Capítulo 26 -•- Alguien es falso

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Me han vendado los ojos, estoy sentada en el piso con la espalda recargada en la pared, aún estoy atada con la diferencia que está vez me ataron las manos a la espalda pero sigo igual de débil, no perdí la consciencia en ningún momento pero me vendaron los ojos antes de poder saber donde estoy, huele a aceite, gasolina, tierra mojada y carne asada, puedo escuchar el chillar de la carne en el asador. Alguien habla por teléfono afuera, hablan de algo sobre darse prisa, las llantas de una camioneta hacen ruido cuando pasan por arriba de la tierra llena de piedras, el motor se apaga y bajan de ella.

Intercambian algunas palabras para después escuchar sus pisadas cada vez más cerca, una puerta de madera rechina, debe de estar vieja y casi cayéndose, el olor a perro invade mis fosas nasales, solo uno huele así, el otro huele como una persona normal, y con persona normal me refiero a las personas que me trajeron aquí.

La venda me es arrebatada de los ojos de un tirón, mi cabello cae sobre uno de mis ojos. Uno sigue con el pasamontañas, y hay un nuevo chico (el que huele a perro) es moreno, con el cabello negro como la noche y unos ojos amarillos, tienes un arete en una oreja.

-Es ella, ésta es la chica que andaba en nuestro territorio y la que busca el jefe.

-Dame la paga y te la llevas, es fácil volverla encontrar si se les pierde.

-Lo que quedamos en el acuerdo -sacó una bolsa de tela color café de adentro de su chaqueta, se la dio.

-Llevatela. -El moreno se agachó a mi altura sacó una navaja, ahogue un grito cuando parecía que me daría un navajaso.

La navaja no me dio a mí, le dio a las cuerdas que estaban en mis tobillos y piernas, en estos momentos odio traer el uniforme puesto, me tomo fuertemente por el brazo para levantarme, sigue con la navaja en la mano, hay un cuchillo clavado en la pared de madera, puedo cortar las cuerdas de mis muñecas con ayudo de alguno de esas dos cosas. Me jaló del brazo para llevarme con él, al pasar por el lado del otro sujeto lo patee en la rodilla, cayó sobre ellas, el moreno me da un jalón fuertemente para apartarme de él, le doy un cabezazo pero le da en la barbilla. Aflojó su agarre, pise su pie, me soltó, corrí hasta el cuchillo clavaban en la madera y contrabajo corte el lazo de mis muñecas.

El de el pasamontañas dirigió su rodilla hacia mí, la detuve con ambas manos, le golpee las costillas, saque el cuchillo de la madera y lo lance a dirección del chico moreno, lo tomo en el aire, agarre del cuello al del pasamontañas y lo empuje contra el otro chico, chocaron contra la pared, una tabla se rompió dejando un hueco, puedo caber por ahí y salir, por las aberturas pequeñas que hay entre cada tabla puedo ver qué hay arboles afuera. Ambos se levantan, el moreno tira un navajaso a mi dirección, me agacho y el filo pasa por encima de mi cabeza, otro poco más y me hace un corte de cabello. Le doy una patada en su parte baja. Cae de rodillas y pateó la cara, siento un pinchaso en la espalda, llevo mi mano ahí, otro más un poco más arriba.

El chico del pasamontañas se acerca a mi, me sostiene por los brazos, un dolor como si me estuvieran fracturado los huesos comenzó donde sentí los pinchazos.

-Te dije que la mantuvieras dormida. -Maldito idiota el que apareció.

El moreno se levanta y camina hacia nosotros, aún con el dolor cada vez peor me mantengo de pie aunque mis piernas tiemblan, el otro chico que llegó es el trozo que ayudó en mi secuestro, lanza una arma grande al piso, tiene dardos con algo verde floreciente en ello.

Pongo todas mis fuerzas en dirigir un brazo hacia la cabeza de quien me sujeta. Me toman por la cintura para cargarme sobre su hombro (el moreno). Jale el pasamontañas del chico, mi aliento se corto.

El bosque ll •Transformación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora