Capítulo 36 -•- Lo que tienes que hacer

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        Ferreol me sostuvo por ambos brazos y me sentó de nuevo en la silla, unas tipo esposa aparecieron al rededor de mis muñecas a cada lado de la silla.

        —¡Por tu culpa he matado a alguien, me han secuestrado y casi me han matado! —le grite con desprecio.

        —Pero estás bien, creí que esto sería peor, tu padre te quería viva y le di lo que pidió.

         —A costa de tu convencía... Creí que tú estabas de nuestra parte.

         —Por el pago sí, me fue muy bien, pero yo nunca creí que esto se pudiera hacer, hasta que llegó Ferrol ofreciendo más de lo que imagine, y nos dimos cuenta de que nos sirves de mucho.

         —Maldita perra.

         —¿Vas a seguir ofendiendo o nos dejaras terminar?

         —Usted no se meta —le dije al hombre.

          —Bien, entonces nos vamos y ya se enterará en el momento.

          —No —reconozco que perdí la dignidad al decirlo— me callaré, sigan.

          —Tú me darás dos hijos a Ferreol, aceleraremos el parto del primero con magia como he dicho anteriormente, una semana después estarás lista para volver a embarazarte, ése último nacerá el día de cumpleaños, ambos serán asesinados ese día —la mire sin creerlo, no haré eso.

          —¡Puedo morir, ni siquiera tengo la edad suficiente!

          —Las cosas no funcionan iguales para un vampiro que para un simple mortal, no morirás.

          —¡No quiero hacerlo! Me estás pidiendo que tenga dos hijos que al final de cuentas terminarán muertos, no, es inaceptable, serán solo dos pequeños que no tienen ni idea de la vida y no sabrán como defenderse, no.

          —Tú sola firmaste tu sentencia al decidir quedarte aquí, le darás esos hijos a Ferreol y tú le pasarás todos tus poderes a los niños, después mueren y ya —temo la respuesta de lo que estoy apunto de preguntar, me da miedo la respuesta.

           —¿Y todo esto como para qué?

           —Para recrear la profecía, la adelantaremos, solo haremos eso, nada más que eso, nada del otro mundo —aliso su vestido, me miró sonriente— no creímos que eso podría ser posible, pero ahora lo sabemos y sabemos que hacer.

          Vaya que ésta está más loca que yo y ni siquiera sé de qué profecía hablan.

        —Tenemos que hace un ritual, hay que dar una ofrenda, un niño común y corriente de la edad de 5 años, debe cumplir años el día en que tú y Ferrol... —se aclaró la garganta— bueno ya entendiste de que hablo, ese mismo día se hace el ritual y ambos tiene que beber de una poción que se hará con sangre del inocente.

         —¡Eso no funcionará, la profecía elije, no ustedes! Deben entender eso, ¿Es que acaso son estúpidos? Tendrán que esperar tiempo para poder hacerlo, la estúpida magia no funcionará, la magia no funciona con las profecías, éstas tienen que pasar. —Ya no encuentro una maldita forma de salir de aquí, ya no sé qué decir, no sé qué puedo inventar.

          —Te equivocas querida—dijo el hombre desconocido— la magia blanca tal vez no, la negra sí, el mal siempre triunfa y la magia negra es mal, así que todo está bien y así saldrá.

          —En una semana hacemos hacemos el ritual, ya tenemos el niño nos faltan pocas cosas pero sabemos dónde obtenerlas, no será un problema.

El bosque ll •Transformación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora