Hoy es el día del padre. Y estoy aquí con mi padre, en el hospital.
El se ve... tan débil.
Y aún no despierta.
Marie me dejó faltar a la escuela hoy. Se encargó de avisar al director y a la maestra.
- Feliz Día del Padre, papito -le susurré mientras reposaba mi cabeza sobre su pecho.
Podía escuchar el latir de su corazón.
¿A qué horas despertará?, ya durmió toda la noche. Despierta papi, quiero escuchar tu buenos días otra vez. Quiero que me recojas del colegio otra vez, quiero escuchar al menos una de tus bromas sádicas, quiero ver tu desquiciada mirada sedienta de sangre otra vez, quiero ver también tu linda sonrisa dulce y amable que solo me das a mí.
- Papi, te quiero, despierta -le susurré.
Marie estaba dormida, al menos estaba descansando.
Padre... vuelve a mí. Aún tienes muchas cosas que contarme, aún tienes que recordar a Marie.
Entonces sentí su mano moverse.
Me aparté y lo miré. El abrió sus ojos. Y tenía la misma mirada sin vida que recuerdo, hace mucho no veía esa mirada vacía.
- ¿Quién eres niña? -dijo casi en un murmuro.
¿Qué?...
¿Estás de broma conmigo?... ¿Enserio no...no...no me recordarás?.
No puedo evitar que mis lágrimas salgan...
- ¡No llores!, es una broma pequeña -me dijo sonriente- no podría olvidarte pequeña auch -me dijo cuando trató de sentarse rápidamente y no pudo de sus heridas.
Yo lo abracé muy fuerte. Por un momento sentí mi corazón hecho trizas. Que bueno que solo fue una pequeña broma.
- ¡Papi!, ¡Feliz día del padre! -le dije dándole un beso en su frente.
- Gracias mi pequeña -me dijo sonriente- ¿Podrías abrazarme un poco menos?, estas lastimando el débil cuerpo de papá -me dijo con una cara que mostraba un pequeño gesto de dolor.
Yo sonrei y me aparté.
- Papi, estoy muy feliz de que despiertes -dije intentando secar mis lágrimas- pensé que me dejarías -le dije.
- Pequeña, yo también estoy muy feliz de que haya podido volver a verte -me dijo con ojos lagrimosos- todo este tiempo estuve pensando en ti, desde la primera bala que logro alcanzarme -dijo y tratando de sentarse sin poder lograrlo nuevamente- tenía mucho miedo de no volver a verte -dijo con ojos cristalizados.
Mi padre estaba llorando, me era muy doloroso verlo así. Así que también lo acompañé.
Y volví a abrazarlo. Esta vez sin recargarme tanto en él. Y ambos llorábamos como dos bebés.
Y Marie despertó con tanto alboroto.
- ¡Dave! -dijo al borde de las lágrimas.
- ¡Marie!, pa-papá despertó -le dije sonriendo y limpiando mis lágrimas.
Marie sonrió y las lágrimas comenzaron a descender.
Y entonces, se lanzó a abrazar a mi padre.
Mi padre parecía muy sorprendido, bastante diría yo. Claro, que también me sorprendí un poco, pero entendía su reacción, era obvio que estaría feliz de ver a su amado bien. O medio bien. Mi padre despertó, y eso era suficiente buena señal.
- ¡Dave!, ¡Dave!, ¡Dave! -decía llorando Marie- ¡Tuve tanto miedo!, que no pude aguantar mis ganas de abrazarte -decía llorando mientras abrazaba a mi padre.
Mi padre quien estaba sorprendido, sonrió levemente.
- A ti ya te recuerdo, Mar, ¿Eres Mar cierto? -dijo mi padre y Marie se apartó sorprendida- disculpa por no llegar aquél día en la fiesta -dijo mi padre sonriente.
¿Que sucedía?, ¿No que olvidaría cosas?, ¿Por qué está recordando?.
Marie parecía muy sorprendida. Ni siquiera podía hablar. Sus manos temblaban nerviosamente.
- Mar, no, Marie. -sonrió mi padre- Gracias por haber permanecido a mi lado hasta ahora, por favor, déjame recompensar todas mis fallas -se mostraba nostálgico- y veo que atesoraste esos aretes -sonrió mi padre- pero hablaremos bien de eso des... -y entonces la puerta se abrió bruscamente.
- ¡Daaaave! -era mi tío quien con lágrimas en los ojos interrumpió en la habitación.
Abrazo a mi padre y mi padre lo empujó poniendo sus manos en su rostro.
- ¿Quién eres? -dijo serio mirándolo- Que osadía la tuya el tocarme -dijo mi padre.
- ¿Eh? -dijo muy sorprendido mi tío- ¡Soy yo!, tu hermano gemelo mayor -dijo apuntándose a sí mismo- no bromees Dave, ¡Es muy divertida tu broma! -dijo riendo nerviosamente.
- No tengo hermanos, y no te pareces a mí, eres horrible -dijo serio mi padre mirándolo a sus ojos.
¿Qué estaba sucediendo ahora?, Marie y yo nos secamos los ojos y nos miramos. ¿Era posible que mi padre olvidara a su hermano?.
- ¡Daveeee!, ¡Me estás bromeando lo sé! -decía riendo Pietro- por un momento pensé que hablabas en serio -dijo abrazando a mi padre.
- Maldito seas, ¡Deja de decir tonterías!, ¡me estás asfixiando Pieeetro! -gritaba mi padre empujándolo con las pocas fuerzas que tenías.
- Oh vamos, ¡Tú sabes que no puedes mentirme en la cara! -reía mi tío.
Bueno, todo era una broma. Estoy tan feliz de que mi padre haya despertado sin ningún problema serio.
En verdad, estoy muy feliz. Me alegra ver a mi padre.
Mi padre, mi tío y Marie, las tres personas más importantes para mí reunidos.
Además, estoy bastante feliz de que mi padre haya recordado a Marie, ¿Qué sucederá de ahora en adelante?, ¿Finalmente estarán juntos?.
No me quejaría si Marie se casa con mi padre, en verdad la aceptaría.
Papá, ¿Qué piensas hacer desde ahora?.
Quiero ver que hará mi padre desde hoy. Claro, a parte de recuperarse primero.
Vaya, que pena que se perdió el festejo de hoy, bueno hasta yo me lo perdí.
- ¡Camille!, ¿Por qué tan callada? -dijo mu tío apretando mis mejillas- ¡AAAAAH!, ¡Estás más cachetona!, ¡Que tieeerna! -dijo abrazandome mi tío.
- ¡NO LA TOQUES MALNACIDO! -decía molesto mi padre- ¡NO TE APROVECHES EL QUE APENAS ME PUEDO MOVER!, ¡Te mataré cuando pueda! -decia celosamente mi padre mientras se molestaba con mi tio.
- Heee -mi tío sonrió malicioso, no negaré que su sonrisa es idéntica a la de mi padre- Cami, de seguro estas aburrida aquí, ¿Vamos por un helado conmigo? -dijo mi tío maliciosamente mientras me apegaba a él con un abrazo.
Mi padre parecía muy furioso. Si tan solo pudiera moverse estoy segura, de que ya golpeaba a mi tío.
Bueno, me gusta molestar a veces a mi padre, pero por esta vez hagamos que se anime.
- Tío, yo solo tomaré helado con papá. Gracias por la invitación hoy -sonreí amablemente.
- ¡Ja!, en tu cara Pietro -dijo mi padre con su orgullosa sonrisa- ella siempre preferirá a su padre ja ja ja -se burlaba orgullosamente mi padre.
Mi tío tenía una cara de decepción. Su plan había fallado.
Es tan bueno ver un poco de alegría en toda esta desgracia.
Ya quiero volver a casa con papá otra vez.