Desperté con un dolor terrible de cuello. Dormí en el sillón individual, que antiguamente, se me hacía muy cómodo, pero ahora que me queda bastante pequeño, tendría que dormir muy retorcida para acomodarse en el mueble. Y así lo hice.
Bravo, Clara.
Al despertar me dí cuenta que la música aún sonaba. Anoche, no hice nada más que tratar de dormir. Me importó un huevo todo el desorden que pude haber dejado, no preocupaba ninguna otra cosa más que en sentirme culpable de todo lo que pasó con Travis.
Me levanté y estiré brutalmente. Definitivamente, nunca más volvería a dormir en ese sillón. Fui a la cocina por un vaso de agua mientras veía mi celular. Necesitaba hablar con Lia, estaba sola en casa y, a pesar de que no era nada extraño para mí, sentía algo de nerviosismo. Esperé hasta que contestara y al tercer pitido, su voz sonó:
- ¿Clara? -tomó aire- ¿Estás tú loca?
- Lia, ven mi casa, por favor. -supliqué.
- "Lia ven a mi casa, por favor" -imitó mi voz- ¡Eres una perra!, ¿Sabías? ¡Me tenías nerviosa! ¿Qué pasó con Jace? -chilló.
- ¡Cállate! -suspiré- No me retes, por favor, te necesito, ven...
- Allá voy.
Esperaba a Lia impacientemente. El recuerdo de Travis arrasando contra mis labios me enloquecía y me ponía los pelos de punta, pero lo que más mal me tenía, era que Jace se había portado pésimo conmigo, pero ¿Quién era yo en este preciso momento para juzgarlo? ¡Me había besado con una de las persona que más detestaba!
Caminaba de lado a lado por el frente de la puerta, esperando y ansiando que el timbre sonara de una vez y poder desahogarme con mi mejor amiga. No sabía controlar mis manos, por lo que no hallaba que hacer con ellas, que en este momento, sudaban del puro nerviosismo y temblaban.
Mis nervios se fueron calmando en cuanto pude escuchar la llegada de un auto. Corrí y abrí rápidamente la puerta, pero no me encontré con quien esperaba.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté.
- Eh... ¿Es mi casa? -respondió Max, con tono de obviedad.
- Es que...
- No dormí aquí con todo el ruido que tenías. -interrumpió adivinando mi pregunta- Por cierto, tienes suerte que ayer mamá tuvo una emergencia, si no estarías muerta. -continuó y me hizo a un lado entrando a la casa.
- Lo siento...
- Da igual. -sonrió- Por cierto, ¿Cómo dormiste en el sillón? Te vi antes de irme.
¿Por qué era tan amable conmigo?
Esto me desconcertaba cada vez más.
- Eh... Bien... -dije desconfiada.
- Solías dormir ahí de pequeña, pero veo que ahora te queda algo chico.
- Sí. -hice una pausa- ¿Pasa algo Max?
- ¿Ah? ¿Por qué? -se giró hacia mí.
- Estás... raro. -hice una mueca.
- Estoy feliz.
Dicho esto, el timbre volvió a sonar. Corrí nuevamente a la puerta para recibir a mi amiga.
- ¡Lia! -exclamé en el momento que abrí la puerta.
- Hola. -dijo cortante. Llevaba una bolsa de supermercado en sus manos por lo que entró al instante a la casa en dirección a la cocina.
- ¿Qué llevas ahí? -pregunté.
Lia estaba desatando la bolsa y se me antojaban muchas cosas. Anhelaba que en esa bolsa hubiera comida. Me apoyé en el mesón y me dediqué a mirarla tiernamente.
- Cállate, es para mí. -dijo- Y no me mires así, ¿Ok?
Di un suspiro.
- ¿Sigues enfadada?
- Sí.
- ¡Perdón, perdón, perdón! -corrí hacia ella, para abrazarla- ¿Perdóname?
Lia me miró unos instantes con mueca de asco. Su cuerpo estaba rígido, se negaba a cualquier muestra de cariño y luego mantuvo cerrados sus ojos con fuerza. Resopló fuertemente, y me devolvió el abrazo.
- Ok... -puso sus ojos en blanco.
- ¡Yii! -salté, y la abracé más fuerte que antes.
- Pero me cuentas todo ahora ya. -añadió- ¡Traje cosas deliciosas para comer!
- ¡Sabía!
Lia se rió suavemente y esperó pacoentemente a que le contara. Me sentía muy nerviosa, con tan solo reanudar el instante en el que los besos de travis me consumieron y me hicieron sentir tantas cosas, se me estremecía la piel y se me hacía casi inexplicable de contar.
- Vamos, Clara... -suspiró- ¿No ves que me puedo imaginar un centenar de cosas obsenas si no me cuentas ya?
- ¡Lia, por Dios! -chillé.
- Lo siento, Clara, pero soy Lia Mckenzie, es inevitable... -rió.
- E-está b-bien... -suspiré- Pues... -tomé aire para continuar- Ayer Jace me dejó plantada y me enfurecí de una manera increíble, justo ocurrió que después de todo eso, Travis me llamó preguntando si podía venir, necesitaba conversar, me daba lo mismo con quién, incluso me daba igual si peleaba con Travis, solo quería olvidar todo el puto dolor y tristeza que sentía, pero Travis, como siempre, no llegó con intenciones normales, si no que quería hablar sobre todo lo que pasó el otro día y... y, y, me dijo un centenar de cosas que nunca me esperé de él, un sinfín de palabras llenas de sentimientos que me confundieron mil veces más, seguido de esto... pues me pide un beso y me dice que lo único que quiere es ser parte de mi vida. ¡Yo no quería, pero sus brazos me atraparon, y cuando me besó, después...ni yo quería separarme de él! Pero cuando volví a la normalidad, reaccioné, y le pedí que se fuera. -dije desesperadamente de corrido ocupando todo el aire que había tomado- ¡Lia me siento terrible!
Mi mejor amiga se encontraba estática. No lo podía creer y me miraba con los ojos tan abiertos tan grandes, que me aterraban.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, SANTO DIOS, JODER, JODEEEEEEEER! -gritó exageradamente luego de unos segundos- ¡ME MUERO, ME MUEROOOOOOOOOOOO!
- ¡CÁLMATE LOCA DE PATIO!
- ¡NO PUEDO, NO PUEDO, NO PUEDO!
-¿POR QUÉ, POR QUÉ?
- ¡PORQUE SOY DIVERGENTE Y NO PUEDO SER CONTROLADA! -exclamó.
- ¡TARADA!
- Ya, ya, lo siento, es que, me emocioné un poco... -rió- Todo esto es tan ¡Wuooo!
- Es horrible. -respondí con tono derrotado.
- ¡No, no, no!
- ¡Sí, sí, sí!
- ¡NO, NO, NO, EL COCO NO, EL COCO NO!
- ¡JODER, LIA, NO ME AYUDAS! -chillé mientras me daba un gran facepalm.
- ¡Perdón, perdón, fue inevitable, tenía que decirlo! -se excusó. Luego suspira fuertemente y continua- No. No es horrible, es hermoso, es intenso, es una historia de amor, ¡es amor!
- Eres muy cursi... -reí- ¿Amor? ¡Por favor, Lia, es imposible! Y-yo no siento nada...
- Y yo no te creo. Deja de engañarte por tratar de aparentar de que quieres infinitamente a Jace. ¡Es un idiota, siempre lo he creído! ¡Estoy casi segura de que el no siente lo mismo que tú!
- Vaya, no tenías por qué ser tan directa. -respondí sentida.
- Lo siento... Pero, es verdad amiga... -hizo una pausa- Yo sé que quieres a Travis. Debes pensar, aclarar tus sentimientos, y tomar la decisión. No es fácil, pero sólo podré decirte una cosa: Hay un chico, que es guapísimo, pero eso da lo mismo, lo que importa es que hay un chico, que está dispuesto a hacer cosas extraordinarias por estar contigo, por recibir de tu cariño. Clara, no seas tonta, por favor, no seas la típica rubia que se queda con el idiota mujeriego. No pierdas esta hermosa oportunidad, ¡Te abrió su corazón, joder! Y chicos así ya casi ni quedan. No lo desaproveches, porque te prometo, que te arrepentirás si lo haces, porque chicos así no caen del cielo como la lluvia.
Medité todo lo que dijo. Tenía razón, necesitaba aclarar mi mente, mis sentimientos, esa era la única solución, y luego de eso, los caminos estarían dados.
- Y si no lo tomas tú, me lo quedo yo.
- ¡Lia!
- ¿Qué? -se encogió de hombros inocentemente- Y créeme que no sería la única que lo haría.
Puse los ojos en blanco.
- Ok, ok, pero ahora, no quiero verte todo el día con cara de tragedia, así que debemos distraernos un poco. -continuó- Chris ya está en camino.
- Te quiero... -le dije con una sonrisa.
Se detuvo unos segundos. Luego me miró sonriente y me abrazó fuertemente.
- Yo también, mucho, mucho. Cuenta siempre conmigo.
La puerta se abre de un golpe y entra un Chris algo entusiasmado.
- Eh, me da lo mismo si interrumpo esto, yo soy su chico, y merezco también de ese abrazo.
Se acercó rápidamente y nos abrazó fuertemente, para luego tomarnos en brazos y elevarnos. Lia y yo comenzamos a chillar, cada una en uno de sus hombros, mientras Chris reía sin cesar. Finalmente, corre a la sala de estar y nos lanza hacia el sillón.
- Ríndanse ante mi sexy cuerpo... -se paró en frente de nosotras levantando levemente su camiseta blanca, mostrando así su abdomen bronceado y marcado. Luego, se mordió el labio seductoramente y comenzó a bailar.
Lia y yo reíamos a carcajadas. Chris puso la radio y la conectó a su móvil. La canción American Woman retumbaba en la habitación y calzaba perfectamente en la situación. Chris estaba increíblemente motivado dando su cocierto sin camiseta y con lentes de sol, mientras usaba su mano como micrófono y movía el trasero como una verdadera prostituta.
Cuando la canción termino se abalanzó encima de nosotras y se contagió con nuestras risas.
- Estarías buenísimo para trabajar en el caño. -comentó Lia.
- Lo sé, nenas.
- No sería mal negocio prostituirte. -añadí.
- Están locas. -rió- No soy un putito, soy fino, de la elite, solo hago estos bailes a chicas calientes como ustedes.
- ¡Por dios! -estallé en carcajadas.
- Y como clientas frecuentes, no les cobro.
- Me parece bien. -dijo Lia.
- Ahora, preciosas, pediré pizza. Tanta calentura me da hambre.
- Estás chiflado. -reí.
- Por ustedes, bombones. -dijo parándose del sillón y nos guiñó un ojo antes de continuar su camino hacia el teléfono.
Mientras tanto, con Lia elegíamos una película en Netflix. Y por fin me sentía algo más tranquila.
Definitivamente, tenía los mejores amigos del mundo.
Nota de la autora: hoooolaaaa, siento la tardanza, pero como algunos sabrán, me quitaron el celular y en el llevaba escrito el cap :'(, pero ahora lo tengo nuevamente y los compensaré!
Luego de este cap se viene otro seguido, para que no me maten♥♥♥♥♥♥
Ahora,
¿qué opinan del cap?
¿están de acuerdo con los consejos de lia?
Este cap va dedicado a todos mis amigos más cercanos, aunque no sepan que yo ecribo esta novela, pero yo sé que la leen. Son increíbles y de verdad yo sin ustedes no se que haría. Siempre están tratando de subirme el ánimo y son capaces de hacer el ridículo con tal de sacarme una sonrisa, al igual que yo.
También dedicado a mis lectores que me dan ánimo día día con sus hermosos mensajes y comentarios.
Cosaa tan pequeñas y sencillas que de verdad pueden llegar a producir grandes efectos.
¡Los adoro!
xoxo,
~Ms.