Coffee Wind

By HalfBells

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Román Arellanos es un joven sencillo, estudiante de arte, adicto al cigarrillo y obsesionado con su pasado; s... More

Despertar
Recuerdos
Descontrol
Reencuentro
Cortesía
Cefalea
Disculpa
Regreso
Tranquilidad
Retrato
Cita
Espacio
Persecución
Otoño
Memoria 1
Afinidad
Capuchino

Sensaciones

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By HalfBells

    Era Viernes, estaba recostado en mi cama esperando dieran las tres de la tarde. Martín acababa de irse de mi departamento, habíamos quedado de ir en la noche al "Trending Stars" que se encontraba no muy lejos del instituto, Héctor también nos acompañaría y supongo que Lina vendría con el. No me iba a poner la gran cosa, yo no solía salir pero cuando me invitaban sólo iba tomar y tal vez drogarme un poco la verdad.
Le marqué a Julio un par de veces hasta que por fin me respondió, el trabajo lo había mantenido ocupado y a mi el regularizarme con las materias (por supuesto que eso no me impedía irme de peda con mis amigos). A las tres en punto puse algo de 'The Jungle Giants' y me metí a bañar, me vestí con una chamarra cerrada blanca con tiras grises y un pantalón de mezclilla obscuro; luego de salir con Luna me iría directo al antro. Después de todo, sólo serían un par de malteadas. Qué buena combinación...

    Quedamos de vernos justamente en el la línea 5 del metro pero cuando iba de camino me la encontré sentada en el piso delante de la puerta de bajada. A estas horas el sol caía sin lastimarte ni calentarte... Lo he pintado varias veces así, resulta casi poético. 
Pero honestamente, el verla ahí esperando, con esa sencillez que la caracterizaba... Me hacía creer que mis lienzos no habían estado del todo completos.

  — Hey—
  — ¡Hey! creo que llegué temprano, perdí la noción del tiempo— se levantó torpemente de su descanso— la verdad es que en la mañana extravié mi teléfono y no me gusta usar reloj  así que mejor llegar antes que perder el tren ¿no?— "Esa frase no existe" — En fin, a donde iremos—

— No hiciste énfasis en esa pregunta— comenzó a caminar hacia la calle sin mirarme de frente e ignorando cien por ciento mi comentario, o si la estaba siguiendo.

  — Estaba pensando en un lugar con vista a la ciudad, pero tranquilo, que adentro haya mucha mucha gente— me miró— pero que nadie nos moleste— y siguió caminando conmigo a su lado mientras sonreía. Nos detuvimos en un semáforo.
— Conozco ese lugar—
— Bueno pues yo también, hahaha y como yo te invité pues la verdad tengo ganas de llevarte y la próxima vez tu me invitas al que decías ¿va? — tomó con su mano mi codo y me guió a cruzar la calle, hacía todo tan rápido que no me daba chance de responderle.    

Tomamos el transporte... Es que yo estaba sin palabras "No jodas... No vamos a..."
  — Quita esa cara, ya me conocerás y te caeré mejor. La verdad me he puesto la meta de... ¡Ay! — un bache que nos hizo saltar le interrumpió la oración y luego de su grito me miró a los ojos y comenzó a reír... ahora sí le respondí con una sonrisa — ...Perdón, te decía; me he puesto la meta de no dejarte en paz hasta que dejes de pensar que te quise matar—
  — Bueno pues, creo que te tendré cerca de mi muuucho muuucho tiempo, pero antes de que sonrías, te advierto que más del que yo quisiera— no podía dejarla pensar que el haberle regresado la sonrisa significaba otra cosa.
    Estábamos a punto de bajarnos del transporte... "Joder si, si veníamos acá". Ella dió un brinco del autobús a la acera y caminó de frente directo a 'Coffee Wind' mientras yo miraba como su pelo se le enredaba con cada paso que dábamos, pero aún así seguía igual de lacio. 

    Entramos y nos sentamos casi en la primera mesa que daba a la ventana, ella se quitó su chamarra de mezclilla de la cintura y la colocó en la cabecera de la silla mientras yo me remangaba mi suéter negro. Llegó el mesero; era un chico de estatura media, cabello despeinado y al parecer de su edad... Para mi sorpresa inmediatamente la reconoció
  — Hoo, mujer, ¿Cómo estás?— la saludó de beso y posteriormente se presentó — Soy Tony, mucho gusto— y se dirigió hacia ella — no imaginé que alguna vez vendrías acompañada mujer— alargaba el final de sus palabras intencionalmente.
— Sigo aquí — respondí enderezándome en mi aciento mientras él parecía confundido
— Él es Román, un futuro amigo, podrías traer por favor una malteada de moka blanco fría y...—
— Un café ameri...—
— ... Y un café latte frío — "Espera ¿Qué?"
— Con gusto— respondió el chico y se fue luego de hacerme una pequeña reverencia.
— Si sabes que el café "Latte" es caliente ¿Verdad?—
— Sí— Dijo mientras miraba falsamente el menú.
— Y por qué me lo pediste... — "Y lo peor de todo, por qué dejaste que te lo pidiera" 
— Bueno pues porque que aburrido sonaba tu pedido y hay que hacer cosas diferentes, mira la verdad si pides lo mismo de siempre te va a dar tanta flojera tomártelo que posteriormente se hará monótona la plática también, el latte frío es un latte normal pero te lo sirven sobre una copa con hielos en el fondo— 

     Creo que entendía su punto, pero aunque no lo hiciera no discutiría con ella. Parecía una chica terca, pero tenía sus puntos fuertes, era agradable, platicamos hasta las seis y media, de tonterías y anécdotas sin sentido... Y después de pedir algo que nunca había probado me dieron ganas de seguir con ella, así; sorpresivamente, sin antecedentes, sólo la invité a salir de Coffee Wind, a caminar por la ciudad en el atardecer y quizás posteriormente en la noche. Entre los callejones y las avenidas, sobre las azoteas y por las casas. Sin rumbo y con suerte sin regreso. Las luces parecían estrellas, las risas me transportaron, su aspecto era el de una niña en un sitio de diversiones y me insistía que no fuera tan amargado, la verdad es que no lo era realmente.... Así que olvidé mi vida, a mi padre, la escuela, mis amigos, a mis ex amores e hice lo que hace tiempo me había prohibido hacer; divertirme.

    Entramos a una tienda (de esas de 24hrs), nos probamos la ropa, salíamos y entrábamos a los vestidores, cantamos las canciones que estaban en el fondo, nos compramos algo rebajado junto con una botella de Vodka y gomitas de sabores sólo porque Luna había insistido. Robamos un carrito de super y salimos a seguir nuestra gira improvisada de emociones, nos terminamos la botella, y con ella se acabaron mis prejuicios, llegamos a un punto de no retorno en una noche que jamás me había imaginado vivir con ella. Todo era nuevo, tenía cierto aire de... "¿Perfección? estás fuera de este mundo, regresa, por dios" pero no podía, me sentía de nuevo en preparatoria, haciendo babosadas, riendo sin sentido, explorando nuevos parques, tomando fotos, no sólo con los teléfonos... Entramos a una cabina, hicimos lo que quisimos, comenzamos a adquirir recuerdos y entonces tocó contestar el celular. Sin que la magia terminara y sin que la inspiración se me fuera hablé con Héctor.

<<Donde estás weon, te estamos esperando fuera del trending, ya son las doce>>
<<Oh... Entren, yo los alcanzo>>
<<Cómo vamos a entrar sin ti cabrón apúrate, compré unos pares de MDMA y no quiero que te quedes sin tus pastillas>>

Me colgó el teléfono... Luna me miró y yo sabía que había escuchado, mi teléfono estaba en altavoz. Y sin invitarla a ir conmigo nuestras miradas expresaban una complicidad, total... Qué podía perder.

  ↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔↔  

    Llegando al "Trending Stars" me di inmediata cuenta de qué trataba esta noche, eran luces neon... Cada semana solían cambiar su estilo, eso era lo que llamaba la atención. Les presenté muy rápido a Luna, estaba Martín, Héctor, Joselina, y otros tres compañeros más que no consideraba tanto mis amigos. Hace tiempo que no veía a Roberto, era un chico de mi altura pero con el cabello extremadamente chino. Estudiaba con Lina y lo saludé con un pequeño abrazo y algunas palmadas en la espalda. Héctor no perdió el tiempo, nos repartió dos pastillas a cada quien y hasta a Luna le tocó pero las rechazó. 
— No soy de eso—
— Ay nena; nadie era de eso hasta que hubo una 'primera vez'; déjanos ser tu primera vez amiga, Romansin te trajo por algo— Héctor se las dió de todas formas.

    Entramos, tomamos, y después de treinta o cuarenta minutos nos separamos. Yo consumí mi primera dosis al cruzar la puerta"Total, hoy estás para olvidar" y poco después de que no viera a nadie empecé a sentirme jodidamente alegre, más alegre que hace una hora... Era una alegría indescriptible que sólo con él ejemplo del éxtasis te puedes explicar. Todo el mundo era mi amigo, las chicas se miraban tan sexys, y los chicos también la verdad, la música era más House que nunca y las luces parpadeaban sin control... Y entre el baile, la bebida y las drogas alcancé a visualizar cerca del bar a una chica que me invitaba a acercarme. Era rubia, tenía un vestido cereza pegado y unas botas plateadas difíciles de conseguir.

  Le dije directamente — ¡Hey, hey... ¿Vienes mucho por acá?!  — "Las frases torpes clichés sirven para que se ría, o se aleje".
  — ¡Hahaha, la verdad no, pero creo que tu tampoco!  — tenía los ojos muy obscuros, y no usaba maquillaje.
  — ¡¿Por qué lo dices?! — sentía que tenía una sonrisa torpe que no se me borraba del rostro.
  — ¡No te escucho muy bien!—
  — ¡¿Salimos?! — me acerqué mucho a ella, en parte para que me oyera, en otra porque mi cuerpo sentía esa necesidad de rozarle.
  — Tú guíame — me lo dijo muy pegado al oído, y me di cuenta que no estaba ahí para bailar. Con su labio rozó mi mejilla y luego la comisura de mi labio, después se giró quedando de lado mío y yo sin apresuro le tomé la mano y caminé junto a ella directo a las escaleras del lugar.

       Se tranquilizó un poco la música, bajamos las escaleras y llegamos a la zona en que todo el mundo se está conociendo, descubriendo y disfrutando; el "Trending Stars" sabía muy bien a que tipo de público iba dirigido, los cuartos sin llave en donde infinidad de personas habían pasado no era un obstáculo para mí... Al menos no en estas condiciones.
  — ¿Tienes ganas de seguir platicando?— con su mano izquierda me acercó a su cintura y con su mano derecha comenzó a acariciar mi nuca, luego mi cuello, mi pecho, regresó por delante del cuello, mi barbilla y mis labios — ¿En qué piensas?—
  — Pienso en lo rico que hueles, pienso en tu piel...  — entonces con mi mano le rocé la pierna izquierda, y fui subiendo por sus muslos—...En cómo es, en su textura, como se enchina con mi toque— me acerqué a su cara— Pienso en tus labios temblorosos, en lo que hay dentro de ellos...— La besé levemente en el labio inferior— Pienso en que tengo ganas de conocerte, y de que se estremezca no sólo tu pensamiento, sino también tu cuerpo—
— Eres un rey con las palabras— sonrió mirándome a los ojos, habría de medir uno setenta .
"A la mierda"  saqué mi otra dosis y me la metí sin agua, pronto haría efecto, con esta chica o con otra — No sólo con las palabras— le tomé las manos y las puse en mi espalda, luego bajé mis manos hacia su cintura, y fui tocando con desdén todo lo que continuaba hacia abajo, la besé fuerte, y me correspondió con ansiedad, y después de dos eternos minutos de faje incontrolable y movimientos cercanos a la pared ella abrió un cuarto que era absolutamente de color violeta, las luces parpadeaban y no me importaba si habíamos cerrado o no la puerta... 

    La música no era tan lejana, me saqué la chamarra que traía puesta y le dejé al descubierto mi torso, no dejé que ella hiciera lo mismo, sino que yo le retiré el vestido, la acosté en la cama y con ella debajo mío sentía la textura de su piel, mis manos decididas comenzaron a hacer lo suyo, los besos aumentaron de nivel mientras me desabrochó mi pantalón y poco a poco nos acoplamos para lo que desde un principio al vernos ambos habíamos pensado, sí... Me iba a acostar con esta sexy chica de nombre desconocido esperando nos llenáramos más que de placer. Poco a poco comencé a pensar en más cosas, en como entraba despacio en ella al tiempo que su cuerpo temblaba en mis brazos, pero eso no duraría mucho, yo aceleraba... Aceleraba y con ello sus gemidos, mis suspiros, mis ansias; usaba las yemas de mis dedos para estremecerla y su rostro relucía hermoso y palpitante de deseo, no dejaba de moverme en ella, era verdad que las pastillas me habían funcionado como debía de ser, tanto que no estoy seguro de cuanto tiempo estuvimos, ni siquiera recuerdo de haber salido de ella, o de aquel cuarto. Pero si algo es verdad, es que nunca voy a olvidar aquellos ojos obscuros, negros... Que se adentraron en mis pensamientos cuando más necesitaba una distracción.

Sexo.
No sólo sexo, sexo y drogas, y alcohol y una chica buenísima.
La mejor manera de terminar la noche.

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