24 de febrero (4 meses y 2 semanas):
Sakura:
Naruto no estaba exagerando del todo...Boruto le agarro el gusto a dormir conmigo, no era todas las noches pero sí bastante a menudo y es que... ¿Cómo decirle que no a ese par de ojos...? Admiraba a mi primo cuando le regañaba o negaba alguna cosa, de verdad...yo no tendría esa fuerza... pensé en mi bebé ¿Seré realmente una buena madre para ella? Tal vez sea muy pronto para preocuparme por ello.
Acaricie mi vientre ya imposible de negar. Los pantalones no me entraban cosa que causo un gancho directo a la cabeza de Naruto por decirme que comprara otros mas grandes ¿Habiendo pasado ya por un embarazo no sabe qué no decirle a alguien en estado?
Me encontraba batallando con otro par mientras cosideraba que tal vez debería simplemente usar vestidos y monos por el resto del embarazo. Comentario hecho en voz alta y a lo que mi sobrino de 2 años, quien se encontraba jugando sobre mi cama, respondió un "Tía Saku se ve muy MUY bonita con vestido" sacándome una sonrisa que solo desapareció al darle un beso en la coronilla ¿Cómo tanta ternura cabia en un cuerpo tan pequeño? El gesto de felicidad en mi rostro se mantuvo...
Por 2 minutos.
-¡SAKURA!
Ambos dimos un brinco, el niño gateo hasta mí abrazandoseme al costado mientras con la mano que no le sostenía a él protegía mi vientre en acto reflejo.
-¡Sakura-chan! –cruzo el marco tragándose los vientos con su brazalete fuertemente apretado entre sus dedos.
-¿Qué sucede Naruto?
-Ten...Tenten...
Mi rostro cambio...su expresión no era nada buena y que el nombre de ella saliera de sus labios entrecortadamente, me asusto...
-¿Qué le paso...?
-E...entro en labor de parto... –arrugue la frente...tan solo tenía 8 meses y recién cumplidos...
-¿Qué? Pero aún no es tiempo...
Con delicadeza aparte al aun asustado pequeño de mi para rápidamente correr al closet a terminar de vestirme.
-No lo sé...Neji acaba de llamarme.
-Vamos a la clínica.
El rubio asintió cargando a un desorientado Boruto para correr hasta el auto, dentro trataba de no alterarme mucho...no era bueno para el bebé pero era difícil...
Creo que no acelero mas porque íbamos su hijo y yo dentro del vehículo, le temblaban las manos y apretaba la mandíbula...verle así no era para nada alentador. Antes de estacionar llamamos a Neji para ver en qué planta estaban, a medias contesto con voz cortada que en el 4.
-¡Neji! –el pobre hombre se encontraba sentado con los brazos apoyados en las piernas mientras su rostro se escondía entre sus manos. Al oír su nombre levanto la cabeza con la mirada perdida.
-¿Qué ocurrió? –volvió a su posición original.
-No lo sé...Tenten se estaba bañando y de repente me grito, decía que le dolía el vientre...mucho... No supe que más hacer, simplemente la traje aquí...cuando llegamos los dolores eran insoportables... Se la llevaron a urgencias...no he sabido nada de ella desde entonces –apretó las manos arañando entre las hebras, murmurando cada palabra con cansancio.
-La tecnología de hoy en día es muy avanzada Neji tranquilo, estarán bien. –me acerque sobando su espalda buscando darle seguridad aun cuando yo estaba mas o menos igual.
El tiempo transcurrió burlón revolcándose en nuestra angustia que poco a poco nos iba carcomiendo... Nadie salía a decir nada, Neji era la viva imagen de una estatua, incluso la parte de quedarse completamente inmóvil con la mirada vacía. Mi primo bajo a la cafetería por algo de comer para su hijo y unas cuantas cosas para nosotros pero el pobre no quiso absolutamente nada, le entendía...seguramente aquellas manos del miedo estaban haciendo de las suyas.
-¿Señor Neji?
Un médico finalmente se abrió paso entre las puertas de la sala... Aquellos seres siempre con sepulcral seriedad en sus caras causando que tu mente imagine hasta lo inimaginable ¿No pueden salir con una expresión mas...suave?
-Soy yo... ¿Cómo están?
-Felicidades joven, es padre de 2 bellos y sanos bebés, varón y hembra.
La vida volvió al nuevo papá así como también nuestras respiraciones. El rostro neutro del doctor cambio a algo radiante y esperanzador.
-¿Tenten?
-Descansando, recuperándose de la anestesia.
Anestesia...eso quería decir que no usaron el extractor, un aparato cuidadosamente conectado al vientre que, simplificando sus acciones, saca al bebé de manera rápida y segura mediante una especie de teletransportador.
-¿Anestesia...?
-Tuvimos que aplicar una cesaría, los bebés son muy pequeños aun...usar el extractor no era 100% seguro
-Entiendo...gracias doctor...de verdad...gracias –tomo sus manos agitándolas con la voz quebradiza. El médico sonrió respondiendo con un "de nada" antes de indicarnos donde estarían Tenten y los bebés.
-¡Felicidades Neji! –Naruto le abrazo fuertemente con los ojos llorosos, yo por mi parte hipaba sin parar embargada por demasiadas emociones.
-Tita ¿é paso? –el pequeño jalando de mi vestido.
-Tía Tenten tuvo a sus bebés y pronto iremos a verles.
-¿E veda? –asentí.
-¡Yeih! –aplaudió saltando mientras pegaba pequeños chillidos.
Entramos a la habitación, Tenten estaba con la mirada fija en el par de cunitas junto a ella...una color azul pastel y la otra rosa.
-Cariño... –la castaña volteo sonriendo suavemente, agotada pero con sus ojos brillando cual soles al mediodía.
-Neji...mírales...
Camino hacía las cunitas, nosotros 3 observando de lejos aquel mágico momento. Los ojos del ojiperla se llenaron de gruesas lágrimas, soltó una risa mezclada con sollozo yendo hasta su esposa para besarle con dulzura.
-Son hermosos...gracias Tenten...
Ver aquello me alegraba pero a la vez...me quebraba por dentro... Nunca escucharía un "gracias" por parte de Sasuke...no volvería a sentir sus labios sobre los míos...mi bebé no será su dicha y causa de la sonrisa mas grande de su vida...sus brazos no me estrecharan como ahora lo hace Neji...jamás seré protagonista de una escena como esta...solo puedo ser espectadora y aquello duele...duele como un hierro hirviendo que atraviesa lentamente tu piel...
-¿No quieren conocerlos? –la risueña voz de la nueva mamá me atrajo de vuelta, hoy era su día...mi realidad no debía intervenir hoy.
Nos acercamos lentamente al par de cunitas... Eran increíblemente pequeños aun con toda esa bola de mantas sobre ellos, movían sus manitos en distintas direcciones abriéndolas y cerrándolas buscando apoyo...sus piecitos igual, ambos con los ojos a medio abrir indagando en el nuevo mundo donde les habían lanzado. Pequeños...con un par de cachetes regordetos y rosados, cabello castaño claro como el de Tenten y los mismos ojos de su padre.
-Son preciosos –quise tocarles pero me contuve, se veían tan frágiles...
-Gracias...
-¿Tienen nombre? –inquirió Naruto, al no saber que sexo tendrían tal vez aun no sepan cómo llamarles.
-La niña Shiori y el niño Satoshi –respondió Tenten orgullosa regalándonos esa bella y sencilla sonrisa suya al final.
-Shiori...Satoshi... –volví a los pequeños, sonreí imaginando a mi bebé...seguramente sería tan linda como estos 2.
Luego de un rato nos despedimos para dejarles descansar, no pude dejar de sonreír en todo el camino, la imagen de los pequeños estaba adherida a mi cerebro reproduciéndose una y otra vez.
-¿Crees que mi bebé sea tan bonita como ellos?
-Seguramente, será preciosa, tanto que tendrás que alejar a los niños del kindergarden –su comentario me hizo gracia, no me consideraba una madre sobreprotectora aunque...eso podía cambiar cuando le tuviera entre mis brazos.
-Boruto la protegerá ¿verdad pequeño?
-¡Shi! –contesto con un gritillo firme, ambos reímos.
-Ese es mi hijo.
El valiente guerrero cayó rendido durante el trayecto de vuelta siendo cargado por su papá hasta el cuarto acomodándolo en la cama para dormir. Me detuve a su lado mirando al niño estrujar a Hiro acurrucado entre las sabanas.
-Naruto...
No estaba bien...el giro de mis pensamientos iba por mal camino...le lastimaría... pero no supe detener las palabras.
-Dime.
-¿Le echas mucho de menos...?
Pregunta que jamás debió salir por mis labios...algo sin ningún sentido, con una respuesta que seguramente hasta el nene de 2 años allí dormido sabía. Su rostro cambio, se descompuso de inmediato...la mirada hacia su pequeño paso de feliz a melancólica.
-Sí...demasiado...a veces tanto que puedo volverme loco...
Solo...deseaba saber cómo hizo todo este tiempo para sobrevivir criando a su hijo solo...
-¿Cómo eres tan fuerte...?
-Él...él me da fuerzas para seguir...cuando le veo sonreír, saltar o jugar por ahí...cuando me dice "papá" y me cuenta torpemente todo lo que ha descubierto sobre los dinosaurios...cuando se niega a que lave a Hiro...incluso cuando le persigo para que deje de pintar a Kurama o para bañarle... Todo eso...todo él hace crecer voluntad dentro de mí –aparto delicadamente mechones rebeldes entremezclados sobre la frente de su hijo.
-Espero conmigo sea lo mismo –un roce suave en mi estómago bajo sintiendo un leve movimiento.
-¿Quieres hablar al respecto? –asentí, a decir verdad desde que había llegado nunca me he sentado a charlar con él sobre aquello.
Ya en su habitación, ambos sentados sobre la cama le comente todo lo que me había llevado hasta ese punto.
-Sakura-chan...entiendo tus razones, de verdad pero... ¿Aun crees que fue lo mejor? ¿No te arrepientes?
Baje la mirada...no había día que no iniciara una guerra civil en mi cabeza...ambos ideales debatiéndose violentamente agotándome mentalmente y desgastando mis energías demasiado pronto.
-Algunas veces...pero suelo mantenerme firme, después de lo que hice no puedo simplemente ir y confesarle todo...me odiaría mas de lo que seguramente ya lo hace.
Otro punto sumado a mi lista del porque no decirle nada...me odiaba. Gruesas gotas se acumularon en mis cansados ojos ante la cruel realidad que yo misma había manipulado...yo provoque ese sentimiento...y aquello no era algo fácil de perdonar...lo sabía perfectamente.
-Entiendo pero...sigo pensando que es algo cruel privarle de este derecho aunque...tal vez yo no sea quien para decirlo... –poso delicadamente su mano en mi vientre, acariciándolo sobre la tela.
-Tienes tus razones también...bastante justificadas...
Ambos teníamos el mismo dolor...tener que vivir con un secreto demasiado grande para una vida mortal por la felicidad de aquel al que amábamos.
-Ya no sé...a veces pienso que quizás hay otra salida...
Lo pensé...mas adelante, por el inmenso vacío que sentiré seguramente comenzare a buscar maneras de vivir un sueño...
-¿Has buscado? –afirmo torciendo un poco los labios...había algo detrás.
-Empecé hace unas semanas porque Boruto me pregunto sobre su...mami –abrí los ojos arrugando la frente, un nudo en mi garganta y un recuerdo ficticio manipulado por mi mente masoquista...dentro de unos años mi hija preguntándome por su padre... ¿Qué le diría...?
-¿Qué le dijiste...? –yo quedaría en blanco...y posiblemente comenzaría a llorar o algo así.
-La verdad...más o menos, le dije que estaba trabajando en un centro de investigaciones lejos de casa, descubriendo cosas increíbles parecidas a los dinosaurios...
Supongo que también podía decirle algo así, ya mas adelante...cuando madurara le explicaría la otra parte de la realidad.
-Cuando dije dinosaurios se distrajo gracias al cielo pero estoy convencido que en un futuro no muy lejano habrá más y más incógnitas en su cabecita...querrá respuestas a cosas como ¿Por qué no está aquí? Y...no sabré que responder... ¿Qué demonios le voy a decir? Sea lo que sea en algún punto pensara que no le quiere y por eso no viene y...Dios Sakura-chan... Hinata adoraba a Boruto...lo amaba más que a su propia vida...más que a su trabajo...siempre le llevaba cargado y costaba separarlos...
Hablar le iba costando mas y mas...los sollozos se convertían en fuertes barreras que impedían el paso de cualquier palabra...coherente o no. Me destrozo verle así...todo su cuerpo temblaba en espasmos por el llanto mientras hundía el rostro entre sus manos queriendo no despertar a su pequeño...
-Naruto...
Le estreche entre mis brazos sintiendo la humedad de sus lágrimas en mi camisa y cuello, se aferró celosamente a la tela hipando sin control alguno. Pasé mi mano por su espalda mientras la otra acariciaba su cabello, no existía forma de tranquilizarlo...y eso era lo que mas me quebraba por dentro ¿Qué podía decirle? Era una realidad que se le avecinaba sin piedad...y para alguien como yo que estaba en la misma situación me era imposible encontrar consuelo...terminando al final llorando con él escondiendo mi rostro entre sus cabellos...