♠Cenicienta y los Cuatro Caba...

Door AzraelBlake

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Midoriya Izuku a sus 17 años ha tenido una vida difícil desde la muerte de su madre, con la nueva pareja de s... Meer

Prologo
† Capitulo 1 † El Encuentro †
Capítulo 2: Decisiones
Capitulo 3: La cena, una Decisión, la Misión.
Capitulo 4: Reacciones, La mansión, Futuros problemas.
Capitulo 5: Preparativos. ¿Conociéndonos mejor? Parte 1
Capítulo 5.1: ¿Conociendonos mejor? Parte 2
Capitulo 6: ¡De compras! ¿Mentiras Piadosas? ¿Genuino Interés?
Capitulo 8: Sentimientos encontrados, Primer conteo antes de la fiesta...
Capítulo 9: Segundo Conteo antes de la fiesta. ¿Pensando en acercarme a tu lado?
Capitulo 10: Tercer conteo antes de la fiesta. ¡Las preparaciones!
Capitulo 11: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Primera parte-
Capitulo 12: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Segunda Parte-
Capítulo 13: Duras Decisiones, Verdades reveladas.
Capitulo 14: Atisbo de problemas, ¿Confesiónes de por medio?
Capitulo 15: Visitas inesperadas, ¿El comienzo de los Planes?
Capitulo 16: Recordando el pasado. El nacimiento de un cálido sentimiento.
Capitulo 17: Fatídico Momento, ¿El comienzo de mas Problemas?
Especial Fragmentos Del Pasado.
Capitulo 18: Dolor, Recuerdo de un Pasado, El comienzo de los latidos.
Capitulo 19: Mentiras, ¿Un sentimiento renacido? El enfrentamiento.
Capitulo 20: La honestidad a veces duele más que una mentira
Capitulo 21: Los errores siempre dejan secuelas.
Capitulo 22: ¿Un nuevo comienzo? Recuerdos rezagados, Dolor Inesperado.
Capitulo 23: Mejores decisiones. El doloroso olvidó. ¿Un error fatal?
Esto No Es Un Capítulo XD
Capitulo 24: ¿El príncipe olvidado? Convivencia esperada. Regreso a mis raíces.
Capitulo 25: Momentos de convivencia. Decisiones futuras.
Capitulo 26: Remordimientos, Sentimientos Revividos.
Capitulo 27: Un Amor Con Espinas. El Comienzo De Conflictos
Capitulo 28: El Pasado De Shoto. Ideas De Un Paradero.
Capitulo 29: Una dolorosa verdad escondida.
Capitulo 30: La verdad siempre sale a la luz
Capitulo 31: Celos, Renuencia, ¿Decisión tomada?
Capitulo 32: Discusión. La Confesión.
Capitulo 33: Inicios Y Despedidas

Capítulo 7: ¿La cena familiar? Conteo antes de la fiesta.

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Door AzraelBlake

El viaje de regreso fue bastante silencioso para nuestro peliverde que sin mediar palabra con Eijirou prefirió mantener su poca dignidad antes de ser despedido por su tremenda estupidez. ¿Quien le mandaba a tener tan mala suerte de gustarle a los hombres?

Bueno su madre siempre le decía que tenia el rostro algo femenino, y no era la primera vez que se metía en problemas con hombres declarándosele y sobretodo peleando por su atención. Aunque ahora el pelirrojo le dijera que era su prometido no daría su brazo a torcer tan fácilmente.

Él no tendría un compromiso con nadie, y mucho menos con alguien que no amaba, y que de paso cuidaba para que no se metiera en problemas.

Suspiro cansado por ese día tan movido. Ya empezaban a verse las luces distintivas de la ciudad y sus habitantes nocturnos, el regreso en auto le permitió divisar diferentes marcos en lo que él para su desgracia en ninguno se sentía identificado.

Familias con sus sonrientes niños cenaban en restaurantes para lo infantes que contaban con juegos de los cuales alguna vez en su vida disfrutó con su madre y padre, en otro marco se veían a parejas que entraban en bares o al cine tomados de la mano, lo cual le hizo preguntarse ¿Que se sentiría estar enamorado?

Al recordar a sus padres y sus miradas cómplices siempre sintió una tremenda admiración por el amor que mostraban, y él a su corta edad de 10 años se dio cuenta que sus gustos y preferencias eran distintas a la de los demás niños. Las niñas le parecían lindas pero no para estar con ellas como su novio.

Muchas veces recibió cartas y obsequios de parte de las féminas y de cierta manera lo agradeció, pero muy internamente sabia que no podía corresponderles, por ello al llegar a adolescente se dio cuenta de sus peculiares gustos los cuales también le trajeron problemas y decepciones.

Sobre todo mucho dolor.

Eijirou noto por el rabillo del ojo la centrada mirada de Izuku en su alrededor, pudo notar por breves momentos como un brillo de interés y de paso dolor, aparecía en sus verdes ojos. Seguro estaba pensando en su pasado y de repente quiso saber mas de él, ¿Que cosas le gustaban? ¿Que musica o artista escuchaba? ¿Que estación era su favorita, la primavera, verano, invierno? ¿Que es lo que mas le gustaba comer?

Cosas como esas y muchas otras mas pasaron por su mente, pero que al ir manejando y centrándose de no chocar a nadie y ganarse una buena multa pensó que seria mejor indagar cuando tuvieran tiempo, pues noto también el cansancio del chico por esa tarde tan ajetreada.

El dolor en su mejilla ya se había ido hace un tiempo, solo quedo algo roja por el fuerte bofetón que Izuku le había dado, y con justa razón, poniéndose a pensar en ello tal vez si se había pasado un poco.

Lo bueno es que no era alguien rencoroso, así que de cierta forma le gusto que el chico le diera pelea, ya que mayormente las mujeres solo pedían por su atención y todo en sus platicas era un típico:

— Si — O un
— Me encantaría Eijiro —
— Claro que si estoy dispuesta príncipe — ese tipo de frases que luego de un tiempo llego a odiar.

Le aburrían, parecían muñecas inflables de las cuales con un solo comentario mal parqueado su mente quedaba en blanco por no tener nada en eso que llamaban cerebro.

Y él ya se había cansado de ello. Necesitaba un reto. Y justo Izuku apareció, como un ángel de blancas alas y sonrisa armoniosa.

Él definitivamente no se arrepentía de nada y mucho menos de haber dicho que era su prometido, pues pronto lo seria, nada ni nadie lo iba a detener...


Llegaron a la mansión luego de unos veinte minutos de recorrido, el silencio que los embargo no era algo incomodo, les sirvió a ambos para pensar las cosas. En el caso de Izuku pensó en como lograría su objetivo el cual por los diferentes acontecimientos había olvidado, ¡que tonto había sido!

No estaba ahí para jugar a la casita o los amigos, él debía de buscar la manera de que los tres príncipes se llevaran mejor, aunque muy internamente se sintió feliz. Había logrado hablar con uno de ellos, y de paso escuchar una de sus hermosas canciones, la cual le llego hasta lo mas hondo de su ser.

Shoto era alguien amable y cálido, un poco solitario e incomprendido. Lo había notado de cierta forma en su manera de expresarse.

Sintió ese aire cálido en sus palabras donde mostraban cada sentimiento en sus letras, como la canción Eternity le demostraba le daba un toque melancólico pero a la misma vez muy romántico el cual de seguro el joven bicolor había pensado en dedicársela a alguien en especial. La canción en sí era muy hermosa. Sonrió por pensar en ello.

Eijirou aparcó el auto e Izuku no espero a que le hablara para salir disparado como un rayo hasta el interior de la mansión, el guardia de turno lo saludo y él le devolvió el gesto sin perder sus característicos buenos modales.

Sus pasos apresurados lo llevaron hasta su habitación, que quedaba cerca de la del bicolor, esté al insertar la llave y el típico clic que mostraba que ya estaba abierto fue detenido por la voz del cantante que apareció de la nada.

- Midoriya ¿estas bien?- preguntó con tono bajo y algo preocupado.

Izuku volteo y observo como Shoto lo observaba de arriba abajo, buscando algún signo de que hubiera sido abusado seguramente. Pero al parecer se encontraba bien.

Soltó el aire que no sabia estaba conteniendo.

- Estoy bien, gracias por preguntar...- le respondió el pecoso con una sonrisa, aunque sincera mostraba el cansancio por ese día tan ajetreado, y eso que aun faltaba la cena.

Aunque personalmente lo único que se le venia a la mente era recostarse en su cama y dormir hasta el día siguiente.

Lastimosamente no podía hacer eso. Ya que era la cena familiar.

Shoto se le acerco sin decir nada, el aura de preocupación que desprendía no se había disipado del todo. ¿Acaso estaba tan preocupado por el pequeño pecoso que se miraba cansado y de paso preocupado?

¿No era obvio su interés por el chico que lo mirada con cierta admiración desde que lo escucho cantar?

Y aunque no quiso admitirlo, le gustaba que Izuku mostrara ese hermoso gesto sonriente en su pecoso rostro, el como su mirada se iluminaba cuando hablaba con él aunque fuera de cosas sin importancia, esos aspectos junto con el nerviosismo que lo caracterizaba por su timidez le encantaban.

No... no solo le encantaban, le fascinaban en todo el sentido de la palabra.

¿Desde cuando estaba tan consciente de su presencia?

No sabia si había comenzado en el momento que lo vio llorar y después el abrazo que le siguió, no entendía como podía hacerlo sentir feliz en un momento y muerto de preocupación en el otro.

Pero ese sentimiento ahí estaba, no podía hacer nada para remediarlo, ¿O era el simple hecho de que no quería quitarlo de su interior?

Se estaba asustando de si mismo, así que aparto esos pensamientos y se centro en el chico que expectante lo observaba curioso. Estar en trance últimamente le pasaba solo cuando estaba cerca del peliverde.

-¿Pasa algo malo Shoto...?- indagó de nuevo queriendo saber el motivo de que le hablase. Lo veía algo sombrío pero no quería sacar conclusiones apresuradas.

-¡Conejito! ¡Aquí estas!- se oyó decir cerca de ambos, y Eijirou apareció por el pasillo con su típica sonrisa de superioridad, se adelantó y tomo a Izuku de la cintura pegándolo a su cuerpo de forma posesiva.

Shoto iba a protestar por lo visto, ¿Que demonios estaba haciendo el idiota de su primo?

¿Porque se tomaba esas libertades con Izuku?

-¡Sueltame que haces!- le grito el chico tratando de alejar el posesivo brazo que rodeaba su pequeña cintura, este era como un candado del cual no podía salir.

-Primito que gusto verte, -se dirigió con mirada altanera al bicolor que solo le devolvió una mirada asesina -¿Ya te dijo Izuku que es mi pareja de mañana, y de paso mi prometido?- soltó con sorna mientras Izuku se quedaba estático por lo dicho.

Shoto abrió los ojos como platos al escuchar eso, ¿habia escuchado bien?

Su vista se movió hacia el pequeño que aun seguía tratando de soltarse, Izuku con una suplica en sus verdes ojos le pidió que le ayudara, pero él estaba en shock, no quería creer que ambos estaban saliendo.

Además ¿porque le dolía el pecho al pensar en esa posibilidad?

-¡Sueltalo ahora!- le gritó molesto, el aire asesino que se apoderaba de su ser empezaba a filtrarse en el ambiente, ambos se miraban con odio y rivalidad.

Izuku no sabia porque demonios estaba siendo la manzana de la discordia pero ya se estaba hartando de todo eso. Así que con sus aprendidas clases de karate le piso el pie derecho a Eijirou el cual maldijo y suavizo el agarre, al igual que aprovecho para darle un fuerte codazo en el estomago, lo suficientemente fuerte para doblegarlo y que el pelirrojo escupiera por el dolor causado.

Midoriya se libero del agarre frente a la asombrada mirada del bicolor que no pudo hacer nada mas que embozar una media sonrisa por la pequeña mini-paliza que le habian dado a su primo.

Ese momento no tenia precio.

El chico le empezaba a agradar más y mas cada segundo. Pues Midoriya Izuku era una cajita de sorpresas andante.

-¡Izuku que demonios te sucede!- le reclamó el pelirrojo con dolor y un ahogado jadeo, su mano la llevo al estomago y sintió el escalofrío pasar por su columna, ¡maldicion eso lo dejo sin aire!

-Te lo mereces por idiota, además de que nunca te he dado permiso para que me toques de esa manera, puedes hacer lo que te de la gana con las demás personas pero no lo harás conmigo Aizawa Eijirou, ahora si me disculpan me retiro, quiero estar listo para la cena, - dijo con seriedad mientras entraba a la habitación y antes de cerrar se despedía con un
-Hasta luego - hacia el bicolor que no se perdió en ningún momento el espectáculo dado.

Sin mediar palabra con su adolorido primo paso a su lado dejándolo tirado en el pasillo. Se lo merecía, y le empezaba a gustar la idea de que Izuku fuera su niñera...

Ese pensamiento empezó a hacer mella en su solitario corazón sacando una genuina sonrisa de sus labios...


¡Que demonios le pasaba!

Izuku se maldijo tantas veces como pudo contar en ese momento. Eijirou era demasiado despreocupado y él era un tonto e ingenuo por bajar la guardia cuando estaba cerca. Desde ahora mantendría su distancia pues estaba seguro que esa no seria ni la primera ni ultima vez en ser molestado por el pelirrojo.

Le cabreaba cada momento en que lo tocaba, ¿que no era obvio que no le gustaba ser tomado como una chica? ¿El cartel de "Jodeme" estaba en su frente acaso?

Tiro la mochila al lado de la cama y se acostó boca arriba viendo el blanco y pulcro color de la pared que extrañamente le daba paz.

Suspiro con completo cansancio.

Pero no pudo relajarse del todo cuando tocaron su puerta dos veces y volvió a maldecir. ¡Solo faltaba que Eijirou haya vuelto para vengarse!

Así que con la molestia a flor de piel se levanto y abrió la puerta, la cual le mostró al secretario con rostro serio pero preocupado.

-¿Izuku-kun podemos hablar?- preguntó con tono formal. Una nota de preocupación se escapo con sus palabras.

Izuku asintió y lo invito a pasar. Iida no dijo nada hasta que cerro la puerta y el silencio era lo único que predominaba en la habitación.

- ¿Como va con su primer objetivo Izuku?- pregunto directamente, mientras se ajustaba los lentes en el puente de su nariz - ¿Esta logrando la meta que el presidente le pidió?- indagó.

Izuku trago grueso. Sabía que debía de dar un informe sobre los avances con los tres príncipes, pero había sido llevado de aya para acá por uno de ellos y había perdido de vista su verdadero propósito.

El cual le costaría su estancia, la beca y el dinero que le habían prometido sino cumplía con su parte del trato.

Se sintió como un estúpido en ese momento. Y de paso un sentimiento de culpabilidad por haber golpeado a Eijirou de nuevo.

- No lo he logrado todavía...-respondió con voz baja pero lo suficiente fuerte para que Iida lo escuchara, se sentía nervioso y cansado, además que no quería pensar en que le diría el secretario si se daba cuenta de que había golpeado a uno de los jóvenes.

*Todo es una catástrofe desde que eso paso y dos veces...* pensó con molestia.

- Mañana es la cena de gala por parte de la compañía, usted esta invitado, venia a buscarlo para comprarle algo de ropa para que asistiera, pero me informaron que anduvo de compras con el joven amo Eijirou..- le menciono el peliazul observando sus reacciones.

Era su trabajo encontrar algún secreto si este se trataba de algún miembro de los Aizawa.

-Si...es.. es verdad, pero le aseguro que no pasa nada, solo lo acompañe...- trato de decir, las palabras le salían tambaleantes por el nervio que tenia, su cuerpo empezaba a traicionarlo pues sus manos ya estaban sudando como locas, tenia que calmarse.

-Ya veo, y con lo del objetivo espero logre cumplirlo en estos dos días venideros, el señor Aizawa quiere resultados - su mirada se volvió afilada y respiro hondo para lo siguiente a decir, pues aunque no le gustara la idea debía de advertirle

-Recuerde que perderá todo lo que menciona el contrato, sobretodo Izuku...- se acerco a él y le puso la mano en la cabeza tocando su cabello suavemente

-Espero que lo logres, eres un joven bueno y amable, me gustaría que siempre estés trabajando con nosotros en la mansión, así que ¡animo!- le dijo con el pulgar arriba dándole ánimos mientras un breve sonrojo se apoderaba de sus blancas mejillas.

Izuku asintió algo avergonzado pero sonrió de forma sincera y Iida se encamino a la puerta, y tras un breve -Nos vemos luego- se fue dejándolo pensante en todo lo que debía de hacer.

-Iida-san es muy buena persona -murmuro para sí mientras observaba la puerta ahora cerrada -Debo de esforzarme sino no habrá valido la pena el haber llegado hasta aquí, ¡tu puedes hacerlo!- se dijo animándose.

Con eso en mente se fue hasta uno de los closet y saco una toalla, se dirigió luego a tomar una ducha, pues si quería ganar esa batalla campal en la cena, algo le decía que debía empezar desde ya a prepararse.

Cuanta verdad había en sus palabras, que sin saberlo desencadenarían una serie de problemas y confusiones venideras...


Katsuki dejo a Kaminari en su casa tras la amena platica que pudieron entablar. Se sentía aun molesto por lo que paso en el centro comercial, y eso no se le quitaría de la mente hasta que lo resolviera a puño limpio con su estúpido primo.

¿Quien se creía que era para jugar con los sentimientos ajenos?

¿Era acaso una especie de deidad o algún santo para creerse intocable?

-¡Intocable mis pelotas! - maldijo.

Chasqueo la lengua de forma molesta. Sabia que no podría controlarse a menos que sacara todo lo que llevaba dentro y de paso ajustar viejas cuentas con Eijirou, pues ese problema ya llevaba demasiado tiempo entre ambos, era hora de ponerle fin.

Giro en una de las calles para luego seguir en una de las avenidas de forma recta hasta llegar a la mansión. Faltaba poco para la cena y ese seria el mejor escenario para plantarle cara al pelos de menstruación, a como el le decía.

Y de paso poner en su lugar al estúpido pecoso que de paso le daba pesadillas.

¿Como era posible que soñara con él todas las malditas noches?

¿O acaso era alguien parecido?

¿Le estaba haciendo una especie de vudú o alguna mierda paranormal?

¿Habia hecho algo raro en sus vidas pasadas que ahora le cobraban factura?

El no era mucho de creer en cosas paranormales y esas estupideces, pero para su desgracia los sueños que recientemente había tenido le dejaban mucho en que pensar.

Tener a un hombre jodidamente sexy en su cama en ese maldito sueño lo podía empalmar en cuestión de segundos, ¿Y porque rayos le gustaba ese tal Yamikumo? ¿Quien demonios era de todas formas?

Movió la cabeza negándose ser gay, a él le gustaban las mujeres, pero recordar como su cuerpo era recorrido por su experimentada lengua en sueños le daba escalofríos, ¿significaba que internamente era como su estúpidos primos?

¿Un gay de closet?

-¡A la mierda con eso!- grito mientras tocaba el claxon del auto para que lo dejaran pasar.

Tenia prisa y sino se quitaba esos malditos pensamientos de la cabeza estaría con un puto mal humor el resto de la noche, lo que desencadenaría que quisiera ir al coliseo a tener unas buenas rondas de peleas para sacar su frustración, pero primero le partiría la madre a Eijirou.

Eso sonaba como un buen plan.

Sonrió con diversión y malicia. Como deseaba golpear a su primo, y de paso le advertiría al idiota de Midoshiya? Mashima? Mushito?

¡O como sea que se llame! Sobre no meterse con Kaminari, lo pondría en su lugar, ¿ademas no era su estúpido niñero?

Tenia que saber que no era correcto andar dando el culo por unos cuantos billetes, y de paso hablaría con su estúpido tío para que lo despidieran, ellos no necesitaban una maldita niñera, necesitaban mas espacio.

A veces odiaba admitir que el mitad-mitad tenia razón en algunas cosas.

Con la poca paciencia que le quedaba en esa tarde miro la hora 5:45. No quedaba mucho tiempo para que la estúpida cena comenzara, ya que había recibido el mensaje de Aizawa de que Midnight -su nueva esposa - había regresado de París y quería ver a sus sobrinos.

-Que estupidez con todo esto, - murmuro maldiciendo por la reunión que obviamente deseaba evitar - Como si le importaramos una mierda a esa bruja!- mascullo entre dientes.

Sabia perfectamente que esa mujer lo único que quería era el dinero de su tío, y aunque lo odiaba admitir de cierta forma le debía varios favores a Aizawa y si por el fuera le diría hasta de que iba a morir a esa estúpida mujer, pero no era el quien estaba casado, así que no lo vio conveniente decirlo.

Aunque ganas no le faltaban...

A lo lejos pudo notar la enorme mansión, la colina en la que estaba ubicada era una de las mas reconocidas por que vivían una bola de idiotas ricos alrededor. De paso otros imbéciles con complejo de dioses los cuales le daban ganas de partirle la cara para que se olvidaran de llamar a sus papis.

¡Como odiaba a esa bola de pendejos!

Sonrió de forma siniestra, la cena prometía ser un espectáculo interesante, el se encargaría de que así fuera...


La 6:00 en punto era la hora acordada para la cena familiar y el acuerdo de que todos estuvieran en sus respectivos asientos esperando por la pareja.

Shoto se encontraba ubicado frente a Izuku, el cual internamente le agradeció, pues no quería lidiar con la lujuriosa mirada del pelirrojo que ya bastante molesto lo tenia. Por lo menos tener al bicolor cerca le daba algo de tranquilidad.

En el caso de Eijirou el asiento de enfrente estaba vacío, esperando por el explosivo primo que no había aparecido, y que de paso le ponía de mal humor.

Maldijo internamente, su tío sabia perfectamente que ambos no se soportaban, y por ello siempre los ponía de frente, según él para que trataran de llevarse mejor, aunque realmente ya le daba igual, su único objetivo esa noche era observar mas aspectos novedosos del pequeño pecoso que con cierta incomodidad apartaba siempre su mirada cuando el lo veía directamente.

*Que lindo...me dan ganas de seguir molestándolo...* pensó con diversión mientras tamborileaba sus largos dedos en la mesa esperando a la dichosa pareja que tampoco no había aparecido.

El silencio sepulcral de minutos se vio interrumpido cuando un Katsuki completamente sereno apareció por la puerta, Shoto lo observo y chasqueo la lengua, un rubio calmado era un problema aun mayor que uno cabreado, estaba seguro que esa noche habría sangre.

Sin mediar palabra Bakugou se lanzo encima de Eijirou que al instante se levanto de la silla para defenderse del golpe que el cenizo le trataba de estampar con ahínco.

Los puños, patadas y malas palabras era el escenario que ambos daban mientras se revolcaban en el suelo dándose golpes certeros.

Katsuki maldijo al ver que el imbécil se defendía bien, pero él era mejor. No iba a ceder, tenia que darle una paliza por todo lo malo que le había hecho y dicho a Kaminari, se lo debía.

Con la cólera burbujeando desde lo mas hondo de su ser, gruño como si de un animal salvaje se tratase y le propino un tremendo golpe en el estomago al pelirrojo que solo pudo hacerse para atrás para no recibir tan fuerte el impacto, lo cual no le ayudo mucho, perdió el aire y boqueo con dolor al sentir sus piernas flaquear, sus manos las llevo a la zona afectada para tratar de disminuir el dolor aunque eso no ayudara para nada.

El cenizo con una sonrisa triunfal lo miro con odio mientras lo agarraba del cabello y lo subía hasta la altura de su rostro, Eijirou lo maldijo y le escupió en la cara, lo cual enfureció al rubio que con todo el enojo contenido le propinó tremendo puñetazo en el rostro que lo mando unos metros lejos de él, sonrió de forma escalofriante.

Caminó hasta Eijirou que acostado en el suelo todavía trataba de pararse, se sentía mareado y le dolía la quijada, ¡maldito Katsuki! Eso le había dolido demasiado, su hermosa cara tendría un buen morado al día siguiente y para su desgracia era la fiesta, eso lo cabreo supremamente. Eso no se iba a quedar así.

Cuando agarro la fuerza suficiente para levantarse y ponerse en posición de combate escuchó un carraspeo conocido y ambos chicos voltearon para encontrar a la pareja que expectante los observaba.

El ceño fruncido en la cara de su tío decía lo suficiente para saber que ambos estaban en serios problemas.

*Estamos muertos!* pensó con miedo el pelirrojo que notaba como la vena de enojo aparecía en la sien del pelinegro.

La mujer solo sonreía al verlos, al parecer ya llevaban un buen rato viendo la pelea. Pero decidieron ver sus acciones hasta el final, lo cual no era algo bueno para ambos.

-Hasta que llegas viejo!- le dijo el cenizo parándose derecho y viéndolos de forma amenazante.

-Puedo saber que demonios les sucede a ambos! -grito furioso Aizawa mientras se acercaba peligrosamente al pelirrojo que estaba aturdido aun por el golpe -Mi esposa regresa de viaje y lo primero que encuentra al llegar es a dos de mis sobrinos dándose una puta paliza como si fueran perros rabiosos! Quiero una explicación ahora! - exigió mientras ambos se ponían tensos. El ambiente estaba cargado de ira y enojo.

Aizawa estaba cabreado lo suficiente como para darle una paliza a ambos chicos, pues aunque no pareciera era bueno peleando.

-¿Y bien?- volvió a preguntar posando su mirada de Katsuki a Eijirou de forma reprobatoria.

-Fue culpa de este imbécil, -dijo Katsuki apuntando a Eijirou que quedo con la boca abierta al decir semejante mentira -El comenzó la pelea al provocarme, tu sabes que yo no peleo si no tengo un motivo en particular, es todo lo que diré... - menciono de forma cortante mientras Eijirou lo miraba asesinamente.

-Y cual es tu excusa Eijirou? - indagó de nuevo viendo esta vez a su sobrino que temblaba, no sabia si era por el golpe que había recibido o por su presencia, tal vez un poco de ambas.

-Este idiota se me lanzo de la nada apenas llego, no le hice ni dije nada así que no es mi culpa, y si no me crees puedes preguntarle a Midoriya el estaba aquí junto con Shoto viendo todo el show - se defendió mientras cruzaba sus brazos en jarras, si algo había aprendido en todos esos años con su tío, era a decir la verdad aunque mezclada con un poco de mentira.

Izuku estaba espantado por la escena. Cuando había apartado la vista de Shoto un momento solo vio en cámara lenta como Katsuki se tiraba encima de Eijirou de forma asesina, la mirada de odio y repulsión del cenizo le causaron terror y por ello no se atrevió detener la pelea, se sentía mal por el pelirrojo pues había recibido la mayoría de los golpes del cenizo, pero muy internamente una parte de él también se sintió complacido de ver al chico en el suelo siendo golpeado.

No sabia de donde había sacado ese pensamiento tan malvado, pero rápidamente al ver el golpe propinado por Katsuki que lo mando a volar a unos metros lejos de ellos, en ese momento si se preocupó un poco.

Y cuando finalmente decidió meterse entre ambos sus piernas se mantuvieron estáticas al ver a la pareja que había entrado al comedor y que de paso guardaban silencio para ver la pelea de ambos, eso lo desubico, y trato moverse de nuevo, pero la mirada de Shoto y su negación le detuvieron.

¡Gracias a dios por ello!

En ese preciso momento el señor Aizawa hablo y los detuvo al instante. Pero eso no quitaba que se sentía mal por no haber intervenido.

Ahora solo quedaba ver que pasaría con ambos príncipes que a simple vista se notaban tranquilos, pero sus expresiones decían claramente que no había terminado ese encuentro, con sus miradas se prometían una segunda paliza donde nadie se interpondría.

-Ambos están castigados, - dijo Aizawa mientras les daba un golpe en la cabeza a ambos que se quejaron por la fuerza ejercida -Eijirou tienes prohibido usar las tarjetas de crédito, todo tipo de compras y salidas las tienes negadas - menciono viendo al pelirrojo que rápidamente cambio su expresión a una de terror puro.

-Pero no...- trato de negarse pero fue callado instantáneamente.

-Si te quejas ahora tu castigo sera peor, sabes que estas bajo mi cuidado y yo pongo las reglas de mi casa - le recalco, sabiendo que eso lo molestaría.

Eijirou mascullo una maldición sabiendo que no podría objetar nada, así que tragándose su orgullo por esa vez asintió de mala gana mientras se iba a sentar a su respectivo asiento.

-En tu caso Katsuki, - miro al cenizo que ni se inmutó por ver su molesta expresión - Estas castigado, mañana iras a la fiesta sin quejarte, participaras en todos los eventos que yo ordene, y sobretodo trabajaras en tus clases de autocontrol, claro que sin ninguna queja- terminó diciendo de forma absoluta.

Katsuki no dijo nada. Una sonrisa de autosuficiencia apareció en su rostro mientras se sentaba en la silla frente al pelirrojo, pero sin verlo a los ojos.

-Si eso es todo, ¿ya podemos comer? - preguntó el cenizo con la ceja alzada, mostrando que le valía un pepino el castigo.

Aizawa negó con cansancio. Se sentía cada día más viejo pues esos mocosos le estaban sacando las canas que no tenia. Necesitaba vacaciones lejos de ellos por un buen tiempo.

-Sentemonos ya ha pasado la hora acordada para cenar, la comida se enfriara- le dijo a su esposa que sonriente aceptó, ella tomo el asiento frente a su esposo que quedaba en la esquina opuesta de la mesa, su largo vestido negro quedaba perfecto en su voluptuoso cuerpo que no le afectaba mostrar para nada, puesto que el escote en forma de uve resaltaba sus pronunciados pechos llenos.

Un corte largo hasta arriba de la pierna mostraba sus muslos, haciéndola ver demasiado sensual para una simple cena. Ella observo atentamente a cada sobrino de su esposo, le pareció interesante ver la reacción del rubio cenizo, del cual había leído previamente sobre su carácter explosivo y rebeldía perpetúa, en el caso del pelirrojo sabia que era un casanova de primera y el ultimo que quedaba era el famoso cantante Shoto, quien era apacible y sereno.

Había leído de todos ellos en el informe que le pidió a su marido, pero nunca espero verlos en acción, al parecer dos eran niños problemas, y le llamo la atención el pequeño pecoso peliverde que temblaba como un cachorro al pasar todo ese acontecimiento.

*Midoriya Izuku... Ya veremos que papel pintas tu aquí pequeño...* se dijo mentalmente mientras su mirada atenta se posaba en el joven, su curiosidad era bastante grande y ella saciaría esa incertidumbre muy pronto.


Luego de la cena todo fue mas tranquilo, los sirvientes quitaron los platos y cubiertos limpiando y poniendo las sillas en sus respectivos lugares. Y aunque Izuku trato de ayudar fue enviado por Ochako a descansar, pues según ella se veía al borde del colapso.

Tal vez no estuviera tan equivocada.

Ese día había sido exhaustivo, el andar de aya para acá lo tenia al borde del sueño absoluto, seguro que si solo ponía la cabeza en la almohada caería rendido totalmente.

Al llegar a su habitación metió la llave y noto que la puerta estaba abierta, eso lo extraño un poco, ¿el no había dejado abierto o sí?

Se sintió nervioso y algo asustado, pero con el poco valor que logro conseguir en su interior avanzo abriendo y entrando con pasos lentos pero seguros.

Sus ojos vagaron por toda la habitación hasta que se posaron en su cama, en ella se encontraba un Katsuki con rostro serio y mirada afilada.

Izuku trago grueso.

¿Que hacia él en su habitación?

-Que no piensas pasar?- le preguntó molesto mientras se paraba y caminaba hasta él. Izuku retrocedió asustado.

Había visto de primera mano que el cenizo además de violento era alguien de temer, él aun con sus clases de defensa no pensaba que podría ganarle.

-¿Que haces aquí...? - logro preguntar aun con la marea creciente de nervios que amenazaba con ponerlo a temblar como gelatina.

Katsuki lo observo de arriba abajo. No entendía cual era la obsesión del pelos de menstruación con ese idiota. Tal ves era bueno en el sexo? O solo le brindaba sus servicios al estúpido de Eijirou?

Chasqueo la lengua molesto y sin mediar palabra acorralo a Izuku entre la puerta y sus brazos a cada lado de la cabeza del chico.

Izuku se asusto al verlo tan cerca, su ceño fruncido era aterrador y sintió que quería salir huyendo de inmediato.

Ese hombre tenía un aura aterradora.

- Solo tenia curiosidad por el niñero - respondió mientras su mirada vagaba hasta sus labios, rosados, los cuales le dieron escalofríos, pues recordó ese maldito sueño
- Y de paso ver si eres tan buena puta como para que el imbécil de mi primo pelee por ti...- le dijo con un borde afilado en el insulto. Se sentía molesto por el simple hecho de querer besarlo, ¿que estaba mal con él?

Midoriya quedó boquiabierto.

¿Acaba de llamarlo puta?

¡Quien demonios se creía para decirle así!

El peliverde lo miro completamente molesto y Katsuki sonrió, le gustaba fastidiarlo pues esa fragilidad que mostraba en su persona le molestaba, ¿porque tenia que ser tan pequeño y delgaducho? ¿Acaso tenia que verse tan frágil para atrapar a los hombres en su red?

La solo idea le dio repulsión.

-A cuanto te vendes niñero?- le preguntó serio mientras tomaba su rostro en su mano derecha.

Midoriya lo vio con completo enojo. Y no pensó en ese momento, estaba harto que le dijeran cosas hiriente, estaba cansado de ese día así que solo se dejo llevar por esa vocesita que le decía "Vengaté".

-No me toques con tus sucias manos Aizawa Katsuki, - aparto el rostro con su mano mientras salia de su encierro entre los brazos del cenizo.

-Y para que lo sepas no soy ninguna puta para que vengas a insultarme, ¡así que sal de mi habitación ahora!- le exigió abriendo la puerta para que se fuera y lo dejara en paz.

-Y sino quiero, que harás?- lo desafío mientras se acercaba a el peligrosamente.

No se iba a dejar intimidar. Esos tiempos ya habían pasado, no caería ante el miedo, ya no era un mocoso debilucho del cual todos podían burlarse.

-Sino tendré que defenderme y usaré la fuerza - respondió seguro.

Katsuki sonrió de medio lado. Le gustaban los retos y ese enano estaba retándolo directamente. No pudo evitar reír por lo absurdo de la situación.

-Asi que puedes pelear? Bien te daré el gusto de que me des el primer golpe - musitó poniéndose en posición de pelea.

Izuku no perdió tiempo. También se puso en posición de karate, las clases le servirían para algo. Ya no le importaba mucho el ser despedido, tal vez fue un error enorme haber aceptado ese trabajo, era alguien tolerante pero esos chicos si que mataban su infinita paciencia en cuestión de segundos.

-Espero no te arrepientas de esto - le dijo yendo hacia el con puño en alto, Katsuki esquivo fácilmente el golpe y se posicionó detrás del chico, lo tomó del cuello y le hizo una llave la cual dejo inmovilizado al peliverde.

Midoriya trato de zafarse pero la fuerza de la llave lo estaba dejando sin respiración, el color se escapaba de su rostro volviéndose pálido por la falta de aire.

Trato de darle un golpe en el estomago a como había hecho con Eijirou pero Katsuki ni se inmuto, sus golpes no le hacían ni cosquillas al rubio que con superioridad lo miraba sonriendo. Machacando su poco autoestima.

Sin decir nada Katsuki lo soltó y tiro a la cama, Izuku respiro abrumado el aire que tanto le faltaba, su pecho subía y bajaba por la falta de oxigeno y su rostro aun se encontraba contraído en dolor.

El cenizo se dirigió a la puerta para irse ya no tenia nada que hacer en el cuarto del niñero, había dejado mas que obvia la respuesta de quien era mas fuerte y eso fue mas que suficiente para él.

Izuku no quiso dejar las cosas así pues ¿como era posible que el cenizo llegara a su habitación, lo insultara y luego se largara como si nada? No podía dejarlo ir así, aunque eso le costase el despido él pelearía.

Con su poca fuerza se apresuro a levantarse, pero sus piernas aun le temblaban y con la casi nula fuerza que sentía no pudo sostenerse bien, iba a caer en picada, así que su cuerpo en modo automático se agarro de lo primero que tenia, la espalda del rubio.

Katsuki era bueno en sus reflejos así que volteo en el momento justo en que el peliverde iba a caersele encima, tal vez era una táctica para detenerlo pero fuera lo que fuera no iba a funcionar.

Sus manos lo agarraron de la cintura antes de sentir como el chico caía con todo su peso encima de su humanidad, no pudo detenerlo a tiempo así que ambos cayeron al suelo, Izuku encima de Katsuki, el cual abrió los ojos como platos al ver lo que su vista le mostraba, y su mente trataba de procesar.

Sus labios estaban unidos.

El había besado al chico.

Su cuerpo se tenso inmediatamente, pero su mente se fue de paseo al tomarlo del mentón y profundizar ese toque tan cálido, tan húmedo y delicioso.

El lo estaba besando.

¿Que tenían los labios de ese idiota que le gustaban tanto?

El mágico momento se vio ofuscado por su propia racionalidad que le decía que estaba siendo un completo estúpido. La cual le cayo como un balde de agua fría, matando la emoción y el deseo que extrañamente estaba surgiendo en su interior.

- ¡Ya quitate maldición! - le grito con el rostro completamente rojo y apartando la vista. Se sentía acalorado y bastante avergonzado, pues él fue quien comenzó ese acto tan insano.

-Tu. tu.. comen..zaste vete de aquí!- le recriminó el chico que parecía tomate de tan rojo que estaba. Se levanto de encima del cenizo y se alejo lo mas que pudo.

Katsuki no perdió mas tiempo ahí y salió lo mas rápido que sus piernas le permitieron de la habitación, ¿porque le parecían tan familiar esos labios? ¿Porque demonios le había gustado el beso?

No no y no! No vayas por ahí!

No te gusto el beso maldición!

Se maldijo mientras caminaba por el pasillo, necesitaba despejar su mente así que se fue al hangar donde estaban los autos y se metió en el suyo saliendo de la mansión sin decirle a nadie, iría al coliseo, quería sacar su frustración y eso es lo único que podría calmar sus endemoniados ánimos...

- Maldito Deku... - murmuro con vergüenza de sólo pensar en como se había dejado llevar por su suave toque, y su delgado cuerpo, golpeo con enojo el volante, necesitaba un trago y lo necesitaba ya...

Esa noche prometía ser tediosa, y sobretodo estaba seguro que le daría un puto insomnio de mierda, pues esa imagen se repetía como un mal comercial en su cabeza, algo no estaba funcionado bien en él...

Era eso o que simplemente le gusto besar al pecoso, pero él era Bakugou Katsuki, nunca admitiría semejante estupidez... Y menos hacia si mismo...

¡Primero muerto!

Fue lo ultimo que pensó antes de perderse en las transitadas calles de la ciudad...

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Hola hola mis pocholitos!!

Como les ha ido en la semana?

Aquí aparezco yo de nuevo para traerles el capítulo y seguro muchos amaron la paliza que recibió Eijirou por parte del musulmán xD se que muchos deseaban que eso pasara jajaja

Ahora sientanse libres de decirme que les ha gustado?

Creen que Katsuki e Izuku profundicen mas su relación desde ahora?

Les gusto el beso robado por parte del rubio explosivo?

Jajaja tantas cuestiónantes y yo con la botella de clorox pues admito que la ultima parte del capi me costo escribirlo.

Bueno me despido amores se cuidan los amo recuerden que me encanta saber que les gusta esta historia! Besitos

Azrael Fuera!!!

\(^_^)/

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