pertenecer por culpa de nuestros antepasados -el cerró su puño y volvió a abrirlo- Somos jóvenes, pero nuestras manos ya conocen la muerte, el dolor, están sucias Camille, y nunca podrán estar limpias, nunca... Si de todas formas algún día moriré, prefiero morir haciendo lo que realmente deseé -dijo levantando ahora su mirada y viéndome a los ojos, el sonreía tristemente.
- ¿Qué dices...?, ¿Quieres morir?, ¡Estás loco!, ¿Quieres abandonarme?, ¡Anthony! -dije lanzándome a él, quedando sentada sobre él y obligándolo a que me miré a los ojos, sin poder evitar que de los míos, salieran lágrimas.
- E-estarás bien, tienes a muchas personas que te darán la vida perfecta, que te protegerán, no morirás tan fácilmente, y encima, puedes hacer lo que quieras... Yo, solo soy alguien cuya existencia es innecesaria, alguien tan débil como yo, nunca podría protegerte Camille -dijo acariciando mis mejillas y limpiándome las lágrimas con su pulgar.
- Estás loco Anthony, tú sí me eres necesario, no puedes dejarme, ni a mí, ni a tus amigos Anthony, sé que no escogimos todo esto, sé que nuestro mundo es cruel... ¡Pero el mundo también puede ser bonito!, Piensa en todo lo bueno de este mundo, y luego piensa en cuántas cosas podemos cambiar con nuestro poder... ¡Anthony!, Prótegeme, tú no naciste para la mafia, naciste por mí, para mí, ¿Acaso me odias?, Si es así... Mátame. Mátame Anthony, si me matas podrás ser libre, si me matas, no podré volver a entrometerme en tu vida, no volveré a hablarte, ni volveré a estar diciendote que te quedes -le dije mirándolo fijamente a sus ojos.
- No puedo matarte... Yo... No puedo -dijo abrazándome y apegándome a su cuerpo- ¿Por qué siempre es así Camille?, ¿Por qué estamos malditos? -me apegó aún más a él- Siempre dije que quiero protegerte, proteger tu vida, tu sonrisa, tu felicidad... Pero soy tan débil y patético, que la que me protege siempre eres tú... Me odio a mí mismo, no puedo protegerte -el estaba roto, y sus heridas se hacían más grandes con cada palabra que él pronunciaba.
- Anthony, si no te esfuerzas por ser mejor que yo, nunca podrás protegerme, y si te matas, nunca podrás llegar a protegerme, a verme crecer, a verme feliz... ¿Quieres dejar de verme para siempre? -le dije.
- No quiero... No quiero dejar de verte Camille -el suspiró- dejar de abrazarte, dejar de sentirte en mis brazos, dejar de poder oler tu dulce aroma en cada abrazo, no quiero dejar de verte... -se separó de mí y me miró a los ojos- Odio que sepas convencer y controlar a todos, pero estoy feliz de que seas tú quien logra agitar mi corazón siempre -el sonrió- Camille, siempre agitas mi corazón y haces lo que quieras con él, el te obedece absolutamente a ti, y se siente feliz cada vez que estás a mi lado, Camille, tu no eres una simple amiga para mí, o alguien a quien quiero proteger solo porque sí, tú eres, la persona que yo amo -dijo desarreglando mis cabellos.
¿La persona que él ama?, ¿Espera que?...
- Pero no te preocupes, no te forzaré a nada, ni trataré de acercarme a ti, soy más que feliz con solo poder estar a tu lado como amigo, además recién tienes 12 años, yo tengo 17, esperaré a que sepas que quieres y esperaré a que seas mayor, además, estoy seguro que serás una mujer increíblemente bella y fuerte en el futuro, tu rubio cabello, será como el sol, serás la luz de la mafia, y quiero estar para ti en ese entonces, quiero ser tu apoyo, me volveré más fuerte que tú, seré la sombra que te hará brillar -dijo mirándome a los ojos fijamente.
¿¡Cambió de objetivo de la nada!?, Más importante, ¿¡Qué trata de decir!?, ¿Qué es eso de "la persona que amo"?, ¿Qué sucede?.
Sentí que alguien me jaló y me levanto del regazo de Anthony.
- Bien, hemos terminado por aquí, volvamos a casa Camille -dijo Nathan mirando fijamente a Anthony y apegándome a él- ya recibí el mensaje de Baron, el ya hizo las compras, el coche nos espera afuera -el no tartamudeaba, y miraba muy fijamente a Anthony. ¿Qué sucedía ahora?.
- Que pena que vienen con límite de tiempo -sonrió Anthony sin dejar también de mirar a Nathan- Nos vemos en el colegio mañana Camille, y, no te preocupes, definitivamente no renunciaré. Volveré junto a mi padre, debo volverme fuerte lo más pronto posible -me dijo.
Iba a contestar pero Nathan me jaló y me llevó al coche.
Lo miré frunciendo el ceño. El solo me sonrió.
- T-tenemos que irnos ya -dijo y miró hacia la ventana.