Capítulo 62. Nora.

14K 578 58
                                    

-¿Te espero a la salida de las clases? Podemos ir a cenar. - Me propuso.

-Claro. - Sonreí. - ¿Sabes dónde es?

-Sí, pase un par de veces por ahí.

Le di un corto beso y salí de mi casa. Comencé a caminar a paso lento, ya que tenía tiempo de sobra. Me dirigía a las clases de dibujo. No tardé en llegar. 

-Hola. - Saludé a mis compañeros.

Ellos me contestaron un ''hola'' al unísono. Me senté en la silla. La profesora entró en clase. Me sentía como en el instituto en cada clase que dábamos, y, aunque suene raro, fue una buena época. 

-Buenos días.

Nos enseñó varios paisajes. Nos hizo escoger alguno de ellos, yo elegí uno de una playa. Se veía el cielo azul con algunos pájaros. La arena se veía clara y relajante. Delante de esta se veía el mar, azul e infinito.

Empecé a pintar. El pincel se deslizaba sobre el lienzo.

-¿Tienes verde claro? - Una chica me sacó de mis pensamientos, con una pregunta.

-Claro. - Sonreí y le entregué el bote.

-Gracias. - Sonrió. - Esto es un coñazo... - Suspiró. - Tantas clases y que sigamos haciendo paisajes. 

Reí.

-¿Y qué te gustaría dibujar? - Pregunté divertida.

-De momento, dibujaría un piso barato para mi. - Rió.

-¿Y eso? - Pregunté.

-Buff... Me separé ayer. Pero bueno, ahora no es momento para hablar de eso. - Trató de sonreír, se notaba que no estaba bien.

-¿Qué te parece quedar después de las clases? - Pregunté.

-Claro. - Aceptó. - Me llamo Nora. 

-_____. - Sonreí.

-Siento no darte la mano, estoy llena de pintura.

-Lo mismo digo.

Seguimos pintando y hablando, hasta que tuvimos que mostrar nuestras ''obras de arte''. Eso era exactamente igual que el instituto, faltaba el timbre. En lugar de timbre teníamos a Lola, una compañera que exactamente cuando debemos abandonar la clase suelta un ''¡Ya es la hora de irse!''.

-¡Ya es hora de irse! - Eso empezaba a cansar.

-Y digo yo, si tantas ganas tiene de irse, ¿para qué se apunta? - Pregunté.

-Para tener algo que hacer por las tardes. - Ambas soltamos una carcajada.

-Bueno, ¿a dónde quieres ir? - Pregunté.

-Mmm... conozco un sitio, vamos. - Sonrió.

Salimos de las clases. Al lado del edificio se encontraba mi novio, perfectamente peinado y vestido, esperándome, tal y como me dijo aquella misma mañana.

-¡Mierda! - Solté.

-¿Qué ocurre? - Preguntó Nora confusa.

-Mi novio. - Suspiré. - Habíamos quedado.

-Oh, tranquila, ve con él.

Quería ir con él, pero, ella me había dicho que un día antes había roto con su novio. Sí, lo sé, no la conocía casi, pero... ¡había roto con su novio!

-Nora. - Llamé su atención, ya que vi que se daba la vuelta.

-Dime. - Sonrió.

-Espérame aquí.

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora