Yara-ma-yha-who (Vampiros de Australia)

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Hasta ahora, este vampiro tiene el dudoso honor de poseer el nombre más complicado en nuestra lista. Sin embargo, eso no es lo único que lo hace curioso. Esta criatura, cuyo origen se traza a leyendas aborígenes, parece ser completamente inofensivo. Es, después de todo, una monada levemente antropomórfica con una gran cabeza y nada de dientes. Se caracteriza por ser extremadamente lento y colgar entre las ramas de las higueras. No es necesariamente la descripción de un fiero depredador. Sin embargo, a la hora de comer, las cosas no son tan risibles.

Desdentado y perezoso, el Yara no es un gran cazador. Lo que carce en destreza, gana en paciencia y puede pasar días enteros apostado entre las ramas, esperando la llegada de algún humano amante de los higos que se cruce en su camino. Es allí donde apresa a su víctima en un abrazo  y procede a succionar la sangre a través de unos chupones que revisten sus extremidades. Una  vez la víctima está inconsciente por falta de sangre, el Yara se traga su presa y se provoca vomitar una y otra vez hasta que sus jugos gástricos y uno que otro truco, convierte a su víctima en otro Yara.

En este caso, usted no es lo que come, si no lo que se lo come.

De acuerdo a las historias que acompañan a estos seres, los Yaras solo atacan criaturas vivas. Así que, si la víctima se mantiene templada de nervio y logra pretender estar muerto desde el momento del ataque hasta que caiga el sol (los Yaras son cazadores diurnos), el vampiro se mostrará desinteresado. La víctima solo quedará con el recuerdo de un par de chupaditas amorosas.

Criaturas NocturnasWhere stories live. Discover now