Oblivion llegó a los 4k votos ayer,asi que pensé dejarles esto de regalo(? nah espero lo disfruten!
& no me queda nada más que agradecerles por darse el tiempo de leer esta fanfic y muchas de ustedes se toman de votar,comentar e incluso hablar conmigo, así que no podría estar más agradecida de su apoyo <3.
Me había sentado en el suelo con mi espalda pegada a la orilla de la cama, mientras abrazaba mis piernas y juntaba mi mejilla derecha con mis rodillas.
¿Cómo habíamos llegado a eso?
La forma en que me hablaba era tan hiriente, y de un pequeño mal entendido habíamos terminado gritando como si de una competencia se tratara.
No sabía qué hacer, Zayn si había hecho cosas feas antes, cómo cuando prácticamente me restregó en la cara que nuestro primer beso había valido nada. Pero ahora era completamente distinto.
Me había acusado de algo totalmente ridículo y me había dolido mucho más que el incidente del beso, porque ahora lo quería. Realmente lo quería. Mis sentimientos se alborotaban cada vez que el me tocaba o susurraba cosas. Desde que nos volvimos novios he tenido unas ganas tremendas de gritarle que lo quiero. Pero tengo un jodido miedo de no obtener nada a cambio, que no me permito hacerlo.
Lloré, y siento que no fue sólo por Zayn gritándome boberías, creo que al fin pude botar toda la basura que tenía dentro.
La traición de mi madre, la ausencia de mi hermano, la falta de mi padre y...Zayn.
Fue como si todo hubiera decidido juntarse dentro de mí y luego salir al primer paso que mis lágrimas cedieron. Y... se sentía bien. En el momento sentía que dolía, que era injusto que tuviera que ser yo la que llorara en el suelo.
Pero luego... simplemente se sintió bien.
Al cabo de una hora decidí que era suficiente, y me levanté yendo a lavar mi cara y luego a buscar un pijama. Usualmente ocupaba una camiseta de Zayn.
Pero esa noche quería utilizar mi propio pijama, y ya.
Comenzó a pasar la hora. Pronto habían dado las once de la noche y aún estaba sola en el departamento. Afortunadamente al día siguiente no había escuela así que no me sentía presionada por dormirme temprano.
Pero estaba preocupada. Él había salido hace al menos tres horas y no tenía ni la menor idea de donde pudo haber ido.
¿Y si le había pasado algo? cuando llegué tenía olor a alcohol.... ¿llegaría borracho ahora?
Cielos, era imposible tranquilizarme. Intenté engañar a mi mente más de una vez creando imágenes de un Zayn sonriente pero se desvanecían, tan fáciles como el humo.
El pequeño reloj de mi teléfono indicaba que pronto serían las doce de la noche... No pude hacer nada más que dormirme aferrada a la idea de que en la mañana todo estaría mejor...
(...)
Fue el sonido de un zapato golpeando el piso el que me despertó. Supe de inmediato que era él y fue como si toda la carga que tenía encima hubiera desaparecido. No sabía en qué condiciones venía, pero al menos él estaba ahí.
Me quedé inmóvil en mi posición pretendiendo aún estar dormida le daba la espalda por lo que ni él me había visto a mí ni yo a él.
Pronto las cobijas fueron movidas a mi lado y un peso inundaba el otro lado de la cama. Tomé aire llenando mis pulmones y apreté los ojos procurando no llorar.
Sus manos llegaron a mis caderas encontrando rápidamente la orilla de mi camiseta rosa. Sus dedos entraron por debajo de esta, tocando la piel de mi vientre. La punta de sus dedos acariciaron la zona de arriba abajo y se sentía realmente bien. Apoyo sus palmas completamente en mi estómago y comenzó a tirar de mi hasta pegarme a su pecho, suspire intentando regularme.
Yo no bromeaba cuando decía que este chico me descontrolaba. Sus dedos volvieron a acariciar mi vientre, y un pequeño beso fue dejado en la parte trasera de mi cuello. Su nariz estaba helada.
"Emma" susurró, quizá aun preguntándose si yo estaba despierta o no.
"¿Mm?" murmuré, me sentía realmente tranquila y el hecho de que el sólo olía a tabaco me tranquilizaba más.
"Yo..." Comenzó a hablar bajito, cómo si tuviera miedo de despertar a alguien. "Tu... Mierda, sabes a lo que me refiero, estás..." ya entendía a qué se refería, así que decidí terminar con su preocupación.
"No" respondí con una voz serena, sentí como suspiro de alivio cerca de mi cuello, si hubiera estado un poco más cerca estoy segura de que hubiera alcanzado a sentir sus latidos.
Sus dedos seguían dibujando patrones en mi estómago.
"¿Estás molesta?" Decidí pensar mi respuesta unos segundos... ¿lo estaba? No... Pero había algo en mí que me pedía mantenerme fuerte, y no ceder tan fácil.
"No" respondí sincera, y el comenzó a acercarse a mi cuello y dejar besos en mi hombro, cómo normalmente lo hacía.
Pero yo no podía ceder...debía hacerle entender que él había cometido un error, y que las cosas no desaparecían así como así.
Y más que por darle una lección debía hacerlo por mí... si hay algo que me enseño mi madre, es que debía respetarme. Y aunque ni ella lo hubiera hecho, yo si lo cumpliría.
Tomé todas mis fuerzas y poco a poco me giré, quedando frente a él, en ningún momento me soltó, lo que solo hizo todo más difícil.
Vamos Emma. Puedes hacerlo.
"Pero el que no esté molesta no significa que quiera dormir contigo." hablé con la mayor firmeza que mi voz me permitió mientras soltaba sus manos desde mi espalda. Sus ojos se abrieron en sorpresa y sé que planeaba gritarme algo, pero se lo agradecí cuando no lo hizo.
Una vez que sus dedos ya no me tocaban, saqué las mantas de mí. Y me levanté tragando todo el nerviosismo que de pronto me invadió, habían sido semanas desde que no había dormido en ese sillón, y ahora el pensamiento parecía totalmente desagradable... pero debía hacerlo. Tomé la manta que manejábamos en la silla del escritorio y me dispuse a salir. Cuando abrí la puerta su voz me detuvo.
"Emma" me giré haciendo una mueca de cansancio, sólo esperaba que no quisiera discutir. "Yo iré al sofá, tu duerme aquí." La forma en que se paró casi resignado a que la idea era justa me sorprendió. No me negué, aunque sí me sentí mal por toda la situación, pera ya no podía dar marcha atrás.
Tomó la manta de mis manos y en un gesto que jamás espere, besó mi frente antes de salir de la habitación.
Cerró la puerta con cuidado, y yo me fui de nuevo a la cama. No puedo decir que estaba feliz por lo que había logrado, pero si orgullosa. Había logrado llegar a un acuerdo sin pasar a los gritos.
Y aunque intenté hacerlo, no pude quedarme dormida. No con mi novio durmiendo en la sala de estar mientras yo me daba vueltas en la gran cama. Pero a pesar de todo, me mantuve firme. Deseché todas las ganas de ir y traerlo de vuelta y en cambio comencé a pensar las tantas formas de besarlo que ocuparía por la mañana.
(…)
Era el segundo trozo de pan que quemaba, ese maldito tostador tenía algo contra mí.
Me concentré en el huevo mientras lo mezclaba con los trozos de jamón. Al menos olía bien. Apagué la estufa esperando que todo hubiera quedado bien, comencé a mezclar el jugo en polvo con agua.
Había dormido poco, y me había despertado temprano, asi que no me quedo nada más que levantarme a comer algo, ya que el estómago me había empezado a rugir, y ahora que lo pensaba llevaba bastantes horas sin comer, por lo que no he extrañe cuando pensé que un solo pan no saciaría mi hambre. Estaba guardando lo que quedaba de jugo dentro del refrigerador cuando me giré y me encontré con Zayn apoyado en el mueble frente a mi. Me asuste un poco,pero me recupere pronto.
Espero que no haya notado que estuve al menos cinco…quizás diez minutos viéndolo dormir en el sofá, debatiéndome entre despertarlo o no, o llevándole más mantas para que no pasara frío.
Me miró por unos segundos y luego miro hacia mi costado, donde mi desayuno se encontraba. Se acercó y olfateo el sartén con huevo. No importa cuanto tiempo pase, jamás lograré acostumbrarme a Zayn paseándose por la casa sólo en boxers.
“¿Puedo?” Preguntó tomando una cuchara y apuntando al sartén mientras me miraba. Parecía haber olvidado la noche anterior.
“No.” Me crucé de brazos pero sonreí. Zayn sólo se encogió de hombros y metió la cuchara dentro, sacándola llena de huevo y jamón, para luego llevársela a la boca.
Comenzó a saborearlo y a asentir con la cabeza murmurando cosas. Una vez que tragó por completo hizo una mueca en aprobación, luego tomo el vaso de jugo.
“¿Tienes hambre?” Pregunté despacio viendo como bajaba la mitad del vaso de una vez.
“No.” Dijo dejando el vaso en su lugar, rodé los ojos, claro que tenía hambre. Seguía con los brazos cruzados y ahora Zayn se había puesto a mi lado sin nada que decir.
Luego de un rato de incómodo silencio, suspiré. Esto no estaba llegando a ningún lado.
Pasé por su lado para comenzar a armar mi desayuno. Estaba cubriendo el segundo trozo de pan con mi mezcla cuando sentí sus manos fuertemente en mis caderas y su mentón en mi hombro.
“Lo siento.” Murmuró tomándome desprevenida, ¿de verdad lo sentía?
“Debemos conversarlo.” Mencione casualmente, no quería tener más discusiones así, por lo que el mejor remedio sería aclarar todo esto y no volver a repetirlo. Me giro haciendo que mi trasero quedara apoyado en el mueble, sus manos aun en mis caderas y sus ojos cerrados. Negó con la cabeza.
“No ahora” Pidió tomando aire. Se veía cansado, tanto como yo. Pero al menos se había disculpado… eso hablaba de que yo, quizás de verdad le importaba. Y sí él había tenido el valor de pedir disculpas yo también podría tener el valor para darle una respuesta.
“Te quiero.” Murmuré mirando sus ojos caramelo. Nunca había sido tan difícil pronunciar esas palabras… pasaron tantos segundos en silencio, con Zayn solo mirándome, casi inspeccionándome, qué comencé a sentirme incómoda, bajé la mirada, arrepintiéndome inmediatamente de lo que había dicho.
“Y-Yo también, nena.” Habló con su voz temblorosa y su ceño fruncido. ¿De verdad me quería, o lo decía sólo por darme una respuesta? “Te quiero, Emma.” Aseguró ahora tomando mi cara y acariciando mis mejillas mientras una sonrisa tímida se formaba en mis labios.