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By DarkCoffee14

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Yuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aq... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 7

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By DarkCoffee14

Narra Yuuri:

- Luego de eso tenemos que ir al gimnasio de nuevo, al parecer desean usarte como propaganda – dijo Pichit mientras revisaba mi horario del día en su celular. Nos encontrábamos en el auto de Seung-gil con destino un lugar X de la ciudad, un fotógrafo conocido me había pedido a través de un amigo que deseaba una sesión conmigo como protagonista - ¡Ah! También tenemos que ir al estilista otra vez, veamos...

- Pichit, ya déjalo tranquilo – dijo el coreano con voz calmada. Paramos un momento por un semáforo en rojo, él se giró hacia mí y me vio con su fría mirada, que a lo largo del tiempo, descubrí que no era tan fría como parecía. Intentó mostrarme una sonrisa, pero en realidad le salió una mueca un tanto cómica que me hizo reír un poco - ¿Cansado?

- Para nada – respondí soltando un resoplido – Recién son las 11h00, el día acaba de empezar y lo sabes.

- Buen punto – volvió a acomodarse de nuevo en su asiento y siguió conduciendo.

Me acomodé las mangas de la camisa mientras miraba el paisaje. Era sorprendente lo variado que era, la cantidad de gente que caminaba por las calles y lo diferentes que eran los unos de los otros. En días nublados y llenos de trabajo como este, me gustaba ver a las personas e imaginar su situación actual. Por alguna razón, eso me relajaba.

Por ejemplo; ese hombre.

Uno completo desconocido para mí. No aparentaba más de treinta años, pero tampoco parecía tener menos de veinticinco. Era un hombre atractivo he de admitirlo. Tenía el cabello gris, corto y con un flequillo que le tapaba el ojo izquierdo, pero dejaba al descubierto el derecho, el cual era de un color similar al de una turmalina azul.

Era alto y delgado, pero no de un tipo de delgado lánguido, sino de un delgado fornido, fuerte. A pesar de que estaba usando una camisa de manga larga color blanco, pude distinguir aquellos brazos marcados que él poseía. De seguro que iba al gimnasio.

Sus piernas eran largas, utilizaba un pantalón negro un tanto pegado y unos zapatos probablemente de cuero. Se le veía bien, no extraordinario, pero se le veía presentable, hasta podría decir un tanto formal.

Por su manera apresurada de caminar, apostaría a que estaba llegando tarde a su trabajo o a una cita ¿Quién sabe?

El auto pasó cerca de él en un momento, justo cuando dábamos la vuelta, y por alguna extraña razón, sentí como si... Él también me hubiese visto a mí. Debe ser imaginación mía.

Giré mi cabeza hacia el otro lado y respiré hondo. No podía enamorarme de cualquier hombre o mujer atractiva que hubiese por ahí.

- Llegamos – dijo Pichit mientras nos estacionábamos. Bajó del vehículo y me abrió la puerta.

Tomé aire y luego lo solté. Miré rápidamente a mi alrededor, el lugar se me hacía algo conocido...

- ¿Estamos en...? – preguntó el coreano.

- En el Parque Square Saint-Lambert por supuesto – respondió Pichit con cierto aire de superioridad – El clima no es el más "agradable" de todos los existentes, pero Emil nos deseaba aquí hoy, justo a esta hora. Sinceramente no entiendo aún qué es lo que ve en los paisajes así... Pero no voy a negarlo, sus fotografías son espléndidas.

Emil Nekola, un fotógrafo alfa muy conocido por sus distinguidas fotos en blanco y negro. Es un alfa de carácter alegre y que tiene muchas ganas de vivir, casi siempre tiene una sonrisa en el rostro. A diferencia de su novio Michele, "Mickey" como él le dice. Conocí a Michele tiempo atrás, no es que fuese una mala persona, solo que... Bueno supongo que Emil le da la felicidad que le falta.

Emil es un poco más joven que su novio, y es un hombre atractivo. Cabello castaño desordenado, bigote corto y una barba bien cuidada, sus ojos son color azul celestoso y su sonrisa, siempre presente, es conocida como una de las "sonrisas matadoras" según una encuesta realizada a cierta cantidad de personas.

- ¡Yuuri! – escuché decir al antes mencionado. Me acerqué para saludarlo. Le ofrecí mi mano, pero él respondió con un abrazo amistoso – ¿Hace cuánto que no te veo? ¿Una semana? ¿Dos? Porque parecen años realmente, no tienes idea de lo mucho que me cuesta trabajar con otros modelos. Agh, sobre todo con las alfas, siempre hacen un lío por todo. Tú mi amigo, sigues siendo y serás por siempre uno de mis favoritos – dijo él con una sonrisa.

- Gracias Emil, me siento honrado por tal halago – respondí mientras nos separábamos del abrazo. Le di una chequeada rápida. Él había optado por un suéter color azul, un pantalón beige y unos zapatos clásicos color crema un tanto oscuros. Tenía su cámara colgada alrededor del cuello con una tira negra.

- Bien, será mejor que dejemos las formalidades de lado y nos apresuremos un poco – dijo Pichit empujándonos ligeramente hacia adelante – Yuuri tiene que estar en otro lugar en dos horas, tiempo suficiente para que tomes las fotos que necesitas.

- ¿¡Dos horas!? Santo Dios. Bueno, apresurémonos – dijo Emil cogiéndome de la muñeca y llevándome al centro del lugar.

Cuando estuvimos allí, empezó a hacer algunos gestos con las manos, como si estuviese calculando algo, luego, cada ciertos momentos, levantaba su cámara para ver a través de ella. Giraba alrededor mío y me miraba pensativo, volvía a girar a ver los alrededores y así sucesivamente.

- ¿Emil...? – dije intentando hacer que se apurase.

- Bien. Comencemos.

(...)

- Excelente, solo nos falta una fotografía y acabamos – dijo Emil acomodándose la cámara – Ven aquí.

- Sí señor fotógrafo señor – respondí con voz animada.

Esta ha sido sin lugar a duda una de las sesiones de fotos más divertidas y productivas que he realizado en toda mi vida. Emil tiene un manejo ejemplar de su cámara, además que siempre sabía cual era la pose que mejor se adecuaba al lugar decidido, jugaba con las luces y con las sombras como si de un pequeño puzzle se tratase.

Por otra parte, Pichit y Seung-gil no se aburrieron en ningún momento, ya que Emil en momentos les pedía ayuda para una u otra toma, además, los mantenía de buen humor con sus bromas.

Emil es definitivamente, uno de los mejores fotógrafos que conozco.

Me acerqué a él para poder ver la última foto que había tomado. Salía muy... Casual, era como si me hubiese inmortalizado el preciso instante en el que me encontraba sin estar verdaderamente posando de manera forzada, era una foto bonita.

- ¿Qué sigue? – pregunte levantando la cabeza para verlo a los ojos.

- Mmmm... No lo sé, dime tú, ¿qué sigue?

- ¿A-a qué te refieres Emil? ¡Tú eres el experto en fotos! No bromees con eso – dije dándole un pequeño golpecito en el hombro.

- No, hablo enserio. Me he quedado sin ideas – respondió levantando los hombros – Siento que aún podría tomar una más, pero... Nada me llama, no sé si lo entiendes.

- Claro, entiendo. En ese caso creo que podemos seguir un momento... - dije mientras me giraba para ver a Pichit, quién me hacía gestos que me indicaban que no quedaba mucho tiempo – O... En todo caso lo podemos dejar ahí.

- Creo que eso sería lo mejor. Una lástima la verdad, supongo que será para la próxima – dijo Emil mientras le ponía el lente protector a su aparato.

- Discúlpenme caballeros... – dijo una voz de la nada.

Esa voz ¿Acaso sería...?

- ¿Quién eres tú? – dijo Emil con tono amistoso.

Giré para ver al desconocido y me encontré con el hombre que había visto hace unas horas atrás a través de la ventana del auto. Vestía diferente, ahora utilizaba un saco largo marrón canela y llevaba unos lentes puestos.

- Mi nombre es Vitya. Soy un alfa ruso – respondió el hombre bajándose un poco los lentes, dejándome ver más detalladamente sus hermosos ojos – Sé que no debería de intervenir en una situación como esta, pero me gustaría hacerle una pequeña recomendación.

Era similar, pero no estaba seguro si era la voz que buscaba.

- ¿Se puede saber por qué? – dijo Seung-gil posicionándose delante de mí – Mi cliente está bastante ocupado y la verdad es que en este momento no tenemos tiempo para los fans.

- ¿Quién dijo que soy un fan? – respondió el hombre con voz dulce. Una sonrisa con forma de corazón se posó en su rostro – Solo soy un desconocido que tiene conocimiento en fotografía.

- Déjalo hablar Seung-gil – dijo Emil con voz animosa – Tal vez pueda darnos alguna idea útil, ¿cuánto tiempo nos queda Pichit?

- Diez minutos con treinta y tres segundos y contando – dijo Pichit mirando su celular – El encargado del gimnasio me mandó un mensaje hace unos minutos, dice que pueden esperar un poco, de todas maneras, aún no llega su maquilladora.

- ¡Perfecto! – exclamó Emil mientras avanzaba al lado del coreano y tomaba amistosamente del hombro a Vitya – ¿Qué tienes en mente mi desconocido ojiazul?

- Pues... – se puso la mano en el mentón y miró alrededor. Luego señaló hacia un lugar en específico – Allí. Creo que allí podrían sacar una buena foto.

- ¿Cómo lo sabes? – le pregunté.

El se giró para verme a los ojos. No me había dado cuenta que era un poco más alto que yo, tampoco me había dado cuenta de que poseía una pequeña cicatriz en su mejilla derecha, ni que estaba utilizando guantes.

- ¿Tú eres el modelo? – preguntó él mirándome de arriba abajo.

- Sí, lo soy – extendí mi mano – Yuuri Katsuki, modelo internacional.

- ¡Wow Fantastic! – exclamó él con notorio asombro – Nunca había conocido a un modelo internacional antes – se sacó el guante y estrechó mi mano con delicadeza. Sus manos estaban frías, pero eran suaves al tacto.

- Ahora ya conoces a uno – dije soltando su mano - ¿Responderás a mi pregunta?

- Solo si tú respondes a la mía primero – dijo él guiñando un ojo.

- Está bien, ¿qué deseas?

- ¿Nos conocemos de alguna parte? Siento como si hubiese visto tu rostro antes...

- Mmmm – reflexioné un poco – No, lo lamento. No te conozco de ninguna parte, pero lo más probable es que mi rostro se te haga conocido porque salgo en varias revistas y anuncios de internet.

- Oh, eso debe ser – dijo él con un tono algo decepcionado en su voz – Bueno, con respecto a tu pregunta ¿Ves esas flores de allí?

- Claro que sí, ¿qué tienen?

- ¿Han tomado alguna foto con ellas? – habló refiriéndose a Emil.

- No ninguna – respondió él mirando detalladamente a las flores color azul - ¿Qué sugieres Vitya?

Se acercó al fotógrafo y lo llevó un poco lejos de donde yo estaba. Luego le susurró algunas cosas al oído, señalando cada cierto momento al paisaje.

- ¡Pero que excelente idea! – exclamó de la nada Emil – Yuuri, acércate por favor.

- Hai... – dije a la par que caminaba - ¿Y? ¿Cuál es la idea?

- Escúchame con atención – dijo Emil cogiéndome de los hombros, llevándome al lugar – Quiero que parezca que estuvieses adormitado entre las flores.

- Adormitado... - me acerqué a las plantas y me posicioné de una manera - ¿Así?

- No, no... abre más los ojos – dijo mientras caminaba, seguramente buscando el mejor ángulo.

- ¿Así está mejor?

- ¡Perfecto! ¡No te muevas! – dijo Emil mientras en un movimiento rápido presionaba el botón de su cámara varias veces.


- ¿La tienen? – preguntó Vitya, quién estaba al lado de Emil.

- La tenemos – respondió Emil mientras acomodaba la tira que rodeaba su cuello. Extendió la mano hacia Vitya – Muchas gracias amigo.

Él aceptó el gesto y estrechó su mano, solo que esta vez no se quitó su guante.

- No fue nada – se limitó a decir – Tengo que irme ahora, fue un placer Emil.

- Lo mismo digo.

Se acercó a mí con paso un tanto apresurado y se agachó para estar a mi altura.

- Nos volveremos a ver Yuuri – se levantó y se fue sin decir nada más. Ni siquiera permitió que me despidiera correctamente.

Por alguna razón me puse algo nervioso. La manera que dijo mi nombre... Sonaba tan similar a la voz de aquella vez, pero no estaba del todo seguro.

Había algo que no me cuadraba del todo.

- ¡Yuuri! ¡Vámonos! – dijo Pichit mientras me jalaba de la muñeca - ¡Adiós Emil! ¡Nos veremos pronto! – me metió al auto y subió rápido al asiento delantero.

- ¡Adiós! – dijo él haciendo un gesto con el brazo.

El auto arrancó al instante.

- ¿Qué pasó? – preguntó Pichit con voz algo ajetreada - ¿Te quedaste en la luna?

- No...

- ¿Y entonces? – preguntó esta vez el conductor – Te veías algo distraído.

- Solo estaba pensando, lo lamento si los asusté – dije con voz lo suficientemente alta como para que ambos me escuchasen.

- No hay problema – dijo Seung-gil.

- Si deseas, puedes descansar un rato. No te vamos a interrumpir – me dijo Pichit mostrándome una sonrisa que pude ver a través del espejo retrovisor.

- Gracias – respondí soltando un suspiro.

El resto del camino, me dormí y ninguno de los dos hizo un ruido hasta que llegamos a nuestro destino.

(...)

- ¡Eso es todo por hoy! – dijo una chica con un audífono en la oreja izquierda, tal vez ella era la encargada.

Me encontraba en medio de unos estudiantes de maquillaje dando una charla cuyo tema principal era "¿Qué es lo que un modelo busca en una estilista/maquilladora?"

No fue una charla aburrida, es más, me atrevería a decir que fue una charla bastante animada, los chicos participaban y preguntaban cada que podían. Había hombres y mujeres por igual... Pero había sobre todo más alfas que omegas o betas, eso me pareció un poco ¿Decepcionante?

No sabría que palabra usar en estos casos, digamos que... No me agrada del todo estar rodeado por tantos alfas, hay veces en las que me pongo un tanto nervioso por sus constantes miradas o comentarios, además, aún sigue habiendo cierta diferencia en el trato que tiene los alfas con los omegas, incluso siendo sus pares en los estudios.

Y eso me molesta. Bastante de hecho.

Soy un omega, y como tal, sufro lo mismo que ellos sufren cada cierto tiempo: el celo, la diferencia de trato y las ciertas limitaciones que todo omega posee.

Pero bueno... ¿Qué puedo hacer yo frente a una situación que ha continuado igual durante siglos?

Exactamente. Nada.

- ¡Señor Yuuri! – escuché decir a uno de los chicos - ¿Podría darme un autógrafo por favor?

- ¡A mí también! – dijo una chica desde atrás.

Más y más chicos no tardaron en insistir también que los atendiese.

Seung-gil y Pichit se acercaron velozmente a mí y me intentaron sacar de la multitud lo más rápido que pudieron, evitando así que me pidiesen más autógrafos y fotos.

- Lo lamento chicos – dijo Pichit mientras me rodeaba con su brazo haciéndome avanzar – Yuuri tiene que ir a otro lugar.

- ¿A estas horas? ¡Van a ser las 22h00! – exclamó un joven.

Exactamente. Iban a ser las 22h00 y yo no había comido nada más que una ensalada y algunas pecanas desde el almuerzo. Me moría de hambre y quería ir a mi hogar a descansar, pero...

- Pichit – dije moviendo con cuidado su brazo. Le mostré una sonrisa – Aún no he terminado.

- P-pero ¡Yuuri! – no pudo acabar su idea, ya que yo ya estaba firmando unos autógrafos y las personas lo empujaron lejos de donde él estaba.

Si había algo que me disgustaba más que las diferencias entre "razas", era el hecho de no poder concluir con mi trabajo, mi pasión.

Para mi grata sorpresa, acabé más rápido de lo esperado. Dieron las 22h30 y yo ya estaba camino a casa, luego de un día ajetreado en el trabajo.

- ¿Quieres ir directamente a tu departamento? – preguntó Seung-gil.

- Eh... – vi por la ventana y me di cuenta que mi cafetería favorita estaba abierta, ¿por qué no? Se me apetecía un café – No. Pensándolo bien, déjame en el café de siempre.

- Como desees – respondió tranquilo.

- ¿Ahora si se podría decir que estás cansado? – me dijo Pichit mientras veía su teléfono.

- Exhausto sería la palabra más exacta – respondí soltando un resoplido – Pero tranquilos, para mañana estaré como nuevo.

- Más te vale dormir bien – me respondió mi amigo mientras me pasaba una mascarilla negra. Salió del auto y me abrió la puerta.

- Yo podía solo...

- Ajá si ajá, un gracias bastaba. Hasta mañana – dijo él dándome un pequeño empujón.

Solté una pequeña risilla y le respondí con un "Hasta mañana" de igual forma.

Caminé un poco por las calles antes de ir a la cafetería, necesitaba un poco de aire fresco.

Vi la hora en mi celular, 22h45, la cafetería cerraba en una hora.

Me acomodé la mascarilla y abrí la puerta.

- Bienvenido monsieur – dijo una voz que se me hacía conocida – ¿Mesa para uno?

Levanté la mirada rápidamente y lo vi allí frente a mí, solo que ahora estaba utilizando una camisa blanca de nuevo, y tenía puesto el uniforme del lugar.

- ¿Vitya? – pregunté bajándome un poco la mascarilla - ¿Eres tú?

- Eh... Disculpe, ¿quién es Vitya? – preguntó el hombre frente a mí.

Debí abrir mucho los ojos y la boca. De seguro quedé como a un tonto frente a esta persona, pero...

Él es igual a Vitya. Es idéntico al Vitya que me ayudó esta mañana. Su voz es muy, muy similar.

Pero si no es él...

- ¿Cuál es tu nombre? 

______________________________
************************************

______________________________

Omae wa, dare da? 

(¿A poco no? :v) 

Hola~~~ 

He de admitir algo...

Yo tenía una idea principal desde el inicio, pero ahora se me ha ocurrido una idea mucho mejor *inserte risa malvada* prepárense para el desmadre xdxd

¿Qué tal sus vidas? ¿Han sido granos malos? O será tal vez que... ¿Evolucionaron a cafés zukulemthos? 

Yo no he tomado café en dos días (me voa matar) 

Peeeero weno, tenía que escribir. Lo necesitaba. Mis dedos y mi mente me lo pedían ashajsh. 

¿Qué más iba a decir...? ¡Ah sí! El notición del año (okno pero sí) 

Voy a actualizar cada fin de semana (sábado o viernes en la noche), ya saben, por el colegio y así, ese será el mejor horario :v 

Además, así me dan más tiempo para escribir futuros caps entre clases \:'D/ 

Ya creo que eso era todo. Hasta here the chapter of aujord'hui . 

Sayonara granos de café~~~

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