MI RUBIA

By CarrieKneaps

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Él había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMEN... More

Prólogo
La promesa: Rubias no
Capítulo Uno: Es Rubia
Capítulo Dos: Nube
Capítulo Tres: Tal vez la chica ya ha llegado.
Capítulo Cuatro: Está fuera del mercado.
Capítulo Cinco: Nube, jamás te dejaría caer.
...
Capítulo Seis: "No la mires"
Capítulos Siete: Entonces...¿Ella te gusta?
Capítulo Ocho: Coqui
Capítulo Nueve: Apariciones Inesperadas
Capítulo Diez: Decepciones silenciadas
Capítulo Once: Encuentros
Capítulo Doce: Problemas
Capítulo Trece: Decirle que te gusta
Capítulo Catorce: "No importa el nombre, importa ella"
Capítulo Quince: Choques
Capítulo Dieciséis: Luchar
Capítulo Diecisiete: Emergencia
Capítulo Dieciocho: Dios
Capítulo Diecinueve: Miedo
Capítulo Veinte: Noticia
Capítulo Veintiuno: Mentirosa
Capítulo Veintidós: Locura
Capítulo Veinticuatro: Plan
P A L A B R A S
Capítulo Veinticinco: Azul
Capítulo Veintiséis: Poder de convencimiento
Capítulo Veintisiete: Plan en marcha
Capítulo Veintiocho: Sorpresa
Capítulo Veintinueve: Amor
Capítulo Treinta: Suya.
Capítulo Treinta y uno: Golpes
Capítulo Treinta y Dos: Malas amistades
Capítulo Treinta y tres: La final
Capítulo Treinta y cuatro: Siete días
Capítulo Treinta y Cinco: Confusión.
Capítulo Treinta y Seis: Ausencia
Capítulo Treinta y Siete: Café
Capítulo Treinta y Ocho: Familia.
Capítulo Treinta y Nueve: Cambio de planes
Capítulo Cuarenta: Cruda realidad
Capítulo Cuarenta y Uno: Pequeña visita
Capítulo Cuarenta y Dos: Secretos
Capítulo Cuarenta y Tres: Futuro
Capítulo Cuarenta y Cuatro: Segundo adiós
Cuarenta y Cinco: Volviendo a la normalidad
Capítulo Cuarenta y Seis: Esperando
Capítulo Cuarenta y Siete: Triunfos y reuniones
Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca
Capítulo Cuarenta y Nueve: Al descubierto
Capítulo Cincuenta: Puñalada
Capítulo Cincuenta y Uno: Sin noticias

Capítulo Veintitrés: Decisión

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By CarrieKneaps

ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO TIENE CONTENIDO ADULTO, LEER BAJO RESPONSABILIDAD PROPIA DESPUÉS DE ESTE AVISO.

Capítulo Veintitrés: Decisión.

— ¿Qué? —Preguntó Sky estupefacta por lo que acababa de decirle.

Axel echó un bufido al aire mirando a otro lado de la habitación.

—Es que... mamá se ha sacrificado demasiado para pagarme la carrera y sé que yo también he ayudado pero, es como si no valorara todo lo que ella ha hecho por mí. — Explicó.

Sky se acercó a él.

—Seguro tú mamá diría que la dejarás. — Axel asintió.

—Lo sé, y es lo que más me duele, ella lo haría y yo sería un maldito egoísta por no valorarlo. — Negó con la cabeza. —  Entiendes que ella se trasnocha todos los días por mi hermano y por mí, ¿No?— La miro. — Tantas veces que he dejado de comer porque ya no alcanza la comida para los tres, porque el sueldo de una enfermera es una maldita miseria. — Dijo con rabia.

A Sky se le aguaron los ojos de escucharlo, ahora su familia no parecía mal económicamente pero ella no sabía cómo habían estado antes, ella hasta ahora conocía una fracción de esa hermosa familia.

—Pero es tú sueño, confía en ti por favor. —Rogó ella soltando una lágrima. — Sé que lo harás y qué te volverás el mejor, tanto así que todo el mundo deseará conocerte, ganarás dinero y así podrás darle la vida que merece tú familia. — Se recostó junto a él. — Todos confiamos en ti, ¿Por qué tú no?

Axel quedó en silencio después de todo lo que acababa de decirle Sky, era como si de la boca de esa chica solo salieran cosas lindas. Axel la miró por fin, pudo ver los ojos celestes totalmente cristalizados y eso le rompió el corazón.

—No llores, amor. — Dijo suave dándole un leve beso en la cabeza.

Ella lo miró.

—Te desvaloras tanto que no te das cuenta de que eres una de las mejores personas que puede existir. — Sky parecía estarse desahogando. —Quiero que te ames, tanto como todos lo hacemos. — Pidió.

Axel notó entonces que en realidad estaba comenzando a enamorarse de esa chica y que sí o sí, era ella, porque si no, no sabría quién es la indicada.

—Sí ustedes están bien, igual yo. — Dijo suave mirándola con cariño.

Ella busco una de sus manos y la entrelazó con la de él.

— ¿Y yo qué? —Preguntó ella. — ¿Crees que estoy bien con que me digas que vas a dejar de luchar? — Ella negó mientras lo miraba. —No puedes hacerte eso.

Axel dudó, amaba las luchas eso era cierto, años de práctica y de sacrificio.

—Ya no entrenaría con Dogg, tendría que irme del gimnasio para ir a otro nuevo, viajaría tanto al principio que descuidaría a mi familia, a mis amigos...a ti. — Poso sus ojos esmeraldas en el cielo de ella.

—Yo cuidare bien de tú familia cuando no estés, y también de los idiotas. —Sonrió. —No siempre ibas a estar con Dogg y lo sabes. Todo cambia, podrás irte con miles de entrenadores nuevos pero Dogg siempre será el que confió en ti desde un primer momento y todo lo bueno que pase se lo deberás a él. — Ella subió la mano que tenía en el pecho del chico y le acarició el rostro.  — Sé que tienes miedo. —Le susurró, Axel sabía que lo había leído, por completo. — Y tenerlo está bien, pero lo que está mal es no enfrentarlo. Puedes hacerlo, estoy segurísima de ello.

Axel respiró hondo.

—Está bien. — Aceptó finalmente. — Le diré a Frank que sí.

El rostro de Sky se iluminó mientras se levantaba para mirarlo.

— ¿Enserio?  — Preguntó emocionada. Axel asintió con una sonrisa. — ¡Sí!, Vas a ver qué serás el mejor, te adoraran. — Dijo emocionada

Axel soltó una risa al ver que la chica estaba más emocionada que él. No se demoró en verse envuelto en un abrazo inesperado por parte de la chica que tenía a su lado, el con gusto la recibió mientras le comenzaba a acariciar.

—Lo que pasa es que yo te tengo fe. — Explicó la chica. — Y sé que algún día te darás cuenta de que yo tenía razón, tú naciste para luchar. — Casi prometió.

— ¿Estás segura de eso? ¿De qué nací para luchar? — Preguntó él, mirándola con intensidad.

Ella asintió de inmediato.

—Absolutamente. — Él le llevó su mano a la cara de la rubia y la atrajo hacía la de él para dejar un delicado beso que le removió los huesos.

Ella se acomodo en el pecho de él y se quedó ahí escuchando el corazón del chico latirle en el oído, escucharlo le daba tanta tranquilidad y la relajaba mucho, al punto en el que prácticamente la arrullaba.

—Sky. — Llamó el chico, ella hizo un sonido con la boca para hacerle entender que lo escuchaba. — Déjame levantarme cielo.

Ella hizó un movimiento con sus piernas echándoselas encima, como si quisiera aferrarse más a él. El pecho de Axel vibro al ver la acción de la rubia.

—Bebé, acaba de llegar la pizza. — Explicó Axel removiéndola un poco. —Créeme que prefiero quedarme así pero sé que tienes hambre y no voy a dejar que te duermas sin comer.

Ella medio abrió los ojos mirándolo desde abajo.

— ¿Cómo que ya llegó? — Preguntó desconcertada.

Él volvió a sonreír mirándola adormilada, se veía absolutamente tierna.

—Dormiste quince minutos. —Dijo el tomándola por sorpresa, ni se había dado cuenta en que momento se había dormido.

— ¿Ah sí? — Preguntó desconcertada.

—Sí, y el señor de la pizza está afuera. — Empezó a zafarse del agarre de la ojiazul. — No me demoraré nada, tranquila.

Con eso, ella lo dejo ir, él le dejo un rápido beso en la cabeza antes de coger su billetera y salir de la habitación. Sky sonrío, se sentía como hace mucho no lo hacía, se sentía en casa.





—No puedo creer que apenas te llegó el olor del pepperoni el sueño se te quitó de repente. — Axel negó con la cabeza.

Sky tenía un moño mal hecho, pues apenas Axel cruzó el umbral de la habitación ella le arrebató la caja de comida de las manos y sin esperar cogió el primer trozo que se le apareció en frente. Axel al ver que estaba despeinada le recogió el cabello para que no se lo untase de salsa de pizza; digamos que no había sido el mejor recogido pero funcionaba. 

Ahora el la veía comer como si no hubiera mañana.

—Me he estado controlando estos últimos días porque no he hecho mucho ejercicio, y creo que engordé, no puedo engordar, se supone que soy modelo. — Dijo metiéndose otro pedazo a la boca.

—A mí me gusta cómo estás. — Admitió el tranquilo mientras bebía un poco de agua.

Sky bufó.

—Sí bueno, creo que los jueces del concurso no piensan lo mismo.

Axel vio que ella en realidad hablaba en serio, así que se le acercó mientras dejaba medio pedazo de pizza en la caja. Se sentó frente a ella y quitó unos mechones rubios rebeldes que le atravesaban la cara. Ella lo miraba mientras masticaba.

—Estás perfecta, no sé de qué hablas. —Dijo suave acariciándole el cabello.

Ella sonrió de medio lado y pasó lo que tenía en la boca.

—Gracias Ax. — Le dio un leve pico. —Pero de todas maneras ya me inscribí al gimnasio, haré tres horas de ejercicio diarias. —Avisó.

Axel quiso decir algo pero sabía que llevarle la contraría era algo imposible, de todas maneras no es que fuera malo, simplemente pensaba que no era necesario.

―Como quieras, nube. ― Se encogió de hombros restándole importancia.

Ella lo miró curiosa.

― ¿Estás molesto? ― Preguntó dudosa.

El negó sonriéndole.

―No, Sky, solo me parece que no lo necesitas pero si tú quieres hacerlo no me pondré en tú contra. ― Le explicó.

Ella ladeó la cabeza.

―Va a sonar feo, pero en este momento mi cuerpo es mi trabajo, ¿Entiendes?, así como tú tienes que entrenar muchas horas para tener nivel yo debo entrenar para mantener mi cuerpo. ―Comparo.

Axel se lo pensó, ella tenía razón, prácticamente ella vendía su cuerpo a los jurados y  si a ellos les gustaba, lo compraban, lo cual significaría que pasaba a otra etapa. Nunca antes le había dado incomodidad saber que prácticamente, todo el equipo de ese concurso le conocía el cuerpo a su rubia. Pero no podía hacer nada, era su trabajo.

―Sí, creo que te entiendo. ― El asintió. ―Tranquila, que te apoyaré en todo siempre, ¿Bien?― Eso derritió el corazón de la chica.

Tiró la pizza que tenía en la mano a la caja y se lanzó a él juntando los labios de ella con los del rubio. Por alguna razón se sentía más cómoda esa noche, estaba más cariñosa definitivamente pues casi siempre el tierno era Axel, pero esa noche, los papeles se invertían un poc, pues Axel seguía siendo él.

―Te quiero, te quiero, te quiero. ― Dijo ella encima del los labios de él. ― Mucho.

Este sonrió dándole otro beso.

―Yo también te quiero, nube, como no tienes idea. ― Confesó mirándola con adoración. ― Ya no sé qué haría sin ti.

Ella volvió al ruedo y lo besó con intensidad pegándose a él. Axel pasó sus manos por la cintura de ella apretándolo, Sky de inmediato se acomodó encima de él, quedando a horcadas del chico. Este al sentirla así de cerca bajo sus manos hasta el culo de la chica y lo apretó. Sky gimió al sentirlo, pues ella alcanzaba a sentir la creciente erección que aparecía en el pantalón del chico.

La rubia ladeó a cabeza dejando expuesto su cuello, que no tardó en ser la nueva comida favorita de Axel quien comenzó a chuparle el cuello a Sky con fuerza. Ella le agarró la cabeza apretándolo más a ella, se sentía completamente excitada, quería más de él.

―Sky...―Murmuro el chico encima del cuello de ella. ―nube, créeme que en este momento estoy más que contento pero no creo poder detenerme después. ―Explicó. Sky en respuesta se movió con fuerza encima de él. ―Sky...ah...no hagas eso que menos podré parar y no qui...

―Quiero hacerlo. ―Murmuró ella tomándolo por sorpresa. ―No quiero detenerme.

(AQUÍ COMIENZA CONTENIDO ADULTO)

Fue como si Axel se hubiera liberado de unas cadenas y la volteó como dejándola en la cama con fuerza. Sky tenía el cabello revuelto y caían en las almohadas de manera delicada. Ella lo miró desde abajo, el pecho del chico se movía con brusquedad mientras respiraba con rapidez. Él se quitó el típico saco que siempre cargaba después de salir del gimnasio, y seguido la camisa deportiva gris que llevaba ese día; entonces el pecho quedó al descubierto mostrando los definidos y marcados músculos que tenía en su cuerpo.

Ella se mordió el labio por inercia, sin darse cuenta de lo bien que se veía el chico en esa posición, con el cabello revuelto dándole un toque salvaje. Axel se lanzó al los labios de la chica al ver como los dientes de ella apretaban su labio inferior, eso lo volvió loco. Sin esperar, le quitó la camisa a Sky con necesidad mientras le  daba algunos besos en el proceso. Se encontró con un brasier de encaje rojo.

―Dios, eres un ángel. ―Fue lo que pudo pronunciar a penas la vio de esa forma.

Ella se sonrojo pero Axel no se dio cuenta pues estaba concentrado mientras se acercaba a los pechos de la chica. Una de las manos del chico se posó en su pecho derecho mientras que bajaba el brasier y llevaba su boca al pezón izquierdo. A penas la boca de Axel hizo contacto Sky soltó un gemido.

Cuando se sintió un poco incómodo, el mismo rubio tomó la iniciativa y con uno de los fuertes brazos la levanto, para poder con su otra mano libre desabrochar el sujetador. Fue rápido, parecía que todo se iba dando tal y como ellos querían. Axel de nuevo volvió al ruedo pero solo por unos segundos pues después empezó a descender por el abdomen de ella.

―Ah, Axel. ―Suspiró Sky.

Eso lo excito más y así le quitó los pantalones a la chica dejándola en bragas rojas, iban en juego con el brasier que estaba en algún lugar de la habitación.

―El rojo te queda demasiado bien. ― Halagó él mientras agarraba el elástico de las bragas.

―Sí, sí, solo quítalas. ―Dijo ella casi desesperada.

Axel sonrió y hizo caso a la orden que le acababa de dar la chica. Sky no se sintió expuesta, se sentía más que cómoda debajo de él. Él subió hasta que quedaron cara a cara, Axel la miró profundo.

― ¿Sabes una cosa? ―Dijo pareciendo el Axel de siempre, un Axel cuerdo.

― ¿Qué? ― Preguntó ella.

―Antes te había dicho que eras una Diosa, ahora eres mucho mejor de cerca. ― La mano derecha de Axel buscó la de ella y al encontrarla la entrelazó. ― Te quiero, nube.

Ella le dio un beso lento, no como los que ya le habían dado antes, este eran lento.

―Créeme que yo más. ― Respondió ella.

Él le dedicó una sonrisa.

Ahí volvieron al ruedo, intensos. Axel se quitó el pantalón como pudo y volvió a recostarse en ella. Con las manos entrelazadas aún, ella abrió las piernas invitándolo a ponerse en medio, sin pensárselo, Axel se posiciono en medio de sus piernas.

― ¿Lista? ―Preguntó.

Sky sintiendo la punta ya en su entrada asintió sin más.

Entró de una sola estocada, haciéndola lanzar un gritó de placer. Axel gruño al sentir como ella lo envolvía.

―Mierda. ―Musitó entre dientes Sky.

Axel se recostó un poco encima de ella, volviendo a salir y a entrar con fuerza. Sky supo entonces que el chico era duro, y eso no le molestaba para nada. Podían ser tiernos fuera, pero dentro era una cosa totalmente distinta.

―Estás tan estrecha, bebé. ―Confesó el chico mientras comenzaba un fuerte vaivén dentro de ella.

Con cada estocada que él le daba, ella gemía más alto. Enterró las uñas en la ancha espalda del chico, sin pensar que tal vez dejaría marcas en su espalda. Era totalmente intenso el ambiente, podía sentir como Axel a pesar de ser rudo, lograba transmitirle cosas que antes no había sentido. Podía asegurar que una corriente eléctrica los recorría a ambos.

―Más rápido. ―Pidió con necesidad la rubia.

Axel sin esperar, obedeció al a petición de la chica. Ella enroscó las piernas alrededor de su cadera, tratando de sentirlo más. Axel no tenía intención de detenerse, pero cuando sintió las piernas de la chica rodeándole la cadera, supo que no aguantaría por más tiempo, así que aceleró lo más que pudo, sorprendiendo a Sky, que no pudo evitar no gemir al sentir como salía y entraba de ella con rápidez.

―Me voy a venir. ― Avisó la chica.

Entonces, como si quisiera hacer el trabajo completo, Axel dio la última estocada con fuerza derribándose encima de ella. Sky se dejó llevar, llegando al clímax; sintiendo el pecho de Axel pegado al de ella, ambos respirando con rapidez.

Axel la miro desde arriba, con todo su cabello alborotado.

―Eso fue...

Sky sonrió y pasó sus manos por el cabello del chico tratando de ordenarlos.

―Lo sé. ― Dijo bajito.

Axel salió de ella y se acostó a su lado. Sky miró al techo, lo que acababan de hacer iba más allá de cualquier otra cosa que hubieran sentido antes, esto daba como significado qué las cosas iban mucho más allá.

―Estás preciosa. ― Le dijo Axel mientras agarraba la cintura desnuda de la chica y la acercaba a él.

Sky volvió a llevar sus manos al cabello del chico. No dijo nada, no sabía que pasaría desde ese momento, era claro que lo que acababa de suceder cambiaba las cosas.

Ella no quería seguir así, no quería ser y no ser. Él la quería y ella a él, pero se sentía mal por lo que acababa de hacer, entregarle todo y no ser nada en concreto. No quería terminar en una relación qué se basara en tener algo pero no saber qué, tener incertidumbre en lo que se podría convertir en costumbre. Pero estaba loca, loca por él, y sabía que así nunca definieran nada, ella seguiría ahí a su lado, pues estaba más que claro que comenzaba a enamorarse del chico. Y como buena idiota que era, iba a seguir ahí, recibiendo lo que él quisiera darle.

―Sky...― Escuahó qué él chico la llamaba.

Ella reacciono.

― Dime. ― Respondió al llamado del chico.

― ¿Estás bien? ― Preguntó él con un tinte de preocupación al verla tan ida. Ella asintió sin más, pues si estaba bien, solo que un poco abrumada. ― Sky. ― Volvió a llamarla el chico, esta poso sus ojos cielo en él. ― Perdón por hacerlo así.

Ella frunció el ceño ante la disculpa.

― ¿De qué hablas? ― Preguntó confundida.

El chico dio una respiración profunda cerrando los ojos por un segundo. La qué se preocupó está vez fue Sky, iba a exigir qué le explicara de que hablaba pero el chico abrió la boca, soltando cuatro palabras que la sacudieron por completo.

―¿Quieres ser mi novia?

N/A:
Ya somos 5k, ¡Gracias!

No olviden comentar y votar si les gustó; los amo❤️

Besos💞

CK.

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