¿Alguien me recuerda por qué estoy atrasado con el papeleo de esta tarde?.
Miré a Badra, quien hablaba burlonamente y alegre con MI HIJA.
Ya recordé porque no fui a mi oficina está tarde, por BADRA.
- ¿Qué me regalarás por mi cumpleaños PE-QUE-ÑA? -dijo Badra acercando su mano a los cabellos de Camille.
QUE OBVIAMENTE. Detuve.
- ¿Quieres seguir teniendo tu cabeza pegada a tu cuerpo? -dije mirándolo fríamente y amenazándolo.
Camille nos miraba atenta. Hay veces en que ella es muy habladora, y veces en que simplemente observa. Como hablando consigo misma, o pensando en algo.
- Oh, ¿El suegro no está feliz?, ¿O estás celoso? -dijo burlonamente mientras mantenía un mirada sombría.
- Cállate -le dije.
En verdad Badra es más molesto que Baron. Baron molestaba hasta cierto punto, luego se detenía. Pero Badra, lleva la palabra molestar a otro nivel. Baron solo admira de lejos a Camille, pero Badra, se lanza como un león sobre su presa, sin miedo.
Y juro que si continúa así, perderé los estribos y lo asesinaré.
Haré añicos su miserable cuerpo, y haré que sufra tanto, tanto que ni muerto olvidará su osadía.
- Papá y yo preparábamos una fiesta, es hoy en la noche. Vendrán todos nuestros amigos -le dijo tranquilamente Camille.
- ¿Una fiesta para mí?, Qué grato de parte de ustedes -dijo sonriendo malicioso- sería más divertido tener a quien despellejar, o tal ves... ¿Podría cortar tu fina, delicada, blanca y tierna piel?, quiero ver tu roja sangre y oler tu dulce aroma Cami...-no aguanté y le dí un golpe de puño en su mejilla, lanzándolo lejos de Camille.
Camille se levantó sorpresivamente de ahí.
- ¡Papi!, ¡Podrías lastimarlo!, ¡El sólo bromeaba! -me dijo mirándome molesta mientras trató de caminar hacia Badra para levantarlo.
Le agarré de la muñeca y la estiré hacia detrás mío.
- Basta Camille. Deja de ser tan ingenua y amable con todos -dije sin dejar de mirar a Badra, quien sonreía malicioso mientras se levantaba- Badra es un vil mentiroso y psicópata, hará de todo hasta tomar su objetivo. Tú tal ves aún no has visto de lo que es ca...-entonces ella me levantó la voz.
- PAPI. Ya he visto de lo que es capaz, ví como mató a tres personas delante mío -se zafó de mí agarré y fue junto a Badra- Badra, es un arma humana letal, insaciable cuando de sangre y tortura se trata. Es cierto que es alguien a quien temer, yo misma tuve mucho miedo de el por varios días. Pero papi, pensé que si Badra está empeñado en mí, e interesado en mí, puedo usarlo a nuestro favor. El no se opone a ello -dijo mirándolo.
- Je je -rió malicioso- Es verdad. Esta pequeña aquí es muy inteligente, tal ves papi no lo sabe pero -Badra sonreía psicópatamente mientras se ponía detrás de Camille y dándome la espalda- Su querida niñita consentida, es toda una señorita de mente brillante. Solamente que reprimida. ¿Sabes?, Si hablaras más seguido con ella, y dejaras que participe en todo contigo. Verías de lo que estoy hablando -empezó a reír como maniático.
Camille me miraba tranquilamente. Como si fuera lo más normal del mundo.
Es verdad, un niño normal, no aguantaría todo esto. Ella ya asesinó a un hombre, también ha visto y presenciado varios ataques enemigos, no va a un escuela normal. Sus amigos y ella, usan armas.
Ella nunca puede tener una vida normal, por más que yo quisiera dárselo.
En el fondo siempre lo he sabido. Y lo sé perfectamente, sé que mi hija, es una niña muy fuerte, y un prodigio.
Pero aún así. Seguiré protegiendo su inocencia y su ternura, su sonrisa. No me importa que debo hacer, ni cuando hacerlo.
Sé que es inevitable que ella crezca, y tarde o temprano se encontrará en peligro, después de todo, es mi hija.
Pero yo... Yo estaré ahí. Cargaré con todo dolor y tristeza en vez de ella, y si es necesario moriré por ella.
No pienso usar a mi hija como un peón más. No a ella.
- Badra, sé perfectamente de lo que hablas. Pero es porque conozco su capacidad y lo que vale, que hago todo esto -dije fríamente y agarré a Camille y la subí a mis brazos- Y Camille, sé que sientes que no te dejo caminar a mi lado, sé que sientes que te oculto cosas y que antes que confiar en ti prefiero confiar en Baron. Pero déjame decirte pequeña, que tengas la edad que tengas, siempre trataré de evitar que cargues con la misma suerte que la mía, trataré de darte un futuro mejor que el mío, darte un futuro feliz dentro de todo este cruel mundo de la Mafia, y sé que serás una mujer increíble en el futuro, pero mientras, deja que papá te proteja y haga las cosas por ti -dije dándole un beso en la frente.
Ella me miró pensativa. De seguro estaba pensando en qué decir.
Me miró entonces fijamente a mis ojos.
- Yo quiero seguir los pasos de papá, por más cruel y doloroso que sea su camino -dijo sin titubear y me sorprendió- Yo seré quién brinde felicidad y descanso a papá. Papá, yo seré la señora de todo este mundo, cuando sea mayor. Y tú papá, serás mi mano derecha, no Nathan, ni Baron. Ni nadie. Tú y nadie más papá -me dijo seriamente.
Me sorprendieron sus palabras. No creí que diría eso. ¿Cuándo dejó de pensar como una niñita?, ¿Cuándo fue que le dejé crecer?.
- ¿Estás segura que podrás lograrlo? -le dije serio.
- Claro que lo haré. Después de todo soy TÚ hija -me sonrió dulcemente.
Tiene razón. Nunca creí que se pareciera tanto a mí. Tiene un sentido del deber desde muy temprana edad, a decir verdad, aunque haya estado sobreprotegiéndola, el resultado es el mismo, aunque no se la haya mostrado.
- Entonces es hora de llevar todo esto en serio, no te quejes después -le dije sonriendo malicioso.
Ella sonrió de la misma forma, imitándome supongo.
- No te quejes si te supero -me dijo burlona sin despegar esa sonrisa maliciosa de su rostro.
Perfecto. Competencia en sus venas. Lo que le faltaba para ser aún más perfecta.
Mi niña bonita, es perfecta la mire por donde la mire.