❛White Night❜ 🠔 {YoonJin}ܟ

By ew_dams

281K 37.2K 14.1K

Fanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022 ❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego d... More

00. Prólogo; ❝Primera noche❞
01. ❛Va te faire foutre❜
02. ❛ Malos días❜
03. ❛Las parejas discuten❜
04. ❛Il y a deux sortes d'amour❜
05. ❛ l'amour insatisfait, qui vous rend odieux❜
06. ❛Et l'amour satisfait, qui vous rend idiot❜
07. ❛Los omegas callan por respeto❜
08. ❛Le bien que l'on fait parfume l'âme❜
09. ❛Respira y descansa❜
10. ❛Surprise❜
11. ❛Waiwai break it on down❜
12. ❛Aimer, c'est savoir dire je t'aime sans parler ❜
13. ❛Le couple heureux qui se reconnaît dans l'amour❜
14. ❛Game over❜
15. ❛Breathe❜
16. ❛Useojwo lie❜
17. ❛Good enough❜
18. ❛Un pétalo; me quieres❜
19. ❛Otro pétalo; no me quieres❜
20. ❛Sin pétalos, ¿qué sucede?❜
21. ❛Me acaricia la espalda con los dientes❜
22. ❛Ton sourire m'attire❜
23. ❛Efímero❜
24. ❛Cometas❜
25. ❛Cet amour tout entier❜
26. ❛Chogi chogi chogi wa❜
27. ❛Love Story❜
28. ❛Fragen sie mich nicht zu vergessen❜
29. ❛Éramos como imanes❜
30. ❛Éramos como amantes❜
31. ❛Love is not over❜
32. ❛Jasmine❜
33. ❛Necesito una conexión contigo❜
34. ❛Open your eyes❜
35. ❛In the veins❜
36. ❛True or false❜
37. ❛Wer nicht mehr liebt❜
38. ❛Dass diese nie enden❜
39. ❛I don't wanna live forever❜
40. ❛Earned it❜
41. ❛Or nah❜
42. ❛U r my only one❜
43. ❛Arco final❜
44. ❛Tú eres mi fin❜
45. ❛Eres mi droga, no lo arruines❜
46. ❛Príncipe de cartón❜
47. ❛¿Mientes?❜
46. ❛Príncipe de cartón❜ (Resubido)
48. ❛My way❜
49. ❛No seas como yo❜
50. ❛Love me again❜
51. ❛Cold as ice❜
52. ❛I'm your toy❜
53. ❛El porqué de la vida❜
54. ❛Me haces fuerte❜
55. ❛En otra vida, cantaré por ti❜
56. ❛Go let me know❜
57. ❛Extráñame❜
58. ❛That's my girl❜
59. ❛Don't forget me❜
60. ❛Búsqueda 1.0❜
61. ❛Stay with me❜
62. ❛Estar sin ti❜
63. ❛Éxtasis❜
64. ❛Ich bin verrückt nach dir❜
65. ❛Du gibst meinem Leben einen Sinn❜
66. ❛Lost❜
Epílogo (1/2); ❝La mejor etapa de mi vida❞
Epílogo (2/2); ❝Siempre sacar lo mejor de ti❞

47. ❛¿Mientes?❜ (Resubido P.2)

1.8K 209 39
By ew_dams


Faltaba poco para que terminara el año y todos los maestros cerraban sus asignaturas así, sin más. La institución organizaba una gira estudiantil que se basaba en universitarios respirando naturaleza y mejorando calificaciones -imposibles de cambiar allegados a este punto-. Todas las facultades se unían sin excepción alguna e iban quienes se tomaban esto en serio..., o tal vez los chicos que deseasen pasarla bien. Era una gira universitaria de ricachones. Después de todo, seguía siendo una renombrada Universidad que ponía por delante a la senda de los mejores.

Moonbin y Jinjin me incentivaron a ir. Casualmente Ken no se quedó atrás y Kidoh menos; aunque creía que esto era debido a su fuerte obsesión con Zelo. Esos idiotas se terminarían amando, algo en mi gayradar lo decía. Tanto Tae como Hoseok y Jimin se hubieron de sumar a la salida..., y mi pequeño pandita lo hizo también.

—¿Woozi no vendrá? —inspeccioné todo el recinto, entristecido. Taehyung acarició mi espalda a medida que fingía ver algo en el teléfono. Bufé y tiré de mi maleta, nervioso. Me gustaba estar con Jihoon, con ESE Min en particular. Era el único con el que no guardaba una relación de amor-odio. Por el resto...

Miré a Tae. Estaba comenzando a asustarme su especial personalidad. Quizá estaba más loco que una cabra, sí, eso tendría sentido.

—Quita tus manos de mi omega, Kim —ordenó Yoongi frívolo. V le mostró la lengua y entonces mi pálido mocoso me envolvió posesivamente por los hombros—. Buenas, príncipe —dejó un casto beso en mis labios. Oí una arcada por parte de nuestro inoportuno tercer invitado...

—¿Dormiste bien? —él se encogió de hombros como quien no quiere la cosa. Sonreí con una suavidad de oro y le di otro virtuoso beso que concluyó con muecas de asco por Tae. Maldición, desaparece, fideo de pacotilla.

—Algo así. Digamos que haces falta en mi cama.

Me sonrojé, apenado. Iba a contrariar eso con las indicaciones que nos había dado el ministerio de educación y su padre..., pero no pude.

—Es tan raro verlos sin ganas de querer matarse. ¡Alteran el orden natural de las cosas! —chilló Jinwoo. Binnie lo seguía, riéndose tan dulce como era propio en él— Además, ¿cuándo fue que su odio se transformó en amor? Si no mal recuerdo, hasta unas semanas atrás traían una cara de la misma mierda cada vez que se encontraban.

Yoongi sonrió burlón y yo agaché la cabeza en gesto de docilidad, totalmente subordinado de mi alfa.

—Es como un dolor en el culo..., pero también es increíblemente bueno en la-

—¡Min Yoon Gi! —exclamé furioso, dándole un golpe en el estómago y dejándolo a medio respirar. Me miró asombrado mientras yo subía velozmente al primer bus que mi campo -de visión- era capaz de encontrar. De reojo noté cómo Jinjin se encargaba de mis maletas, gracias. Min me lanzaba garabatos indiscutibles y se justificaba con uno que otro: ''iba a decir increíblemente bueno en la cocina, maldito pervertido''. Sí, claro. Por otro lado, ¡santa mierda!, ¡esas cosas no se dicen!— ¿Puedo sentarme aquí? —nervioso, especulé a un abrigado chico que yacía mirando la ventana. Asintió antes de regalarme una sonrisa. Creo que lo había visto con anterioridad..., ¿no era uno de los amigos de Yoongi? ¡También se juntaba con Namjoon, si mal no recuerdo!

Ah, como fuese..., tenía mucho sueño.

—Eres el ex de Nammie, ¿verdad? —Lo observé, tenso. Asentí sin saber qué más decir y él dio por finalizada nuestra conversación, regresando a la ventana mientras una peculiar sonrisa abandonaba sus labios. Raro— Lo parecías. Tienes un olor muy agradable. —Me sonrojé sin poder evitarlo. Caray, ¿qué le pasa a los jóvenes de ahora? Cada vez más atrevidos, ave maría purísima.

—Jin, ven.

—Yoongi, ¿qué pasa? —cuestioné, alzando una ceja a medida que exprimía los limones para mi jugo. Habíamos llegado a las cabañas. No era demasiadas, pero eso resultaba en una mayor comodidad para todos. Con las carpas que habían traído dudaba que alguien realmente durmiese adentro esta noche. Además de flojos y miedosos como yo, claro está decir. Los bichos me producían un temor desmesurado y las cosas empeoraban cuando se hacía de madrugada. ¿Quién me defendería cuando un escorpión saliera de la nada y me clavara sus endiabladas pinzas? Exacto. Mejor prevenir que lamentar.

También estaba el otro lado de las cosas..., en el que yo vomitaba frente al retrete como si el exorcista se hiciera dueño de mi cuerpo. Mis problemas de anemia estaban intensificándose y eso me tenía un poco alerta. Los primeros meses supe controlarlo a base de pastillas..., pero ahora no quería volver a depender tanto de ellas. Las recaídas por ansiedad estaban sellándose con mucha atención y amor por parte de Yoongi. Nada podía ir mejor así que, ¿para qué necesitaría medicamentos? Sólo con su aroma y sus abrazos sería capaz de mejorarme, lo presentía y así lo daba por hecho.

—Necesito que me acompañes. Hay un río a unos kilómetros de las tiendas. Vamos mientras los profesores se alistan —suplicó, tirando juguetonamente de mi mano. Asentí torpe, tropezando con mis zapatos y chocando lastimosamente con el pedazo de madera desprendido en el suelo. Mierda, mi puto dedo meñique. Entre maldiciones, tomé un bolso con toallas; ropa de cambio, cremas y algún que otro chocolate por si mis necesidades—. ¿Tienes algo? Estás rojísimo..., ¿pasarás antes al baño o...

Negué como pude, sonriendo falsamente. Clases de ineptitud cero con Kim Seok Jin.

—¡Mierda! —sollocé cuando volvió a arrastrarme en jaloneos. Sí, me volví a pegar en el dedo meñique— La puta madre, ¿es que acaso es el último día de tu vida? No te vas a morir si llegamos un poco más lentos —regañé amargado, haciendo un puchero por lo doloroso del asunto y deteniéndome para verificar el estado de mi pobre trozo de piel magullado. Vi a Suga reírse tontamente antes de agacharse y arrojar la sandalia a quién sabe dónde. Incrédulo, di indicios de retarlo por su mal actuar y entonces nos hallamos en la vergonzosa situación de él besando mi pie como si yo fuera alguna clase de rey al cual venerar—. O-oye que mierda crees que-

—Te duele, ¿no es así? Sana, sana patita de rana —empezó a cantar, mostrándome una de esas tantas sonrisas que no había tenido la suerte de poder admirar en plenitud. Tan Min, joder. Es que sus comisuras..., sus encías. Jesús, María y todos los animalitos del pesebre. ¿Este hombre buscaba matarme a base de ternura, aegyo o qué coño?— ¿Mejor, príncipe? —tanteó mi cabecita como si fuera un puto perro y, todavía desconcertado, asentí antes de ser levantado por él.

Caminamos en silencio todo el camino. Él porque parecía concentrado viendo lo verde del paisaje y yo por la pena que su confianza me producía.

Niño descarado.

Lo castigaría como siguiera actuando tan libremente.

—No sabía que te gustaba salir a merodear por estos ambientes—alcé los brazos, mirando fascinado mi entorno—. Pareces la clase de mequetrefe que dedica su tiempo a odiar a todo el mundo y hacer pactos con el diablo.

—Oye, ¿qué...? —masculló, golpeando mi hombro. Apenas lo sentí, la verdad. Quizá mi amor era suficiente para derrumbar las barreras dolorosas que sus golpes me producían. Ah, qué romántico me estaba volviendo día a día. El amor, Jin, ¡el amor!— Me fascinan estos lugares. Lo único que me molesta son los bichos. Hace un rato vi a unos ratones pasar por un lado mío —me observó de reojo. Empalidecí y entonces lo ataqué, encaramándome a él mientras abría la boca y los ojos con una desproporción enorme. Qué puto miedo, no, no, no.

—¡Vámonos de vuelta, potro de campo! —chillé, tirando de su pelo.

Casi lo dejo calvo.

Casi. Le saqué un par de pelos nada más...

—¡Sólo bromeaba! —exclamó divertido, buscando mi trasero para apretarlo y sacarme un sonrojo— No me trates de caballo, no lo soy —se quejó, volteando apenas su rostro y besándome húmedamente. Jadeé con sencillez, acariciando su cuello y repartiendo besos por este. Cada vez sentía más la necesidad de ser marcado por él. Cada vez..., cada maldito día despertaba con ese dolor más abajo de la nuca. Me estaba empezando a sentir ansioso por la presencia de mi alfa, mi cuerpo aullaba de furia por no sentirse propiedad de alguien. Y él lucía tan calmado a cualquier paso que yo quisiera dar..., ¿por qué no podíamos hacer las cosas, simplemente? Que fluyera todo, ugh. Estúpido idiota.

Tal vez yo estaba siendo demasiado egoísta y pervertido. ¿Y si él quería tomarse su tiempo? Mi cuerpo lo entendería, claramente. A pesar del dolor que eso me produjera..., o el salpullido y las picazones que cada vez se convertían más en un dolor en el culo.

Acaricié el hueso consiguiente a la nuca, titilando mis dedos sobre él como si se tratara de un instrumento muy especial en el cual dejar marcas de próspero talento. Cuánto daría yo porque Min Yoon Gi clavara sus dientes ahí..., ¿o tal vez un poco más al lado de la clavícula? Como un vampiro, tal y como uno. Succionando, apreciando la piel rota y ultrajada. ¿Cuán masoquista será desear sus lindos colmillos haciéndose notar en mí? Donde sea, pero apaciguando el dolor de mi cutis después de todo.

—¡Ven, acompáñame!

Era precioso. El riachuelo era maravilloso y la corriente apenas se daba a relucir. Los árboles se meneaban con una tranquilidad indescriptible y el sonido del agua correr era lo único que teníamos la suerte de apreciar. Un par de rocas servían como amortiguadoras del sendero que seguía el natural líquido. La Madre tierra, húmeda y yaciendo en una que otra flor que se entrecruzaba en señal de bienvenida. Era hermoso, sin lugar a dudas. Y se respiraba tan natural que una felicidad decisiva torturó una y otra vez mi mente. Era el lugar perfecto..., el escondite que cualquier hombre desearía para vivir en paz. En una hamaca, columpiándose de lado a lado a medida que se bebía un espléndido vaso de agua que emergía desde la tierra más profunda. El único sonido de los pájaros revoloteando entre conversaciones..., maravillosas canciones predispuestas a nuestros pares.

Quizá..., sería un inigualable sitio para que Yoongi compusiese sus canciones, también.

—No, Yoongi —susurré tímido, apoyándome en el primer árbol que pillé y jugando con las ramas. Las acaricié amorosamente. Mi abuelo siempre me dijo que había que cuidar a las plantas, que ellas sentían tanto como nosotros y que sus ganas de vivir aumentaban en demasía cuando éramos capaces de brindarles nuestra más sincera gratitud. Era como una caricia silenciosa que acallaba el esfuerzo que hacían para mantenernos con vida. Así que probablemente este Señor Árbol estaría feliz de recibir afectuosos cariños que se basasen en la punta de sus extremidades.

¡Y pude haber seguido proporcionándole eterno amor...!, si no fuese por Yoongi, que me atrapó en un abrazo.

—¿Qué pasa?, ¿qué le haces al pobre Roble? —preguntó intrigado, algo incrédulo de lo que acababa de pasar.

—Le estoy agradeciendo su arduo trabajo, Yoongi —señalé dulcemente, sonriéndole lleno de timidez y recibiendo un silbido opacado a modo de respuesta. Quizá había sido extraño decir aquello..., pero era tal y como me sentía. Además, prefería eso a quitarme la ropa y lanzarme sobre el frío río que nos esperaba—. Me da algo de amargura, ¿sabes? —continué, apenado— Sé que hemos hablado ya de esto pero..., mi cuerpo..., no estamos a oscuras y-

—¿Y qué, Jin? —preguntó después de varios segundos en silencio, ofuscado. Su tranquila expresión había cambiado ferozmente a una molesta interrogativa— ¿Estás tratando de decir que tu cuerpo no es precioso cuando tengo la oportunidad de apreciarlo? —tironeó violentamente de mi brazo, causándome un quejido quedo.

Sabía que me había aclarado sus sentimientos respecto a mi figura..., pero seguía siendo difícil de creer para mí. Yo no era bonito..., yo no era suficiente para alguien, ¡menos para él! Namjoon me había engañado porque yo no lo complacía en la cama y eso me tenía psicológicamente destruido. Cada cierto tiempo pensaba en ello. Y no me mataba, pero tampoco me hacía más fuerte. La inseguridad me carcomía. Jungkook, que ni siquiera se había presentado, tuvo la oportunidad de revolcarse con mi ex. ¿Entonces qué quedaba para mí?, ¿quién me soportaría con este cuerpo y con esta poca experiencia carnal?

—Quizá..., tú dijiste semanas atrás que no era muy lindo y yo lo entiendo así que- —traté de argumentar, sonriendo débilmente e intentando desde lo profundo de mi corazón de hacerle ver lo que me hacía desconfiar. Ni yo lo entendía, honestamente. Estaba resultando todo tan complejo para mí...

Quería ver el vaso medio vacío pese a saberme dueño de él. ¡El vaso estaba malditamente lleno, casi bordeando y yo seguía metiéndome pensamientos pesimistas! ¡¿Acaso era alguna clase de idiota masoquista!? Ugh. Todo está tan jodidamente mal conmigo...

—Y también te dije hace días..., lo mucho que me gustas tal y como eres. El resto eran sólo mentiras, Dios. Sabes que soy el imbécil al que le gusta decir las cosas para quedar bien. ¿Te imaginas a J-hope riéndose de mí porque admito lo atractivo que eres? ¡Me humillaría por completo! Y yo no quiero que el mundo sepa acerca de lo mucho que te deseo o podrían alejarte de mí —hizo un puchero. Sonrojado, asentí.

Tal vez tengas razón... —sonreí forzosamente, entrelazando nuestros dedos. Él los miró como si fueran la octava maravilla en el mundo.

—La tengo. Así que ven y juguemos un poco, menso —pícaro, me tomó de los muslos y sin importarle el que siguiera con ropa, me lanzó al río mientras rompía a carcajadas. Grité, rapeando una secuencia de insultos. Casi replico en tres Ave María y prontamente me eché hacia atrás para poder flotar, fingiendo estar muerto. Eso, sin embargo, no duró mucho. Recibí un beso por parte de Yoongi y casi me ahogo en cuanto dejé de nadar a la par de las ondas. ¡Estuve a nada de morirme por su puta culpa! Enano asesino.

—¡Está helada, Dios! —me quejé, tiritando y dejando que mis encías castañearan aliviadas.

—Permíteme hacer de calefactor —susurró coquetamente, envolviéndome por la cintura e invitando a mis piernas a treparlo. Sentí un bulto apegarse a mi trasero y cerré los ojos, avergonzado. ¿Cómo era posible que se le hubiera parado en este maldito ambiente?, ¿tenía bolas de acero o...

Suga, no... —susurré abrazándolo. Me seguía doliendo la próstata y mi trasero seguía estando irritado cada que iba al baño. Mis suministros alimenticios se basaban en comidas livianas y aguadas. Sabía que mi lubricante debería ser suficiente para saciar las heridas..., pero también sabía que Yoongi anudaría una y otra vez en mi interior..., y joder si eso no era doloroso. Era un martirio, una maldición, ¡una endiablada mala suerte! ¿Por qué tenía que pegarse a mí como perro?, ¿por qué no podía hacerlo más fácil para mí? Idiota. Piensa en tu omega, calenturiento de mierda.

Sólo un poco más así, ¿quieres? —Estaba mintiendo. Haciendo esos ojos de cachorro, ¿no tenía descaro? Y yo tampoco lo tenía, al parecer..., porque me dejé hacer entre sus brazos y terminé gimiendo en su boca. Entre barbaridades y torpes golpes a los que arremetimos cuando nos ganamos a la orilla del río, me permití sonreír una vez antes de que dejara un beso gélido en mi mojada frente. Con ojos carmesí y llorosos, envolví tu cintura y le di una afirmación que indicase su intromisión.

Que nadie nos vea, por Dios. No caminamos mil kilómetros para nada.

—Tú me escucharás en este momento.

—¿Ken? —interrogué sorprendido de su brusquedad. Seguí secando mi pelo, estornudando cinco veces consecutivas. Avergonzado, lo observé. Él me lanzó un teléfono que apenas y pude alcanzar— ¿Y esto? —inquirí, dejando la toalla de lado y suspirando por el frío chocando contra mi abdomen. Sólo estaba con unos calzoncillos. Acabábamos de regresar del río y eran alrededor de las dos de la tarde. Nos habíamos demorado casi cuatro horas afuera. Nadie se dio cuenta de nuestra ausencia, menos mal.

Si alguien hubiese visto cuando Yoongi me..., m-me profanó. Ogh, yo habría muerto de vergüenza.

—El teléfono de Min —respondió tosco. Abrí los ojos de par en par.

—¿Eh?, ¿por qué lo tienes tú? ¡¿Se lo robaste?! —casi grité ante lo último, mirándolo entre reproche— No te pensaba así, Ken. Ve a regresárselo —y se lo iba a entregar hasta que se cruzó de brazos, seco.

No seas imbécil. Quiero que vayas a la sección de mensajes, rápido —masculló, apresurado y también nervioso. Fruncí el ceño e hice lo que me pidió, dejando que mis moreteados labios temblasen como era lo normal. Estaba seguro de que agarraría un resfriado por ser tan irresponsable e inmaduro. ¡¿Cómo se me ocurre hacerlo en medio de la Naturaleza?! ¡Bambi pudo haber estado observándonos! Oh, no, no. Santa mierda, soy un asco. Tal vez las plantas eran capaces de observar y escuchar todo..., ¿qué tan asqueroso sería para ellas apreciar a dos humanos haciendo suciedades? Y y-yo..., grité tanto..., ¿co-cómo nadie nos escuchó?— ¿Qué esperas? Venga, no tenemos todo el día —gruñó. Di un rápido asentimiento, tratando de apartar la vergüenza y prosiguiendo a cumplir su indicación.

Deseé haber seguido avergonzado toda la vida. Eso habría sido mejor que lo siguiente. Eso habría sido mejor que mi corazón latiendo presurosamente, como si quisiera estallar en un paro cardiaco. La ansiedad me cohibió y mis piernas se pusieron frías, tan frías que podría haberme caído ahí mismo.

No.

He ahí donde..., mi puto corazón se lastimó un poquito. Casi nada, en realidad. No tenía importancia lo que leyera, ¿verdad? El dolor en mi estómago, la traición zumbando en mi cabeza y la irritación atacando cada fibra de mi cuerpo. Todo me hirió, de repente. Las náuseas volvieron, la pena también y cómo olvidar la forma en que casi me desmayo a escasos metros de Ken. Era curiosa la forma en que Yoongi se había apropiado de mi sangre, de mis músculos y hasta de mis huesos. Mi mente le pertenecía, mi cerebro también..., hasta la marca que pudo haber creado era absoluta e intrínsecamente suya. Graciosa..., la manera en que mi omega había ido acostumbrándose a todo. A todo. A él. A lo que me hacía sentir.

¿Qué era esto..., qué era este dolor en mi vejiga y en mi pancita? Por Dios.

Yo era esclavo de su mirada. Él podía hacerme y deshacerme como le viniera en gana.

Eso lo entendí después de leer la bandeja. Lo entendí cuando mi corazón se detuvo lenta y dolorosamente. Estaba acostumbrándome a mi alfa y..., de pronto ocurría esto. Era como si una fuerza sobrenatural deseara verme en la quiebra emocional. Algún demonio de mal aspecto o pájaro de mal agüero. Nunca fui supersticioso ni creyente de cosas tan banales como fantasmas..., ¿entonces por qué sentí tanto miedo de saberme espiado por alguien que quisiese verme derrotado?

Quería vomitar. Quería agarrarme a algo o a alguien y luego desvanecerme. ¿Un ataque de ansiedad, un ataque de pánico? Lo que fuera, quería desaparecer la sensación habitante. Quería desaparecer lo que leía. Esto no era..., esto no era de Yoongi. Min ni siquiera tenía esa carcasa en su celular.

''¿Qué pasaría si yo supiera quién te encerró? Y lo peor, uno de tus amiguitos''

''Te recomendaría prestar más atención a tu alrededor; nunca sabes quién es el verdadero mentiroso. ;)''

Él. Él sabía. Él sabía quién arruinó mi obra teatral con Zelo.

''¿Le has preguntado a Min el porqué de su indiferencia hacia ti?''

''Quizá no le importas a nadie después de todo, haha.''

''Dulces sueños, hime. Xx''

Él. Él me hacía sentir en menos, él me hacía estremecer por los nervios y no precisamente bien.

''¿Has escuchado lo mismo que yo? Parece que los dongsaeng te adoran''

Él. ¿Él conocía mi relación con los mocosos? Claro que la conocía. Pero..., ¿hasta qué punto?

''El perro de Min y Kim es bastante tierno. Sería una gran lástima si alguien más, además de ustedes, supiera la existencia de él, ¿verdad?''

''Como el director.''

''O peor: el regente de gobierno''

Él. ¿Por qué él nos alejaría de Exterminador, por qué él trataría de separarnos, de cambiarme de habitación? Conocía las consecuencias, ¿por qué...

No tiene sentido.

No es él.

''Deberías husmear en el expediente de Taehyung. Me parece que las sorpresas sobrarían.''

''Por cierto, gran escena que se montaron Min y tú ayer. ¿Es que acaso no tienes respeto por tu querido ex-novio? Haha, xx.''

Él. Estuvo burlándose todo este tiempo...

''¿Todavía no has ido a usurpar en las hojas de vida del director? Venga, Kim; te creía más alentado a las aventuras.''

Él.

No es él.

Porque yo confío en él. Yo aprendí a confiar en ti, Min Yoon Gi.

¿Por qué desearías que yo rebuscase en tu pasado?, ¿por qué desearías alejarme si lo que más quieres es tenerme cerca?, ¿por qué arruinarías nuestras noches con Woozi y el perro con problemas de indigestión? No dejarías que nadie se llevase a Exterminador..., porque tú lo adoras.

Tú me adoras.

O..., quizá el único deseoso de verme derrotado siempre fue Min Yoon Gi. ¿Por qué no era algo obvio...?, ¿por qué era algo que yo no podía ver? Después de todo, nunca fui de su agrado. Siempre me demostró indiferencia y no cambió hasta que caí entre sus sábanas.

Los pensamientos me vinieron como ráfagas, como memorias escondidas en tumbas de mármol. Las muestras de disgusto..., quizá sólo me emocionaba de lo mínimo. Quizá sólo con recibir un poco, yo era feliz. ¿Pero y qué sobre las veces que me humilló?

''¡Maricón de mierda, mira cómo dejaste nuestro cuarto! ¡¿Estás loco?! ¡Te mataré!''

''Namjoon, aléjate de Jimin. O tendré que marcarlo.''

''¿Has visto su cuerpo? Es tan malditamente afeminado pese a verse tan masculino. No es un omega normal; tan ridículo.''

''¿Siempre eres así de zorra?''

''Detén tu aroma, apesta.''

''¡¿Cómo quieres que te trate?! ¡Tu celo ya terminó!''

''Vuelve con Namjoon y tu madre, Jin. ¡Sólo déjame en paz!''

''¿Cómo pretendes que no me tome algo en serio..., viniendo de ti, lindo omega?''

''Claro que miento. ¿Qué clase de ser humano sería si no lo hiciera?''

Claro que miento. ¿Qué clase de ser humano sería si no lo hiciera?

Él era el mismo hombre capaz de hacerme enloquecer a base de palabrería barata; era el que me tenía en la palma de su mano. El que me dañaba, el que me hería a su gusto.

Todo.

Toda la sartenera de estupideces, todo lo que yo había recibido. Mi número..., absolutamente todo.

Y todo eso en manos de Min.

¿...por qué?

—Debe haber un error. Este ni siquiera es el celular de Min —reparé rápidamente, elevando la mirada con notoria desesperación. Me observó con algo que deduje como molestia. No podía ser..., Yoongi me tenía agendado en su celular, esto debía ser alguna clase de maldita broma por parte de Ken—. ¡¿De quién es este teléfono?! —gruñí a la defensiva, tirando del cuello de su camiseta y viéndolo sonreír con suma hipocresía. Débilmente, cerré los ojos.

No.

Vamos, Gasparín, no me jodas ahora.

Esto es una puta broma, ¿verdad? Es alguna clase de sinsentido.

Por favor. Por favor, enano mal teñido..., no me lastimes ahora...

No me dejes caer ahora.

No cuando estamos en la cima.

No cuando me tienes en la cúspide de la vida.

Continue Reading

You'll Also Like

7.7K 598 8
Todo comenzó con un gesto simple y un "Cuidado"; y terminó mágicamente con un bello "Cásate conmigo". -Adaptacion sin fines de lucro. - La historia n...
2K 179 16
Jeon Jung kook, heredero de los jeon al ver la muerte de su padre busca venganza con el asesino el mejor amigo de su padre, pero tendrá la sorpresa d...
1.7K 205 9
El hilo rojo los unió, pero solo ellos pueden romperlo. Inicio 18/12/23
1.3K 81 31
HEY! Se acuerdan de la escritora Yasmin_Himiko? si? Soy yo! Es que perdí mi otra cuenta y bueno...logré tenerla de vuelta, pero la continuaré acá, pa...