———ANTES DE INICIAR LA LECTURA
A partir de esta capítulo estaremos dando grandes saltos temporales, ejemplo ahora Camille tiene 1 año y 8 meses, en el siguiente ya podría tener 2 años, o 3 o 4.
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Hoy viajaremos muy lejos con mi padre, Marie, Baron y otros de los guardias de papá. Iremos a la casa de un compañero de papá, donde habrá una reunión, como el de aquella vez, e iremos en algo llamado avión. Es gigantesco me dijo Marie, y dijo que volaremos en el cielo.
Me da algo de miedo esa idea, pero también estoy curiosa por verlo.
- Ya llegamos pequeña Camille -me sonrió Marie mientras descendíamos del automóvil.
Waah, ¿En qué momento llegamos?, ¿Fue tan rápido así?.
Mi padre también descendió con nosotros. Sus guardias se encargaron de bajar las maletas. Por cierto, sus guardias iban en otros automóviles.
- Aaaah -exclamó sorprendido Baron al ver el aeropuerto, sus ojos brillaban intensamente- Que grande es el aeropuerto -al parecer estaba bastante sorprendido.
A decir verdad, creo que tanto él y yo, es nuestra primera vez viendo un aeropuerto. ¿Cierto?.
- Vamos que hay cosas que hacer, no quiero llegar tarde por culpa de ustedes -mi padre lucía serio.
Mi padre fue ingresando rápidamente al lugar.
- ¿No se han vuelto a hablar verdad? -susurró Baron a Marie.
- Sólo lo necesario, como cuando me pide hacer algo por Camille... no sé porque me está evitando... -suspiró Marie.
Ella parecía preocupada. Y en verdad, sí, es raro que repentinamente mi padre dejase de hablar con ella. Yo creí que Marie era una de sus empleadas con las que si se llevaba bien, realmente parecían amigos.
Entonces ingresamos también, por dentro se veía aún más grande que por fuera. Era fantástico, y había mucha gente. Nunca ví tantas personas reunidas en un solo lugar.
Marie y yo nos quedamos sentadas en una banca, acompañados por varios guardias. Mi padre y Baron fueron a encargarse de algunos documentos. No creí que para poder viajar en avión se necesitara tanto proceso. Viajar en automóvil es muy fácil, ¿Por qué no en avión?.
Y finalmente después de mucho esperar, abordamos el avión.
Yo quería ir con Baron o Marie, me siento más segura con ellos... no que desconfíe de mi padre, ¡Claro que no!, pero desde que me sentaron a su lado no deja de mirarme con su sonrisa y mirada burlonas.
Estoy segura que está esperando a que me asuste para poder burlarse de mí. Tonto padre. ¡Ya verás!, no tendré nada de miedo, ¡Nadita!.
Cielos, odio cuando mi padre se burla de mí o me bromea.
Además yo quería sentarme hacia la ventana, quería ver por mí misma el panorama que pudiese observarse desde arriba.
No puedo creer que realmente volaré en el cielo.
Entonces luego de que todos se abrocharan sus cinturones, y de que la radio sonara sentí como empezabamos a movernos.
Por fin este avión se movía. Mi padre me miraba muy atento. Ni lo creas papá, no te dejaré que te burles de mí. Ya verás, no tendré miedo de nada y tendrás que decepcionarte. ¡Ja!.
Pero no sabía que luego de unos minutos esas palabras desaparecerían.
Observe la ventana, pude ver el cielo, las nubes, todo. ¿Realmente volabamos?, ¿Y esto es realmente seguro?, ¡Debe ser muy alto!, ¡Quiero volver a casa!, ¡Esto no es agradable.
- Pf -mi padre aguantaba sus ganas de reír.
Esto es malo, esto es malo. Aaaaah, ¡No te burles!, ¿No te preocupa acaso esta altura papá?, ¡MIRA que alto es!.
- Tranquila... pf... ya te acostum..pf...pf ya te acostumbrarás -mi padre trataba de no reír mientras hablaba, llevando sus manos a su boca.
Arg, esto es una desgracia. Estúpido padre, ¡Mi orgullo!, ¿Dónde quedó?, creo que se me cayó en el despegue.
- Vamos no llores -lucía calmado ahora mi padre, mientras me sonreía dulcemente.
- Cuentale una historia, verás como se concentra y se calmará -dijo Baron, quien estaba sentado a un lado mío, al otro lado de ese espacio que había en medio.
Mi padre parece haber pensado en lo que le dijo Baron. ¿Tendrá realmente una historia interesante mi padre?, ¿Qué clase de historias habrá pasado?, ¿O qué clase de historias podría inventarme?.
Sería estupendo escuchar algo que él haya vivido. O algo mágico y bonito como de princesas, o unicornios, o algo así.
- Bien, tengo una historia -dijo seriamente mi padre.
Escuché que Baron susurró a Marie y ambos miraban burlones a mi padre. No escuché que se dijeron, pero por sus caras de seguro decían algo que pondría molesto a mi padre, sin dudas.
- Bien, había una vez... En una ciudad muy lejana, un niño que amaba los cuchillos -oh genial, un chico que ama cuchillos. Nunca escuché una historia así, ¿Será cocinero el niño?- el coleccionaba cuchillo, los tenía bien guardados en un estante. Un día vió un dibujo del cuerpo humano, en una de sus visitas al hospital. Se interesó tanto, pero tanto, que quería verlo por sí mismo -la sonrisa de mi padre estaba sombría ahora.
Oh cielos, ya sé que clase de retorcida historia será.
- Entonces una noche, fue al cuarto de su hermana, y la mató apuñalándola varias veces con su cuchillo favorito. Luego le quitó los ojos, y le cortó las orejas -la psicópata sonrisa de mi padre se veía aterradora- La despellejo y luego le abrió todo el cuerpo parte por parte, era tan bonito para él ver el cuerpo de su adorada hermana desde adentro, era asombroso ver sus entrañas, su interior, su roja sangre, simplemente una maravilla de este universo -puack, papá no suena tan bonita tu historia si tienes esa enferma sonrisa mientras la cuentas- Claro que al día siguiente fue descubierto y lo ejecutaron frente a todos en la plaza. Fin -mi padre parecía muy feliz con su historia.
Marie, Baron y yo lo mirábamos atónitos. ¿Qué clase de historia para niños era esa?, bueno, mejor dicho, ¿Cómo pude pensar que alguna historia linda vendría de mi sádico padre?.
- ¡Señor Dave!, ¡Ella tiene sólo dos años y un mes!, ¿Por qué le cuentas una historia de esas? -le reprochó Marie.
Mi padre la miró serio.
- Porque ella es mi hija, y ella no es débil. ¿Acaso la vez asustada o llorando? -dijo poniendo su mano sobre mi cabeza y sonriendo gentilmente- Ella no le teme a nada, igual que yo. Por eso este viaje tampoco le es nada, ¿Cierto Camille? -dijo mirándome tranquilo.
Bueno... a decir verdad no es tan malo viajar acompañada de ellos. Y gracias a la historia de mi padre ya yo me estaba olvidando de que estábamos en un avión. Ahora que lo pienso... ¿Alguna parte de mí es igual de sádica como mi padre?, por lo que ellos dijeron, estoy segura que una niña normal hubiera estado asustada y llorando en éstos momentos, pero yo, me siento muy tranquila.