• | Ocultando La Belleza | •

By thewriter_zyx

49.7K 2.7K 1.4K

Owen Collins un chico de 18 años de deslumbrante belleza, al cual todo el mundo quedaba pasmado tan solo al v... More

Sinopsis
Capítulo 1: Nuevo comienzo
Capítulo 2: Universidad
Capítulo 3: Pensamientos indebidos
Un día trágico para tod@s
Capítulo 4: Sentimientos de un enamorado
Capítulo 5: Intriga
Capítulo 6: Como una flor
Capítulo 7: Biblioteca
Capítulo 8: Evento
Capítulo 10: De vuelta a la universidad
Capítulo 11: Carta anónima I
Capítulo 12: Nueva visita
Capítulo 13: El chico misterioso
Capítulo 14: Comenzar a ser adulto
Capítulo 15: Roto
Capítulo 16: Carta anónima II
Capítulo 17: Una visita llena de anhelo
Capítulo 18: Loco de amor
Capítulo 19: Tomar todo de él
Capítulo 20: Incertidumbre
Capítulo 21: Magia entre melodías
Capítulo 22: Algo bueno
Capitulo 23: Carta anónima III - Sumamente aterrador
Capitulo 24: Primer amor
Capítulo 25: ¿Tickets para el cyber-café de la confusión? I
Capítulo 26: Un poco de sinceridad
Capítulo 27: Interrupción en el entrenamiento

Capítulo 9: Nueva oportunidad

1.6K 106 39
By thewriter_zyx

En ese espacio reinaba el silencio sepulcral siendo fundido con la conmoción en el rostro de todos los presentes. Todos miraban con impresión al chico que yacía aterrado sin su capucha en el medio del escenario.

Bajo las luces el chico resplandecía de belleza por sobre las demás cosas. Sus ojos azules cielo delineados por esas gruesas y largas pestañas que le daban una mirada cautivadora a pesar de que en ese momento estuvieran temblando con lágrimas en las comisuras, sus rosados y delicados labios que soltaban jadeos de nerviosismo, junto con su nariz perfilada y resto de facciones detalladas y angelicales que, con su suave cabello marrón crema contrastando al resto de su rostro, hicieron a los que lo tomaban de los brazos soltar el agarre. Entonces se apoyó del suelo, débil y sollozando.

Matthew por la impresión se había quedado paralizado. Su mirada estaba clavada en la belleza de Owen, pero entonces cayó en cuenta de cómo las personas lo veían y la expresión que él tenía; completamente aterrado. En un momento su mirada se cruzó con la de Owen cuando este estaba mirando nervioso a todos los presentes. De inmediato su corazón palpitó de tal forma que llegó a doler.

-Owen... -susurró mirándolo mientras daba un paso hacia adelante.

Pero el chico salió corriendo afuera de la sala escondiendo antes de que pudiera hacer algo. Matthew no dudo en ir tras él.

Se abrió paso entre el grupo de Myers, que estaban igual de estupefactos, dándoles un empujón de por medio, a propósito.

En el recibidor, Liam seguía con su frustrante llamada al trabajo, pero al ver a Owen salir corriendo al campus desesperado y sin su capucha puesta y su gorra en quien sabe donde, su corazón se paralizó por un instante, pero entonces reaccionó al ver que Matthew iba persiguiéndolo, fue tras ellos igualmente, con un único pensamiento en su cabeza.

No puede ser... No puede ser... No puede ser... Owen!...

-¡Mierda...!

. . .

Matthew siguió a Owen por el campus, pero de un momento a otro lo perdió de vista. Sin embargo no quiso dejarlo ir, así que se dirigió al edificio en donde veían clases. Pero no había ni una sola alma en los pasillos, ni en los salones, o las oficinas. Pero entonces pensó que tal vez podría estar en la azotea, así que, con rapidez subió las escaleras hasta el último piso, ahí tiró de la perilla y salió al exterior. La azotea era amplia con estructuras no tan altas que formaban parte de las de abajo o de pequeños centros de control de la electricidad.

Buscó con la mirada alguna señal de vida, pero no vio nada, hasta que de repente el sonido de un leve sollozo llegó a sus oídos junto al soplido del viento. Entonces caminó hacia allá, provenía de la parte de atrás de una de las estructuras, a medida que iba avanzando el sonido se hacía más fuerte hasta que llegó al punto de poder escucharlo claramente. Al asomarse a la esquina, se encontró con la persona a la que estaba buscando.

-¡Owen! -éxclamo de alivio.

El mencionado estaba en una de las esquinas abrazándose a si mismo con su capucha nuevamente puesta y escondiendo su rostro al mismo tiempo que temblaba y de sus ojos desbordaba lágrimas sin sesar, pero al ver que él se le acercaba retrocedió en un reflejo encogiéndose más hacia la pared, esto hizo que detuviera su paso y su expresión cambiase a uno de sorpresa.

-N-no me toques... -gimió Owen temblando.

Pero no podía no hacerlo, no cuando estaba en ese estado, no pudo resistir más y sin dudarlo rodeó a Owen con sus brazos para atraerlo a su cuerpo, el chico intentó alejarlo en un reflejo, pero al tiempo fue dejando el forcejeo de lado y simplemente se dejó envolver por sus brazos. Sólo entonces Matthew pudo acercarlo más a su cuerpo.

Owen pareció acurrucarse en su pecho, escondiendo su rostro.

-¿No me odias? -preguntó el que antes estaba a la defensiva, con la voz partida.

-¿Estas loco? ¿Cómo podría hacerlo? -volteó a verlo pero sin separarse de su cuerpo.

Owen soltó un sollozo nuevamente, de modo que Matthew sintió su corazón encogerse nuevamente.

-Owen... -lo llamó suavemente tomándolo de los hombros con suavidad.

El chico mantenía la cabeza baja, hasta que delicadamente Matthew posó su mano en su mejilla y con suavidad hizo que levantase el rostro.

-Nunca podría odiarte -dijo mirándolo con una leve y pequeña sonrisa- Al contrario, en realidad

Owen se vio estremecer de sorpresa ante esas palabras.

Entonces Matthew delicadamente deslizó la capucha de Owen lentamente por su cabello hasta quitársela y dejar ver ese impresionante rostro que, a su parecer era lo más hermoso que había visto en la vida. El chico lo miraba con sus ojos azules brillando con la intensidad de mil luces celestiales.

-Wow... -expresó Matthew al contemplar tal belleza. Luego con un suave tono de voz dijo- Antes...me gustabas por lo que eras... Pero ahora...-le acarició la mejilla con delicadeza- Me gustas más por lo que simplemente eres;... tu, con todo lo que implica

Los azules ojos del chico se abrieron atónito, y luego, sus lágrimas empezaron a escurrirse nuevamente por sus mejillas. Matthew volvió a abrazarlo pasando sus manos cálidamente por su sedoso cabello. Sintió el calor de sus lágrimas caer en su pecho, logrando hacer que su corazón nuevamente se encogiera, pero...en el fondo se sentía aliviado de por fin tenerlo consigo, de que estaba bien. Y de que finalmente no hubiera eso que los mantenía a distancia, ahora podría apreciarlo sin limitarse a nada. Solo lo sentiría y ya.

A los minutos Owen se separó un poco de Matthew para levantar el rostro y verlo de frente, mostrándole por primera vez una de esas bellísimas sonrisas que antes no había podido apreciar por haberse escondido tras esa capucha todo el tiempo, entonces dijo:

-Gracias, Matthew -su voz fue tan suave que hizo que los bellos de los brazos de Matthew se erizaran.

Su mirada fue tan brillante y sincera que lo hizo temblar, por primera vez en su vida se sintió tan lleno de emoción como en una montaña rusa. En ese momento pudo apreciar realmente la belleza de Owen. Su propio ser se vio estremecer ante tal hermosura. Y no solo su rostro era impresionante, sino su forma tan peculiar de ser. No sabia como describirlo...era...hermoso y llamativo, pero de una manera tan pura e...inocente. Lo hacía querer conocer más fases de él.

Sin darse cuenta sus dedos se deslizaron por el cabello del chico hasta su mejilla, donde nuevamente acarició su piel. No podía dejar de observar esos preciosos ojos azules.

Lentamente se inclinó hacia adelante con la intención de al meno rozar sus rosados labios, pero entonces la puerta de la azotea se abrió de golpe, deteniéndolo y haciendo que ambos se sobresaltaran, Owen más que Matthew. De inmediato el rostro exaltado y severo de Liam se hizo notar.

-¡Liam! -Owen corrió al encuentro con su hermano, quien lo recibió de forma cálida y protectora entre sus brazos.

Matthew observó la escena con confusión, y un poco de molestia...o mejor dicho; celos.

-¿Estas bien? ¿Qué fue lo que pasó? -le preguntó al de ojos azules acariciando ligeramente su cabello, pero luego su mirada pasó a Matthew. Entonces la pregunta pareció quedar al aire.

Liam se dirigió a Matthew con ira emanando de su cuerpo y en menos de un minuto lo tomó por el cuello de la camisa y lo pegó contra la reja bruscamente, exclamando:

- ¿Qué fue lo que le hiciste a Owen? -su mirada ardía en furia.

Matthew no pudo reaccionar de inmediato, solo alcanzó a fruncir su ceño antes de que Owen se interpusiera.

-¡Liam, Matthew no tuvo nada que ver con esto! -tomó a su hermano del brazo para detenerlo, pero la fuerza de este era demasiada, y más en el estado de descontrol en el que se encontraba.

-¿Entonces por que te estaba viendo de esa manera? -sus dientes se hicieron lucir.

-¡Él es mi amigo! ¡Por favor, suéltalo! -suplicó con el miedo dibujado en su rostro- ¡Liam...! Por favor...

Liam presionó un poco más a Matthew, pero instantes después lo soltó de mala gana para luego apartarse, haciendo al contrario perder un poco el equilibrio, de inmediato Owen corrió hacia Matthew, quien cayó al suelo tosiendo por la falta de aire que le causó el agarre del otro.

-¡Matthew! ¿Estas bien? -se arrodilló a su lado con las mejillas rojas de alteración.

-Estoy bien...no te preocupes -pudo hablar cuando su respiración se había normalizado, sobando un poco su cuello.

-¿Seguro? -puso su mano en su hombro de manera gentil.

-Sí...gracias -colocó su mano encima de la de Owen, mirándolo con una calidez que hizo rechinar los dientes l que los miraba..

Ese solo tacto hizo enfurecer a Liam, pero no tuvo tiempo para demostrar su enojo, ya que justo cuando Owen ayudo a Matthew a ponerse de pie, este primero se tambalea de manera que casi se cae.

-¡Maldición, Owen!- Matthew sujetó al joven con rapidez antes de que pudiera caer.

Esto alertó a Liam.

-M-me siento extraño... -su vista pareció nublada.

Y entonces cayó desplomado en los brazos del chico. El mayor se aproximó con rapidez a él y lo tomó con cuidado en sus brazos. Le tomó la temperatura colocando su mano en su frente.

Estaba ardiendo como nunca antes lo había hecho.

-Mierda -masculló entre dientes, ocultando parte del rostro del chico con la capucha de este.

-¿Qué le sucede? -preguntó el otro con la preocupación en su semblante, intentando acercarse a el joven inconsciente.

-Nada que tenga que importarte desde ahora -cortó dándose la vuelta con prisa para empezar a caminar en dirección contraria.

-Pero Owen es mi-...

-¡Nada! ¡No es nada tuvo ya! -alzó la voz lanzándole una mirada fulminante.

Este se sobresalto ante la repentina reacción.

-No dejaré que nadie más lo lastime. Así que mantente alejado -finalizó Liam para luego aproximarse con prisa a la puerta y desaparecer tras ella con el frágil chico en brazos, dejando a Matthew con la palabra en la boca.

Una vez el otro se fue, el silencio se hizo presente en el espacio. Sus ojos seguían clavados por donde el adulto había salido con Owen en brazos. Su puño se estrelló de costado en la pared que tenia al lado. Agitado, se recostó de ella suspirando.

Quería estar con Owen en ese momento, quería poder acompañarlo y cuidarlo en su inconsiencia, quedarse a su lado para que nadie le hiciera daño. Matthew ya sabia que la condición de Owen era muy frágil, pero no sabía que fuera hasta ese extremo.

Aunque ahora que lo pienso lo vi débil en esta semana... Como agotado... Recordó.

Entonces miró hacia la entrada principal de la universidad desde las alturas, pudo ver a Liam meter con delicadeza a Owen en la parte de atrás del auto, con la repentina aparición del director, el cual se dirigió a Liam con gestos y expresiones que parecían de disculpa y notable preocupación, seguro se estaba disculpando por el suceso dado, mientras que por parte del otro habían palabras serias y secas. No duró mucho más porque Liam finalizó la conversación de manera igual seria con un gesto y después subió al auto en menos de un pestañeo. El director se quedo ahí unos segundos hasta ver que el auto arrancó y se perdió de vista en la calle, entonces en un gesto de frustración se dio la vuelta y caminó al interior de las instalaciones, esta vez con el ceño fruncido de molestia. Seguro se culpaba por lo sucedido.

El chico se recostó de una de las paredes y se deslizó por ella hasta quedar sentado en el suelo, con la mirada en la distancia.

La luz del atardecer pintaba de naranja el entorno de modo que daba una ilusión de tranquilidad al espacio, pero junto con la tibia brisa el hermoso recuerdo de Owen nuevamente llegó a él, entonces suspiro y en un susurró dijo:

-Así que era esto lo que ocultabas... Owen... Tu verdadero tu...

Sin saber porqué, se le salió una sonrisita al recordar su tierno ser.

L

Malditos... Ya verán...

Mis dientes rechinában de ira.

Como se atreven a hacerle eso a Owen... Si no existiensen leyes que me lo impidiesen ya estarían muertos...

Aparqué el auto justo en frente de la entrada del hospital, no iba perder tiempo buscando un puesto en el estacionamiento, bajé y rápidamente tomé a Owen para luego cerrar el auto y aproximarme a la entrada. Al entrar, el Dctr. John, el único doctor al que le tenía confianza, apareció en el pasillo, al vernos se aproximó con rapidez junto con dos enfermeros.

Pusieron a Owen en una camilla y rápidamente el Dctr. John inspeccionó su estado. Estaba ardiendo en fiebre como nunca de una manera extremadamente preocupante y sudaba en exceso. Ese estado, hasta para personas con la mejor condición física es peligrosa, y ahora más ya que hablamos de la condición de Owen.

-Hay que llevarlo a emegencias -determinó el doctor a lo que los enfermeros desplazaron a Owen sobre la camilla por los largos pasillos acompañado por mi en todo momento hasta que llegamos a una sala privada de recuperación, a la cual no me dejaron entrar, me dijeron que esperase y luego cerraron la puerta en frente mio.

Tan pronto quedó solo, los latidos de mi corazón se hicieron notar en el espacio. Cansado y con un agujero sofocante en el estomago me dejé caer en la silla que estaba justo atrás, para después esconder mi rostro entre mis manos, apoyado de mis rodillas.

El estado en el que Owen se encontraba en ese momento era grave, mucho, aunque pensase que solo era fiebre, para Owen, cualquier tipo de enfermedad es peligrosa, ya que su cuerpo no está hecho para resistir tanto golpe físico-emocional.

La angustia me consumía por dentro, haciéndome difícil respirar, la presión en mi estómago era completamente insoportable.

¿Pero que he hecho?

. . .

Pasada una hora y media, las puertas por fin se abrieron y el Dctr. John salió seguido por los dos enfermeros que traían a Owen en la misma camilla de hospital.

El doctor se aproximó a mi.

-Ya está estable, su tensión se subió mientras lo tratábamos pero ya se normalizó, su temperatura también bajó bastante, pero necesita reposo, lo alojaremos en una de nuestras habitaciones -me informó quitándose los anteojos y dejándolos colocando en el bolsillo de su bata. Las ojeras bajo sus ojos eran prueba de sus largas jornadas de trabajo.

Pude respirar más tranquilo después de escuchar eso.

-Gracias, John -le agradecí colocando una mano en su hombro a lo que él me devolvió el gesto correspondiendo a mi sonrisa.

Él era un viejo amigo al cual le tenía mucha confianza, fue la única persona que, al mudarme decidió acompañarme, y el único al que dejo que se le acerque a Owen. Era una persona seria, pero gentil, era realmente de fiar.

Luego de eso estrechamos nuestras manos firmemente paraje después tomara su camino al lado contrario al que los enfermeros me guiaban junto con Owen.

No tenía nada que cubriera su rostro, de modo que las personas que le pasaban al lado lo miraban una y otra vez, cosa que me molestaba enormemente, así que lo que hice fue gruñirle y fulminar con la mirada a todo aquel que siquiera le echará una vista de reojo. Lo llevaron a una de las habitaciones del hospital. A Owen no me gustaban para nada los hospitales, de modo que para compensarlo pedí algunas flores, Tulipanes y Dalias, que eran las favoritas de Owen, para darle color al espacio.

Al llegar a la habitación primero pasaron a Owen, con cuidado a través del umbral hasta estar dentro del espacio, ubicaron su cama en el centro de la habitación, conectado a los aparatos que le correspondía tener las camas de hospital en las habitaciones. Yo vigilaba cada uno de sus movimientos, desde como organizaban todo hasta como ubicaban la intravenosa a su lado. Cuando las flores llegaron les indiqué que me las dieran, yo las coloqué de forma elegante en la mesa que estaba al lado derecho de la cama de Owen. Suspiré.

En un momento dado, uno de los enfermeros le echo una mirada a Owen que,-seguro-.pensó que había sido lo suficientemente discreta para que yo no lo viera, pero realmente no fue así, de modo que de inmediato le lancé una mirada seca que lo hizo removerse hacía otro lado. Justo en ese momento habían terminado de arreglar todo, así que con sutileza se despidieron y salieron finalmente de la habitación.

Idiotas...

En el silencio, volteé a ver al bello durmiente que yacía en esa cama.

Aún rodeado de flores su belleza es más dulce que ellas...

Sus párpados cerrados y perfectamente delineados por sus gruesas pestañas llamaron mi atención al instante, su nariz pequeña y respingada iba al compás con sus facciones, y sus labios, en ese momento un poco resecos, lo hacían ver tan delicado como una flor, al igual que el resto de su delicado y delineado cuerpo. Era una vista encantadora. Pero ese momento esa admiración se fue cuando mi vista paso a las intravenosas conectadas a su brazo y como sus ojeras se hacían notar nuevamente, junto con la palidez de su rostro.

Si no me hubiera ido de su lado esto no habría pasado...

Me senté en la silla que estaba justo al lado de la cama y lo observé directamente. Luego tomé una de sus manos entre las mías y con delicadeza deposite un beso en ellas para luego posar sobre ella mi mejilla, sintiendo su calor.

Ese simple tacto entre nosotros me hacía sentir una y mil emociones en mi interior, entre ellas estaba preocupación, culpa, ansiedad, con ella la impaciencia, pero la que más destacaba...era el amor, y el deseo de que se recuperar pronto.

El verlo de esa forma, en esa camilla de hospital, con esas cosas conectadas la brazo y esa imagen desgastada hacia que todo mi corazón se estrujara aun más de una manera dolorosa.

Esa noche, con el alma en la garganta me quedé dormido en el borde de esa cama, con la mano de mi amado entre las mías.

. . .

O

Mi cuerpo no se movía, esas máquinas eran las únicas que mantenían mi corazón funcionando... Tenia cables conectados a todo el cuerpo por los cuales me pasaban minerales y vitaminas que ya yo no poseía...

Estaba atrapado dentro de mi propio cuerpo. Sin moverme mi corazón latió como loco. El miedo se apoderó de mi y de mis pensamientos, pero mi rostro era inexpresivo.

No puedo moverme... ¡No puedo!.. ¡Ayúdenme!... Alguien... Por favor...!

- Ah...!

Abrí mis ojos de golpe temblando de pies a cabeza, al intentar apartar un poco las frazadas mis manos titubeaban sin sesar, mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho y mi cuerpo está bañado en sudor.

Ese miedo de que después de un suceso así despierte y no pueda moverme es impresionante. El solo imaginármelo hacia que se me erizaran los bellos y que mi corazón diera un brinco.

Cuando al fin pude normalizar mi respiración, el golpe de debilidad en mi cuerpo me pegó sin aviso, haciendo que soltara unos cuantos jadeos. Sentía mi fuerza inexistente con cada esfuerzo que hacía para mirar a mi alrededor, pero aún así pude divisar una intravenosa conectada a mi brazo, entonces mi interior se sacudió con temor al pensar que esa pesadilla se había vuelto realidad, pero al comprobar que no había ninguna máquina operando mi corazón y que efectivamente tenia el control de mi cuerpo, mis nervios disminuyeron un poco. Pude concluir que solo había tenido otra recaída física.

Entonces sentí un movimiento y una presión en mi mano, al voltear me encontré con mi hermano recostado del borde la cama con mi mano atrapada ente las suyas, parecía dormido. Se veía cansado.

Quise volver a dormir, pero al acomodarme un poco, tan solo el leve movimiento hizo que Liam mostrase señales de despertar. Lo vi mientras se ponía un poco más derecho y se estiraba mientras bostezaba sin soltar mi mano. A los instantes se percató de que estaba despierto, y sus ojos tomaron un brillo intenso que hizo a mi corazón sobresaltar.

-Owen -se aproximó a mi con rapidez- ¿Como te sientes? -me preguntó suavemente mientras apretaba ligeramente mi mano.

- Mareado -dije con voz débil- Me siento con pocas fuerzas

-Te pondrás mejor, no te preocupes -aseguró acariciando mi cabello mientras me miraba a los ojos- Llamaré al doctor para en te revise -avisó para después darme un beso en la frente y, con prisa, salir por la puerta.

Suspiré.

Cuando detallé más la habitación, me di cuenta de los rayos de sol que escurrían por las aberturas de las cortinas. Entonces me pregunté qué hora sería. La respuesta la pude encontrar en el pequeño reloj que estaba colgado en la pared de en frente; 2:29 pm.

¿Cuánto tiempo estuve dormido?

A los instantes la puerta se abrió nuevamente, dejando ver a Liam entrar al espacio acompañado del Dctr. John. Me alegró mucho verlo después de tanto

-Que alegría que ya despertaste, Owen -dijo en doctor acercándose más al borde de la cama.

El Dctr. John era una persona muy amable y paciente, siempre había estado cerca de nosotros desde que entré a la secundaria y compartíamos momentos casuales después de las jornadas de trabajo, incluso estuvo en varios de mis cumpleaños y los de Liam. Su porte era esbelto y varonil, su mirada y expresión serena reflejaban su amabilidad, era como un segundo Carlise Cullen con cabello rubio y profundos ojos azules, de modo que se contrastaban para hacerlo ver más atractivo de cualquier ángulo en que lo vieras, por eso era que muchas pacientes y enfermeras estaban suspirando embobadas por él.

-Déjame ver -el doctor empezó a hacer chequeo de mis ojos, mis oídos y mi boca. Revisó mis signos vitales y revisó la intravenosa- Todo parece estar en orden -dijo guardando la pequeña linterna en e, bolsillo de su bata.

-¿Cuanto...cuánto tiempo estuve dormido? -pregunté con un hilo de voz.

El Dctr. John me miró, y después respondió:

-Dos días

Con los abriéramos como platos lo miré.

- ¡¿Dos días?! -exclamé sobresaltado, pero me arrepentí de inmediato cuando una ola de debilidad recorrió nuevamente mi cuerpo, haciéndome reposar de golpe en la almohada.

Liam fue el primero en aproximarse a mi seguido por el Dctr. John, quien de inmediato sacó su estetoscopio para después remover un poco la tela de mi pecho y comprobar mis latidos. El metal estaba frío, de modo que di un respingo. Tras unos segundos retiro el estetoscopio y prosiguió a tocar mi frente con el dorso de su mano y luego mi cuello.

-Su temperatura está un poco elevada, pero su pulso está estable . Traeré a un enfermero para que lo atienda -avisó- Te pondrás bien -se dirigió a mí ahora- Hay que hacerte pruebas de sangre, pero en tu estado no es muy buena idea, será mejor si te recuperas un poco primero para después hacerlo...si no podría ser un poco peligroso ¿De acuerdo?

Asentí como pude.

-Bien, haré que te traigan comida, debes de estar hambriento

En respuesta mi barriguita dio señales de estar de acuerdo, cosa que me hizo sonrojar. El Dctr. John sonrío divertido para después girarse hacia Liam y estrechar manos con este, quien le agradeció por su ayuda con un apretón de manos.

-Los veré luego

Por último movió su mano en despedida para después salir y cerrar la puerta detrás suyo.

Cuando estuvimos solos Liam se acercó a mi y se sentó en la silla que tenía al lado, cerca del borde de la cama, él tomó mi mano nuevamente entre la suyas con delicadeza, como si fuera un cristal o algo parecido. Agradecía que fuera tan cuidadoso, pero al mismo tiempo me hacia sentir más avergonzado. Solo era una carga para él...y sin poder evitarlo, mis lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.

-¿Owen? ¿Que sucede? ¿Te duele algo? -preguntó Liam en un sobresalto al verme de esa manera.

Yo desvié la mirada negando y escondí mi rostro débilmente entre mis manos mientras las lágrimas seguían cayendo.

No quería preocupar más a mi hermano, no quería que me viera de esa forma, pero no podía evitarlo...la impotencia me ganó en ese momento y de un momento a otro ya estaba siendo rodeado por sus brazos, dándome la calidez que yo necesitaba.

Me acercó más hacia su cuerpo acariciando mi hombro con las yemas de los dedos mientras que su otra mano libre me rodeaba cariñosamente por la espalda, sin despegarse de mi. Yo escondí mi rostro en su pecho, el aroma...el perfume de Liam siempre me hacia sentir mejor, me hacia sentir seguro y a gusto, sin importar la situación él siempre llegaba a calmarme.

Unos minutos después mi llanto fue sesando poco a poco hasta estar tranquilo otra vez, pero entonces me dio un sueño espantoso y antes de caer dormido entre los brazos de mi hermano, susurré:

-Te amo...hermano...

Lo último que sentí fue el beso de Liam en mi sien para después caer rendido en sus brazos.

. . .

Cuando desperté eran las 8:00 PM aproximadamente, Liam mandó a los enfermeros a que me trajesen comida con todas las proteínas, carbohidratos y fibras que necesitaba para recuperarme más rápido mientras que otros cambiaban la bolsa de la intravenosa. Tener esa cosa conectada a mi brazo me daba escalofríos, sentía que cuando me movía la aguja dentro de mi también y era desagradable.

Pero la comida me hizo sentir mejor, aunque Liam tuvo que ayudarme en varias ocasiones a cortar el alimento y meterlo en mi boca.

Estuve sonrojado todo ese tiempo mientras masticaba.

Cuando termine me acomodé más en la cama para seguir descansando, pero justo antes de moverme más, los recuerdos vinieron a mi mente más detalladamente, y el sentimiento de terror vino a mi nuevamente. Sabia que era lo que pasaba en este tipo de situaciones.

-Liam... -lo llamé.

-¿Sí? -dijo ayudándome a acomodar mis almohadas. Pero al notar mi rostro afligido dejó lo que estaba haciendo para colocarse a mi lado- ¿Que sucede?

Hasta entonces había mantenido la cabeza gacha, pero entonces dejé ver un poco más mi rostro.

-¿Qué...que es lo que va a pasar ahora? -le pregunté, temeroso de su respuesta.

La expresión de Liam cambio a una más seria, sabia a lo que me refería. Tras unos segundos respondió:

-No iras más a esa universidad...ni a ninguna otra... -se levantó de su asiento para dirigirse a la mesa de noche donde estaba su portafolios.

-¡¿Qué?! -exclamé atónito.

-Hablé con un contacto seguro para que te den clases en nuestra nueva casa -diciendo eso me extendió unos papeles de propiedad nueva listos para firmar, yo los tomé sin poder creerlo.

-¡¿Nueva casa?! -mis ojos no podían estar más abiertos de lo que ya estaban.

Liam se volteó hacia mi.

-Es necesario, Owen, las cosas a partir de ahora serán...

-¡Pero siempre huimos de los problemas en vez de enfrentarlos! ¿Por qué? Se supone que esta vez sería diferente -le corté casi eufórico, dejando los papeles de lado.

-Owen, no puedo...-

-¡¿Vamos a seguir viviendo privados de los demás?! -mi ceño fruncido demostraba mi desentendimiento.

-¡No me voy a arriesgar a que te dañen, Owen! ¡No lo haré! -alzó la voz de tal forma que me dejó estático, pocas veces me hablaba así, y cada una parecía doler más.

Él suspiro al ver mi reacción, y luego se acercó a mi nuevamente tomando mis manos.

- No voy a permitir que lo que acaba de pasar se repita. Eres lo más preciado que tengo... -me miró directo a los ojos- No voy a arriesgarme a perderte... -su voz fue muy profunda y sincera. El agarre de sus manos era firme pero tembloroso. No quería soltarlo, pero no iba a dejar que siguiéramos huyendo.

Apreté un poco más su mano.

-Se que quieres protegerme...pero a este paso terminaremos apartados del resto del mundo, sin ninguna persona en la que podamos confiar cuando se necesite...

Él bajo la mirada con una expresión dolida.

-Siempre soñamos con vivir una vida tranquila en el lugar correcto y rodeados de las personas correctas... ¿Pero como vamos a hacerlo si no le damos la oportunidad al mundo? ¿Cómo vamos a ser felices si estamos en esta situación?

-Es por eso que nos tenemos que ir...si nos quedamos aquí...-

-Estaríamos afrontando nuestros problemas finalmente -lo interrumpi antes de que siguiera hablando- No se puede estar huyendo de ellos, de otra forma solo se acumularán

El rostro de Liam se veía hundido dentro de la indecisión.

-Por favor, Liam... Mudarnos no asegurará nuestra seguridad, ni mucho menos nuestra felicidad -intenté mirarlo a los ojos pero él mantuvo su cabeza gacha, entonces lo tomé del hombro con suavidad para llamar su atención. Sus ojos una vez más se conectaron con los mios- Solo una oportunidad más, sin escapar ni echar para atrás, solo adelante ¿Sí?

En sus ojos vi la inseguridad acerca de eso. Sabía que no le gustaba para nada la idea, ya habíamos pasado por mucho, pero también sabía que tenía razón; si seguíamos huyendo jamás podríamos llegar a estar tranquilos con nosotros mismos por no tenerle confianza a los demás. Jamás podríamos llegar a ser felices.

Él lo supo, y aunque no le convenciera del todo asintió en un leve movimiento rendido. Esto hizo que me llenará de alegría, y sin poder evitarlo rodeé su cuello con mis brazos para poder abrazarlo. Él me devolvió el abrazo a los segundos con más sutileza. Pero entonces me tomó de los hombros e hizo que lo mirara sin depararme mucho de él.

-Solo una vez más... Si veo que algo no va bien, o que estas en peligro, nos vamos -agregó viéndome a los ojos directamente.

-Sí -asentí animado.

Liam sonrió muy levemente, se notaba que todavía no estaba del todo convencido de esto, pero ya no podía dar marcha atrás, ahora solo quedaba intentarlo nuevamente y, tal vez, lograr prosperar esta vez.

Acarició mi cabello y luego me ayudó a acomodarme entre las sabanas nuevamente. Me sentia cansado, pero al mismo tiempo emocionado, feliz, pero también nervioso y algo inquieto, no podía negar que por un lado me sentía asustado por volver, en la universidad verían como era y todo sería diferente, seria casi imposible hacerme pasar desapercibido, sin embargo el saber que tendría la oportunidad entablar nuevas amistades como con Matthew y Dean me hacía sentir mejor.

-Descansa, Owen -me dijo mi hermano acariciando mi frente.

-Igual, hermano -le dediqué una sonrisa seguramente adormilado para después sentir a Alain cubrirme más con la manta.

Mis ojos empezaron a sentirse pesados y mis músculos se fueron relajando, quedándome dormido poco a poco. Pude sentir un beso en la frente de parte de Liam, y lo último que pensé fue en el rostro de Matthew. Al recordarlo mi corazón latió con fuerza, pero el sueño terminó ganándome y caí dormido en los brazos de Morfeo.

Espero verte pronto...Matthew...

. . .

Hola, disculpen la demora.

Díganme; ¿Les está gustando la historia?

¿Qué piensan sobre Matthew? Y ¿Qué piensan sobre el Prfs. Albert? Se que en el capítulo anterior pudo parecer un poco sospechoso pero realmente es un buen tipo.

Y bueno, desde ahora Owen va a pasar por muchas cosas.-entre ellas una muy zukulentozaz 7w7-.así que por favor dejen en los comentarios que les pareció y nos leemos pronto.

Bye7w7

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 88K 44
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
87.5K 9.8K 19
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim...
819K 48.5K 63
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
43.6K 5.4K 47
EL CIELO TE MANDÓ PARA MI Mi nombre es Rebecca Armstrong y quiero compartirte esta historia que hace parte de mi vida... Tenía 18 años estaba en l...