XXXII.

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fred & george weasley

Se acercaba la navidad y, mientras al resto de alumnos los regalos, la vuelta a casa y las vacaciones les ocupaba la mente, la de Diana tan solo se llenaba de dos palabras, en repetición, como si tuviese miedo de olvidarse; Nicolás Flamel.

El tiempo libre de Diana (al igual que su cama) se había rodeado de libros de historia, mitología, magos famosos y demáses, pero no había encontrado resultados que coincidiesen con el nombre que habían logrado sacarle a Hagrid hacía semanas. Harry, Ron y Hermione tampoco habían aprendido nada del extraño, por lo que tenía entendido la Slytherin.

Sus dos amigos, junto con su hermano, le habían hablado de las horas y horas que pasaban en la biblioteca, buscando entre páginas y más páginas, y le habían preguntado si quería unirse a la expedición. Ella se había negado amablemente, alegando que prefería tratar de averiguar de quién se trataba aquel señor por su cuenta. Diana siempre había trabajado mejor de manera individual que en compañía, además, era más cómodo para ella llenar su habitación de libros (ya había escuchado quejas por parte de Pansy), que tener que salir a la biblioteca y buscar el tiempo en el que los Gryffindors y ella pudiesen ir al mismo tiempo.

A pesar de no haber leído nada de Nicolás Flamel, Diana recordaba haber escuchado o leído su nombre en algún lado. Sonaba demasiado familiar.

A Diana le quedaban pocas páginas para terminar de leer otro de los libros que (por ahora) no tenía señal alguna de la existencia de un tal Flamel, cuando un revuelo proveniente de la Sala Común la desconcentró.

Marcando la página, salió en dirección a las voces que la habían interrumpido.

—¿Por qué debería hacer eso? —preguntaba Marcus Flint, apoyado en el borde de la puerta de la Sala Común, dirigiéndose a alguien afuera, que Diana no podía ver— Muy graciosos, pero no puedo. No está.

Diana descubrió, al escuchar la siguiente voz, de quién se trataba.

—Sabemos que está, nos lo ha dicho Pansy Parkinson.

—Aparta de una vez, Flint.

Diana se acercó.

—¿Fred? ¿George?

—¡Diana! Ven, tenemos que hablar contigo —llamó Fred, mientras George miraba a Flint, seguramente tratando de maldecirle.

—¿Por qué debería hablar con vosotros?

—Porque es navidad —dijo George, aunque sonó mucho más como una pregunta que como una afirmación.

—Porque somos tus hermanos mayores y te lo decimos —Fred se cruzó de brazos.

Diana, aunque rió, caminó hacia adelante, y le dio las gracias a Marcus Flint antes de desaparecer de su vista por el pasillo, acompañada de sus hermanos.

—¿Qué queréis?

—Pedirte perdón, otra vez —el tono de George hacía parecer que lo hubiesen hecho demasiadas veces, porque era así como había sido. Demasiadas veces. Definitivamente, más de lo necesario. Pero el orgullo de Diana no le permitía aceptar las disculpas.

—Pero esta vez, va a ser mejor —añadió Fred.

—¿Eso por qué?

—Porque esta vez tenemos una propuesta de algo increíble, que te vas a perder si sigues enfadada con nosotros —continuó.

—¿Y qué propuesta es esa?

—Una que no podrás rechazar.

—Vale, dejaos de misterios e id al grano, tengo que estudiar.

—Vamos a encantar bolas de nieve para que le den a Quirrell en la túnica, ¿te vienes?

—No sé encantar cosas aún.

George se encogió de hombros, sonriendo.

—Pues se las tiras directamente.

Diana rió, mirando a los dos chiflados que siempre lograban hacerla reír. En una cosa estaban en lo cierto, era una propuesta que no podía rechazar.

—¿Cómo le puedo decir que no a eso?

***

Qué goals todo.

❛i. venomous❜ harry potterWhere stories live. Discover now