Quédate | COMPLETA

By AlfonsinAMilan

31.3K 1.8K 62

||BORRADOR (SIN EDITAR)|| Afrontar el vacío que te surge por la ausencia de alguien tan importante como tu pa... More

Prólogo
Personajes/Reparto
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 26

487 39 0
By AlfonsinAMilan

-miércoles 9 de agosto de 2017-

Porque si ahora debía describir a Stacy Luna las cosas se irían de mis manos. Resulta que mi odio hacia ella se había hecho sumamente literal y no lograba entender por qué aún no me atrevía a enfrentarme a ella.

Una vez más me encontraba reclamando una bolsa de dulces a la dispensadora, y era la primera vez en la que consideraba saltearme un día de caramelos y huir de una conversación con Stacy, quien se acercaba hacia mí.

—¡Alodi Fanny! —sonrió con su sobreactuada alegría—, te saldrán caries por tantas bolsas de esas cosas.

—Primero me quedaría diabética y ahora me saldrán caries, que fastidiosa es mi vida—contesté, sacando la segunda bolsa que cayó de la dispensadora.

—¿Llegó Andrés a tu puerta? —se rio acomodando su exagerado escote.

—No, tal vez esté embarazada.

—¡Felicidades! ¿de quién es? ¿de Alexis? —se cruzó de brazos.

—Tal vez sea de tu novio—asentí con una actuada preocupación.

—Soñarías que fuese suyo—masculló.

—Entonces será tuyo—toqué mi vientre, sonriente.

—No alquilo vientres, estoy bien así.

—¿Acostándote con quien querés mientras tenés novio?

—¿Y vos qué sabés lo que hago?

—Tal vez en la fiesta de mañana me entere más—hablé con doble sentido.

—¿Irás? —volvió a su anterior sonrisa—, muero por verte ahí, hace mucho que no salís de tu cueva.

—¡No sabés lo ansiosa que estoy! —exclamé con ironía, sonriente.

—Ten cuidado, las habitaciones estarán llenas y, en el caso que pretendas hacer algo malo, la puerta veintiocho la reservaron Ludmi y Alexis—me guiñó un ojo.

—Lo tendré en cuenta—mascullé, estrujando las dos bolsas de dulces en mis manos.

—Te veo ahí—sonrió, y se volteó para seguir modelando por su pasarela.

Abrí una de las adictivas bolsas de caramelos y metí varios de ellos en mi boca, acelerada por lo que acababa de pasar. Estaba segura de que Stacy estaba al tanto de lo que venía pasando, y sobre todo sobre su amenaza a Caro ¿Cómo pudo jugar con algo tan delicado como el pasado de mi mejor amiga? Sus errores era algo que quedo atrás, y que alguien como Stacy Luna quiera sacarlos a la luz por una posible traición asustaba.

—Provocadora—apareció Caro desde atrás—, es lo único que quiere hacer, no permitas que lo consiga.

—No creo que resista la próxima vez—mascullé, metiendo otro puñado de caramelos a mi boca.

—Las palabras hieren más que un golpe, no es necesario que recurras a ese tipo de cosas, menos cuando ni siquiera lo has hecho.

—Alexis golpeó a Frías y nunca en su vida golpeó a alguien.

—Alexis levanta pesas todos los días y juega al futbol, su fuerza no es problema, la tuya si, sos una muñeca indefensa que sólo sabe herir con palabras, usa lo que tenés.

—Estoy asustada—confesé.

—No tenés por qué temer, Alodi—me sostuvo de ambos hombros—, escuchá, mañana iremos a esa fiesta y le quitaremos la máscara a Quim, las dos juntas, no estás sola ¿okay?

—¿Me prometes que no saldré herida?

—No puedo prometerte eso—se quejó, tomando distancia—, es obvio que saldrás herida, pero cerrarás esa puerta que hace bastante está abierta y necesitás dejar atrás.

—Odio que tengas razón—abrí la segunda bolsa de caramelos.

—Vamos a clases, por favor—sonrió, y me agarró del brazo para guiarme hacia nuestro salón de clases.

No podés dejar de sentir miedo si nunca enfrentás aquello que te lo hace sentir. Mañana era mi última oportunidad de descubrir a Quim, olvidarme de él y dejar por concluso aquella incógnita que siempre persistió en mí. Aun así, sería el día en donde el recuerdo de mi padre se haría más que enorme. El jueves diez de agosto se cumplían cinco meses de su partida, cinco meses en los que la culpa parecía martirizarme a cada segundo. Tenía miedo de descubrir algo que jamás me imaginé, tenía miedo de sufrir más de la cuenta. El miedo parecía también martirizarme, y a pesar de que intentaba mostrarme bien frente a todos, se me volvía imposible.

—Señorita Fanny—masculló el profesor en voz alta.

Levanté la vista de inmediato y noté que toda la clase estaba mirándome ¿hacía cuanto estábamos aquí? Parecía haber pasado algo de lo que no estuve atenta, y ahora se me sumó un miedo más a mi lista: mi profesor de psicología.

—Disculpe—murmuré—, no lo escuché.

—No lo hará si no presta atención a la clase y vuela como una mariposa en su mundo, señorita Fanny.

—No quise faltarle el respeto... a su clase—intenté remar la situación, pero sentía que mis remos estaban ascendiendo por un lago de dulce de leche.

—Es la quinta vez que la llamo y le pregunto sobre quien era Sigmund Freud.

Lo siento profesor, en estas etapas de mi vida me encuentro despreciando a los psicólogos, pensé contestarle.

—¿Sigmund qué? —fruncí el ceño.

—Retírese de mí clase, señorita Fanny, y me gustaría que pasara por la sala de la directora para que ella le cuente sobre este psicoanalista.

—Pero...—intenté justificarme, con el corazón a mil.

—Sin peros, retírese de mi clase—apuntó la puerta.

—Hazlo o te odiará más de lo que ya lo hace—me susurró Caro por lo bajo.

Todos estábamos de acuerdo que mi profesor de psicología no tenía aprecio hacia mi persona, sobre todo porque mi querido hermano mayor se encargó de romperle el corazón a su amada hija.

Me incorporé de la silla de mi pupitre y me retiré de la sala con pocas intenciones. Ingresé al baño de chicas y conseguí escuchar la melodía tan morbosa de un besuqueo exagerado. No me retuve a llevar mi decisión tan espontanea, me acerqué a una de las puertas del baño entreabiertas y quedé pálida ante la imagen: Stacy besándose con Alexis.

—¡Por Dios! —grité, retrocediendo con asombro.

—¿¡Alodi!? —se distanció Alexis.

—¿¡Qué haces aquí, Fanny!? —se quejó Stacy.

—¿¡Qué estás haciendo!? —la señalé.

—¡Besándome con tu ex mejor amigo! —señaló a Alexis, quien me miraba estupefacto—, ¿Cuál es tu problema?

—El problema es que tenés un novio, tu mejor amiga está enamorada de él—señaléva Alexis—, y vos te lo estás chapando en un baño de chicas.

—Mi mejor amiga estuvo con Nicolás, yo puedo estar con el chico con el que ella sale.

—¿¡Qué!?

—No tendría que interesarte nada de esto, Alodi, no sos nada de Alexis y yo tengo el derecho de hacer lo que se me dé la gana—se me acercó lo suficiente como para intimidarme—, ¡es mi vida! Además, tu ex mejor amigo besa como los dioses. Permiso.

Me esquivó con mala cara y me dio un pequeño empujón de hombro, dejándome a solas con Alexis. Era inevitable no dirigirle la mirada cuando acabas de verlo en una escena inimaginable ¿Alexis y Stacy Luna? Es algo que jamás me podría haber planteado en un pasado o hasta en un futuro.

Hace unos minutos tenía las pretensiones de aguardar en el baño hasta que el timbre del recreo haga sonar su desagradable estruendo y pueda evitarme ir hasta la oficina de la directora, pero resulta que ahora quería salir corriendo y tomar un buen café con esa mujer.

—Odi—susurró con voz ronca.

—No me digas que estás arrepentido—me reí con pocas ganas—, no creo que lo estés.

¿Acaso el baño se está achicando? Me sentía invadida, rodeada y como si de pronto una severa claustrofobia comience a nacer en mí. Giré sobre mis talones con el objetivo de huir de la situación, pero resultó ser ridículo en el momento que noté con quien realmente estaba. Alexis agarró mi muñeca con brusquedad y me jaló hasta él, haciéndome chocar con su pecho de hierro.

—No te muestres celo...

—Si me vas considerar celosa estás sumamente equivocado, Alexis—lo interrumpí, apartándome de él—, lo que vi es algo de no creer, jamás pensé que serías tan idiota ¿no sabés que Stacy está es una relación? Pensé que andabas en algo con Ludmila.

—No es algo que tendría que importarte ¿cierto? —se cruzó de brazos.

—No hables de importancias, por favor, sos el menos indicado para utilizar ese tipo de palabra—mascullé.

—Y vos sos la menos indicada en darme lecciones de vida—respondió, y comenzó avanzar hasta mí con sutileza—, no somos absolutamente nada vos y yo, somos dos desconocidos quienes no pueden dirigirse ninguna corrección el uno al otro. Si quiero acostarme con Stacy lo voy a hacer, si quiero salir con Ludmila voy a salir y si me quiero volver gay también lo voy a elegir yo. —Dejó de avanzar en cuanto quedó nariz con nariz conmigo—, pero vos ya no estás de por medio, no ayudas en nada, no me importa tu opinión y tampoco quiero sugerencias, porque ya no sos nada en mi vida, ni lo serás. Me decepcionaste tanto, Alodi, pensé que escuchabas.

Y, al igual que Stacy, se retiró, pero en vez de hacer doler mi hombro, hizo doler mi débil corazón. Sus palabras fueron una lanza tan filosa que logró atravesar todo lo que me conformaba; me hizo sentir diminuta a su lado, indefensa y una ridícula. Mi garganta ató un perfecto nudo con mis cuerdas vocales, mis ojos picaron hasta largar sus regordetas lágrimas y mi corazón se aceleró tanto que sentí que estaba por colapsar.

Mis pies parecían no poder sostenerme ni un minuto más, así que tuve que aferrarme al lavabo del baño para evitar caer de rodillas. Mi presión dio un bajo repentino y, sin tener el tiempo de evitarlo, todo se volvió demasiado oscuro. Llegué a un mundo que nunca conocí, un sueño profundo que por un momento sentí que era la muerte. Llegué a tener frío, calor, y hasta una sensación de miedo que me consumió hasta al momento que se me presentó una conocida voz, esa voz que tanto extrañaba en mi casa, esa melodía.

Jamás pensé que llegaría a desmayarme por unas palabras tan atacantes como las de Alexis. Todo este tiempo pensé que esa enorme barrera que se interpuso entre los dos fue por su culpa, pero en realidad fue por la mía. Yo descubrí la verdad y decidí enfurecerme con él sin la intención de entender nada. No escuché y no quise comprender. Fui tan egoísta que de pronto perdí todo. Fui culpable de la muerte de mi padre y ahora resultaba ser culpable de perder a mi mejor amigo. Perdí a dos personas sumamente importantes en mi vida y lo más doloroso en que ya no podía pedir que se queden.

Continue Reading

You'll Also Like

39.6K 4.2K 21
꧁𝙴𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚍𝚞𝚌𝚌𝚒𝚘́𝚗꧂ Acababas de terminar de leer un manhwa, Secret Alliance. Se trataba de un chico yandere que parecía una chica y u...
3.9M 264K 50
Broma; f. Burla, dicho o hecho que se hace a alguien para reírse de él sin intención de molestarle. La única diferencia es que mi intención es molest...
1.1M 182K 45
❝El diario de Jimin en donde narra los momentos en que estuvo al lado de Jungkook.❞ ✿ Narraciones cortas. ✿ Contenido homosexual...
159K 12.2K 48
Percy recibe notas de una admiradora secreta. dearjackson-. Todos los derechos reservados.