España saca a los Perros

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FallenAudrine nos ha dado la misión que hasta ahora hemos encontrado más difícil. Señores, en España, aparentemente no hay vampiros. No como estamos acostumbrados a conocerles en el folclore regular.

Lo lamento, pero no tengo elegantes caballeros y atrayentes damas de cabello oscuro y miradas profundas. Es una pena, porque con lo "majos" que son los españoles, de seguro harían vampiros guapísimos. Pero de nada nos vales quedarnos supirando por lo que se nos escapa de las manos.

En España los vampiros vienen en un paquete que incluye aullidos aterradores que viajan con el viento.

Para encontrar nuestra criatura nocturna con sabor a Iberia tenemos que viajar a la provincia de Tarragona. Allí encontramos los "dips". ¿Que ese nombre no impresiona?
¿Que suena a salsa espesa donde mojar su alimento favorito? Denme un par de minutos a ver si los convenzo de lo contrario.

Los dip son sabuesos infernales, conjurados desde las entrañas del propio Averno. Imagine algo parecido a los perros de Hécate, pero privados de una mano que les controle. Celosamente territoriales, en un tiempo su leyenda estuvo tan difundida que la municipalidad de Pratdip (Prado de los dips) les debe su nombre. Aquí hago un alto para decir, bravo por los catalanes que enfrentan sus propios miedos poniendo el peor de sus demonios en el escudo del pueblo (vean la foto en multimedia).

Los dips eran particularmente viciosos, atacando tanto a humanos como ganado, mas sin embargo no consumían la carne de sus víctimas; se limitaban a drenarles hasta la última gota de sangre. ¿Qué diferencia a dip de cualquier otro perro vicioso? Se preguntarán, estimados lectores.

El hecho de que estos animalitos tienen tal afinidad con las sombras que muchas veces se hacían invisibles y sus víctimas no notaban su presencia hasta encontrarse inevitablemente frente al refulgir carmesí de sus ojos. A pesar de ser rápidos a la hora de acechar, también se dice que estos perros infernales contaban con una pata más corta que las demás, o a veces simplemente se manifestaban con tres patas. ¿Quien dijo que donde hay voluntad no se consigue gloria? A la hora de hacer correr a los vecinos de la comarca, la ausencia de patas o el caminar cojo no impedían para nada.

La desaparición de los dips en las tierras ibéricas, se atribuye, según la leyenda a una intervención divina. Se dice que la propia Virgen tuvo que recoger a los canes a buen vivir, devolviéndoles al infierno donde pertenecen. Aquellos rebeldes que decidieron no volver a las "pailas" quedaron convertidos en piedra.

Los dips son perros, muy cierto; pero eso no detuvo al escritor catalán Joan Perucho de dotarles de una apariencia humana. Esta leyenda inspiró su novela "Las Historias Naturales" (1960), cuyo protagonista es Onofre de Dip ( muy disimulado el tío). De Dip, en este caso es un vampiro cambia formas, ente las cuales se encuentra, por supuesto, el temido can.

Lo que indica que a la hora de escribir vampiros, si no los hay, siempre habrá una nota folclórica que, con ayuda de la imaginación, los re-invente en el teclado.

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Como siempre, si quieren que vayamos a cazar vampiros a su tierra natal, déjenos su país en los comentarios. ¿Qué opinan de los dips? ¿No suenan como maravillosas mascotas para un vampiro siniestro?

Criaturas NocturnasWhere stories live. Discover now