draco malfoy, pansy parkinson & flora carrow
Diana dejó algunos detalles fuera del relato que le contó a su mejor amiga. Aunque se sintió mal al mentir, se habría sentido peor preocupando a la Slytherin con cosas que tan solo debían ser problemas suyos. No quería molestarla con cosas que no tenían sentido, cuando estaba segura de que Pansy tenía sus propios problemas y que eran, muy probablemente, más importantes que los de ella .
A parte de evitar gran parte de su conversación con Malfoy, también se calló al llegar la parte de lo que sintió cuando hizo contacto con aquella figura. Se conformó con decirle que había sentido mucho dolor, y que había visto mucho rojo al cerrar los ojos. No le dijo lo que había visto en realidad, porque no lograba comprenderlo.
Y como la ligera idea que tenía de ello, deseaba que no fuese cierta, Diana prefirió guardarse aquello para ella.
Una vez terminó su historia, Diana se arrepintió de contárselo a Pansy Parkinson, no por nada más que el hecho de que la chica parecía estar más aterrorizada por el tema que ella misma.
Sin embargo, en los días, e incluso semanas siguientes, se alegró por tener a alguien con quien contar cuando se encontraba en enfrentamientos con pequeños diablillos que se burlaban de ella haciendo que se desmayaban frente a la pelirroja en los pasillos mientras ésta trataba de llegar a su siguiente clase.
Aparentemente, la historia de Draco Malfoy se había hecho popular, primero entre los Slytherin de primer año, luego entre los más mayores y después entre el resto de casas de Hogwarts, aunque muy pocos de los otros parecían prestarle mucha atención. Los Gryffindor menores sí, pero los Ravenclaws eran demasiado inteligentes como para creerse las tonterías del rubio, y los Hufflepuffs, demasiado buenos como para juzgar a alguien por los rumores que llegan a sus oídos de ellos.
A Diana pararon de importarle las bromas de los alumnos después de escucharlas una vez. La razón por la que pasaba la mayoría del tiempo en su cuarto o en el de los hermanos Weasley, no era por las burlas, ni mucho menos, aunque era esa la idea que tenían la mayoría. La pelirroja tenía muchas más preocupaciones, aunque nadie fuese consciente de ello más que ella misma.
Algo que si le molestaba, y por lo que la chica guardaba tremendo rencor, era el hecho de que Draco Malfoy fuese el centro de todo aquello.
Y mucho más en ese momento, ya que había llegado a conocer más al Slytherin gracias a aquella conversación en el bosque prohibido. Diana estaba segura, entonces, de que la conclusión a la que había llegado era cierta. Malfoy sabía perfectamente que lo que hacía estaba mal, era consciente de ello, y lo hacía de todas maneras. Y eso la enervaba inmensamente. Aunque aquella frase que había soltado no la lograba comprender del todo:
Es lo que hago.
¿A qué se refería? Es decir, si, es lo que hacía, pero él sabía que estaba mal y, por el tono que había usado con ella, no estaba muy contento al admitirlo, o sea que hacerlo no le hacía feliz. Si sus acciones hubiesen sido terribles pero él las disfrutase, Diana lo habría entendido mejor, o al menos eso creía ella, pero aquel no era el caso. Si haces algo que no te gusta, paras de hacerlo, ¿no es así?
Quizás no era tan simple como eso, pero Diana nunca lo sabría. Nunca llegaría a comprender a Draco Malfoy, por mucho que ella lo desease.
Por encima de todo, y por mucho que le molestase el comportamiento del platinado, Diana había ignorado la propuesta de su mellizo y de Harry de vengarse de él, y había decidido dejar el asunto a la deriva y permitir que se disipase con el tiempo.
Se dijo que no le dirigiría la palabra. No hablaría de él. No le miraría.
Diana tenía la costumbre de cumplir los tratos que hacía consigo misma de manera estricta, pero un día, mientras ella y Pansy entraban en la sala común de Slytherin y Draco Malfoy, junto con su pandilla, salían de ella, no pudo contenerse y la rompió.
Técnicamente, no fue su culpa, porque había mantenido contacto visual con Draco y había conseguido no separar los labios para dedicarle un comentario sarcástico. Diana culpaba total y completamente a la chica de tercer curso que lo acompañaba, cuya sonrisa siniestra se formó nada más ver a la pelirroja y se apresuró a pararse frente a ella, mientras decía:
—Oh, ¡pero si es la Weasley! —exclamó— ¿Te encuentras bien, o necesitas que te dejemos espacio para caer cuando te desmayes?
Diana y Pansy se pararon simultaneamente, dirigiéndole una mirada más que aburrida a la Slytherin, como si aquel encuentro se hubiese repetido más veces, y ya se lo supiesen de memoria.
El grupo de la chica también se paró, y Draco Malfoy se quedó frente a Diana. Ella miraba a la chica que había abierto la boca, pero fue incapaz de ignorar que Malfoy la miraba a ella fijamente, como fue capaz de comprobar por el rabillo del ojo.
Pansy fue la primera en hablar, después de rodar los ojos, de manera cansina.
—Qué original, Carrow —dijo, sabiendo perfectamente, al parecer, de quien se trataba—. ¿El insulto se te ha ocurrido a ti solita o te lo ha susurrado Malfoy en el oído?
La chica (Carrow), sonrió irónicamente.
—A mi sola. Se llama creatividad. Nunca sabrías de que se trata, ya que lo único que haces es perseguir a la Weasley como una perrita faldera —Pansy cerró la boca. Carrow se dirigió a Diana una vez más:—. Malfoy me ha contado la historia —dijo—, pero no sé si la creo completamente. Él dice que te desmayaste por una figura, pero yo creo que fue porque te da miedo él. Por eso le has estado ignorando, ¿no es así?
Diana reprimió una sonrisa de lado, mientras maquinaba algo en su interior. Las palabras de su hermano y Harry de la venganza hicieron eco en su mente, y le ayudaron a fingir confusión mientras contestaba.
—Oh, no, por supuesto que no —se apresuró a decir. Pansy elevó las cejas. Diana miró a Draco, y le dijo:— Lo siento mucho, Malfoy, no quería que pareciese eso.
Draco frunció el ceño, preguntándose que se tramaba la pelirroja esta vez. Cuando continuó, él tragó saliva.
—Te he estado ignorando porque no sabía como decírtelo.
Carrow le dedicó una mirada extrañada a Draco, que se encogió de hombros mientras preguntaba que a qué se refería.
—Me refiero a que no sabía como darte las gracias.
—¿Las gracias? —se apresuró a preguntar Carrow, tan intrigada como sorprendida— ¿Las gracias por qué, exactamente?
—Oh, es cierto —Diana se colocó un mechón de pelo tras la oreja, fingiendo timidez—. Malfoy no ha contado la historia completa, lo que le hace incluso más valiente.
—¿A qué te refieres? —Carrow parecía impaciente ahora, no entendiendo la situación— ¿Qué historia completa?
—Bueno, —Diana le dedicó una mirada a Draco que le aterrorizó, en la que bailaba un fuego de diversión y burla— es cierto que me desmayé. Y Harry Potter se asustó tremendamente. Así que Malfoy se apresuró a salvarnos. A los dos.
—¿Salvaros?
—¿A la Weasley?
—¿Y a Harry Potter?
Crabbe y Goyle estaban tan sorprendidos como Carrow, y los tres le dedicaron a Malfoy una mirada extrañada, como si no reconociesen a la persona de pie en frente suya.
—Exactamente.
Draco se apresuró a defenderse.
—No, no fue así exactamente. Diana está exagerando.
Diana sonrió cuando Malfoy la llamó por su nombre, y añadió rápidamente:
—Oh, no seas humilde, Malfoy. Gracias a ti tanto yo como el niño que vivió estamos, bueno... vivos. O al menos, es así como lo recuerdo yo. ¿A no ser que tú lo recuerdes de otra manera? —el tono e Diana sonaba como invitación, como si estuviese tentándole a contar la verdad, pero de manera divertida, como si supiese que había logrado tener a Malfoy contra la espada y la pared.
Malfoy suspiró.
—Eso pensaba —dijo Diana, sonriente—. Por eso, tan solo quería decirte gracias. Ya nos veremos, Pansy y yo tenemos que estudiar ahora. ¿Verdad, P?
Pansy pestañeó varias veces, aún sorprendida por la interacción, pero asintió.
—Sí, por supuesto —se aclaró la garganta y repitió:—. Ya nos veremos.
Luego, Diana cogió su brazo y ambas se dieron la vuelta, desapareciendo en la sala común, dejando atrás un grupo completamente confuso y destrozado, y a un Malfoy más que anonadado, por el lío en el que le habían metido.
***
Presenté esta historia a los Wattys 2018, ¿qué me pasa? ASJAJJ