Cuando se trata de los Estados Unidos de America, Nueva Orleans es una ciudad como ninguna otra. Cercana a celebrar trescientos años, es más vieja que la nación a la que pertenece, para empezar. Con una historia que fusiona de manera efectiva la cultura española, francesa y africana en una mezcla perfecta, es la cuna de música que definió el particular sabor norteamericano, regaló una cocina única al mundo y cuenta con suficientes leyendas como para mantenernos desvelados por más de una noche.
Tendremos tiempo de sazonar crustáceos y escuchar jazz más tarde. Después de todo, para los amigos de esta página, solo hay un tema central: los vampiros. Y tenemos bastante que contarles.
Vampiros. Personajes míticos que representan, más que cualquier otro monstruo, el exceso y la decadencia. Inmortales atraídos a una ciudad con una reverencia por la muerte tan arraigada, como su actitud positiva ante la vida. Es fácil imaginarles, protagonistas en un acto de equilibrio cuidadosamente orquestado, que incluye una plétora de entidades espirituales, deidades, e incluso humanos que se han hecho poderosos a través de la magia propia de la Ciudad Creciente.
En definitiva, combustible para historias.
Con una reputación como una de las principales ciudades embrujadas en Estados Unidos, los vampiros de Nueva Orleans se basan en algo más que ficción. La ciudad ha acogido a un número de residentes que son mal entendidos en el mejor de los casos, siniestros en el peor.
¡Estamos hablando de vampiros reales! O eso al menos, aseguran los locales. Veamos lo que encontramos en las calles del Barrio Francés.
Las chicas del ataúd (Casket Girls):
Esta historia se remonta a tiempos coloniales bajo la bandera Francesa. Al parecer, franceses no pusieron mucho esfuerzo en enviar lo mejor de lo mejor para habitar Nueva Orleans. Al igual que en muchas colonias tempranas en las Américas, enviaron a las personas prescindibles: convictos, prostitutas, y aquellos que pagarían sus deudas con servidumbre. Ese no fue el caso con las chicas, y eso solo las convirtió en el centro de la atención de la ciudad.
Se dice que las Chicas del Ataúd eran mujeres jóvenes enviadas desde Francia para casarse con... bueno, los colonos más decentes. Tanto su identidad como sus ciudades de origen estaban envueltas en el misterio. Una cosa en particular atrapó la imaginación de la ciudad. Las chicas desembarcaron con todas sus pertenencias contenidas en un "ataúd", una caja rectangular en donde contenían elementos esenciales.
Tomen en consideración un viaje a través del Atlántico y la mayoría del tiempo bajo cubierta (lejos de las miradas indiscretas de los miembros de la tripulación) hizo que las jóvenes se presentaran extremadamente pálidas en apariencia. Algunas de ellas podrían haber estado expuestas a enfermedades y deterioro físico. A su llegada, no tuvieron mucho tiempo para recuperarse, ya que fueron puestas a cargo de las monjas Ursulinas. Sus "ataúdes" fueron acomodados en el ático del tercer piso, para salvaguardar las posesiones que estas jóvenes añadirían a su hogar en América.
El ático estaba protegido, o al menos eso dicen, con ventanas cerradas con tornillos benditos. Se dice que una vieja costumbre francesa exige que al menos una ventana sea cerrada, para mantener a raya el mal. Se puede entender cómo todo esto podría haber provocado una ola de sospechas en una ciudad en la que, a raíz de la llegada de estas damas, las tasas de mortalidad se dispararon, especialmente entre los niños ...
(Detalle del ático del convento de Ursulinas)
Las chicas del ataúd han sido vindicadas a su tiempo. Se descubrió que ese aumento en las muertes relacionado con su llegada estaba ligado a una epidemia que afectaba a los más débiles de la ciudad -niños y ancianos-, los ataúdes, nada más que el equivalente francés de una bolsa de fin de semana. ¿Las ventanas reforzadas en el ático? Protección rudimentaria contra huracanes. Se supone que el diseño permitía abrir y cerrar para proveer circulación del aire, y evitar daños estructurales.
Eran humanas, evidentemente. Algunos de los locales incluso pueden trazar su ascendencia a una de las famosas Chicas del Ataúd, las madres fundadoras de la Nueva Orleans moderna.
Y, sin embargo, hay historias que insisten en que no todas las chicas fueron entregadas en matrimonio. Algunas aún se mantienen encerradas en el ático de las Ursulinas, tras desvelarse como inmortales e imposibles de eliminar. Esperan, duermen ... y de vez en cuando, esas ventanas se abren, y como fina bruma, las chicas caminan las calles del Barrio Francés con pisadas que apenas tocan el suelo. Una noche al año se alimentan, antes de ser obligados a regresar a su prisión eterna, con el primer rayo de sol.
Los hermanos Carter
La década de 1930 trajo un cambio económico para la ciudad, ya que una afluencia de trabajadores vino en busca de oportunidades de trabajo en el puerto.
Fueron recibidos con los brazos abiertos. Nueva Orleans siempre ha sido amable con los extraños. Y no hubo nadie tan amable como los hermanos Carter, John y Wayne.
Estos hermanos trabajaban en el puerto, tirando de barcazas. Vivían en una casa sin pretensiones en la esquina de las calles Royal y St. Anne. Eran tipos silenciosos, no se metían con nadie. No se les conocía vicio de tabaco, botella o apuesta. Sin embargo, entretuvieron un vicio significativo que se mantuvo fácilmente en una ciudad que veía a la gente ir y venir todo el tiempo.
(Detalle del segundo piso de los apartamentos de Royal y Saint Anne)
Los Carter se ocuparon de sus asuntos hasta que un día, una joven apareció en los escalones del cuartel de policía. Sus muñecas exhibían cortes, aunque no lo suficientemente profundos para desangrarla por completo. Su ropa hecha jirones tenía manchas de sangre que ella testificó que eran suyas.
La joven afirmó que los hermanos la mantuvieron prisionera, junto con un número no revelado de personas que los usaron como "bolsas de sangre". Los hermanos desangraban sus víctimas lentamente, consumiéndolos trago a trago, hasta terminar con sus vidas.
Al llegar a la escena, la policía encontró a variad personas cautivas y en una habitación anexa, catorce cuerpos completamente desangrados.
Los hermanos fueron arrestados y ejecutados, para luego ser enterrados en una de las famosas tumbas abovedadas de la ciudad.
Las tumbas abovedadas garantizan espacio para varias generaciones en una familia, ya que a su tiempo, los restos de un ser querido se depositan en el compartimento inferior de la estructura, lo que abre espacio para los recién fallecidos.
Se dice que años después, tras la muerte de otro miembro de la familia Carter, se abrió la tumba para encontrar que los hermanos habían desaparecidos ...
Como aclaración, es bastante fácil entrar en una tumba abovedada. Incluso hoy, la ciudad tiene un problema cuando se trata del robo de restos humanos. Pudo haber sido un fanático enloquecido, o alguien que actuaba en nombre de las víctimas, pensando que el sueño pacífico de la muerte no era algo que los Carter merecieran.
Y sin embargo ... hasta el día de hoy, especialmente alrededor de Mardi Gras, hay gente que jura haber visto a dos hombres mirando desde el balcón de Saint Anne y Royal, siguiendo el interminable flujo de extraños, antes de desaparecer en fino aire.
Jacques Saint Germain:
¿Y qué es un buen rumor de vampiros sin un misterioso y decadente aristócrata? Presentamos, para du consideración, al Conde Saint Germain de Nueva Orleans.
Todos conocen a Saint Germain, el aristócrata francés del siglo XVIII, con una inclinación por la alquimia y el ocultismo. Era un hombre curioso, dispuesto a gastar una buena parte de su fortuna en la búsqueda de la vida eterna, o al menos mantener la apariencia de la juventud. Estas historias de obsesión tienden a brillar por encima de su patrocinio de las artes, sus suntuosas fiestas, su facilidad para los idiomas y otras travesuras interesantes. Digámoslo antes de continuar: el Conde era un hombre del Renacimiento, o un maestro del todo un poco, si queremos mantenerlo justo entre nosotros.
La vida y la época del Conde Saint Germain fueron lo suficientemente interesantes.
Sin embargo, avancemos un poco más de un siglo después de la muerte del bien conocido aristócrata francés, y Nueva Orleans recibe a otro personaje colorido que decide establecer un hogar en el Barrio Francés. Un hombre que se conoce con el nombre de Jacques Saint Germain.
Tenía mucho en común con el conde. El amor por el exceso le hizo comprar una de las propiedades más bellas del barrio, la casa de Royal y Ursulinas.
(La casa de Royal y Ursulinas)
A partir de ese momento, la casa se convierte en central de la fiesta. Los invitados entraban y salían como querían. Su anfitrión, amable y eficiente, se abstenía de participar de las fastuosas cenas ordenadas desde los más finos restaurantes. Si acaso, solo bebía una copa de vino.
De vez en cuando alguien hacía un comentario sobre la apariencia del hombre y cuánto se asemejaba al legendario alquimista. Jacques Saint Germain se complacía en seguirles el juego, con una que otra anécdota histórica.
A pesar de ser un hombre adinerado, su amor por una buena fiesta y los antros de jazz de la calle Bourbon le impidieron ser aceptado socialmente, por lo que mantuvo su propia agenda, invitando a todo tipo de personajes de dudosa reputación a sus fiestas.
En una noche fatídica, una joven fue invitada a la casa de Royal sin chaperón y ella aceptó. Muy pronto, la promesa de una cena romántica a la luz de las velas se convirtió en una pesadilla cuando la joven descubrió que era, sin duda, el plato fuerte.
Saint Germain la atacó con fuerza y velocidad inesperadas, inmovilizándola sobre una mesa en una habitación reservada en el segundo piso, donde la mordió en el cuello con saña.
La joven pudo escapar del ataque y esclava del miedo, saltó de la segunda planta de la casa a la calle, fracturándose ambas piernas. Sus gritos de dolor y la gente en la calle llamaron el incidente a la atención de la policía. Saint Germain insistió en que se la joven simplemente estaba alucinando por estar bebida, e incluso estuvo de acuerdo con que la policía ingresara a la residencia.
Entraron en la casa, solo para descubrir que había habido una lucha en la habitación, como indicó la mujer y que el mantel mostraba manchas de sangre fresca y otras acumuladas con El Paso del tiempo. Mientras buscaban, también descubrieron que no había rastros de comida en la casa, nada apto para el consumo humano. Ni siquiera cubiertos o platos. Lo que encontraron fueron varias botellas de vino ... con sangre humana.
Saint Germain? En un caso de negligencia de la policía o tal vez el glamour de un vampiro, el hombre desapareció debajo de sus narices, para no ser visto nunca más.
Hoy la casa ha sido vendida a nuevos propietarios, que mantienen a la gente curiosa a raya con gruesas cortinas.
Les aseguro que los corrientes habitantes son completamente humanos. Después de todo, me quedé junto a su casa en Ursulinas, mientras hacía una investigación para este artículo.
En seis noches, no puedo decir que hubo un vampiro a la vista. Eso sí, con su impresionante fachada de ladrillo y magníficas lámparas de gas, la casa de Royal y Ursulinas es quizás, la residencia más fotografiada del barrio francés, dotada de su propia magia.
En resumidas cuentas, pasamos un buen rato en Nueva Orleans. Fue divertido imaginar que mientras caminábamos por esas calles y charlábamos con uno que otro que pudiese darnos un dato, mientras tomábamos café francés... alguien podría haber estado al acecho en las sombras, ansioso por dejar las cosas claras.
¡Siempre es un placer compartir una aventura con ustedes, amigos de la Cripta y el Campanario!
Mientras, déjenos saber... ¿Hay alguna leyenda de vampiros particular en su ciudad? ¿Han visitado Nueva Orleans? ¿Conocen de alguna buena novela, película o serie de vampiros que se desarrolle en dicha ciudad? Queremos escuchar lo que tienen que decir.
Hasta la próxima,
-Lynn