Me han vendado los ojos, estoy sentada en el piso con la espalda recargada en la pared, aún estoy atada con la diferencia que está vez me ataron las manos a la espalda pero sigo igual de débil, no perdí la consciencia en ningún momento pero me vendaron los ojos antes de poder saber donde estoy, huele a aceite, gasolina, tierra mojada y carne asada, puedo escuchar el chillar de la carne en el asador. Alguien habla por teléfono afuera, hablan de algo sobre darse prisa, las llantas de una camioneta hacen ruido cuando pasan por arriba de la tierra llena de piedras, el motor se apaga y bajan de ella.
Intercambian algunas palabras para después escuchar sus pisadas cada vez más cerca, una puerta de madera rechina, debe de estar vieja y casi cayéndose, el olor a perro invade mis fosas nasales, solo uno huele así, el otro huele como una persona normal, y con persona normal me refiero a las personas que me trajeron aquí.
La venda me es arrebatada de los ojos de un tirón, mi cabello cae sobre uno de mis ojos. Uno sigue con el pasamontañas, y hay un nuevo chico (el que huele a perro) es moreno, con el cabello negro como la noche y unos ojos amarillos, tienes un arete en una oreja.
-Es ella, ésta es la chica que andaba en nuestro territorio y la que busca el jefe.
-Dame la paga y te la llevas, es fácil volverla encontrar si se les pierde.
-Lo que quedamos en el acuerdo -sacó una bolsa de tela color café de adentro de su chaqueta, se la dio.
-Llevatela. -El moreno se agachó a mi altura sacó una navaja, ahogue un grito cuando parecía que me daría un navajaso.
La navaja no me dio a mí, le dio a las cuerdas que estaban en mis tobillos y piernas, en estos momentos odio traer el uniforme puesto, me tomo fuertemente por el brazo para levantarme, sigue con la navaja en la mano, hay un cuchillo clavado en la pared de madera, puedo cortar las cuerdas de mis muñecas con ayudo de alguno de esas dos cosas. Me jaló del brazo para llevarme con él, al pasar por el lado del otro sujeto lo patee en la rodilla, cayó sobre ellas, el moreno me da un jalón fuertemente para apartarme de él, le doy un cabezazo pero le da en la barbilla. Aflojó su agarre, pise su pie, me soltó, corrí hasta el cuchillo clavaban en la madera y contrabajo corte el lazo de mis muñecas.
El de el pasamontañas dirigió su rodilla hacia mí, la detuve con ambas manos, le golpee las costillas, saque el cuchillo de la madera y lo lance a dirección del chico moreno, lo tomo en el aire, agarre del cuello al del pasamontañas y lo empuje contra el otro chico, chocaron contra la pared, una tabla se rompió dejando un hueco, puedo caber por ahí y salir, por las aberturas pequeñas que hay entre cada tabla puedo ver qué hay arboles afuera. Ambos se levantan, el moreno tira un navajaso a mi dirección, me agacho y el filo pasa por encima de mi cabeza, otro poco más y me hace un corte de cabello. Le doy una patada en su parte baja. Cae de rodillas y pateó la cara, siento un pinchaso en la espalda, llevo mi mano ahí, otro más un poco más arriba.
El chico del pasamontañas se acerca a mi, me sostiene por los brazos, un dolor como si me estuvieran fracturado los huesos comenzó donde sentí los pinchazos.
-Te dije que la mantuvieras dormida. -Maldito idiota el que apareció.
El moreno se levanta y camina hacia nosotros, aún con el dolor cada vez peor me mantengo de pie aunque mis piernas tiemblan, el otro chico que llegó es el trozo que ayudó en mi secuestro, lanza una arma grande al piso, tiene dardos con algo verde floreciente en ello.
Pongo todas mis fuerzas en dirigir un brazo hacia la cabeza de quien me sujeta. Me toman por la cintura para cargarme sobre su hombro (el moreno). Jale el pasamontañas del chico, mi aliento se corto.
Con el dolor insoportable me moví como gusano para que me soltara poder matar a este imbécil...
Mi fuerza no se compara con el que me trae en su hombro, dejo de batallar.
Ahora debo escapar cuanto antes y buscar a alguien en especial.
JOULES.
-¡QUÉ TE QUEDE CLARO QUE TE BUSCARÉ POR CADA MALDITO RINCÓN Y CUÁNDO TE ENCUENTRE, TE PARTIRÉ EN PEQUEÑOS TROZOS Y ACABARÉ CONTIGO!.
Me metió en el asiento delantero de la camioneta y sacó de nuevo otra inyección, si siguen así van a matarme, le detuve la mano antes de que me la clavara en la pierna, el dolor de la espalda estaba pasando, no quiero más dolor por ahora.
-Dame una buena razón para no ponertela -dijo como si leyera mis pensamientos.
-Porque ahora no pienso en salir, me perdería más y me llevaría a mi muerte, creo que ya llegue al punto.
-Sólo porque dices la verdad, pero si llegas a cambiar de opinión y abres la maldita puerta yo mismo te asesinó en ese instante ¿entendiste?.
-Sólo escuche, bla, bla, bla. -Cerró la puerta de un portazo, entró del otro lado, encendió la camioneta y comenzó a andar.
No sé en que parte del bosque estamos, pero no dejo de ver árboles.
Llevo las manos sobre mi regazo, muevo los dedos intentando mover o quemar o hacerle algo a una de las tantas bolas de aluminio de comida rápida que están en el tablero, pero nada sale.
-Deja de hacer eso, no funciona, tus poderes están sedados -eso explica muchas cosas.
-¿Para qué me quieren?.
-Alguien te necesita.
Rodé los ojos, eso ya lo tenía claro.
Después de unos largos minutos nos detenemos donde hay una casa de madera, está en buen estado, hay ropa tendida en lazos que están atados de un árbol al otro, hay un círculo hecho con piedras y hay rastro de que hacen fogatas ahí, salen otras personas y se paran en la puerta de la entrada. La sangre me hiela cuando veo a alguien en especial. Will, hace unos minutos estaba tirado sangrando de la nariz.
No bajo de la camioneta, el chico se baja y cuando intenta abrir la puerta yo la detengo por dentro.
-No hagas esto aquí nena. -No le tomo importancia, Will dice algo a los demás y vuelven a entrar, se encamina a mi dirección, pongo el seguro de las puertas, me mira desde afuera.
Esos malditos ojos se siempre deja ver. Se queda plantado viendo desde afuera de la ventana, una ola de humo gris aparece y él se ha esfumado, me quedo mirando a la ventana para intentar verlo.
-Hola de nuevo, -me sobresalto con su voz en mi nuca- ¿me has extrañado?.
Quito el seguro y abro la puerta, me deja salir con tranquilidad, ni el moreno se inmuta a querer atraparme, un grito de dolor me pone los pelos de punta, reconozco ese grito. El grito para y unos segundos después se escucha peor.
Will baja de la camioneta.
-¿Qué quieres? Ya me has matado, te has burlado en mi cara casi me haces adicta a no sé que cosa y me hiciste convertirme en algo que no tengo idea de como tratar, dices ser mi sangre, dices que me quieres ayudar. ¿Quién eres en verdad?.
-Tu hermano, Caroline, ya te lo he dicho -otro grito me puso intranquila- ignora los gritos de un idiota, déjalos pasar, sólo quiero contarte la verdad de todo y como eres mi hermana necesito que me pases de tu poder lo antes posible, estoy muriendo, y tú eres la única que me puede ayudar, uso esta máscara porque mi piel se cae en pedazos algunas veces.
Se acercó a mí, quitó la máscara, es Ashley, pero no puede ser Ashley, simplemente no puede ser. Su piel se esta cayendo a pedazos como dijo, doy unos pasos hacia él, acaricio con delicadeza su mejilla y observo todo su rostro, es él, es su cabello, es su cuerpo... Me apartó con cuidado.
-¿No es más fácil sólo pedirlo? -me sonríe a medias.
-Nuestro padre me odia, finge que me ama pero no le creas, me ha estado usando para llevarle cosas. Te quiera matar. -Trago en seco al escuchar lo último- Perdona por decirlo así pero tienes que saberlo, él quiere lo mismo que tú madre, está buscándote ahora mismo y cuando te encuentre fingirá preocupación, una tan hipócrita -dijo con dolor- necesito contarte más cosas.
-¿Aquí estoy a salvo?.
-Más que eso. -Asintió. Me hizo uno movimiento con la cabeza para que continuará caminado.
Le seguí hasta la puerta... Que no crea que me quedaré aquí.
El moreno abrió la puerta, me reuse a entrar primero, lo deje a él, entre y y detrás viene Ashley... Me siento mejor ahora, ya no me siento tan cansada, observo entrar a Ashley y cuando está cerrando la puerta está se le regresa golpeándolo en la cara con una pala que estaba recargada en la pared, muevo mi mano de un lado hacia el otro y éste sigue el mismo ritmo, cae en una mesa llena de ollas, estas se cayeron haciendo demasiado ruido, ahora no solo el chico morenos apareció, sino también dos chicas y otro chico más, Ashley les hizo una señal para que o me hicieran nada.
-¿Qué te pasa Caroline? Soy tu hermano.
-Ashley ya m hubiera indultado por lanzarlo lejos. Ashley tiene los ojos verdes, no marrones. -Eso es algo de lo cual me acabo de dar cuenta.
Su risa psicópata, me hizo sentirme tan pequeña, tomé el picaporte de la puerta para salir corriendo cuanto antes, ése tal Ashley se levantó, sus ojos se tornaron rojos y negros al rededor, a un rostro se deformo y ahora parecía estar quemado con ácido.
-Si quieres jugar, entonces juguemos -con cada palabra que decía su boca se ensanchaba más, y mostraba sus dientes picudos, los demás desaparecieron, simplemenrense fueron como su fuera lo más normal del mundo verlo así.
Tengo claro que debo salir de aquí, pero no puedo dejar a Ashley gritando de dolor, me ha salvado muchas veces el trasero como para dejarlo aquí.
Mis pies dejan de tocar el piso y salgo disparada contra una pared, las tablas e rompen cuando impacto contra ellas, en realidad acabe con dos de las paredes me detuve en la tercera, me levanté de entre las tablas rotas. Una tabla rota se dirigió a mi cabeza, salte del otro lado, me resbale con las demás tablas.
La casa comenzó a incendiarse, principalmente las tablas que están rotas a mi alrededor, a nadie pareció importarle a que nadie salió asustado o algo así.
Crujido de algo trozandose se escuchó por todo el lugar. El techo se cayó en pedazos y un gran tronco cayó ahí arriba, me quede atorada entre los palos y el tronco, las llamas se acercan a mí cada vez más rápido, no las puedo sofocar, no puedo salir de aquí.
Otro grito grito más de dolor casi me rompe los tímpanos, debo ayudar a Ashley y estando aquí atorada no lo podré hacer, sus gritos siguen, lo están torturando y a angustia florece como una flor en primavera.
Cierro los ojos tratando de quitar el tronco, los gritos no paran pronto, el Ashley falso se acerca a mí.
-¡PARA, MALDITA SEA PARA YA! -ese grito fue la gota que derramó el vaso.
Me llegó un frío que se extendió en todo mi cuerpo algo así como agua llena de hielos vertida sobre mí, un fuerte viendo terriblemente helado termino con todo a su paso. La madera de las paredes crujió y salieron volando por todas partes, algunas estillas se clavaron en mi cuerpo, los cristales de las ventanas se quebraron, algunos gritaron preguntado qué pasaba. El tronco del se había partido por la mitad permitiéndome salir, me levanté, esto es un desastre, no se puede pasar sin que te claves una tabla afilada.
Con cada paso que doy mi pie se hunde entre la madera, los nervios de ni salir de aquí estoy temblando, algo toma mi tobillo de entre las tablas y lo jala, las tablas se van haciendo a un lado.
Grito de horror al ver al Ashley falso con la cara cayéndose a trozos como si se le derritiera, su mano quema en mi tobillo.
-¡CAROLINE!.
-¡¿ASHLEY, DÓNDE ESTÁS?!.
-¡SÓLO LÁRGATE EN CUANTO PUEDAS!.
Grite de dolor, me ha clavado un trozo de vidrio en la corva.
Patee su rostro con todas mis fuerzas, las cuales son casi nulas, pero sirvió para que aflojara demasiado su agarre. Todos los palos se dirigen hacia el, me suelta, lástima que no pueda hacer mucho, me levantó gruñendo y sin poder sostenerme de algo, el Ashley falso se levanta de la nada, puedo ver los huesos de un lado de sus rostro, me tropiezo al intentar caminar rápido, toma mi corva y la aprieta demasiado donde está el cristal aún, agarro su muñeca, no puedo con el dolor, es insoportable y me hace gritar, mi ropa se prende fuego pero no me quema, me suelta de inmediato, las llamas lo que están consumiendo e intenta apagarse con algo.
Tomo la pequeña punta que ha quedado del cristal y la jalo con mis dedos, quema cuando se resbala y el sacarlo se hace eterno, doy un último tirón y las llamas salen disparadas como una explosión, todo comienza a prenderse en llamas. Por no poder levantarme gateo hasta encontrar algo donde pueda ocultarme, hay una pared de cemento que no está dañada, me recargo en ella, la sangre salía a chorros pero la herida se está cerrando, no tan rápido como espero pero algo es algo, me sostenido de la pared y me levantó, cada vez que apoyo un poco el pie para dar un paso siento que un tubo caliente de hierro pasa desde la planta de mi pie hasta la pierna.
-¡Caroline! -Me giro hacía la voz de Ashley, está bañado en sangre, no trae camisa y tiene heridas por todo el cuerpo, están hechas con cuchillos, está todo golpeado, camina cojeando- ¿Qué te ha pasado? -me alejo antes de que llegue a mí- ¿qué pasa?.
-¿Cómo sé qué eres tú? -pongo una mano al frente.
-Porque soy perfecto, ahora dejaré de cosas y vámonos. -Pasa mi brazo por su hombro y su mano por mi cintura, su piel está toda pegajosa por el sudor.
-¡Iugh! estás sudado.
-Puedo detenerme a dar una ducha si quieres, para que estés más cómoda -est muy agitado.
-Buena idea. ¿Qué te estaban haciendo?.
-Luego te explico, ahora vámonos, los demás no nos molestaran.
-¿Dónde están? -Ashley ignoro por un momento mi pregunta.
-No podíamos quedarnos aquí, y sólo había una forma de hacerlo, ellos morían o lo hacía yo.
Preferí no seguir preguntando.
El cuerpo del Ashley falso estaba en un rincón con las llamas consumiéndolo.
Logramos salir de entre la casa en ruinas, una esfera de color plateado cayó al lado de la camioneta, Ashley se detuvo al ver que la bola parpadeaba, estamos a un metro de ella.
-¿Qué es eso? -le pregunte.
-No sé, parece... -la bola brillo aún más y se quedó así- Maldita sea.
La bola se abrió sacando polvos plateados por todos lados, Ashley me abrazó y se tiró al piso conmigo entre sus brazos, en ese instante la camioneta se prendió en llamas y explotó.