Y luego de viajar por horas llegamos a un país llamado Brasil, no recuerdo el nombre de la ciudad en la que estamos. Solo sé que mientras nos movíamos en el automóvil, las personas de afuera hablaban un idioma desconocido para mí. No les entendía ni un poquito.
Y entonces llegamos al lugar de la reunión, era un lugar llamado "Casino", era gigantesco. Y los dueños de ese lugar eran los padres de Sasha.
Sasha y yo tenemos casi la misma edad, no suelo verla tan seguido. Pero parece una chica buena.
- Sasha saluda a la Señorita Camille -dijo su padre al verme.
Yo estaba parada al lado de mi padre. Marie y Baron nos seguían detrás.
- Bem-vinda... quero... decir... ehm... -ella parecía tener problemas para hablar conmigo- Bien...¿Venida? -dijo mirando algo confusa a su padre.
- Disculpa a Sasha, Camille, ella aún está aprendiendo el idioma -me sonrió su padre.
- Oh, miren quien ya llegó -dijo Marcus apareciendo con Vin. Vin lucía muy diferente, había crecido mucho, seguía siendo algo tímido pero ya no lloraba. Y Marcus, se veía más alto y fuerte- Ya llegó la "hermosa" señorita -dijo sarcásticamente.
- Marcus, no puedes tratar a Camille así -dijo amenazante mi padre.
- Sí, lo siento Señor, mil disculpas -dijo de inmediato.
- Algo huele a rata mojada aquí -ésta vez habló Anthony quien venía de brazos cruzados hacia Marcus. El también estaba muy diferente, más alto inclusive, y... estaba algo bonito. Se viste muy bonito a diferencia de Marcus- oh, es verdad, hay una rata horrible y hedionda aquí -dijo Anthony mirando a Marcus, y entonces Anthony se acercó a mí- No te preocupes Camille, yo te protegeré de las ratas como él -me sonrió tranquilamente.
- ¡Maldito seas Anthony!, ¿Quieres pelear? -dijo Marcus agarrando a Anthony del cuello de su camisa.
- ¿Piensas poder ganarme? -dijo sonriendo orgulloso él.
- Ya basta, deberían de comportarse como los niños de 7 años que ya son -dijo Karla interrumpiéndolos.
Waoh, Karla también había crecido, era más bajito que ellos, pero más alto que Vin. Su voz se asemejaba a la de un chico, pero usaba esa ropa, que lo hacía ver como mujer y hombre a la vez. Ah, algún día sabré que eres Karla.
- Hola -dijo Owen apareciendo detrás mío con su peluche en manos.
Yo me asusté por su repentina aparición entonces había soltado un grito.
Owen tenía ojeras, y sonreía gentilmente mientras abrazaba su peluche. Su aspecto era sombrío, pero al menos la mirada psicópata ya no la tenía.
Entonces llegó Claude y separó a Anthony y Marcus.
Claude usaba gafas, él era más alto que Karla, pero más bajo que Anthony y Marcus. ¿Desde cuando usaba gafas?.
- Se comportan como niños malcriados, inútiles -dijo Claude y se acercó a mi padre y al padre de Sasha- y peor que hay adultos presentes y no hacen nada, patéticos -vaya, Claude no le tenía miedo a la muerte, de eso estoy segura.
Mi padre sólo sonrió malicioso.
- No me importan los asuntos de los niños, siempre y cuando no involucren a mi preciada hija, mocoso insolente y maleducado, ¿Así te diriges a tus mayores? -la maquiavélica sonrisa de mi padre hizo que los demás guardaran silencio y se alejaran un paso atrás poniendose en fila. Claude no, claro. Él no le tenía miedo al éxito de morir parece.
- Lo siento Señor, no era mi intención hacerlo enojar, pero sólo dije lo que creí correcto -dijo sin vacilar Claude mientras apretaba sus puños.
- Perfecto -sonrió maquiavélico mi padre- Baron, Marie, están a cargo de Camille y esos niños, yo participaré en la reunión -dijo mirándolos serios, y ellos asintieron, y entonces me miró a mí- Nos vemos en un rato mi pequeña, si me necesitas urgentemente sólo interrumpe la reunión -y así se fue con el padre de Sasha a la sala de su reunión.
Todos soltaron un suspiro de alivio.
- Tu padre da miedo -dijo Owen apareciéndose otra vez detrás mío.
Ay Dios, creo que debo acostumbrarme a la invisible presencia de Owen que aparece de la nada. Además... es curioso que él diga eso cuando el que más da miedo es él... Deberían ponerle una campana.
- Que bonitos y largos cabellos tienes Cami -dijo Karla al mirarme.
- Hm, niños, mejor vayan a jugar -dijo Anthony cruzándose de brazos.
- ¿Y tú quién te crees? -dijo Marcus amenazándolo con su puño.
- Obviamente alguien debe dirigir a este grupo, y me veo como el calificado para tal cosa -dijo Anthony sonriente- alguien como tú impulsivo y descortés jamás podrá ser el líder de una pandilla, idiota -sonrió.
Marcus estaba por darle un golpe pero fue detenido por Claude quien tomó sus brazos con mucha fuerza.
Claude, aunque tenga 5 años se ve fuerte.
- Dejen de discutir, ambos son tontos por discutir por ridiculeces, ¿Y así se comportan los mayores de éste grupo? -suspiró- No quiero ni ver cuando nos veamos de seguido -dijo con tono de voz de preocupado.
- ¿Seguido? -dijo Sasha, parece estar algo confusa.
- Si Sasha, verás, fuimos escogidos por el Señor Dave para ser los jóvenes de honor del futuro, aquellos que serán la mano derecha de Camille cuando ella asuma el control de la Mafia -explicó Karla sonriente.
Vaya, hay cosas de las que ni yo estoy enterada. ¿Asumir...el control?. ¿De qué?.
- ¿Pero siquiera hablas? -dijo repentinamente Owen quien estaba mirándome fijamente- Camille parece no hablar, está atenta a nosotros pero desde que llegó no la ví ni saludarnos -dijo Owen apegándose más a su osito.
Baron y Marie solo miraban. Al parecer habían decidido simplemente supervisarnos. ¿Qué significaba esto?, ¿Acaso quieren que interactúe con ellos por mí misma?, ¿Y si digo algo que no debo?, ¿Y si se enojan conmigo?. Ay, no sé que decir.
- Hey, torpe, al menos dí un "Hola" -dijo Marcus acercándose a mí- Y no te preocupes... -se había quedado colorado y desviaba su mirada al suelo- s-si no sale lo que esperas, y-yo estaré ahí para ayudarte -el tartamudeaba, parecía hasta tierno así.
Es verdad, ahora que lo pienso, mi primer amigo es Marcus, el estuvo en casa mucho tiempo antes de que conociera yo a los demás.
A pesar de su bruta personalidad, él era mi amigo, y eso trataba de decirme.
- M-Mucho gusto, Soy Camille -dije tartamudeando con un poco de vergüenza.
Todos sonrieron.
Tal ves, podría acostumbrarme a ellos. Después de todo, algo me dice que los veré toda mi vida. Ellos son mis amigos ahora.
- ¿Mafia? -pregunté curiosa.
Todos me miraron un por un segundo, luego se miraron, y volvieron a mirarme.
Inmediatamente soltaron carcajadas. Hasta el tímido de Vinael se rió.
- Es algo del cual no podrás escapar -dijo con una sombría sonrisa Anthony.
- Pero no te preocupes idiota, aunque seas tontita te protegeré -dijo también con una sonrisa orgullosa Marcus.
- Y-yo, creo que ahora no es e-el momento, pero te te, te acostumbrarás a esto -dijo Vinael también tenía un aura algo sombría.
- Hm, creo que esto será divertido -dijo Claude acomodándose orgullosamente siniestro sus gafas.
- Oh pequeña Camille, has crecido pensando que todo es normal, y tienes razón, la Mafia somos nosotros juntos -dijo Karla mientras pasaba su lengua sobre sus labios.
- ¿Escuchaste eso Lucius?, nuestra señorita no tenía idea de que era de la Mafia, ni siquiera sabía que es una mafia -dijo Owen hablándole tétricamente a su peluche con forma de anguila que envolvía su cuello y parte de sus brazos.
- Isto será muito extraño, mais nois cuidaremos de ti, Cami -dijo Sasha también sonriendo algo maquiavélica.
- Niños no asusten a Camille -dijo Barón acercándose con una mirada feroz.
Él me miró.
- La Mafia somos nosotros Camille, y para que entiendas, digamos, que somos como los reyes del mundo, nadie puede oponerse a nosotros, y somos vistos como malvados para las personas normales -dijo Baron tranquilamente.
¿Éramos los malos?, ¿Por qué?. ¿Qué hacemos para ser los malos?. ¿No es normal mi vida?.