El arte de amar.

Galing kay Luz_Ka

3.9M 382K 110K

|Borrador, contiene errores ortográficos | Isabella Gibson, es la típica adolescente presumida, odiosa, orgul... Higit pa

Sinopsis.
I
Introducción.
Capítulo Uno.
II
Capítulo Dos.
III
Capítulo Tres.
IV
Capítulo Cuatro.
V
Capítulo Cinco.
VI
Capítulo Seis.
VII
Capítulo Siete.
VIII
Capítulo Ocho.
IX
Capítulo Nueve.
X
Capítulo Diez.
XI
Capítulo Once.
XII
Capítulo Doce.
XIII
Capítulo Trece.
XIV
Capítulo Catorce.
XV
Capítulo Quince.
XVI
Capítulo Dieciséis
VXII
Capítulo Diecisiete
XVIII
Capítulo Dieciocho
XIX
Capítulo Diecinueve
XX
Capítulo Veinte.
XXI
Capítulo Veintiuno.
XXII
Capítulo Veintidós.
XXIII
Capítulo Veintitrés.
Vacío.
LA CARTA.
XXIV
Capítulo Veinticuatro.
XXV
Capítulo Veinticinco.
XXVI
Capítulo Veintiséis.
XXVII
Capítulo Veintisiete.
XVIII
Capítulo veintiocho.
XXIX
XXX
Capítulo Treinta.
Epílogo
Extra | 1 (Borrador)
Extra | 2 (Borrador)
Extra | 3 (Borrador)
Extra | 4 (Borrador)
ESPECIAL NAVIDEÑO. (Borrador)

Capítulo Veintinueve.

40.2K 4.4K 940
Galing kay Luz_Ka

Al parecer los planes de Parker se fueron al carajo, supe aquello cuando bajó las escaleras del lugar y vino a por mí quince minutos más tarde de haberse ido, la sonrisa que había estado en sus labios desapareció y ahora se veía furioso.

—Ven aquí—me ordenó— vamos a divertirnos juntos.

Mi rostro seguía húmedo porque yo había llorado desde que supe que Ian y Blake estaban en el lugar, no podía sentirme aliviada porque estaba muy ocupada sintiendo terror por ellos, no quería que algo malo les sucediera, jamás me lo perdonaría, no podría.

¿Cómo habían llegado hasta ahí? ¿Cómo estaban? ¿Dónde estaban?

—¿Qué haces? —pregunté con voz ronca, mientras él desataba mis cadenas— ¿Dónde están ellos?

—Prontamente muertos.

Yo me estremecí fuertemente y él sonrió amargamente.

—Pensé que tu hermano era estúpido, pero me sorprendió, no llegó solo aquí —rio falsamente— traían refuerzos policiales consigo, los detecté muy tarde, pero no importa, iremos marchando sobre la medida.

Parker me puso de pie con fuerza, mi cuerpo protestó ante el dolor, aun así, a él no le importó.

—Muévete, tenemos que ponernos en marcha, pequeña.

Ambos subimos las escaleras, yo intenté ir con lentitud debido a mi dolor, sin embargo, él no me lo permitió y fue más brusco conmigo de lo normal.

—Esos bastardos creen que podrán conmigo —se burló él— nadie va a quitarte de mi lado, Isabella. Primero te mato a ti o mato al resto.

El lugar en donde vivía Parker era inmenso, por ello tardarían varios minutos en poder encontrarnos, él me llevó a su antojo y no busqué pelear, no quería llamar la atención, no cuando podría poner en peligro la vida de mi hermano y la de mi hombre.

A los lejos escuché voces y pasos, Parker no se inmutó ni un poco, solo se dedicó a arrastrarme sin más.

—Vamos a atraer a tu chico, lo haremos contigo —me informó— tú serás el pequeño y rojo anzuelo.

Comencé a moverme histérica cuando escuché sus palabras, Parker estaba demente, él iba a matarlo, de verdad iba a hacerlo y yo tendría que presenciar algo como aquello.

En algún momento fui llevada a una pequeña sala repleta de vitrinas, me quedé estática al ver que las estanterías de vidrio estaban repletas de armas y municiones.

Oh, Dios...

Parker me inmovilizó bruscamente contra una pared, mientras con una mano libre abría una de las puertas de vidrio y extraía una pistola negra, quise moverme para quizás correr o algo así, pero no llegué muy lejos porque él apuntó contra mí y me dejó helada.

—Quieta, perra —gruñó— primero lo mataré a él, quiero que presencies aquello, no te liberarás.

Lágrimas se deslizaron por mis mejillas, levanté la vista cuando escuché voces más cerca, mi corazón latió con prisa y esperé que fuese Ian o Blake, sin embargo, el que entró al lugar era un hombre armado con aspecto frívolo.

—Señor, hemos estipulado que son al menos unos diez hombres armados, probablemente llamarán refuerzos, debemos irnos de aquí, si nos rodean...

—¿Cómo es qué dejaron pasar a diez hombres? —gruñó Parker.

—Pensamos que eran solo ellos dos, nosotros...

—Ustedes son unos imbéciles mediocres, háganme tiempo mientras me marcho con Isabella.

—Si señor.

Él terminó de tomar más cartuchos para su pistola, me jaló consigo y me obligó para que continuáramos moviéndonos.

—¿A dónde me llevas? —pregunté alterada— ¿Qué haces?

—Ven, vamos bajando al parqueadero—sonrió— pero si quieres, es un buen momento para gritar, hazlo... Necesito que traigas a ese novio tuyo conmigo.

Me quedé en silencio dentro de mi burbuja, mientras él me arrastraba por todo su maldito lugar. Afuera había un largo pasillo que llevaba a varias puertas y cada una de ellas era un mundo desconocido para mí, las paredes eran negras y hacían el lugar más oscuro, tenebroso e inquebrantable.

Me dije a mí misma que debía pensar en algo para ayudar a Ian y Blake, no podía quedarme ahí llorando, necesitaba actuar y ayudarles en algo lo antes posible. Traté de ordenarme correr y encontrar a Ian, salvarlo de lo que se avecinaba, pero era imposible porque no sabía dónde estaba él y eso era darle más ventaja a Parker.

—Pensé que vendría solo, mi orgullo me jugó una mala pasada, aun así, no importa, estoy listo para lo que viene.

Sus palabras estaban matándome.

—Sé que no me crees, pero voy a deshacerme de todos y cada uno de ellos, y después, tú serás sólo mía.

Cerré los ojos mientras él seguía guiándome por el pasillo hasta una oscura puerta que se perdía perfectamente con las paredes del lugar, aquel espacio era usado para poder ver todas las estancias de la casa, para poder vigilar quienes entraban y salían, era por ello por lo que en ese momento yo estaba viendo a quienes habían ido a rescatarme, entre ellos estaban Ian, Blake y Diego, entre ellos había policías o algo así, entre ellos o detrás de ello, iba la muerte vestida con las ropas de Parker...

—Ahí viene, míralo— Parker señaló una cámara y en ella se veía a Ian alejándose de los otros y divagando por la casa sin más.

Mi corazón se detuvo.

—No le hagas daño, por favor—pedí aterrada— no le hagas daño a él, por favor... —Supliqué.

Su mirada llegó a mí.

—No me supliques por ese bastardo —advirtió— O seré más macabro como ese maldito.

Iba a rogarle todo lo que él quisiera, de verdad iba a hacerlo porque yo simplemente no podía aceptar que algo malo le sucediera a Ian.

—Parker, por favor...

—Ahora no es tiempo de rogar nada Isabella, ahora es tiempo de actuar —apretó con fuerza su pistola—Voy a matarlo, llores o no, ¿Sabes por qué?

No respondí.

—Lo haré porqué tocó lo mío, —sus ojos eran desquiciados—te tocó a ti, y es por ello por lo que lo asesinaré fríamente frente a ti.

—No...

Negué con rotundidad, no puedes hacerle daño.

Se rio fríamente.

—Ya veremos.

Parker se quedó en total silencio, miró las pantallas de sus ordenadores y lo escuché maldecir en voz baja cuando descubrió que algunos de sus guardas estaban tirados en el piso inmovilizados totalmente por parte de los policías.

—Pongámonos en marcha —Parker me obligó a ponerme de pie— ya sé para donde va nuestro querido Ian.

Los dos nos movimos hacia otra habitación que quedaba muy cerca al parqueadero, la oscuridad se volvió más densa y yo me sentí inquieta.

—Él vendrá por aquí —me susurró al oído, mientras me pegaba contra una pared— los esperaremos aquí.

En ese momento los minutos y segundos se detuvieron, internamente rogué que Ian no se acercara jamás a aquella puerta, no quería verlo, no cuando probablemente iba a morir.

Cómo si fuese cuestión del destino o algo ligado a la atracción, el pelinegro en medio de aquella gran casa se sintió atraído por mí y me estaba buscando con desespero y fervor, era como si él pudiera sentirme de alguna manera u otra.

—¡Si alguien la toca o le hace daño! —gritó Ian y escuché su voz muy cerca— Asesinaré a todos en esta maldita casa. ¡Malditamente lo haré!

Mi cuerpo comenzó a temblar.

—¡Isabella! —el pelinegro me llamó. —¡Is!

—Maldito bastardo —gruñó Parker en mi oído.

—Vete, Ian. Vete... —susurré desgarradoramente.

Parker abrió un poco más la puerta en donde estábamos, a través de ella pudimos ver a Ian caminando por el lugar, él estaba mirando hacia todas partes con desesperación.

—Te tengo —Parker levantó la mano en donde tenía la pistola y lo vi apuntar a la espalda de Ian con precisión exacta, mi mundo se detuvo en ese momento y actúe sin pensar.

Tomé impulso y empujé con mi cuerpo el de Parker, desestabilicé el arma y aquella se disparó hacia arriba haciéndome saltar, escuché al asqueroso viejo maldecir y tratar de recuperar el equilibrio.

—Ian —Grité con todas mis fuerzas—¡Vete de aquí! ¡Vete!

Parker me pegó con sus rodillas en las costillas haciéndome jadear con fuerza, intenté quitarme de su lado y su mano se enredó en mi cabello con fuerza.

—Estúpida —Parker me arrastró hacia otra puerta que era precisamente un gran armario y puso una mano en mi boca impidiéndome hablar de nuevo— esperamos que entre, ya terminaré con lo que empezamos.

—¡Isabella! —la voz de Ian llegó a mí y eso me hizo temblar—¡Nena! —sus pasos se escuchaban apresurados, veloces y dolorosos.

Nadie habló por un momento, nadie dijo nada y el silencio fue el terror de la noche, no sabía si estaba cerca o lejos, no sabía cómo prevenirlo de lo que se venía encima... No sabía nada porque yo era un desastre.

A continuación, lo que sucedió se desenvolvió en cámara lenta, tanto, que incluso hasta a mí me costó creer lo que se estaba desarrollando.

Las puertas del armario se abrieron bruscamente y de la nada, ahí estaba él, sus ojos por fin estaban sobre los míos, observándome con desespero, pero al mismo tiempo una pizca de alivio.

Mi Ian, mi hombre, mi amor...

Un miedo punzante creció dentro de mí cuando noté que Parker levantaba el arma para apuntarlo a él directamente, de nuevo y como antes, todo se detuvo en mí y la cosa se volvió totalmente intuitiva, porque sin pensarlo mucho, yo me giré con fuerza en las manos de Parker y clavé mi rodilla en sus testículos con fuerza. El abusador aquel gritó y dejó caer su pistola a mis pies, ese fue el momento en donde luché con más fuerza queriendo huir sin darle tregua alguna.

Ian no dudó nunca en interferir, él estiró una mano, tomó mi brazo sano y me atrajo rápidamente hacia él, aprovechando el hecho de que Parker estuviera distraído intentando recoger su amar.

—Ven aquí, perra —Parker tomó un puñado de mi cabello, pero lo soltó deprisa cuando Ian le pegó un fuerte puño en el pecho.

—No la vuelvas a tocar, hijo de puta.

Ian logró sacarme de ese armario y me ubicó detrás de él, mi mano libre tocó su espalda y me sentí en casa por algunos segundos.

—Voy a matarte —Parker intentó apuntar el arma, pero de nuevo, no llegó a más porque el pelinegro se tiró sobre él y lo azotó brutalmente contra el clóset —te asesinaré, maldito hijo de puta.

Me quedé ahí helada viendo cómo Ian molía a golpes a Parker, la pistola voló al piso de nuevo y ninguno de los dos se detuvo, a lo lejos escuché pasos y voces, aun así, no pude moverme de mi sitio, porque me encontraba aterrada viendo la escena.

—¿Cómo te atreviste a hacerle daño? ¿Cómo pudiste tocarla a ella?

El pelinegro se subió encima de Parker y siguió moliéndolo a puños, el otro tampoco se quedó atrás, sin embargo, no le llegó muy lejos a Ian, no cuando él estaba gobernado por ira.

—Voy a romperte hueso por hueso —gruñó el pelinegro— voy a disfrutar joder absolutamente.

Parker rio en voz baja y eso prendió aún más la furia del otro.

—Isabelita y yo la pasamos muy bien —murmuró entre dientes, mientras sangre brotaba de su nariz— ¿Verdad, pequeña?

No respondí, pero al parecer mi silencio siguió siendo suficiente para alimentar más violencia dentro de pelinegro.

A lo lejos escuché a mi hermano llamarme, mientras yo seguía totalmente helada en mi lugar.

—Ian —lo llamé a él en voz baja, pero no me escuchó.

Miré como las manos del pelinegro se cerraban alrededor del cuello de Parker y comenzaba a asfixiarlo, el decrépito viejo peleó con fuerza y pateó a Ian, sin embargo, él no se detuvo nunca porque realmente sí estaba buscando asesinar a mi abusador.

Ver tanta sangre, jadeo y gruñidos me tuvo fuera de contexto por algunos minutos, pero entonces, supe que debía interferir, yo necesitaba parar aquello, yo... Yo necesitaba dejar mi terror atrás.

—Ian, cariño... —Lo llamé y mi voz se rompió— para por favor.

Me acerqué a él y traté de alejarlo del cuerpo de Parker, aun así, él no se movió ni un centímetro.

—Basta, detente —supliqué— No vale la pena, él no lo hace.

Ian se negaba totalmente a verme, maldije cuando noté que de la boca de Parker salía un hilo de sangre espesa.

—¡Ian! —exclamé aterrada— ¡Basta!

Los ojos azules de él subieron por fin a los míos, en aquellos ya no había miedo o ansiedad, el azul infinito que se reflejaba en su mirada se encontraba constantemente llena de odio y brutalidad.

—Te hizo daño, él lo hizo —gruñó, mientras sus ojos veían mi brazo roto y mi rostro golpeado— este maldito te hizo sufrir y es por ello por lo que lo asesinaré.

—Lo traté como se tratan a las perras de su clase, me divertí mucho, pregúntaselo.

Ian volvió a golpear la nariz de Parker una y otra vez, lo hizo sin jamás detenerse, lo hizo que tanta ira que incluso supe que lo estaba disfrutando.

—Mátame —Parker escupió las palabras—hazlo.

—Ian, detente ahora, no dejes que él envenene tu cabeza, solo aléjate de ahí.

—Necesito vengarte.

—Lo que yo necesito es que vengas conmigo, déjalo ahí, la policía se encargará de él, lo hará.

—Is...

—Por favor, solo vámonos de aquí, te lo ruego.

Mi voz volvió a romperse porque era inevitable que eso sucediera, yo estaba demasiado deshecha como para frenar la cuestión.

Por fin después de varios minutos, algo en los ojos de Ian se suavizó y mientras él se ponía de pie, pateó fuertemente las costillas de Parker, el cual lanzó un grito ahogado.

—Me encargaré de que tu vida en prisión sea miserable, esto no ha acabado aquí.

Ian pateó lejos del alcancé de Parker el arma y caminó hacia mí.

—Todo estará bien, Isabella... Lo estará —Aseguró y tocó suavemente mi mejilla— Tardé en llegar, pero aquí estoy, cielo.

Mis labios temblaron y yo no pude hacer otra cosa que llorar en los brazos de él, en ese momento me importó muy poco estar mallugada, sucia y deshecha, me valía todo porque finalmente estaba cerca de él.

—Ian... —sollocé.

—Aquí estoy, aquí contigo.

Miré a Parker en el piso intentando poder respirar a través del dolor, intenté recordarme que estaba con mi chico y ya nada malo podría pasarme, sin embargo, no pude detener mí llanto porque supe que Parker había logrado traumarme de nuevo; ya jamás podría volver a salir de casa sola y mucho menos en un día lluvioso, no cuando los recuerdos estarían ahí esperándome para ahogarme y atarme.

—Quiero irme de aquí, por favor, yo solo quiero desaparecer.

Sus ojos me observaron con intensidad.

—Lo sé, haremos lo que quieras juntos, solo déjame ocuparme de este bastardo.

Asentí y miré lejos.

—Blake —gritó Ian— Estamos arriba por la puerta derecha, muévete.

—Ella siempre fue mía, yo siempre he sido su hombre, fui el primero en hacerla gemir —comenzó a hablar Parker de nuevo—puedo darte consejos de cómo tocarla y extasiarla.

Me estremecí asqueada por sus palabras, los ojos de Ian se volvieron oscuros de nuevo y vi ahí su instinto asesino.

—No, no lo escuché —pedí— No lo hagas.

—Isabella —la voz del pelinegro era fría— ¿Él te hirió de alguna manera que yo no puedo ver? ¿Él te abusó?

Lágrimas rodaron por mis mejillas.

—No.

—Isa...

—Vámonos.

Escuché más pasos y seguido a ello, por el rabillo del ojo vi a mi hermano entrar corriendo a la maldita habitación aquella, él se detuvo abruptamente al verme, su cuerpo se tensó al registrar mis heridas y maldijo.

—Yo si voy a matar a este maldito —aseguró.

—Blake —sollocé.

Mi hermano abrió la boca para decir algo, aun así, lo vi desviar la mirada hacia un costado, mientras sus ojos se abrían con pánico y otra cosa más oscura, él gritó algo, pero yo fui totalmente incapaz de escucharlo, porque en ese momento Ian me tomó del brazo sano con brusquedad y me tiró detrás de él.

Yo no entendía nada, mi cerebro tardó en registrar la escena, incluso cuando la habitación se abarrotó con policías, toda la imagen se detuvo para mí, excepto el sonido, un sonido que me dejó aterrada.

Escuché el grito de mi hermano y seguido a ello, se oyó fuerte un disparo, el sonido llenó el lugar con su detonación y vi como sangre salpicaba mi ropa, jadeé aterrada y di un paso atrás poniendo una mano en el lugar en donde había sangre, sin embargo, tardé unos segundos en descubrir que aquella no era mía y que en mi cuerpo no existía ninguna clase de dolor.

Miré a Ian y él tenía el ceño fruncido, observé a mí hermano y noté que tenía inmovilizado a Parker contra el piso, mientras un policía lograba arrancarle otra arma de las manos —no era la misma de antes—. Los ojos verdes de Blake estaban fijos en Ian, mientras me gritaba algo, sin embargo, igual que antes, yo era totalmente incapaz de oírlo.

Restregué con aturdimiento mi mano llena de sangre y busqué la mirada azul del pelinegro.

—¿E-estás bien? —me preguntó él.

Asentí y una pequeña sonrisa llenó sus labios.

—Bien...

—¿Ian? —lo llamé temerosa— me quiero ir. ¿Podemos irnos?

Comencé a llorar porque cada segundo que pasaba me dejaba ver mejor la real cuestión.

—Ian... —Lloré.

—Shhh, no llores, todo está bien.

No, nada lo estaba y él claramente lo sabía.

—Yo... —comencé a decir, pero él me detuvo.

—Y-yo te amo —terminó por mí y ante mis ojos, vi como su cuerpo se derrumbaba.

El terror que me invadió fue tanto, que incluso me quedé sin aire, caí al piso rápidamente con él, no escuché nada más a mi alrededor, porque solo pude quedarme ahí viendo con sangre salía del pecho de Ian.

—No, no, no— susurré apretando mi mano contra su herida— esto no es real, no lo es.

Las lágrimas me impedían ver.

—Isa... —susurró él, y un hilo de sangre salió de su boca, impidiéndole terminar de hablar.

—Estoy aquí, cariño —le dejé saber, mientras sus ojos comenzaban a cerrarse— no iré a ninguna parte y tú tampoco, aquí estamos los dos.

Una temblorosa sonrisa llenó sus labios y de la nada, él comenzó a desvanecer.

—Te amo —le dejé saber, sin jamás detener mi presión en su herida—¿Puedes escucharme, Ian Hank? —pregunté— yo te amo.

Él no respondió en absoluto, porque su cuerpo ya se encontraba inerte en mis manos.

Grité una, dos, tres e incluso cuatro veces, grité histéricamente porque no podía frenar el flujo de sangre escarlata y tampoco podía conservar la vida de Ian, grité al escuchar las carcajadas de Parker, grité cuando no pude respirar y, sobre todo, grité cuando entendí que estaba perdiendo todo.

Me sentí pérdida, porque no sabía dónde comenzaba Ian y en donde terminaba yo.

—¡Isabella! —alguien me llamó, pero no presté atención.

No estaba escuchando nada, ni siquiera cuando unas manos arrancaron a Ian de mis brazos y lo llevaron lejos de mí, tampoco escuché las sirenas de la ambulancia o lo que mi hermano hablaba con uno de los tenientes que capturaba deprisa a un Parker divertido, no escuché nada porque en ese momento yo me estaba ahogando en un mar de agonía y terror.

Yo había sobrevivido a muchos incendios, era por ello por lo que el transcurso de mi vida me convertí en fuego, aun así, en ese momento estaba siendo apagada brutalmente por las olas del destino que buscaban e iban a lograr alejarme de Ian.

—Ven, déjame ponerte de pie —mi hermano intentó encargarse de mí, pero yo no pude hacer otra cosa que no fuese llorar.

¿Dónde estaba él? ¿A dónde se lo habían llevado? ¿Por qué permití que lo alejaran de mí? ¿Cómo era posible que no estuviera ahí conmigo? ¿Cómo?

—Ian, esta sangre es de Ian —lloré y estregué el yeso de mi brazo roto— es de mi Ian y...

Mi voz se rompió.

—¿Dónde está? ¿Por qué se lo llevaron? —sollocé— lo quiero devuelta.

Blake se estremeció ante mi llanto y se inclinó ante mí.

—Estás temblando Isabella, necesito llevarte al médico, tu brazo se ve mal, estás muy pálida y débil...

—¿Veré a Ian en el hospital? —cuestioné— ¿Lo haré?

—Isabella...—La voz de mi hermano se quebró y no tuve que ser adivina para saber qué era lo que estaba pasando en Ian.

—No puedo hacer esto sin él, no puedo —negué con fuerza.

—Estará bien, todo lo estará, ya veraz —Blake me atrajo hacia sus brazos y me apretó contra él— Ian querría que te cuidarás, él no le gustaría verte así y...

—No hables como si él ya no estuviera, por favor no lo hagas —rogué— solo detente, Blake.

El rubio asintió y llamó a un paramédico para que me revisara, alrededor muchas personas se movían histéricamente sin más, pero no presté atención de nada, ni siquiera de mi dolor y martirio.

Quien me estaba curando hizo unas cuantas preguntas, sin embargo, no recuerdo haber respondido alguna de ellas, yo no quería hablar de otra cosa que no fuese Ian.

—¿Dónde lo llevaron, Blake? ¿Dónde está? —le pregunté a mi hermano.

—Lo averiguaré —aseguró, mientras testeaba en su teléfono.

Miré el charco de sangre que estaba en el piso y cerré fuertemente los ojos queriendo huir de aquella pesadilla.

—Su brazo está muy mal, creo que necesitará cirugía —dijo el paramédico— vamos a tener que llevarla a la clínica.

No dije nada.

—Isabella —Blake me llamó— necesito que te dejes curar, necesito que te mantengas tranquila, ¿Lo entiendes?

Sonreí adolorida.

—No debes preocuparte por mí, Blake Gibson —susurré— No soy quien crees, no soy tu hermana y...

Él se inclinó de nuevo ante y me obligó a ver sus ojos verdes.

—Siempre serás mi hermana, Isabella —sentenció— así como por siempre serás el amor de Ian. ¿Lo entiendes?

—La vida no nos quiere juntos —dije de la nada en voz baja— tal vez, él solo fue creado para darle un poco de luz a mi vida, fue instalado para siempre estar en mi corazón, aun así, jamás estaremos realmente juntos, porque él...

Mis pulmones se detuvieron.

—Porqué él me dejó para siempre.

Mi hermano y el paramédico intentaron llamarme, pero poco a poco todo se fue tornando oscuro para mí una vez más, y lo último que grabó mi memoria para siempre, fue su nombre y el color perfecto de sus ojos azules.

________________ 🦋 __________________

Mi brazo dolía fuertemente, intenté moverlo, pero me fue totalmente imposible.

Me estremecí un poco en mí inconsciente, porque logré darme cuenta de que estaba en un lugar frío y desértico. Se suponía que en ese momento yo estaba dormía o algo así —yo no lograba procesar todo— sin embargo, mi aturdimiento duró poco porqué escuché dos voces que lograron helar mi alma.

—El proyectil dio directamente en su pecho y fracturó sus costillas —identifiqué la voz de Diego. —Además perdió demasiada sangre, él es «O» negativo y tardaron tiempo en poder ayudarlo.

Mi cuerpo empezó a temblar aún más fuerte, mientras yo escuchaba aquellas palabras.

Ian, mi Ian había muerto por culpa de ese bastardo abusador, él se había ido y yo estaba sola de nuevo, jamás estaría con él, jamás lo vería nuevo...

—Estaba muy mal —el que habló fue Blake— fue un milagro el hecho de que la bala no alcanzara su corazón, aun así, que desafortunado fue la cuestión de que hubiera perdido tanta sangre... Él solo quería proteger a Isabella.

Oh, Dios...

Sollocé sin poder evitarlo.

—¿Isabella? —Blake me llamó.

Sentí a alguien tocar mi mejilla y sollocé con más fuerza.

—Diego llama a la doctora, dile que por fin ha despertado Isabella.

Escuché pasos apresurados, pero no me importó, yo seguí llorando agónicamente sin pausa alguna.

—Necesito salir de aquí, no quiero estar aquí, no puedo —mi voz era ronca— necesito a Ian.

Intenté sentarme, pero no llegué muy lejos porque mi hermano me detuvo.

—Basta, quédate quieta —me ordenó— el día de ayer operaron tu brazo y aquel debe guardar reposo.

Me atreví a mirar a mi hermano fijamente.

—¿El día de ayer? —susurré.

—Llevas tres días aquí —él alejó la mirada— te han sedado un poco porque no lograbas calmarte, tuvieron que operar tu brazo, estaba peor de lo que imaginaban, aun así, no debes preocuparte, con terapia volverá a estar bien.

Nada de aquello me importó.

—Llevo tres días aquí, tres días sin ver a Ian, tres días desde que él...

Lloré e intenté alejarme de Blake, me sentí ahogada y aterrada.

—Cálmate, Isabella. Cálmate.

Mi hermano pidió ayuda a los gritos y tras unos segundos, llegó la doctora y unos cuántos enfermeros, lograron ponerme de nuevo en la cama e incluso me sedaron un poco, intenté pelear contra los medicamentos, pero no pude, ni siquiera cuando grité y lloré desconsoladamente.

—Todo estará bien, Isabella —me informó la doctora— es normal que te encuentres asustada, eso hace parte del proceso de todo lo que pasaste —me avisó— te ayudaremos, ya nadie te hará daño, una psicóloga vendrá pronto a hablar contigo, también dispondremos de una fisioterapeuta que te ayudará con la recuperación de tu brazo, todo estará bien.

—¡Cállense! —grité adormecida— nada estará bien, nunca lo estará —sollocé— ¡Quiero a Ian! ¡Quiero que Ian venga! —grité.

Escuché que la doctora le decía a Blake que mi comportamiento era normal, aquel estaba ligado al trauma y estrés que viví en mi cautiverio, ella aseguró de nuevo que yo estaría bien, pero... ¿Cómo podría saberlo ella? ¿Cómo sería posible? ¿No sé daba cuenta de que había perdido al amor de mi vida?

—Oye —Diego se acercó a mí y tocó suavemente mi cabello— lamento mucho todo esto, Isa.

Las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas, mientras ya miraba a mi mejor amigo.

—No puedo con esto —le dejé saber— jamás superaré todo lo que ocurrió, Diego. No puedo.

—Parker está en prisión, Isabella —me explicó Blake— jamás volverá a hacerte daño, yo me encargaré de eso.

—Por favor, yo solo quiero verlo una última vez —rogué, mientras mis ojos comenzaban a cerrarse— necesito verlo, yo quiero despedirme.

Mi hermano frunció el ceño.

—Quiero a Ian, ¿Por favor? —bostecé y mis párpados se pusieron más pesados— murió por mí, es mí culpa, todo siempre lo es...

—¿De qué hablas? —Blake se veía confundido.

—Necesito salir de aquí, necesito despedirme —reiteré— sácame de este lugar, Blake.

—No puedes salir Isabella, estás demasiado débil y eso sería muy peligro para ti, además no tienes la suficiente fuerza para caminar por ti misma —él se veía tan cansado, — necesitas ayuda para superar lo que pasó.

Jamás iba a superar nada.

—No fui capaz de pedirle perdón de nuevo, por todas las veces que fui desagradecida y grosera, no alcancé a repetirle cuánto lo amaba...

—Ya después tendrás tiempo.

¿Como podía decirme algo como aquello?

Como podía actuar como si yo no acabara de perder el amor de mi vida...

—Cuando perdí la memoria, o, mejor dicho, cuando me obligué a olvidar, en mi cabeza siempre estuvo la imagen de una mariposa azul, de hecho, me la tatué —sonreí con los ojos cerrados— lo hice porque aquello siempre me recordaría a Ian inconscientemente, aun así... —jadeé buscando aire— ahora cada que piense en él, a mi cabeza solo vendrá el maldito de Parker, lo hará porque él no solo arruinó mi vida, sino que también se robó nuestro amor, lo hizo...

—Isabella, Ian no está muerto. ¿Eso es lo que estás diciendo?

—Se desangró, él se desangró —sollocé— lo hizo.

Intenté pelear contra el sueño, pero me rendí totalmente sabiendo que ya no había nada más porque luchar.

—No te duermas, escúchame —mi hermano tomó mis mejillas y me obligó a verle—. No lo perdiste, nadie te quitó a Ian, absolutamente nadie —aseguró— él está luchando por su vida Isabella. ¿Me escuchas?

Intenté responder, pero todo se iba volviendo más oscuro y denso.

—Lograron extraer la bala, ayer lo operaron y él continúa peleando por vivir, lo hace porque te ama —aseguró Blake— saca fuerzas y has lo mismo, eres fuerte, si lo quieres, también lucharas por él.

Vivo.

Él estaba vivo.

—No te rindas, Isa —el que habló fue Diego— Ian aún tiene su corazón bombeando sangre, pelea por él, así como él pelearía por ti. Hazlo, aún hay muchas posibilidades.

Caí en las garras de Morfeo, sabiendo que Ian aún estaba con vida y se encontraba luchando por sí mismo, caí a la oscuridad, buscando fuerza para renacer y ser el soporte suyo y mío.

Caía a la deriva y mientras eso sucedía, Soñé con ojos azules, cielos celestes y mariposas extravagantemente divinas. Soñé con todo lo perfecto y ahí estaba él; esperándome al final de todo lo azul.

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

2.8K 249 20
"Un amor frente a una pantalla te lanzará rosas, pero ¿quién dijo que no tendrían espinas?" Dakota está en su primer año de residencia en cirugía pl...
802K 48.7K 41
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
1.5K 188 5
Luego de una pelea con Odín, Loki decide viajar a Midgard, pero algo sale mal con su magia y termina en el patio trasero de Mobius.
405 91 15
Donde Jung hoseok tendrá que completar doce misiones para liberar al espíritu Kim Taehyung de su maldición ¿Logrará Jung hoseok completar cada una d...