No soy otra típica rubia

By MS99reader

17.5M 461K 76.6K

Clara Williams es conocida en su escuela por su carácter fuerte. Sin embargo con la llegada de Travis Brown... More

No soy otra típica rubia
Fiesta en la playa 1.
Fiesta en la playa 2.
De vuelta a la rutina.
Primer día de clases.
Encuentros de pasillos
No es el mejor día.
Fiesta de Jace Parker
Declaraciones inesperadas.
Un extraño amanecer.
Una oportunidad.
Problemas de digestión.
Confesiones frustradas.
Nuestra primera cita.
¿Rechazo?
Miradas
Celoso.
De visita.
Efectos colaterales a un beso.
¿Qué te importa?
AVISO
¿Momento incómodo?
Cuidadora de ebrios.
Todo se aclaró.
AVISO 2.
¡Pelea!
Fuga.
"Mejores amigos".
Shopping
¿Término?
Noche de chicas.
Aún no.
Expulsados de clases.
Tregua.
Psicópata.
Tal vez fue una mala idea.
Esto no es una cita.
¡Las palomitas se quemarán!
Problemas.
¡Hijo de puta!
Fue un error.
Los mejores amigos.
¡Traicionada!
Necesito un abrazo.
Un salto hacia el vacío.
¿Me perdonas?
Like Old Times.
La verdad.
Tocata 2.
¿Estás enojado?
Aprendiendo a conocernos.
¡Todo calza!
Tensión.
Clara no está de humor.
La "Sorpresa".
Ya da lo mismo.
Algo raro está pasando aquí...
Tortura

Tocata.

206K 7.8K 2.9K
By MS99reader

- Entonces... -comenzó Lia a decir- ¿Travis es viudo?

Puse los ojos en blanco.

- No por mucho... -dije en voz baja.

- ¡OH DIOS MÍO, AL FIN LO ADMITES! -exclamó- ¡YO SABÍA, YO SABÍA! ¡TU VAS A SER SU NOVIA!

Sus ojos se abrían cada vez más con sus palabras. Hacía unos movimientos bastantes raros con sus manos, y para ser sincera, me asustaba un poco.

- ¡PARA, PARA! -chillé- ¡ES QUE TU NO TE CONTROLAS, JODER! Haces... que me arrepienta de todo lo dicho.

- Bueno, bueno... -rió- Trataré de comportarme.

- Estás loca... -la miré con una sonrisa.

- ¡No! Es sólo que...

- La negación es uno de los primeros síntomas...

- ¡Clarie! ¡Escúchame! -regañó.

- Ay joder, no me digas "Clarie".

- ¿Qué tiene? -rió nuevamente- Me parece dulce y coqueto.

- Exacto, "cien por ciento Clara Williams" -espeté con sarcasmo.

- Sabía que te molestaría... -sonrió- Me estoy pareciendo a Chris, cuando le dan sus ataques de "Claribú".

Negué con la cabeza.

- Continúa.

Se quedó seria durante unos segundos, para luego mirarme enfurecida:

- ¡Se me olvidó! -gruñó- ¿Ves? ¡Hiciste que se me olvidara lo que te iba a decir!

- Repitamos todo lo que estábamos haciendo entonces.

- Ay, mejor no... -dijo con tono soñoliento.

Levanté una ceja.

- ¿Entonces? -continué.

- Entonces... -dijo con misterio- ¡Yo seré la madrina! -chilló nuevamente con su espíritu entusiasta- ¡Esto es tan... -le dio un taldo que la hizo ver casi igual que a la niña del exorcista- EMOCIONANTE!

- POR FAVOR. NO. HAGAS. NUNCA. MÁS. ESO. - advertí- CÁLMATE.

- ¡ESCRIBIRÉ UN LIBRO!

Puse los ojos en blanco.

- No digas tonteras... -reí- Nadie lo leería.

- Eso crees tú. -corrigió- Sólo... imagínate... Clara Williams protagonizando "No soy otra típica rubia" -hizo un movimiento en el aire con las manos al presentar su título.

- Estás chalada. -la miré, y como respuesta, sin motivo alguno, comenzó a reir, contagiándome en segundos.

- Bueno, bueno... -comenzó a decir ya más calmada- ¿Dorado o rosa?

- ¿Un vestido? -pregunté- ¿Para qué? -dije algo confusa.

- ¡Hoy es la tocata de Chris! -exclamó- ¿Se te había olvidado?

- ¡No, realmente lo tenía presente! -respondí- Es sólo que... Bueno, ya sabes, pensaba ir con un par de zapatillas y...

- ¡NO! -regañó- ¿Es broma? ¡Es una verdadera fiesta! ¡TIENES que ir más arreglada!

Hice una mueca de asco.

Cuando Clara Williams dice que odia los vestidos y tacones, es porque los odia de verdad.

- Esto debe ser mentira...

- No lo es. Asi que hoy será un día de shopping.

Me dieron hasta ganas de llorar al escuchar aquellas palabras.

- ¿Y si tú me lo compras? -supliqué con carita de gato.

- Claro, te eligiré el vestido más ajustado y provocador que encuentre, con algunas zonas descubiertas, que con suerte te pueda tapar el trasero y las tetas, y por su puesto, con un lindo estampado que diga "insert here" en la parte de tu chichi. -espetó- Te verás FABULOSA. -finalizó con una irónica sonrisa.

- Ok, ok... -suspiré- Iré contigo.

- ¡Yiii! -chilló aplaudiendo de emoción.

- ¿Alguien dijo vestido ajustado? -se unió a la conversación la ronca voz de mi hermano- Tú no usarás eso, ¿o sí? -dijo con el ceño fruncido.

- No. -dije.

- Sí, ambas. -me contradijo Lia.

La miré asesinamente.

- No pueden. -continuó Max.

- Claro que sí, es la tocata de Chris. -añadió Lia.

- ¡Habrán muchos chicos! -exclamó con preocupación.

- ¡SÍ, Y ES LA PRIMERA VEZ QUE CHRIS MUESTRA SU TALENTO A ALGUIEN QUE NO SEA CLARA O A MÍ! ¡SERÁ FENOMENAL!

- P-pero...

- Vamos Max... -hizo un puchero- Si quieres vienes con nosotras.

- ¿QUÉ? -respondimos al mismo tiempo.

- ¡Ay sí, esto será genial! -comentó la chica emocionada.

- Bueno, que más da. -sonreí.

Max me devolvió la sonrisa.

- ¡YA SÉ! -volvió a decir Lia con los ojos inmensos- ¡CITA DOBLE! ¡Tú con Travis y yo con Max! ¡Al fin podré conocer a tu novio!

- ¿TIENES NOVIO? -preguntó Max con el ceño fruncido.

Oh mierda.

- N-no... -comencé- E-es que...

- ¡ACABAN DE ESTAR A PUNTO DE VIOLARTE Y ¿YA ESTÁS DE NOVIA?! -continuó Max en voz bastante alta.

- ¡Max, déjala! -dijo Lia- ¡Travis viene de antes!

Realicé automáticamente un facepalm.

- ¡Que Travis no es mi novio, joder! -grité con fuerzas.

Hubo un extraño silencio. Lia y Max me miraban con temor, mientras que yo tenía la respiración algo entrecortada.

- Lo siento, lo siento... -añadí.

Asintieron.

- Creo que lo de la cita doble es una mala idea. -espeté- No estoy saliendo con Travis, no me sentiré cómoda con un estúpido vestido y menos tocando el violín entre mi mejor amiga y mi hermano.

- Pero Clara... -interrumpió Lia con un puchero.

- Joder, da igual... -suspiré- Si quieres salir con Max, está bien, pero no me metas en tus cursis panoramas porque te da pena dejarme de lado. -me levanté del sillón en el que estaba sentada y me retiré.- Lo siento chicos, pero yo paso.

Me marché de la sala de estar al instante, subiendo las escaleras para encerrarme en mi habitación. Lancé todo mi cuerpo contra la cama y resoplé, para luego tomar mis audífonos y disponerme a escuchar un poco de buena música. La canción "Under the bridge" que resonaba tras los aparatos, me aisalaba casi completamente de la realidad.

Sometimes I feel like I don't have a partner...

¿Qué mierda iba a hacer yo entre esa relación?

¡Estorbo!

¿Cita doble? ¿Con Travis?

¡Por favor!

¿Porque tenía que meter a Max en nuestros panoramas?

Hay algo llamado "Separar las cosas"

Que Max y yo comenzaramos de nuevo, no significa que seamos de un día para el otro los "mejores hermanitos que se adoran del mundo".

¡Requería tiempo para recobrar toda aquella confianza!

Resoplé nuevamente.

Estupideces.

Tal vez no eran con malas intenciones las invitaciones de Lia, pero vaya que me enfadaban por el momento.

De todas maneras iba a ir a esa tocata. No podía fallarle a mi mejor amigo.

Pero necesitaba un vestido. Y Clara Williams no es amiga de ellos.

<<Creo que es mejor llamar a Chris>>

- Oh mierda, ¿Tenemos comunicación mental? -contestó el teléfono con una voz que demostraba que se encontraba bastante nervioso.

- Aguarda, aguarda... -reí- ¿Estás bien?

- Estaba a punto de llamarte, bebé. -respondió- Ahora estoy más tranquilo. Al fin me llamas.

- ¡Chris! -respondí- Pareces estar algo... intranquilo.

- No, es sólo que voy a tocar en una fiesta repleta de jóvenes, sin experiencia alguna en los escenarios, sabiendo que es la primera vez que me escucharán otras personas que no sean mis chicas favoritas. -dijo todo de corrido- Absolutamente relajado, Clara, no es nada fuera de lo común.

- Ay, lo siento... -dije risueña- Te saldrá genial... ¡Tú eres genial! ¡La música es tu alma gemela, Chris!

Suspiró desde la otra línea.

- Eso espero... ¿Puedes llegar un poco antes? Necesito verte antes.

- Claro... E-em... Sobre eso...

- OH JODER, NO ME DIGAS QUE NO IRAS.

- ¡No, no es eso! -exclamé- Es sólo que...

- Clara, me encanta tu forma de ser tan sencilla y que te parezcas más a un hermano que a una novia, pero...

- Ay joder, tendré que usarlo.

- Por mí mejor.

- Tonto...

- ¿Te veo más tarde?

- Por su puesto.

- Adiós...

- Adiós. -sonreí desde la otra línea.

Estaba jodida.

Vamos Clara, todo por Chris.

Suspiré.

Tomé mi mochila y salí por la ventana: Clara iría de shopping.

Nuevo para: mamá.

Texto: Iré por un vestido. Nos vemos a la noche, hoy es la tocata de Chris. Dile al jefe tuyo que no te de tanto trabajo, que o si no le cortaré las bolas, besitos.

Tomé locomoción hacia el centro de la ciudad. Había una calle a un par de cuadras que se encontraba rodeada de tiendas repletas de vestidos, joyas, zapatos y cosas así. Al bajar, caminé un poco para llegar al lugar que me esperaba.

No podía creer lo que estaba haciendo.

Entré y pasé por distintas tiendas. Ninguna tenía algún vestido que me gustara. No sabía si era por mi odio natural hacia ellos o porque en realidad no me gustaba el modelo o cosas por el estilo.

Ya comenzaba a aburrirme. Todo esto de las compras no eran lo mío,y menos lo de estar probándose prendas y prendas incómodas.

- ¿Decidió cuál va a llevar? -me preguntó la asistente de la tienda.

- No. -contesté- Odio esto.

- Uhm... -se frotó la barbilla- ¿Le parece algo sencillo pero sensual a la vez? Le vendría muy bien con su físico.

- Me quedo con lo sencillo... -sonreí.

- Aguarde un segundo. - contestó marchándose hacia lo que supongo que sería la bodega de la tienda.

- Mire... -continuó al volver- Tengo una hermanita muy parecida a usted, tenía una fiesta y al final optó por la segunda opción que era en color blanco.

La señorita estiró hacia mis manos el vestido. Era negro y debería llegar más o menos dos dedos arriba de la mitad del muslo. Tenía un escote de forma de corazón, normal comparado a otros, pero aún así era bastante sexy. La parte del pecho era cubierta de franjas diagonales  negras, mientras que el resto del vestido era liso, de un tono negro un poquitín más claro y se apegaba al cuerpo destacando por completo la figura.

Lo miré durante unos segundos con terror.

- Esto no es mi estilo...

- Pruébeselo. -insistió- Le prometo que le gustará.

Medité durante unos segundos.

Un vestido más, un vestido menos.

Qué más da.

- Está bien.

Entré al probador rápidamente y me lo puse. Al principio me costó adentrarme en él, pero luego me reacomodé.

Me miré en el espejo:

No veía a una chica algo despreocupada, relajada o dejada de estar. Podía ver a una chica atrevida, con personalidad y actitud suficiente, con una pizca de sensualidad y provocación.

El vestido realzaba mis pechos, pero no los hacía ver brutales o promiscuos. Mis curvas se veían bien marcadas y definidas, destacando buena figura y el trasero más levantado que nunca.

Reí.

Me sentía extraña, pero a la vez linda. No parecía ni zorra ni monja. Dejaba ver, pero no por completo, por lo que se desataba misterio  o curiosidad al usarlo.

Salí del probador y la asistente me miró sorprendida.

- ¡Se ve preciosa! -exclamó- ¡Todos los chicos se derretirán con esta chiquilla!

Sonreí.

- Me lo llevo.

~o~

Llegué absolutamente harta de las compras a mi casa. Por lo visto,  Lia y Max ya se habían marchado del hogar.

Rodé los ojos.

Aún no se pasaba.

Ya se me estaba haciendo tarde si quería ver a mi mejor amigo antes. Necesitaba cambiarme ahora, puesto que no tenía la más mínima idea de cómo pintarme o arreglarme en general, por lo que tardaría bastante.

Subí las escaleras con las bolsas y me encerré en el baño que nos corresponde a Max y a mí.

Suspiré.

Veamos que puedo hacer con esto.

Antes de todo, me di una relajante ducha. Al salir, me puse ropa interior limpia y sequé mi cabello con la secadora, para luego alisarlo y terminar con unas cuantas ondas -algo desarmadas- en las puntas. Tomé finalmente mi pelo en una coleta para tener la cara despejada y comenzar a maquillarme.

No sabía ni por qué comenzar. Supuse que sería con el polvo. Traté de quedar bien,  pero lo único que logré fue una cara parecida a la de un mimo con el maquillaje lleno de manchas y borrones.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIGH. -gruñí de desesperación con sólo mirarme al espejo.

La puerta del baño se abrió.

- ¡Joder, que el baño está ocupado! - exclamé.

- Mira niñita mañosa,  bájame el tono si no quieres que te quite el permiso para lo que sea que te estés arreglando.

Me puse pálida. 

No era una voz cualquiera, era la voz de mamá.

- Ay... - reí nerviosa- ¡Mami, llegaste! -me acerqué a abrazarla.

- Vamos a tener que charlar sobre tu vocabulario,  hija... - regañó.

- Mamá,  por favor,  ya es suficiente con este maldito maquillaje,  lo odio.

- Vamos,  deja que tu madre te pinte. -añadió con una tierna sonrisa.

Asentí.

Mamá fue en busca de sus cosméticos para poner las manos a la obra. Sacó toda la imperfecta capa de polvo de mi cara con delicadeza.

- Hum... - frotó su barbilla- Creo que si te destaco los ojos y te aplico un brillo sencillo en los labios,  quedarás preciosa.

- ¿Entonces me puse polvo por las puras? -refunfuñé- Ya lo dije, soy un asco con el maquillaje.

Mamá rió.

- ¡Epa! - respondió- El polvo si lo aplicaremos, pero sólo un poco para refinar.

- Haz tu magia. - sonreí.

Luego de unos minutos,  mamá ya había acabado. Giré mi rostro hacia al espejo:

- Mamá... - comencé a decir sorprendida- Esta no soy yo.

- Te ves hermosa, hija... - dijo con una tierna sonrisa.

Comencé a reír.

Los ojos se me veían más azules que nunca. Las sombras oscuras, el delineador y el rimel,  los resaltaban de una forma fenomenal. Mis labios, estaban pintados con un brillo transparente, que los lucía de manera simple y sencilla.

El maquillaje era absolutamente de mi estilo. No era para nada recargado y mis rasgos y facciones se veían geniales.

- Ahora... - posó sus manos en mis hombros- Te irás a poner el vestido y mis tacones favoritos.

- ¿Me los prestarás? - contesté asombrada.

- ¡Claro! -continuó- ¡Si casi nunca usas tacones, y estos son los más te gustan!

- ¡Gracias mamá! - me abalancé a sus brazos.

- De nada, linda...

Corrí a la habitación y me vestí.  Bajé al cuarto de mamá y saqué el par de tacones negros con pequeños diseños de brillitos plateados. Solté la coleta y dejé caer mi cabello. Tomé mi celular, algo de dinero y los guardé en mi sujetador.

La mejor cartera.

Fui a despedirme de mamá, quien se encontraba más emocionada que nunca de verme así.

- ¡Estás tan linda! - exclamó-¡Todos  los chicos estarán locos por ti, Chris no podrá ni tocar al verte!

Reí.

- Mamá...

- ¡No te atraso más! - continuó- Por cierto, no llegues tan tarde. El taxi que te pedi está afuera. ¿Te devolverás con Chris, cierto?

- Ajám.

- ¿Cómo que "Ajám" ? -regañó- Se dice "Sí, mamá "

Puse los ojos en blanco.

- Sí mamá linda preciosa, la mejor de todas. -dije con una sonrisa.

- Que te vaya excelente.  - me abrazó- ¡Deséale éxito a mi niño! ¡Les haré brownies para la vuelta!

- Gracias por todo,  mami. - me acerqué y besé su mejilla- Te quiero,  adiós.

                      ~¤~

Era ya bastante tarde. El cielo ya estaba oscuro y comenzaba a estar menos cálido que antes, pero agradable de todas maneras.

Pero a pesar de venir un poco más temprano,  el lugar ya se encontraba con cientos de personas.  El techado era de vidrio, y gracias a la iluminación se podían ver los centelleantes colores de la fiesta.

Diversos Dj's, bandas y grupos venían a animar y a lucirse en la desenfrenada tocata.

Un gran escenario estaba dispuesto para ellos, mientras que para el público habían distintos lugares en los que se podían tomar unos refrescos y una gran pista para bailar,  gritar, o simplemente escuchar.

Yo no sé cómo lo habrá hecho Chris para llegar a tocar en algún lugar así. Simplemente era fabuloso.

La música electrónica retumbaba en todo el lugar. Chicas con vestidos muy cortos o con pocas prendas se encontraban bailando, bebiendo o coqueteando por todo el lugar,  mientras que los chicos,  aparte de beber, ponían a prueba sus mejores técnicas para conquistar sobre ellas.

Había un aroma a alcohol, hierba y cigarrillos. Vendían plumones flúor para apoyar a los participantes del encuentro.

Busqué a Chris en la parte trasera del escenario,  pero era en vano.

Suspiré.

¿Dónde estará?

- Disculpa preciosa... -dijo un chico tras mi hombro- ¿No has visto a una chica rubia por aquí buscando a alguien?

¿Chris?

- Creo que soy la única rubia que se ha paseado por aquí... -dije al voltear para verle el rostro con una gran sonrisa.

Me quedó mirando con la boca abierta durante unos segundos. Examinó mi tenida de pies a cabeza,  lo que me hizo sentir algo de timidez.

- Oh Dios... - espetó- N-no p-puede ser...

- ¿No te gusta? -pregunté insegura.

- ¿Es broma?  -respondió- C-clara... estás... ardiente.

Reí.

- Es en serio,  -continuó aún con los ojos como platos- ¿Sabes?  Deberías usar vestidos así más seguido...

- En tus sueños,  lindo.

- Creo que estoy soñando.

- ¡Chris! - chillé.

- L-lo lamento... - rió- Gracias por venir, bebé. - me estrechó entre sus brazos.

- No hay de qué...

Al separarme examiné su tenida. Una camisa blanca, jeans clásicos que lucían su gran trasero sin ser ajustados y vans negras.

- Estás muy guapo, pero si me permites, deja darte un toque de rockstar.

- Todo tuyo.

Tomé un par de plumones flúor que habían en la mesa de al lado.

- Desabrocha la camisa.

- ¿Qué?   -preguntó entre una risa.

- ¡Es para rallarte, tarado!

- Ya lo dije,  todo tuyo bebé... - finalizó mientras comenzaba a desabrocharse la camisa.

Hice un par de garabatos en su tonificado y bronceado abdomen. Dibujé un par de rallas como de "ninja" en sus mejillas y ¡tará!

- Listo. Quédate con la camisa abierta, y arremángate las mangas si es posible. Tu cabello desordenado luce genial, y te ves jodidamente sexy.

- También es tu caso, Claribú. - respondió - ¿Ves? Somos perfectos juntos.

- Ya basta... - reí.

- Igual nos casaremos.

Negué con la cabeza.

Las locuras de Christopher Johnson.

- Te falta algo... - mencionó nuevamente.

- ¿Qué?

- Esto.

Arrebató los plumones de mis manos y escribió en mi escote sobre cada pecho:

"TE AMO CRHIS ♡"

Miré con el ceño fruncido.

- Esto debe ser broma. - dije.

- Con amor, bebé,  no me aguanté.

Lo miré asesinamente.

- A penas termine tu show me lo sacaré.

- A las 12 de la noche me toca...

Miré mi reloj:

Las diez y media.

Joder, que más da.

- Saldrá genial. - besé su mejilla.

- Eso espero...

- Mamá te mandó ánimos.

- Ella es la mejor.  Retiro lo dicho, me casaré con ella.

Solté una carcajada.

- Iré a dar unas vueltas por el lugar... - añadí.

- Vale, yo estaré por aquí.

Besó tiernamente mi frente antes de alejarme del lugar.

Me mezclé entre la multitud de personas. Caminé hasta el lugar de la barra y me senté en uno de los altos taburetes. El barman, un joven alto y de cabello castaño,  me miró con picardía antes de atenderme, examinando más de lo suficiente.

- ¿Qué quieres beber, hermosa? - preguntó.

- Dame un corto.

Me miró divertido, con el ceño fruncido, durante unos segundos.

- ¿Tienes edad necesaria para tomar?

- ¿Y tú tienes la edad necesaria para estar mirándome de esa manera?

Se puso pálido durante unos segundos, para luego reír con nerviosismo.

- No me esperaba esa respuesta... - sonrió - Ahora, hablando en serio, ¿Qué edad tienes?

- 17.

- Cuatro años no son mucha diferencia... - dijo guiñándome el ojo.

- ¿Me darás el corto o pasarás toda la noche como un baboso? -respondí en tono seco.

- Tranquila , fiera... -me deslizó el diminuto vaso por la barra- Cualquier cosa, tú tienes 21.

Sonreí de vuelta.

Tomé el trago de un sorbo. Al principio me quemó un poco la garganta, pero fue algo sólo del momento.

- Dos cortitos más. -dijo una voz ronca a mi lado- El segundo para la rubia.

Giré disimuladamente para ver quién era.

Travis.

Sonreí para mis adentros.

- No quieres embriagar a la chica, ¿o sí?  -preguntó el barman con el ceño fruncido.

- Tranquilo amigo, he bebido antes con ella.

El chico de la barra sirvió de mala gana el pedido.

- Espero que no me esté equivocando de rubia... - continuó diciendo- ¿Podría verte?

Definitivamente, tenía más que claro que era yo. Sólo quería verme.

- ¿Qué haces aquí Travis? -giré lo más natural y sexy posible.

Su boca se transformó en una verdadera "O". Sus ojos pasaron por todo mi cuerpo descaradamente, para luego morderse ligeramente el labio inferior.

- Lindo...

- ¿Vestido? ¿Facciones? - traté de adivinar- ¿Eso me dirás?

- Tatuaje, o lo que sea que tengas escrito en las tetas.

Pude sentir rápidamente el calor concentrándose en mis mejillas.

Joder, lo había olvidado.

- Pero sería más lindo si tuviera mi nombre. -reafirmó.

- Yo que tú me busco un balde. - añadí.

- ¿Por qué lo dices? -preguntó con curiosidad.

- Por la baba que se te cae al verme.

Una sonrisa apareció en su rostro.

- ¿Qué haces aquí, por cierto?  -volví a decir.

- Toco la batería en la banda final, hay alcohol, cigarrillos,  hierba, apuestas y billar. - sacó un encendedor de su bolsillo y prendió un cigarrillo.  - Vengo casi siempre por aquí.

- Ya veo...

- ¿Quieres uno? -preguntó.

- No me haría mal... -contesté mientras le arrebataba uno de los cigarrillos- ¿Me das el encendedor?

- Acércate, yo te lo enciendo con el mío.

Enarqué una ceja.

¿Qué mierda les pasaba a los chicos hoy?

Lo osbervé durante un rato: cabello desordenado, pantalones negros, zapatillas negras y camisa blanca con mangas arriba y unos cuantos botones desabrochados del principio.

Al menos me aseguraba de que sí tenía un buen físico.

- ¿Vienes tú o me acerco yo?

Lo miré desafiante.

Se paró lentamente de la silla y se acercó paso a paso, hasta llegar a unos mínimos centímetros de mi boca.

Traté de mostrarme lo más tranquila posible, pero sólo conseguía que los perros ladraran más.

Sí, ahora no eran ni mariposas, ni dragones.

Eran perros enjaulados en mi estómago que mordían ferozmente amenazando con salir.

- Hey... -continuó- Pero no te pongas nerviosa, rubia.

- No estoy nerviosa, imbécil.

- ¿Ah sí? -puso un nuevo cigarrillo en mi boca y luego lo juntó con el suyo para encenderlo- Trata de no sonrojarte a la próxima, sólo iba a encenderlo.

- Estúpido.

Negó con la cabeza.

- Vamos rubia, no te pongas así, te ves bastante ardiente como.para que mates la emoción con tu mal humor.

- ¿Qué?

- Lo que escuchaste. -sonrió.

Puse los ojos en blanco.

- Vamos a otro lado, ¿te parece? -ofreció.

- ¿Por qué tendría que aceptar?

- Porque te va a gustar.

Fingí que lo meditaba durante unos segundos, pero en realidad sí que tenía ganas para ir con él.

- Está bien.

Y de la nada, mientras caminábamos, tomó de mi mano y me llevó a la pista de baile, en donde los cuerpos frenéticos se movían sin cesar.

- Bailemos...

Asentí.

Tomó de ambas manos esta vez, para darme unas cuántas vueltas. Nuestros cuerpos se acercaban cada vez más, y mi pulso se aceleraba. Habían puntos en los que nuestras frentes chocaban y me sonreía seductoramente, lo que me ponía más nerviosa aún. En cada nuevo movimiento, Travis rozaba sus dedos con mis labios, o a veces hasta su misma boca, y mi reacción no era nada más inteligente que apartar la mirada.

- ¿Te dije que te ves muy linda hoy? -habló a mi oído, ya que me encontraba abrazada por detrás.

- No, pero eres muy obvio... -reí.

- ¿Y será muy obvio de notar que me tienes loco si hago algo?

- ¿Qué cosa? -pregunté.

- Esto... - susurró a milímetroa de mi boca.

Pegó sus labios contra los míos apasionadamente. Posó sus manos en mi cintura y me acercó más a su cuerpo, evitando toda la distancia entre ambos. Mordí suavemente su labio inferior, lo que provocó que me besara con mayor intensidad. Tiré ligeramente de sus cabellos mientras le correspondía.

Lejos, los labios de Travis Brown, eran los más deliciosos que había probado.

- Joder, Clara... -dijo entremedio con la respiración agitada.

- ¿Vamos a otro lado? -respondí en las mismas condiciones.

Sus ojos se abrieron de sorpresa, y entre más besos, me contestó

- Vamos.





Nota de la autora:

UUUUUUUUUUUHHHHHHHHHHHH.

ESO, CHAO, LOS AMO.

":)".

XOXO,

~MS.

Continue Reading

You'll Also Like

437K 35K 58
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...
1.4M 75.6K 71
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
16.8K 1.9K 35
[HISTORIA M-PREG: DE LA TRILOGÍA "IDEAS ROTAS"] Jimin es un joven de dieciséis años de edad, que ante los ojos de su madre, vive una vida tranquila...
3.3M 193K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...