Pick Me (Justin Bieber y Tú)

Autorstwa jbinmybackpack

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Tres hermanos. Misma cara. Aspecto totalmente diferente. Un nerd, un deportista y un problemático. Cada uno a... Więcej

Pick Me (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 1: ¿Quieres apostar?
Capítulo 2: Me caes bien aunque seas idiota
Capítulo 3: Déjame un buen recuerdo
Capítulo 4: Estoy harto de contenerme contigo
Capítulo 5: El pequeño incordio te encanta
Capítulo 6: Te dije que habría consecuencias
Capítulo 7: Necesito respuestas
Capítulo 8: Estoy tratando de arreglar las cosas
Capítulo 9: No juegues con fuego
Capítulo 10: Ya me estoy quemando y no me importa
Capítulo 11: No te metas en lo que es mío
Capítulo 12: Seré mejor que él
Aviso de Maratón
Capítulo 13: Jamás Debí Elegirte
Capítulo 14: No tener miedo a morir es peligroso
Capítulo 15: No quiero que duela
Capítulo 17: Seré tu más fiel aliado
Capítulo 18: Tenemos que acabar con esto
Capítulo 19: Es y siempre ha sido él
Capítulo 20: Tiene sus días contados
Capítulo 21: Eres mi estrella
ALERTA FANTASMAS!
Capítulo 22: ¡Una relación es de dos!
Capítulo 23: Esto no va a acabar aquí
Capítulo 24: Adónde vayas tú, voy yo contigo
Capítulo 25: No te voy a soltar
Capítulo 26: Viviendo un sueño
Capítulo 27: Son muy sospechosos
Capítulo 28: Ponme el anillo
Capítulo 29: Todos bajo mi mano
Capítulo 30: Pelearemos juntos hasta el final

Capítulo 16: De entre todas las opciones que tenías, me elegiste a mí

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Autorstwa jbinmybackpack

Observaba a Justin arreglar su coche en la calzada que daba al garaje. Él no tenía idea de que había estado escuchando tras la puerta la conversación, o más bien discusión, que estaba teniendo con sus hermanos. Verle haciendo trabajo de mecánico era bastante atractivo.

Su pelo del color de la arena estaba alzado en una cresta casual hacia arriba aunque no parecía que llevase ni un poco de gomina o cualquier cosa para el pelo. Justin estaba sudando la gota gorda por el ejercicio ejercido bajo el sol de verano. Yo también tenía calor y eso que simplemente estaba sentada en un escalón viéndolo cambiar la rueda pinchada.

Decía que no era la gran cosa pero le estaba costando lo suyo … No tenía práctica y era divertido verlo frustrado.

Sostenía mi cabeza con una mano apoyada en mi cara y el codo sobre la rodilla mientras me reía. Podía ser todo lo fuerte que quisiera, pero realmente le costaba aprender a hacer esas cosas. Él se daba cuenta del panorama que estaba contemplando y no parecía tomárselo a mal. Al contrario, me sonreía y me guiñaba un ojo. No tenía idea de que cruzaba por su cabeza pero parecía estar de buen humor. Era raro verlo tan contento, le daba un aspecto más jovial. Ver a Justin de aquella manera era algo realmente agradable.

Pensé en los acontecimientos del día anterior y repasé mentalmente las amenazas de Natalie hacia mí y Justin. Estaba segura de que ambos estábamos en buenos líos. Él por golpear a Brock cuando no tenía derecho a defenderse y yo por no retirarme de sus caminos.

Justin es sólo un juguete. Una víctima más de Natalie. Trató de protegerme de todo y yo se lo puse difícil … Y encima lo castigué rompiendo nuestra relación y siendo una estirada con él. Debe sentirse jodidamente mal.”

-Hey, nena. Cuando termine de arreglar esto, ¿te apetece dar una vuelta? – me preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Claro, si es que lo consigues – me burlé.

-Mujer de poca fe – resopló.

-Eh, yo creo en ti – respondí en tono de burla levantándome del escalón para acercarme a él –. Cuando termines me avisas – le di un beso en la mejilla, algo que pareció pillarlo por sorpresa.

-Oye, Queen … – me detuvo antes de que me fuera.

-____, ese es mi nombre – le miré ceñuda.

-Pero me gusta llamarte por tu apellido porque creo que eres una reina – me guiñó riéndose. Noté el calor subir a mis mejillas –. Después hablaremos sobre todas esas cosas que quieres saber – me dijo algo más serio aunque sin dejar de ladear sus labios.

Algo impactada por su repentino cambio de tema, asentí. Miré sus ojos en busca de algún mensaje subliminal pero no vi nada. Lamí mis labios con nerviosismo y Justin reaccionó aproximándose para posar un leve beso en mis labios que me supo a poco.

Entonces de repente escuchamos algo explotar. Me sobresalté y Justin enseguida acudió a dejarme detrás de su cuerpo. Por la carretera se daba a la fuga un Volvo negro. Miré al suelo y vi la misma rueda que Justin acababa de arreglar deshinchada y destrozada por … una bala. Sin embargo, no se había escuchado ningún disparo.

Escuché el móvil de Justin sonar en su bolsillo y él lo sacó enseguida. Me puse a su lado para ver que sucedía. Un mensaje desde número desconocido.

“Esta fue tu elección. No creas que no vais a pagar. No sólo tú, también ella y tu familia.”

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

-¿Es Natalie? – pregunté alterada.

-Y sus matones – afirmó. Tomó mi brazo y tiró de mí hacia el interior de la casa –. ¡Tenemos que irnos! ¡Ya! – gritó Justin una vez que atravesamos el umbral.

* * *

No sabía del todo bien lo que acababa de suceder. Todos habíamos salido disparados de la gran casa de los Bieber. Pattie y Jesse se habían ido juntos en el coche de ella, mientras que Derek había cogido la moto de Justin y Justin y yo habíamos cogido mi Bugatti, él conducía. Parecía que todos habíamos tomado caminos distintos.

En cuanto Justin había dado la alerta, toda la casa se removió. La familia, en cuanto se enteró del incidente y el mensaje, empezaron a hacer maletas a toda prisa para irse. ¿Destino? Ni idea. No me había atrevido a preguntarle nada a Justin porque se notaba que cavilaba de todo en su cabeza. No hubiera sido apropiado.

A medida de que fue conduciendo reconocí la carretera por la que íbamos. Presentía que me llevaba a Toronto. Quería poner tierra de por medio para evitar el riesgo. Estábamos huyendo.

-¿Estás bien? – me preguntó sin perder la vista de la carretera.

Lo miré algo extrañada de que me hablara pero aliviada de que diera signos de algo de tranquilidad. Me daba miedo que perdiera la cabeza. ¿Quién sabía en cuántas cosas pensaba?

-No has hablado en lo que llevamos de camino – agregó.

-Todo esto es culpa mía, ¿verdad? – pregunté insegura. Él miró como si estuviera loca –. Yo he provocado a Natalie y ahora estamos todos en peligro. Por mi culpa.

-¡No, ____, no! – bramó. Con la mano dio un golpe impotente contra el volante –. ¡No es culpa tuya! Ni se te ocurra pensar eso, ¿entendido? – me miró de refilón y volvió la vista a la carretera –. No sabes cuanto siento todo esto, ____. No lo sabes – musitó –. Si no fuera por mí no estaríamos en esta situación. Si jamás me hubiera acercado a ti seguirías siendo feliz. Jesse tiene toda la razón en eso y yo soy un jodido egoísta porque jamás te conté nada. Porque te necesitaba, te necesito – se notó que empezaba a divagar en voz alta – y yo mismo no me lo perdono. Nunca me lo perdonaré, yo …

-Justin – traté de interrumpirlo.

-Aún sigo a tu lado. Sigo sin apartarte. Soy un cabrón egoísta. Lo de tu madre … No deberías …

-¡JUSTIN! – me miró desconcertado –. Sal de la autopista y para en algún lado. Ahora – ordené con voz firme.

-¿Pero qué …?

-¡Ya!

Estaba demasiado alterado, conducía muy rápido, había tráfico, necesitaba relajarse. Yo seguiría conduciendo pero primero tenía que tranquilizarlo. No íbamos a tener un accidente de tráfico cuando podía evitarlo.

En cuanto encontró un desvió de la autopista salió por ella y estacionó el coche en una zona de descanso. Enseguida salí del coche y me dirigí a su lado. Había ocultado su cara contra el manillar rodeando éste con los brazos.

-Justin – puse una mano en su hombro.

-No hago nada bien, ____ – murmuró.

-Ven – tomé una de sus manos y lo incité a salir del coche –. Ven conmigo.

Alzó un poco el cuello para mirarme y le sonreí levemente como una invitación. Me hizo caso y salió del coche, entonces le abracé por la cintura para pegarlo a mí. Sus brazos me envolvieron por los hombros y nos fundimos en un abrazo en medio de la nada.

-No fue culpa tuya, Justin. Lo de mi madre … Fue Natalie quien la mató, no tú – siseé cargada de dolor –. Y te perdono por no contarme todo lo que sucedía. Sé que tratabas de cuidarme.

-Trato de cuidar a la gente pero no dejo de cagarla una vez tras otra – musitó –. Sólo hago daño.

-No es cierto. Oye, todo esto se desencadenó desde que me elegiste. De entre todas las opciones que tenías, me elegiste a mí. Y no para hacerme daño a mí o alguien. Lo hiciste porque no podías más con las otras opciones, ¿cierto? – me desesperé por hacerle entrar en razón.

Noté sus hombros empezar a sacudirse mientras ocultaba su cara en mi cuello. Justin me sacaba una cabeza pero se las había apañado para inclinarse y refugiarse en mi cuerpo. Causaba impresión, te rompía el corazón que un chico tan fuerte como él se rompiera entre tus brazos. No sollozaba, apenas hacía ruido con su respiración, pero se estaba dando un momento para derrumbarse. Yo lo sentía y no lo solté, más bien, apreté más su cintura para que se sintiera mejor.

Sabía que después de ese momento volvería a ponerse su coraza y a ser fuerte, a pensar con claridad, a ubicarse y tomar las buenas decisiones.

Todos tenemos momentos como esos. Nadie es siempre feliz o fuerte. Siempre habrá algún momento en el que puedas sentirte triste y débil. Es gracias a esos momentos que puedes mejorarte a ti mismo.

Jamás había visto a Justin tan mal, pero definitivamente era humano. Por supuesto que él también lloraba.

-Lo siento – se disculpó incómodo apartándose de mi cuerpo mientras retiraba una lágrima rebelde de su cara. –. No quiero que ni tú ni mi familia sufra más.

-Estás tomando demasiadas responsabilidades, Justin – negué y fui a darle un beso donde aún quedaban restos de una gota de agua –. Sólo tienes dieciocho años, cariño.

-Llevo mucho tiempo en esto – respondió torciendo los labios con resignación –. Deberíamos seguir el camino – comentó mirando alrededor para distraerme.

-Oye – tomé su cara entre mis manos para que me prestara atención. Sus ojos aún brillaban cuando coincidieron con los míos –. Estoy contigo.

-Y sigo sin entender porqué … – farfulló posando su frente sobre la mía.

Sonó abatido. Odié que se sintiera de aquella manera … Como si no mereciera nada bueno que le pasara en la vida. Como si no fuera digno de ser feliz.

Instintivamente, me puse de puntillas y choqué nuestros labios. Los suyos suaves y carnosos, mi más grande tentación y adicción.

-Será que tu lado oscuro me seduce – bromeé al apartarme para tratar de aligerar el ambiente.

Finalmente conseguí hacerlo sonreír un poco. Quizá debiera haber sabido que en cada broma, había una gran parte de sinceridad. Yo no había caído por Derek ni por Jesse, había estado siempre pendiente de él con todos sus misterios y secretos, sabiendo siempre por dentro, que él era un niño que rogaba por ayuda en silencio.

* * *

Habíamos llegado a Toronto en silencio, o más bien llenando el vacío del coche con música. Llegamos a un hotel, donde Justin pidió una buena habitación. En ese momento acabábamos de dejar las maletas con ropa al lado de la cama tamaño king con dosel. Me tumbé en mitad de ella abriendo los brazos y las piernas disfrutando de la comodidad del colchón. Todo alrededor de la habitación era precioso. Gran espejo, buenos muebles, lámparas lujosas, cuadros bonitos … Me preguntaba porqué habíamos ido a un sitio tan sofisticado … Parte de mí quería saber si él planeaba pasar mucho tiempo lejos de Stratford.

Justin me miró divertido como disfrutaba de la cama mientras él hablaba por mensajes con alguien.

-¿Cuál es tu plan, Drew? – pregunté mirando el techo.

-No lo sé, Queen. Por el momento, mantenernos alejados del peligro, luego veremos como jugaremos nuestras cartas … – suspiró y se tumbó a mi lado.

No me pidió que me echara a una lado de la gran cama, tan solo se puso de lado y empezó a acariciar mi brazo extendido. Me quedé en silencio disfrutando de sus cariños.

-¿Sabes? Cuando te dije de dar una vuelta esta mañana … Quería decirte que era una cita.

-Oh – abrí los ojos y lo miré sorprendida –. ¿Cita oficial? – asintió.

-Sí, quería hacerlo antes de contarte mi historia … – volvió a exhalar con pesadez.

-No te voy a dejar porque me lo cuentes – aseguré.

-Sólo quería que disfrutáramos de un rato normal entre los dos – torció una esquina de su boca hacia arriba con resignación –. Luego no será lo mismo.

-¿Y qué habías pensado? – me interesé.

-Invitarte a comer, llevarte al cine, pasear por el parque, comprarte un helado, ir a bailar, cenar y luego dejarte en la puerta de tu habitación dándote las buenas noches – recitó como si lo hubiera aprendido de memoria.

-¿Y no lo podemos hacer ahora? – si a él le hacía sentir mejor salir conmigo antes de contarme todo, ¿cómo iba a rechazar esa idea?

-¿No quieres tus respuestas?

-Es horrible responder a una pregunta con otra pregunta, Drew – recalqué su nombre fingiendo enfado.

-Está bien – rió y se levantó de la cama tirando de mi mano para que lo acompañara–. Señorita Queen, tiene usted una cita conmigo a partir de … – miró su reloj –. Ya.

Di un grito contenta y me tiré encima de él, cuan quinceañera enamorada, riendo porque por fin después de tanto tiempo, Justin Drew Bieber iba a tener una cita formal conmigo. Por suerte, él me cogió en brazos antes de que cayera de bruces al suelo.

* * *

Habíamos comido en el restaurante del hotel, habíamos ido al cine como cualquier pareja normal y me había dejado elegir la película que quisiera. No protestó cuando quise ver una comedia romántica, – bueno, quizá hizo un mohín, pero durante la película se la pasó siendo cariñoso … Tanto que al final ninguno de los dos prestó demasiada atención a la pantalla –, y al salir de la sala del cine, decidimos ir al parque.

Miré el móvil después de haber estado un buen rato estando sólo pendiente de Justin. Tenía varias llamadas perdidas entre Lesley y Derek. Fruncí el ceño sin entender que podría haber ocurrido.

-¿Qué pasa, nena? – me preguntó Justin al ver mi cara. Le enseñé la pantalla del móvil para que viera lo que sucedía –. Derek fue a buscar a tu amiga para llevársela con él … Llamaré a mi hermano.

-Y yo a Less – repliqué sin saber muy bien de que iba la cosa.

Nos sentamos en un banco del parque y cada uno empezamos a ocuparnos de una conversación diferente. Mi mejor amiga respondió a los dos tonos que dio la llamada. La noté angustiada en cuanto habló por primera vez.

-¡¿Dónde estás?!

-Con Justin – respondí tranquila –. ¿Qué ha pasado?

-¿Te has ido con él? – me preguntó incrédula.

-Sí … Han pasado cosas y hemos tenido que irnos de allí.

-¡¿Pero estás loca?!

-Lesley, explícame que te ha dicho Derek.

Miré a Justin, quien mantenía el teléfono pegado a su oreja mientras asentía. Apenas hablaba, Derek le estaba contando algo. Me devolvió la mirada y articuló unas palabras en un susurró tapando el audífono para que no le oyera su hermano: “Han roto”.

Me mordí el labio y empecé a escuchar a Lesley.

-Yo no puedo estar con alguien que está en tantos líos, ____. Es demasiado peligroso. ¿Cómo puedes estar con ellos sabiendo lo que ocurre? – me cuestionó como si relacionarse fuera lo más disparatado del mundo.

-En realidad aún no sé todo y estoy segura de que tú tampoco, – le respondí – y aún cuando me lo cuente seguiré sin separarme de ellos. He crecido con ellos, son como mi familia – expliqué.

-No son buenos – zanjó.

-Tú no lo entiendes – suspiré –. Mira, si has dejado a Derek sin más será porque no tenías lo mismo que yo con Justin. Me alegro de que no sufras y si prefieres no arriesgarte por un chico que tan sólo te gusta, lo entiendo – traté de ponerme en su lugar –, pero trata de entenderme tú a mí.

-Estás ciega, Queen. Me dijiste que serías cuidadosa – reprochó.

-Ya era tarde – me mordí el labio y miré a Justin, estaba terminando su conversación –. Espero verte pronto cuando vuelva y hablamos el tema mejor cara a cara … Eso si quieres correr el riesgo – añadí.

-Bueno … Llámame cuando regreses – colgó molesta.

Aparté el móvil y cerré la línea, entonces Justin me tendió su móvil para que hablara con Derek. Él estaba algo desesperado. No estaba seguro de haber hecho bien en contarle lo que fuera que le hubiera dicho a Lesley. Sabía que él era un buen chico y tenía buenas intenciones con mi amiga pero no la conocía del todo. Lo único que le dije que podía hacer, era esperar.

Ella aún estaba asustada pero llevaba demasiado tiempo loca por él, me había hablado de que estaba desarrollando sentimientos más profundos … Aquel distanciamiento no duraría para siempre.

Aunque había otra opción: Quizá también perdería a mi mejor amiga, encontraría otras personas para relacionarse y se olvidaría tanto de su ahora ex-novio como de su amiga. El miedo te cambiaba y te hacía actuar de maneras que ni tú mismo te lo puedes esperar.

Le devolví el móvil a Justin y torcí los labios encogiéndome de hombros. No podíamos hacer la gran cosa.

-Tengo suerte de tenerte – dijo tras lamer sus labios.

-Sí, la tienes – le guiñé y me levanté del banco tirando de su mano para que no tomara la conversación un camino serio –. Ahora invítame a un helado.

Sonrió inmediatamente y tras levantarse me jaló para colocarme a su lado pasando una mano por mi cintura. Sabía porqué había dicho aquello … No cualquier chica aguantaba estar en la situación que yo estaba con él. Lesley era un ejemplo.

Justo cuando pedimos unos helados en un puesto del parque, escuché una pequeña y fina voz que me sonaba demasiado. Volteé y vi a Tommy corretear escapándose de su madre. En cuanto lo vi me impulsé a llamarlo. Mi tía Samantha alzó la vista y se sorprendió al verme. A lo lejos, saludé con la mano antes de que mi primo llegara a mis pies. No tenía idea de que ellos pasearan por aquel parque, fue una mera casualidad encontrarlos.

-¡Prima! – saltó Tommy alzando sus brazos para que lo cogiera.

Amaba a ese niño. Lo cogí con cuidado y él se aferró a mi cuerpo como un pequeño mono antes de darme un beso en la mejilla. Miré a Justin, quien ladeaba sus labios algo sorprendido por la situación. Me tendió mi helado y yo como por costumbre, se lo di a mi primo. Justin negó con la cabeza y pidió otro para mí riendo.

Mi tía llegó y me saludó dándome un beso en la mejilla.

-Hola, cariño, ¿cómo estás? – frotó mi brazo para reconfortarme.

No la había vuelto a ver desde el funeral de mi madre. Era extraño ver lo mucho que se parecían. Ella miró de reojo a Justin … No los presenté el día del entierro, no es que me sintiera con ánimos pero ese día quedó claro que era mi pareja debido a que no se separó ni un momento de mí.

-Estoy bien, tía Sam – sonreí levemente –. Justin me trajo hoy por aquí para salir de Stratford un poco y despejarnos – inventé. Ella lo miró y mi chico tendió su mano para saludar –. Justin, ella es mi tía Samantha, la hermana de mi madre y tía, él es Justin, mi novio – hice las presentaciones algo incómoda.

-Encantada – asintió mi tía. Justin asintió estrechando su mano suavemente. Luego ella se volvió a mí –. Suelo traer a Tommy por aquí todas las tardes.

-Quiero ir con la prima ____, mami – vi a mi primo haciendo un puchero.

-Oh, no, Tom. Tu prima está ocupada con su novio, ¿verdad? – me sonrió.

-Yo … esto – miré a Justin y arqueó una ceja divertido y expectante –. Claro que puedo llevármelo un rato. Luego lo llevaremos a casa y así … descansas un poco – dije siendo amable.

-¿Segura? – nos miró a los dos. Yo asentí y le di un leve beso a Tommy quien comía feliz su helado –. Bueno, si sucede algo me llamas, ya sabes.

-Claro – sonreí.

Mi tía le dio un beso a su hijo y se despidió de él antes de irse por alguna puerta del parque. Justin me tendió otro helado y sonreí viendo que también empezaba con el suyo.

Bajé a Tommy de mis brazos y lo dejé en el suelo para que corriera hacia la zona recreativa. Le eché un vistazo a la cara de Justin. Sabía que nunca trataba con niños.

-¿Está bien que se quede con nosotros? – le pregunté.

-Sí, no importa – se acercó y me dio un corto beso en los labios –. Chocolate – sonrió travieso y yo me puse algo colorada. Negué con la cabeza y volví la vista a Tommy –. Echas de menos a tu familia, ¿cierto? – asentí –. Quizá debieras quedarte con ellos un tiempo.

-No – contesté al momento –. Estoy contigo.

-Hmmm … Por cierto, ¿le has dicho a tu tía que soy tu novio?

-¿Crees que me iba a poner a darle explicaciones sobre nuestra rara situación?

-Es rara porque tú quieres – me frunció el ceño –. Yo aún estoy esperando tu respuesta.

-Y yo tus aclaraciones – me encogí de hombros sonriendo con inocencia y batí mis pestañas hacia él.

-Me vas a volver loco – siseó. Reí divertida y regresé la vista a mi primo para no despistarme –. ¿Qué te parece si vamos a la playa después?

-¿Con Tommy? – pregunté con mis ojos iluminándose. Justin sonrió y asintió –. Hace mucho que no voy a la playa.

-Bueno, va siendo hora – me dio otro casto beso.

* * *

Íbamos andando por la arena. Habíamos cogido nuestros zapatos y los llevábamos colgando de nuestras manos mientras las libres iban entrelazadas. Tommy, como siempre, iba corriendo por delante de nosotros. Apenas había gente en la playa y todo estaba bastante tranquilo.

Las gaviotas hacían sus extraños sonidos mientras sobrevolaban el mar y el sonido de las olas era realmente relajante. Estaba soleado, aunque algunas nubes de vez en cuando se sobreponían entre los rayos de sol.

-¿Te gusta la playa? – le pregunté a Justin.

A parte de sus grandes secretos familiares, me di cuenta de que había muchas otras cosas que no sabía de él, cosas que tendría que descubrir con el paso del tiempo, compartiendo momentos con él de tal manera que así ambos nos conociéramos mejor.

Lo había visto durante toda mi vida siendo reservado y responder a todo de forma cortante, en los últimos dos meses se había comportado de forma distinta conmigo, se había abierto … Y sí, en cierta forma lo podía conocer mejor que nadie pero aún había demasiados detalles por ser revelados.

-Claro, ¿por? – me respondió.

-Quiero saber más de ti – me encogí de hombros.

-No hay mucho que saber – bufó.

-Dime tu mayor sueño – sonreí hacia él. Justin me miró como si fuera una cría –. ¡Venga! El de Jesse es ser forense, el de Derek es ser entrenador de baloncesto y … ¡el tuyo no lo sé!

-Yo no tengo sueños, Queen. No me los puedo permitir – respondió serio. Mi corazón cayó ante tales palabras –. ¿Cuáles son los tuyos? – prosiguió como si nada.

-Quería ser criminóloga o detective, ya sabes … como mi padre, o quizá abogada – reí por la ironía al estar saliendo con alguien que se notaba que no respetaba demasiado la ley –. Jesse solía decirme que como él sería abogado, trabajaríamos en equipo – sonreí al recordarlo.

-Sí … Jesse sueña mucho contigo – masculló por lo bajo –. ¿Qué decidiste?

-Criminología – respondí segura de mí misma –. Aprendí mucho de que iba el tema gracias a mi madre. Ya sabes … Conductas psicológicas.

-Podrás usarme de conejillo de indias – se burló.

-¡Prima, mira que caracola más bonita! – Tommy llegó corriendo hacia mí para enseñarme su gran tesoro. La cogí para verla y sonreí –. Es para ti.

-Oh, gracias, bebé – me agaché y le di un besito en su moflete.

Tommy volvió a salir corriendo hacia adelante en busca de más cosas que encontrar. De un momento a otro, me olvidé un poco de Justin y salí corriendo tras él para jugar. Mi primo chilló al ver que le pillaba. No lo cogí a pesar de que podría haberlo en cualquier momento. Él seguía corriendo y riendo alegremente hasta que finalmente lo alcé en el aire dándole vueltas.

Finalmente lo puse frente a mí en mis brazos y le hice cosquillas en la barriga haciendo que chillara un poco más, seguido de su risa infantil.

Vi que tenía una piedra en la mano y me la enseñó. Era gris pero pequeños cristales brillaban con la luz.

-Que bonita – le guiñé.

-Sip – remarcó la “p” asintiendo. Justin se iba acercando hacia nosotros –. No le gusto a tu novio – me dijo algo triste.

-¿Cómo que no le gustas? – él asintió con un pequeño puchero –. Si le gustas pero es que es muy tímido – le dije para que no se sintiera mal –. ¿Y si le regalas tu piedra y así os hacéis amigos? – sonreí para animarlo.

Su carita de inocencia se iluminó y entonces miró hacia Justin. Lo bajé y corrió hacia mi chico. Yo fui a por ellos algo más despacio para ver lo que pasaba sin meter presión.

Vi como Tommy se quedaba un poco más arriba de la altura de su rodilla y alzaba su mano para enseñarle la piedra. Justin se puso en cuclillas para estar a su altura con una de esas hermosas sonrisas que tenía y aceptó la piedra justo cuando ya llegué. Justin le revolvió el pelo a Tommy de manera tierna. No pude evitar ver la mirada melancólica que tenía en su rostro.

Mi primo volvió a salir corriendo algo más contento tras hacer un nuevo amigo y vi por el rabillo del ojo como Justin guardaba la piedra en el bolsillo de su pantalón.

-Me gusta tu primo – dio una sonrisa torcida.

-Eso le dije yo – respondí tras dar un beso en la comisura de sus labios. Seguimos andando y me devolvió mis zapatos, los cuales había dejado tirados cuando salí tras Tommy –. Eres un amor – le guiñé.

-Ya – rodó los ojos divertido.

-Y por cierto, Justin … – él me miró esperando que continuara –. Jamás te utilizaría como investigación en mi carrera – fruncí el ceño –. Tampoco es que seas un criminal.

-Voy con una pistola en la cintura, nena. ¿De verdad lo crees? – se mofó.

-Ojalá pudiera entender eso … – suspiré. Noté como le dio un apretón a mi mano.

-Lo harás pronto – se detuvo y miró en dirección a Tommy –. Deberíamos volver al coche, va a anochecer. 

----------------

Hola amores. ¿Qué os ha parecido? Hay tensión en el ambiente, right?

Creo que ha sido un capítulo bastante dulce, no sé ... Y el próximo va a ser revelador.

Os tengo que decir que no he estado teniendo una buena racha y me está costando escribir. Espero no retrasarme subiendo, voy a hacer todo lo posible por subir la semana que viene pero si tardo, por favor, no os enfadéis y entended que tengo una vida aparte de escribir.

Gracias por leer la novela. Comentad y votad por favor. Os quiero<3

@itsBieberFanfic

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