Será cosa del destino. | Rubi...

By _LittleDreamer_

1.6M 62.8K 12.8K

______ Suárez, abandonada por sus padres nada más nacer. Es criada por las monjas en un orfanato de Madrid. N... More

Será cosa del destino. | Rubius y tú |
Capítulo 1.Al fin libre...
Capítulo 2. Empezamos mal...
Capítulo 3. Muy simpático el vecino...
Capítulo 4. Coincidencias.
Capítulo 5. Al final no era tan malo.
Capítulo 6. Haciendo amistades.
Capítulo 7. Noche de discoteca.
Capítulo 8. Al final, no fue tan mal.
Capítulo 9. Será raro...
Capítulo 10. Recuerdos y más recuerdos.
Capítulo 11. Una visita inesperada.
Capítulo 12. Tengo que dar la cara.
Capítulo 13. Una muestra de confianza.
Capítulo 14. La fiesta.
Capítulo 15. Tarde de compras.
Capítulo 16. Un susto de muerte.
Capítulo 17. ¿Por qué a él?
Capítulo 18. Muévete por favor.
Capítulo 19. Un pequeño ataque de locura.
Capítulo 20. ''Señorita bigotes''
Capítulo 21. Tarde de tonterías.
Capítulo 22. ''¿Sabes cuál es tu problema?''
Capítulo 23. No sé si podré aguantarlo más.
Capítulo 24. Al fin una buena noticia.
Capítulo 25. De servir comida a doblar camisetas.
Capítulo 26. El primer día.
Capítulo 27. Nada va bien en la vida de _____.
Capítulo 28. Haciéndome amiga de mi ''cuñada''.
Capítulo 29. Por algo hay que empezar.
Capítulo 30. Las cosas se van arreglando.
Capítulo 31. Un problema menos.
Capítulo 32. Mierda... ¿Me habrá oído?
Capítulo 33. ¿Dónde está?
Capítulo 34. Al fin.
Capítulo 35. Te echaba de menos.
Capítulo 36. El árbol perfecto.
Capítulo 37. Creando recuerdos.
Capítulo 38. Buscando la escuela.
Capítulo 39. ¿La habría besado?
Capítulo 40. Feliz navidad.
Capítulo 41. Una petición inesperada.
Capítulo 42. Una visita inoportuna.
Capítulo 43. Vuelo adelantado.
Capítulo 44. ¿Tres meses juntos?
Capítulo 45. Nunca te abandonaré.
Capítulo 46. Te quiero.
Capítulo 47. Una simple pesadilla.
Capítulo 48. La vuelta a Madrid.
Capítulo 49. ''Bipolar''
Capítulo 50. ¡Aceptada!
Capítulo 51. No me pienso quedar de brazos cruzados.
Especial 50,000.
Capítulo 52. ¿Qué me escondéis?
Capítulo 53. Te amo.
Capítulo 54. Lucía.
Especial San Valentín.
Capítulo 55. Te estás obsesionando.
Capítulo 56. En las buenas y en las malas.
Capítulo 57. Todo estará bien.
Capítulo 58. Estabas celosa.
ESPECIAL 100,000 ♥
Capítulo 59. ''Carlos''.
Capítulo 60. Tal vez era lo mejor.
Capítulo 61. La próxima vez no seré tan comprensiva.
Capítulo 62. Nora.
Capítulo 63. ¿Es algo cómo conocer a tus padres?
Capítulo 64. Cita pendiente.
Capítulo 65. Puedes quedarte.
Capítulo 66. ¿Tan difícil es ser feliz?
Capítulo 67. Mamá...
Capítulo 68. Eso es lo que yo quiero...
Capítulo 69. Sueños.
Capítulo 70. No tenían derecho. [Primera parte]
Capítulo 70. Lo superaremos, juntos. [Segunda parte]
Segunda temporada.

Especial 200,000.

13.7K 498 136
By _LittleDreamer_

IMPORTANTE: Este capítulo NO es mío, al final del capítulo tenéis más detalles. Espero que lo disfrutéis :3

Llegué al piso y como pude abrí la puerta, encontrándome con Raspberry tirada sobre un cojín, seguramente en el quinto sueño. Es linda cuando duerme. Lo mejor de todo es que puedo acariciarla sin que me muerda. Dejé encima de la mesa de la sala las bolsas de la compra. Saqué mi cartera del bolsillo derecho de mi pantalón y la dejé sobre una encimera en la cocina, seguido de las llaves.

La otra gata, Willy, estaba dormida también, solo que ella si estaba en su camita. Era tarde, estaba regresando de hacer la compra porque realmente no tenía casi nada en mi nevera. A veces vivir solo apesta, y ______ no es muy buena en la cocina que digamos, así que si algún día llego a vivir con ella tengan por seguro que voy a acabar obeso de tanto pedir pizza y hamburguesas.

Me puse a guardar todo. El cereal por aquí, el pan a la despensa, la harina… también supongo, las bananas sobre el frutero, y el resto pa’ la nevera. Tomé una de las bolsas y dentro guardé todas las demás. Vamos, de la ley de la “Bolsa de las bolsas” no se escapa nadie. Rubius, ¿Tienes una bolsa? ¿Ves la bolsa de ahí? Bueno, coge una bolsa. ¿Me das una bolsa? Ahí en la bolsa. ¿Dónde guardas las bolsas? No las enceuntro Creo que hay en la bolsa de las bolsas, que es en donde guardo las bolsas. Todos en vuestras casas tenéis una bolsa donde guardan las bolsas, no me lo nieguen.

Estaba cansadísimo. Era tarde y me dolían bastante los brazos por cargar las cosas hasta casa. ______ tenía razón cuando dijo que debía comprarme un auto y uno de esos carritos portátiles para llevar las compras. Apagué la luz de la cocina, seguido la de la sala y finalmente caminé a oscuras hasta mi habitación. Encendí la luz y enseguida me tumbé en la cama a la vez que me frotaba la cabeza. Había dejado el móvil cargándose antes de ir al supermercado, así que probablemente tenía algunas notificaciones. Entré y lo primero que vi fue una notificación de hace 9 segundos (Sí, segundos) en el grupo de WhatsApp, cuyo nombre era “Los tontos bien tontos”, cabe mencionar. En el grupo estábamos los de siempre. Mangel, Cheeto, Alex, Willy, Thous, Mario, EDDisplay. Gñé, toda la panda.

El mensaje era de Willy, que ponía “Es verdad, el tiempo si que vuela”. Me he perdido de algo, seguro que sí. Entré al chat y vi una larga conversación de tan sólo los últimos 14 minutos. Me fui al principio, desde la hora en la que salí, para comenzar a leer. Todo puras gilipolleces y tonterías, hasta llegar a un mensaje de Alex, en el que ponía “Por cierto Rubius, ya has pensado que quieres en tu cumpleaños?”. Los demás preguntaron lo mismo también, y el siguiente mensaje era de Mangel, diciendo “Seguro y ha salido”. Ay mi Mahe, sí piensa él -A veces-.

En los demás mensajes no se veía nada que tuviese que ver con mi cumpleaños. Bajé por completo en la conversación hasta llegar al cuadrito donde se escribe el mensaje, y ahí escribí “Muy buenas!! Ya he llegado, dejen que me duche y enseguida vengo”. “Tío, mas fácil hubiese sido que te ducharas y luego hablaras” escribió Cheeto en su respuesta. No le presté atención y dejé el móvil a un lado; no tenía caso pelear con él sobre algo tan estúpido, porque al final íbamos a acabar hablando de algo que no tiene nada que ver con el tema principal.

Abrí el armario y del primer cajón saqué el pijama, que no constaba de más que un pantalón Adidas que me quedaba grande (A ______ ni siquiera le quedaba…), y una camiseta que ya no usaba. Caminé hasta el baño, dejando encendida la luz de mi habitación. Al entrar dejé la ropa sobre la encimera del lavamanos y abrí la ducha. Esperé a que el agua se calentara y entré. Apoyé una mano en la pared y con la otra me desordenaba el pelo bajo la regadera. Luego me lavé con el jabón, el champú y blá blá blá.

Cuando por fin salí, me sequé bien el cuerpo antes de ponerme el pijama. El pelo me lo dejé a lo natural, ni que yo me peinara mucho. Dejé la toalla donde se supone que iba y salí del baño, apagando la luz. Entré a mi habitación, apagué también la luz –La había dejado encendida antes.- y me tiré a mi cama. Tomé el móvil para ver sobre qué hablaban los demás. Cosas sin sentido, nada de importancia. Decidí dormir, aún seguía bastante cansado y mañana quiero levantarme temprano para poder grabar video temprano, editar el video temprano y subir el video temprano. Muchos ‘tempranos’, y eso que lo temprano no va conmigo, no soy de madrugar. Acomodé bien la almohada bajo mi cabeza, y cerré los ojos para poder dormir. Cosa que no me costó mucho hacer porque soy demasiado flojo.

Comencé a correr por el estrecho pasillo, para encontrarme con una pared que no me dejaba seguir. No entiendo, por todas partes hay paredes, estoy encerrado.

Madre mía…─ Murmuré con una mano en la frente.

Miré a mí alrededor. El único camino que podía seguir era, nuevamente, el mismo por el que había venido. Me di la vuelta rápidamente y comencé a correr de nuevo. No tengo salida alguna y lo peor es que ni siquiera sé dónde estoy. Soy demasiado especial. Bueno, tampoco sé cómo terminé aquí así que no me debía echar toda la culpa a mí mismo.

Volví a lo que suponía sería el punto central del lugar en el que estaba. Era una especie de laberinto, de paredes de piedra con enredaderas de un color oscuro. Bueno, en sí el lugar estaba oscuro. El suelo solo era pura hierba con algunas rocas, ya varias veces me había tropezado con ellas y me había caído.

¡Ostras Julián!─ Escuché la voz de Willy.

Alto… ¿Willy? ¿¡Willy!? ¿¡GUILLERMO!?

¡Willy!─ Grité llamándole, pero volví a escuchar esas vocecitas que hacía cuando jugaba, sin siquiera prestarme atención. ─¡Guillermo! ¿¡Dónde estás!?─ Volví a gritar, ésta vez llamándole por su nombre.

Tío, a ver, pero es que eres tonto.─ Escuché luego a Alexby.

¡Alejandro!─ Grité, llamándole, pero tampoco recibí respuesta de su parte.

Los tonos que ambos tenían al hablar no parecían alterados ni nerviosos. ¿Pero qué hacían ellos en un lugar como éste? Y aparte hablando con tanta normalidad. Comencé a seguir sus voces lo mejor que podía, pero cada vez cambiaban de dirección. Cuando por fin las voces “se decidieron” a ir por la derecha, yo opté por ese camino, y terminé en un pasillo sin salida, es decir, con otra pared. Me pasó lo mismo una vez más. Y otra más.

Suspiré. Nunca los encontraría si seguíamos así. Me di la vuelta para tomar otro camino, y justo en el pasillo que había paralelamente al que yo había entrado, había una especie de cuadro, rodeado por enredaderas de rosas rojas. Y ahí dentro estaban ellos, sentados en un sofá, al parecer en una estancia, jugando a un videojuego.

¡Chicos!─ Dije levantando los brazos, esperando que me escucharan. ─¡Eh! ¡Chicos! ¡Estoy aquí, coño!

No me escuchaban, era como si yo no estuviese ahí. Corrí hacia ellos, pero poco a poco me iba acercando, mi silueta iba apareciendo en el cuadro. Al estar lo suficientemente cerca, golpeé un poco el cuadro tratando de llamar su atención, cayendo en la cuenta de que era una especie de cristal.

Chicos, ¿Pero qué hacéis vosotros aquí?─ Pregunté, sonriendo un poco.

Sentía cierta felicidad por no estar solo. Pero esa felicidad se desvaneció segundos después, cuando no recibí ninguna respuesta de parte de alguno.

Tío, hagamos una apuesta, si te gano me compras un helado y si tú ganas te compro uno yo a ti.─ Propuso Alejandro, mirando a Guillermo con insistencia.

Trato hecho.─ Respondió él.

No entendía por qué no me hacían caso, estaba ahí mismo, ¿Por qué no me escuchaban? Tampoco entendía por qué estaban dentro de un cuadro, ¿Será que por eso no me escuchaban?

¡Guillermo! ¡Tío, responde! ¡Alejandro!─ Grité, molesto.

Seguían sin mostrar ningún interés en contestarme. Por pura rabia que me daba, de un puñetazo rompí el cristal, haciendo que los restos de éste cayeran todos al suelo. Miré hacia abajo, notando algo extraño, que me hacía dudar sobre que fuese un cristal. Tomé uno de los trozos, observando mi reflejo en él, y confirmé mis sospechas; ya no era un cristal, sino un espejo roto. Roto en mil pedazos. Siete años de mala suerte, lo que me faltaba. Con algo de enfado, tiré el cristal al suelo y me di la vuelta para irme de nuevo.

Entonces, volví a escuchar susurros, solo que no los escuchaba claramente, eran indefinidos. Comencé a correr en dirección a los susurros, haciendo que cada vez fuesen más claros, pero aún no lograba reconocerlos. Conocía esa voz, pero… No me recordaba.

Llegué a un pasillo, como el anterior en el que había visto a Guillermo y a Alejandro. Solo que en éste, en lo que parecía ser otro cristal, qué digo, otro espejo, estaba… Samuel. Vale, seamos sinceros, Samuel, alias, Vegetta, no me cae muy bien que digamos pero… ¿Qué hace aquí?

Eh… Samuel.─ Dije desde lejos, queriendo llamar su atención.

Éste estaba sentado en lo que parecía ser su escritorio, con un codo apoyado en la mesa mientras que con la otra mano movía el ratón del PC.

Samuel…─ Volví a hablarle, ésta vez gritando, pensando que me escucharía.

Me acerqué corriendo a donde estaba y paré en cuanto estuve en frente. Golpeé un poco el vidrio del espejo para que me prestara atención, pero no lo hizo. Entonces, volteó y me miró a los ojos.

Samuel, ¡Samuel!─ Dije emocionado, pensé que por fin me había escuchado.

Pero no respondió, solo acercó la mano y tomó algo, y cuando la alejó, tenía su cámara. Claro, no me miraba a mí.

Si me la he dejado encendida…─ Dijo mirando extrañado la cámara.

¡Samuel, coño! ¡Sé que me odias, pero por favor, háblame!─ Dije desesperado, golpeando el espejo nuevamente.

En un mal movimiento durante mi desesperación, lo golpeé muy fuerte y éste se rompió, al igual que el otro. Me parece que con éste espejo tuve menos paciencia que con el otro, no sé si será porque es Samuel o porque me estresa que no me hayan escuchado ninguno de los tres. Cayeron al suelo los restos del espejo, en los que se veía nuevamente mi reflejo. La había vuelto a cagar de nuevo, ¿Por qué no me escuchaban? ¿Por qué no me ven? ¿Acaso no existo?...

Empecé a caminar nuevamente, sin rumbo alguno la verdad, pues ya no escuchaba más susurros de parte de alguna voz. Me abracé a mí mismo, pues hacía algo de frío. Me senté en el suelo y eché la cabeza para atrás, apoyándola en la pared. Quería descansar, me dolían las piernas de tanto caminar. 

Me puse a pensar -Sí, yo pienso.- en todo esto. En primer lugar, ¿Qué hago aquí? ¿Qué es éste lugar? No recordaba haberlo visto en ninguna parte. ¿Por qué habían aparecido los chicos aquí? ¿Y por qué no me hacían caso por más que tratara, por más que gritara, o por más que golpeara el espejo…? ¿Estaban atrapados? Y al romper el espejo… ¿Habían desaparecido…? ¿Ya no los volvería a ver?...

Entonces escuché otro susurro. Bueno, más que un susurro, era una especie de grito, pero se escuchaba como un susurro porque estaba lejos de mí. Pero… Esa voz… ¡Esa voz! ¡Yo la conozco! ¡Yo la conozco! ¡Es… es…! ¡Mangel! Enseguida me levanté del suelo, alterado. Mangel está aquí, ¡Mangel!

¡Mangel! ¡Mangel, soy Rubén!─ Grité, pero no recibí ninguna respuesta.

Comencé a correr de nuevo, en dirección hacia donde la voz sonaba. Sucedió unas cuantas veces que la voz cambiaba de dirección, pero por fin logré encontrar el camino correcto, y vi por fin a lo lejos a Mangel. Por desgracia estaba en un espejo.

Me cago en todo…─ Dijo enfadado.

Me acerqué rápidamente, y di unos golpes con la esperanza de que me hiciera caso, pero no fue así. La imagen era de Mangel tirado en su cama jugando con el iPad, y los gritos provenían de él cada vez que perdía. Al lado de su mesa de noche se supone que había una foto en la que estábamos los dos el día en que por fin nos conocimos, pero la foto ya no estaba ahí. O mejor dicho, la foto estaba ahí, el que no estaba ahí era yo. Salía solamente Mangel. En el mismo lugar, en el mismo ángulo, con el mismo fondo, solo Mangel. Okay, eso me partió el corazón, en serio. ¿Por qué no estoy en la foto? Sé que es algo idiota pero Mangel es mi mejor amigo, y esa fue una de las primeras fotos que nos tomamos juntos…

Mangel, por favor escúchame…─ Dije inocentemente, posando ambas manos sobre el espejo y viendo cómo se cabreaba de nuevo. ─Mangel… Mangel, por favor…

No me hacía caso, igual que los demás.

No quiero seguir tratando…─ Susurré tristemente.

Nadie me escuchaba, ¿Ya lo he dicho? No entiendo por qué, es como si no me conocieran. Y la foto de Mangel me lo confirmó, es como si nunca hubiese aparecido en sus vidas, como si nunca hubiese conocido a ninguno… ¿Sería eso lo que el espejo trataba de mostrarme?

Me alejé lentamente del espejo, sabía que no me haría caso alguno. Sigo sin entender por qué estoy aquí, y por qué ninguno me conoce, ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Les fallé en algo?

¿Rubén?─ Escuché una voz femenina hablarme desde el fondo del laberinto. ─¡Rubén!─¡______! ¡Es ella! ¡Yo sé que es ella! ¡Es su misma vocecita chillona!

Pero ella… ¿Sí me conoce? Miré hacia atrás, esperando que ahora Mangel me reconociera, pero el espejo ya no estaba, simplemente se había ido.

¡______! ¿¡Dónde estás!?─ Grité, comenzando a correr.

¡Rubén, por favor, ayúdame!─ Fue lo último que pude escuchar claramente.

Comencé a escuchar la misma voz, pero por todos lados. A la izquierda, arriba, abajo, a la derecha, en mi cabeza, en mi mente, en ambos oídos... Comencé a confundirme, ya ni siquiera sabía a dónde ir. 

Me tapé ambos oídos con las manos, ¿Y ahora qué coño se supone que haga? Estoy más que perdido y se supone que debo hallar a ______ y ayudarla, pero ni siquiera sé dónde está ni qué le sucede.

Entonces todas las voces se detuvieron, dejando escuchar solamente un simple y leve llanto proveniente de lo que parecía ser ella.

______, por favor, dime…─ Dije, prácticamente susurrando. ─¿Dónde estás…?

El llanto se sintió un poco más cerca, detrás de mí. Enseguida volteé, para encontrarme con ella, encerrada en un espejo, al igual que los demás. Corrí hacia ella lo más rápido que pude, a pesar de que estaba cerca. Era ella la que estaba llorando.

¡______!─ Grité al acercarme, posando ambas manos sobre el cristal. ─¡Háblame! ¿¡Por qué estoy aquí!? ¿¡Por qué estás TÚ aquí!?

Rubén, por favor, sácame de aquí…

Comencé a golpear el cristal, pero paré en cuanto se escuchó un pequeño crujido, y seguido de eso apareció una pequeña grieta en el espejo. Recordé que si lo golpeaba muy fuerte se rompería.

Rubén, no puedo salir de aquí…─ Sollozó derrumbándose al suelo.

Claro que puedes, yo te voy a sacar.

Que no, no se puede…─ Posó una de sus manos sobre el cristal.

¡Que sí!─ Dije, posando una de las mías exactamente sobre la de ella.

¡ACÉPTALO, RUBÉN!─ Suspiró fuertemente, y bajó la cabeza. ─No se puede…

La grieta de la esquina se extendió más hasta la mitad del espejo.

¡No!─ Dije levantándome enseguida. ─¡______! ¡Por favor, dime cómo sacarte de aquí!

Comencé a llorar poco a poco, ella estaba ahí atrapada y yo era –Y sigo siendo- el idiota más grande del mundo porque no podía hacer nada para ayudarla.

Adiós Rubén…─ Dijo alejándose poco a poco del espejo.

¡No! ¡______! ¡No, por favor!─ Volví a poner las manos sobre el cristal, era lo único que podía hacer.

Ya no se puede hacer nada…

¡Claro que se puede!─ Dije, mientras una lágrima se escapaba de mi ojo derecho, bajando por mi mejilla lentamente.

La grieta en el espejo finalmente se extendió más alrededor de éste, haciendo que se rompiera por completo. ¿Esto había sido todo? ¿Ya no la volvería a ver más? ¿Había desaparecido… para siempre?

Me derrumbé de rodillas en el suelo, llorando intensamente. ¿Por qué había permitido que se quedara ahí dentro? ¿Por qué se había ido tan rápido? Esas y muchísimas otras preguntas -Entre ellas las que me había hecho a mí mismo antes con los chicos- pasaban por mi cabeza.

Entonces los susurros volvieron, pronunciando mi nombre. Rubén… Rubén…. ¿Esta vez no eran solo los susurros de ______, sino de todos. Hasta de los otros que no habían estado aquí. Todos mis conocidos. Logré identificar la voz de mi madre, la del padrino y la de mi abuelo. De muchísima gente de mi familia, y de mis amigos. Todos pronunciaban mi nombre, y me aturdían al hacerlo. Cada vez se hacían más fuerte, y no importaba cuán fuerte tapara mis oídos, aun así podía escucharlos dentro de mi cabeza, dentro de mi mente…

Desperté de golpe, pegando un salto seguido un grito. Estaba sudado a más no poder. Tenía la nariz “húmeda”, como si hubiese recién llorado. Suspiré, emitiendo un suave sonido, y puse una mano sobre mi frente. Tomé el control del aire acondicionado –O ventilador, como le llaméis- y lo encendí, necesitaba algo de frío.

Tomé mi móvil y vi la hora, eran las cuatro menos quince de la madrugada. Me metí al WhatsApp y ponía que nadie había enviado ningún mensaje desde hace más de dos horas, no pudieron con el sueño y se durmieron los muy flojos. Leí algunos de sus últimos mensajes, en los que poco a poco se fueron despidiendo para irse a dormir. Le di la vuelta a la almohada para quedar con el lado frío hacia arriba y volví a acostarme. Vaya, todo había sido una simple pesadilla…

________________________________________________________

Vale, con un especial esta chica me ha dejado por los suelos. Escribe DEMASIADO BIEN, y bueno, ha sido muy largo.

Ese es otro temita, trataré de escribir los capítulos más largos, y, aunque siempre digo eso, ¡esta vez es de verdad! Los haré mas largos los últimos 3.

También aprovecho para pedir perdón la tardanza, estoy en crisis de inspiración, así no hay quien escriba ni un capítulo. Lo siento :S

Y bueno, este maravilloso capítulo lo ha escrito ''LittleFan'' lo sé, os ha encantado :3 A mi también. Me fue MUY difícil elegir, pero, había que hacerlo. También habían otros especiales, como el de ''Lola1961'', y más chicas, que lo publicaré en la siguiente temporada, en algún especial :3

Me ha gustado mucho ver que os habéis interesado en mandarme ideas, así que muchas gracias. Dejad en los comentarios que os pareció este especial, a mi me ha encantado.

Voten, comenten y corazones gays <3 <3 <3

Continue Reading

You'll Also Like

383K 25.2K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
4.2K 349 41
♡ Eres tú y solo tú, mi sueño hecho realidad, lo que más necesito, lo que más quiero. empezo a vivir " ♡ Quiero tenerte así, para mí, sin preguntas...
5.1K 559 10
La vida de un Idol es todo menos tranquila y relajada. Una vez que lo tienes todo, tiene que cuidar de no volver a perderlo. Al entrar en este mund...
99.3K 4.6K 33
Una relación oculta en la neblina ¿resistirá la lluvia o tormenta que se avecina? ¿Podrá florecer al salir el sol? Gastón y Nina, sin saberlo, se co...