Capítulo 51 -•- Confusión

230 40 2
                                    

        Apenas estoy consciente, solo falta poco para que deje este mundo, pongo la mayor fuerza en poner mis manos en las de él para evitar que termine con mi vida pero de nada sirve, mis fuerzas son casi nulas.

        Un cuchillo se le clavó en su cuello, gracias a ello me soltó.

       Caí de sentón tomando bocanadas de aire a más no poder. Después de tanto tiempo escucho y siento mi corazón latir rápidamente y por tan solo unos segundos, lo dejo de escuchar nuevamente. Me limpió la boca y veo a Antonio con la mano tendida hacia mí, la tomo y me ayuda a levantarme.

       —¿Qué haces aquí?

       —Necestaba saber que estabas bien después de que has salido corriendo hacia acá.

       El enmascarado se levantó, llegue hasta él y jale la máscara, la piel se quedo pegada en la máscara dejando en su rostro solo en putrefacción con gusanos saliendo como cascada, desprendió un terrible olor provocándonos arcadas, el cuerpo cayó y se hizo polvo.

        —Gracias... —le dije con gran dificultad y sin mirarlo.

        Me dirigí hacia donde está Michael con Antonio pisandome los talones.

       Me ayudó a llevar a Michael a mi casa.

       Mi padre lo llevó a mi habitación para hacerlo despertar y asegurarse de que estaba bien, Antonio no quería irse pero mi padre lo convenció de que lo hiciera.

       Estoy junto a la ventana del piso de abajo mirando hacia la calle con un taza de té entre mis manos, Ivan se acercó quedando a mi lado.

        —¿Por qué estás llena de sangre del pecho y tú camisa está rota?

        —Intentaron sacarme el corazón Ivan —lo miré, le di un sorbo a mi té y continúe—: ¿Qué esperabas? ¿Que tuviera flores? —aún sigo con la ropa mojada, sucia y manchada de sangre.

       —Tal vez —se encogió de hombros, quitó mi té de entre mis manos y le dio un largo sorbo—. Hiciste bien en golpearlo —me regreso la taza.

        —No, no lo hice, él debía morir, debí matarlo.

         —¿Y por qué no lo hiciste si tanto lo deseabas? —dijo de manera obvia.

         —¿No te ha pasado que quieres hacer o tener algo y por más que lo desees no lo puedes tener o hacer? —miró hacia la ventana con melancolía y asintió— bueno, pues eso pasó. —Frució el ceño y me miró

        —¿Tú... Tú, Caroline, no pudiste con él? Era simple, solo le arrancas el corazón así como él quiso hacerlo contigo, simple, fácil y hermoso, debo decir que esperaba más de ti.

        —¿Y cómo se supone que puedo arrancar algo que no tiene?

        —¿Cómo dices? —preguntó sorprendido.

         —Como escuchaste, no tiene corazón y reaccione demasiado tarde como para arrancarle la cabeza... Está vacío, está hueco, no sé cómo explicarlo, pero... ¿Cómo puede seguir con vida alguien que no tiene corazón?

        —Eso no es posible...

        —Michael está bien —dijo Dante, lo miramos— sé que estoy muy guapo y todo, pero ¿por qué me miran así? Eso sólo significa algo ¿qué se traen entre manos? —se acercó más a nosotros.

        —El enmascarado no tiene corazón... —Dante sonrió y no dejó que Ivan terminara.

        —Oh, que curioso, como Caroline! ¿No serán familia? —lo mire mal.

El bosque ll •Transformación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora