–¿Verme?– preguntó el arácnido si cruzar mirada. Se sentía mal y no quería que Wade se diera cuenta de eso.
–Sí, extrañaba sentirte.– fue lo único que pudo pronunciar el mayor, pues Peter se había levantado de su sitio y lanzando un puño al aire justo a un costado de su cabeza hizo callar de una buena vez a ese bocazas.
–¡Deja de decir cosas que no son ciertas! Tú no me extrañas, solo vienes aquí a molestarme y a jugar con tus tontas palabras ¿Por qué querías mi atención? ¿Querías ver qué tan fuerte era sentimentalmente?– sus ojos se habían aguado bajo la máscara y vaya que agradeció no habérsela quitado.
–¿De qué estás hablando?– preguntó Wade intentando comprender cada una de las palabras que el menor había dicho.
–De nada, solo olvida lo que dije y alejate de mí, ve con tu esposa y tu hija, ellas te necesitan más que yo.– esas frías palabras habían causado un nudo en el estómago de Wade, el cual intentó rápidamente tomar el rostro del arácnido con ambas manos. –¡No! Fui un tonto...– exclamó esta vez alejandose unos cuantos pasos del mayor. –Sabía que tenías esposa y aún así dejé que me conquistaras... Fui demasiado blando contigo...– Peter bajó la cabeza como si demostrara su derrota, porque aunque no lo quiera había perdido contra ese idiota.
–Spidey, para mí tú eres todo, eres el superhéroe en el cual me he inspirado, gracias a ti me estoy volviendo una mejor persona, por ti no soy el mismo Wade que hace unos años atrás... Por ti he vuelto a sentir cariño hacia otra persona...– Wade intentó tomar su mano con fuerza, no dejaría que se alejara de su vida tan fácilmente. Lo necesitaba cerca y es que aunque no le creyera y siguiera pensando que había jugado con sus sentimientos, Peter era su ancla al mundo, él era el que le daba sentido a su vida
–No sigas hablando, siquiera sé porque estoy aquí contigo... Tienes una niña que cuidar y una esposa que visitar.
–¡Deja de lado a Shiklah!– Peter le miró con algo de extrañeza, había sido la primera vez en que Wade le había gritado de esa manera. –Es mi esposa, pero no la quiero como a ti... Sé que te estoy pidiendo mucho, sé que para ti no es suficiente pero te lo decimos en serio.– murmuró esta vez apuntando a su cabeza como si todas sus voces estuvieran de acuerdo con lo que estaba diciendo.– No te queremos lejos, no a ti... La única persona que ha confiado en mí.
Peter empuñó sus manos a cada lado de su cuerpo, no sabía que pensar y es que aunque se negara a sus palabras, sentía que aquel mercenario ya era parte de su vida. Fue como lentamente se fue acercando a él, había tomado una decisión que seguramente le jugaría una mala pasada en el futuro o tal vez se terminaría arrepintiendo a los segundos de hacerlo. El menor colocó ambas manos sobre las mejillas adversas y así juntó sus labios sobre las máscaras formando un simple beso. El primer contacto que habían experimentado luego de un buen tiempo y Wade atónito a lo que había hecho se alejó unos cuantos centímetros, se había esperado cualquier acción de su parte menos tal iniciativa, Spidey, su Spidey le había dado un beso sin habérselo pedido y el muy estúpido se alejó de tal impresión. Ahora podía escuchar como las voces en su cabeza le atormentaban con lo idiota que había sido.
–Yo... No debí hacer eso, es mejor...
–No, no sigas hablando.– interrumpió Wade tomando el brazo ajeno luego de que Peter se alejó por completo. –Me dejaste loco, nos dejaste locos y ahora tengo una guerra infernal en la cabeza...
–Fue un impulso, yo no... Wade, suéltame...
–Eso no fue un impulso, redes, puedo sentir como tu corazón late, siento lo nervioso que llegaste estar de un momento a otro y como hace minutos atrás me odiabas a no poder más... No soy la mejor persona que puedes conocer, pero puedo serlo, tú me has cambiado...– esto último Wade lo llegó a susurrar tan bajo que hasta Peter le había costado escuchar, ambos se miraron por varios minutos, las palabras ya no eran necesarias y es que el nudo que se había creado en la garganta del menor era la única causa por la que seguía en ese lugar. Necesitaba saber realmente que era lo que estaba pasando con él, saber el porqué de sus acciones y tal comportamiento, la maldita razón por la cual de un momento a otro Deadpool se había convertido en una de las personas importantes en su vida.
Importantes... ¿En verdad había pensado eso? Lo más rápido posible Spider-man se soltó de aquel agarre y llevando ambas manos a su cabeza caminó por todo el lugar, no podía ser posible, no quería creerlo ¿Cuándo había pasado? Antes era un completo fastidio ¿y ahora una de sus personas importantes?
–¿Redes, qué sucede?– pidió saber tal mencenario, verlo tan inquieto estaba haciendo estragos su cabeza, quería saber lo que pensaba pero no sabía cómo. Por eso esperó a que se tranquilizara, a que sus pasos y pulsos fueran más lentos.
–Yo no debería sentirme así ¡¿Qué se supone que deba hacer?! Yo... Yo... No puedo... No debo... Yo... No...– Wade abrió por completo los ojos y quitándose la máscara no dudó en acercarse además de apoyar ambas manos sobre las mejillas del más bajo, casi obligándolo a que le mirara.
–Spidey tranquilízate por favor, estás teniendo un ataque de ansiedad...– exclamó lo mas lento posible, observando como el mas bajo seguía con su descontrolada respiración. –mírame y respira suave...– pidió juntando esta vez sí frente con la adversa al mismo tiempo que empezara a otorgar lentas caricias en la altura de su nuca, claramente sobre la máscara. –Todo estará bien, pero primero debes tranquilizarte.
Al pasar los minutos Peter ya se encontraba neutral, los molestos pensamientos ya no circulaban su cabeza y las constantes caricias que le ofrecía dicho mercenario le seguían calmando. Con la mirada pegada al piso se fue alejando poco a poco, no sabía qué hacer. Había tenido un ataque de ansiadad frente a Wade y éste había sido una de las pocas personas que logró tranquilizarlo.
–Wade...
–No tienes que decir algo, es de lo más normal.– susurró con una suave sonrisa, intentando levantar la cabeza del menor para que le volviera a mirar.
–Gracias... Nunca he podido controlarme solo
–Entonces tengo suerte de poder ayudarte.– con su característico acento bromeó con ello y sacando una molesta risa de parte del menor supo que había hecho las cosas bien.
–No sé qué hacer con todo esto.– respondió Peter intentando buscar la mirada del mercenario. Sus puños se empuñaron una vez más y es que sabía que si volvían al tema la presión que había sentido segundos atrás regresaría.
–No pienses en eso, hablaremos en otro momento pero ahora deja que te abrace.– pidió Wade rodeando ya el cuerpo adverso sin esperar alguna aceptación de su parte.
Peter se quedó quieto, sintiendo como si los brazos del mayor tuvieran pequeños cuchillos que eran enterrados en su cuerpo ante cada apretón que le daba. Era una sensación extraña pero agradable, el conocer la parte madura del mayor le daba esa alegría y seguridad que estaba buscando. Y de a poco fue correspondiendo ese abrazo, ocultando lo que podía de su rostro en la curvatura del cuello adverso para disfrutar la compañía del ese idiota mercenario.
Decir que estuvieron horas abrazados había sido mucho, ya que apenas Wade sintió la posibilidad de ir más allá con su Spidey se ganó un buen golpe de su parte. El que se aprovechara de la situación y empezara a toquetearlo siempre había sido una regla que más de una vez quebraba, pero eso a él no le importaba ya que un golpe ante la sensación de haber apretado ese esponjoso trasero siempre ganaría este último.
–¿Por qué siempre arruinas los momentos con tus tonterías?– preguntó esta vez en menor mientras se levantaba la máscara simplemente para dejar a vista su boca y comer uno de los tantos bocadillos que habían conseguido.
–¿Quién se resistiría a tener tan cerca ese perfecto trasero y no apretarlo?
–¡Basta!– pidió Peter metiendo una de las galletas en la boca del mayor lo más rápido posible. –Me impresiona lo fastidicioso que puedes ser algunas veces.
–¿Soy un fastidio para mi Spidey? –preguntó esta vez como si un puchero intentara hacer. Peter rió ante ello y asintiendo a su pregunta volvió a meter otra galleta en su boca.