MI RUBIA

By CarrieKneaps

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Él había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMEN... More

Prólogo
La promesa: Rubias no
Capítulo Uno: Es Rubia
Capítulo Dos: Nube
Capítulo Tres: Tal vez la chica ya ha llegado.
Capítulo Cuatro: Está fuera del mercado.
Capítulo Cinco: Nube, jamás te dejaría caer.
...
Capítulo Seis: "No la mires"
Capítulos Siete: Entonces...¿Ella te gusta?
Capítulo Ocho: Coqui
Capítulo Nueve: Apariciones Inesperadas
Capítulo Diez: Decepciones silenciadas
Capítulo Once: Encuentros
Capítulo Doce: Problemas
Capítulo Trece: Decirle que te gusta
Capítulo Catorce: "No importa el nombre, importa ella"
Capítulo Quince: Choques
Capítulo Diecisiete: Emergencia
Capítulo Dieciocho: Dios
Capítulo Diecinueve: Miedo
Capítulo Veinte: Noticia
Capítulo Veintiuno: Mentirosa
Capítulo Veintidós: Locura
Capítulo Veintitrés: Decisión
Capítulo Veinticuatro: Plan
P A L A B R A S
Capítulo Veinticinco: Azul
Capítulo Veintiséis: Poder de convencimiento
Capítulo Veintisiete: Plan en marcha
Capítulo Veintiocho: Sorpresa
Capítulo Veintinueve: Amor
Capítulo Treinta: Suya.
Capítulo Treinta y uno: Golpes
Capítulo Treinta y Dos: Malas amistades
Capítulo Treinta y tres: La final
Capítulo Treinta y cuatro: Siete días
Capítulo Treinta y Cinco: Confusión.
Capítulo Treinta y Seis: Ausencia
Capítulo Treinta y Siete: Café
Capítulo Treinta y Ocho: Familia.
Capítulo Treinta y Nueve: Cambio de planes
Capítulo Cuarenta: Cruda realidad
Capítulo Cuarenta y Uno: Pequeña visita
Capítulo Cuarenta y Dos: Secretos
Capítulo Cuarenta y Tres: Futuro
Capítulo Cuarenta y Cuatro: Segundo adiós
Cuarenta y Cinco: Volviendo a la normalidad
Capítulo Cuarenta y Seis: Esperando
Capítulo Cuarenta y Siete: Triunfos y reuniones
Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca
Capítulo Cuarenta y Nueve: Al descubierto
Capítulo Cincuenta: Puñalada
Capítulo Cincuenta y Uno: Sin noticias

Capítulo Dieciséis: Luchar

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By CarrieKneaps

Capítulo Dieciséis: Luchar

Axel caminó entre la gente mientras las personas lo miraban y lo saludaban con emoción. El solo tenía un objetivo a la vista, el cual no se había dado cuenta de que el rubio se le acercaba sin pudor alguno.

—Axel, por Dios, no te vayas a meter en un lío. — Trataba de hacerlo entrar en razón su amigo Ed.

—No, yo no meteré en un lío, el sí. —Respondió sin detenerse escabullendo una chica rubia que parecía estar drogada.

— ¿Y sí te expulsan por mala conducta? — Interrogó su amigo pisándole los talones.

—No pueden hacer eso Ed, soy luchador. — Dijo obvio. — Créeme que no soy el único que tiene problemas fuera del ring.

—Tienes una pelea dentro de nada Axel.  —  Le recordó. — Deberías estar preparándote, no buscando peleas, imagina lo que dirá Dogg cuando se entere.

Axel rodó los ojos.

—Lo que menos me importa en este momento es Dogg. — Le informó. — No trates de detenerme, bien sabes que se lo merece. — Advirtió.

Cuando ya estaba llegando, el tipo no lo vio antes de que Axel le atestará un puño llevándoselo al piso con el golpe. Escuchó como empezaban a animarlo para que siguiera golpeando al hombre, le propinó al menos 5 golpes más antes de que alguien llegara a separarlo. Sabía que era Ed agarrándolo para que no volviera mierda el tipo.

— ¿Qué mierda te sucede fuego? — Le preguntó el pelirrojo levantándose del suelo con la nariz sangrándole a mares. — Hace unos meses quedamos en paz, ten en cuenta que acabas de romper ese trato. — Recordó.

—Y una mierda Abad. — Le dijo casi escupiéndole. — Tú bien sabes lo que hiciste. — Se removió en los brazos de su amigo que se dedicaba a sostenerlo.

Abad sin comprender y aún adolorido se le acercó.

—No sé de qué hablas, y no me interesa, puedo demandarte por esto. — Amenazó.

En cuanto este lo escuchó, se removió bruscamente.

—Suéltame santísima mierda. — Escupió a Ed que al verlo así no pudo hacer más que hacer caso. Axel se acercó tanto a Abad que su frente chocaba con la de él. — Y yo te puedo demandar por secuestro e intento de violación. —Esta vez se lo susurró para que solo el pudiera escucharlo. — ¿O es qué no te acuerdas de lo que pasó hace unas noches? — Preguntó el, más fuerte. — 4 chicas solas, una en especial. — Recalcó. — Rubia, ojiazul, preciosa. — Describió moviendo las manos hacía la gente que estaba alrededor. — Sky. — Indicó haciéndole saber; Abad tenía el semblante serio pero Axel podía ver la sorpresa de sus ojos y la incertidumbre de qué pudiera delatarlo en medio de toda la gente. — Mi chica.

Finalizó apuntándose con el dedo a sí mismo. Abad abrió la boca en una O demostrando que no tenía ni idea de lo que el rubio acababa de decirle. Para entonces Axel tenía los ojos en llamas.

— ¿No quieres meterte conmigo? — Preguntó abriendo los brazos hacía el. Al ver que Abad no lo miraba volvió a acercársele hasta quedar a centímetros de él  y moverle el rostro para quedar frente a frente. — Entonces no te metas con los míos y mucho menos con ella. —Le soltó la cara de un empujón y empezó a retroceder sin dejar de mirarlo. — Quedas advertido y recuerda que, el que se mete con fuego, se quema.

Entonces se volteó para encontrarse con Ed, él lo miro pero no le dijo nada. Y después, ambos se abrieron paso entre la gente con todas las miradas puestas en ellos.


—Que irresponsabilidad, Axel, estas terminando de sanar tus manos y ya quieres meterte en otro problema. — Le regaño Dogg caminando de un lado a otro. — No sé qué pasa contigo últimamente, pero sea lo que sea debes arreglarlo. — Ordeno.

Axel se levantó de la camilla donde estaba escuchándolo hace media hora.

—Vamos Dogg, sabes que no soy así, créeme cuando te digo que el tipo se lo merecía. — Dogg simplemente lo miraba con duda. — A parte no sucedió nada, dije lo que tenía que decir y lo deje; te juro por Dios que me controle mucho más que otras veces.

— ¿Y qué quieres pedazo de idiota? —Interrumpió Dogg indignado. — ¿Qué te agradezca por no echar todo tu esfuerzo y el mío a la mierda? ¡Qué considerado!

—Bien, ya, lo siento, estuvo mal, lo sé, no volverá a suceder si él se queda quieto. — Advirtió. — Ya todo está bien, cálmate, ¿Sí? — Pìdió.

Dogg lo miro mal y se dio la vuelta para caminar a la salida.

—Un día de estos vas a matarme chico. — Dijo antes de salir negando con la cabeza.

Axel se dejó caer en uno de los sillones, soltando un largo suspiro. Ahora se sentía más tranquilo, a pesar de que no lo dejó como quería, le había dejado claro quien tenía el mando. Abad sabía muy bien lo que era enfrentarse a Axel, más de una vez había sido causante de las largas peleas que Axel tenía antes de entrenar con Dogg.

Se levantó y busco sus guantes, según el reloj del cuarto, faltaban 15 minutos antes de que tuviera que comenzar la pelea. Su contrincante de hoy era pesado, mucho. Si ganaba podría estar más tranquilo para la próxima pelea, si no, debía ganar la siguiente sí o sí. Sí no lo hacía, estaría fuera.

La puerta se abrió y Ed apareció por ella con una botella de agua.

  — ¿Qué tal estuvo? — Preguntó cerrando la puerta detrás de él.

—Bien, peleamos un poco pero bien. — Dijo mientras comenzaba a dar saltos con una cuerda.

—Yo no te aguantaría con lo fastidioso que eres. — Soltó una risa. — Ya no sé cómo hace el pobre Dogg.

—Te quejas más tú que él. — Se burló Axel. — Deja de llorar.

Ed rodó los ojos y le dio un trago a la botella de agua.

—Cambiando de tema... hace rato dijiste que Sky era tú chica. —Empezó. — Y hasta donde sé ustedes aún no son nada.

Axel sabía que el castaño solo quería indagar más allá, pues el todavía no les contaba absolutamente nada de lo que había pasado con Sky noches atrás.

—Sí, lo dije. —Afirmó sin dejar de saltar, concentrándote en lo suyo.

—Pero es mentira, ¿no?— Preguntó directo sin perderse un solo detalle de la reacción del rubio.

Axel movió la cabeza pensando que responder a eso. ¿Sky era o no su chica?, todos los días se veían y se hablaban, se daban besos de vez en cuando pero todavía no concluían nada. Él no sabía si ella quería algo con él y para él todo era nuevo, pues era la primera vez que una chica le atraía de la manera en la que la rubia lo hacía. ¿Entonces que debía hacer?, tenía varias opciones, esperar a ver como se daban las cosas, pedirle a Sky que oficialmente fuera su novia, o seguir así hasta que termine. 

Cuando pensó en lo último, no sé sintió bien. ¿Terminar? No se había puesto a pensar realmente qué pasaría si ese algo que pasaba entre él y la rubia llegara a acabar. Él no quería que acabara, o no al menos en ese momento.

—Hola, hola. — Saludo Maxi entrando al cuarto.

Inmediatamente Axel se detuvo y espero a que la rubia apareciera por la puerta pero segundos después no pasó.

—Hola Maxi. — Saludo chocando puños con él. — ¿Y Sky? — Preguntó de inmediato.

Maxi hizó una mueca.

—Tuvo que hacer algo a última hora con su papá. El la llamó urgentemente, me pidió que te dijera que lamentaba no poder venir y que esperaba que ganarás. — Dijo Maxi como si se lo hubiera aprendido de memoria.

El pecho de Axel se desinfló al saber que su nube no estaría para apoyarlo esa noche. El realmente esperaba que ella pudiera acompañarlo pues su presencia lo hacía no querer decepcionarla.

—Oh está bien. — Fue lo único que dijo volviendo a agarrar la soga.

Maxi asintió y se fue con Ed. Ambos chicos comenzaron a conversar de cosas triviales mientras Axel retomaba su calentamiento. Su ánimo había bajado considerablemente, pues no había recibido ni una sola llamada o mensaje de la rubia explicándole lo ocurrido. Pero el también tenía que darse cuenta de que no siempre ella iba a poder estar con él en todas las peleas por más de que lo quisiera.

Ese día Santi tampoco podría acompañarlo, pues se había ido de viaje con su padre que estaba de cumpleaños y decidieron celebrarlo en las paradisiacas playas de Hawái. Así que ese día, solo eran Ed, Maxi y él. Cuando se lo pensó, se sintió afortunado de poder decir que tenía personas que lo apoyaban, así fueran pocas, eran las necesarias.

Dogg entró avisando que ya era hora de ir al ring, los chicos que hablaban en el sillón se levantaron y le dieron ánimo a que todo iba a salir como lo esperaban. Entonces salió al pasillo escoltado de los tres hombres, de nuevo se escuchaba el ruido de la gente aullando por que la pelea empezará. Con cada pasó que daba se sentía más nervioso que de costumbre, no sabía si era por la importancia de la pelea o por que le faltaban dos fichas claves esa noche. Pero fuera lo que fuese, debía sacar la pelea adelante.

De repente sintió algo deslizándose en su mano. Se asustó y volteó rápidamente para encontrarse con la rubia de sus sueños mirándolo con una sonrisa, con su mano envuelta en la de él.

—Nube que...—No supo que decir.

Ella soltó una risa y lo envolvió en sus brazos acariciando – como de costumbre ya- su cabeza por encima de los mechones rubios.

—Todo fue broma, lo siento. — Le dijo al oído con risa. — No pensé que te lo fueras a creer en serio.

El reacciono pasando sus brazos por la cintura de la chica, apretándola contra él, comprobando que ella estaba ahí.

—Yo...no supe que pensar. — Dijo. — El que estés aquí significa mucho para mí, gracias nube. — El hundió su cara en el cuello de ella.

—Ax, en todo lo que pueda apoyarte lo haré, no lo dudes. — Se separó de él.  — Anda tienes que ganar una pelea.

El con una sonrisa en la cara, la agarró de la mano y todos reanudaron el paso. Dogg había rodado los ojos ante las cursilerías que el niñato que entrenaba le había dicho a la rubiecita. Mientras que los chicos si estaban a gusto viéndolos hablar.

Cuando entraron al pasillo, toda la gente empezó a palmearlo.

"Rómpele la cara"

Le gritó un chico que llevaba una cerveza en la mano. Axel chocó puños con Maxi y Ed. Pero lo que lo llevó al límite fue el momento en el que Sky con una mano en el cuello del rubio, lo acercó a ella para después estamparle los labios sobre los de él con emoción. Entonces el no pudo haber estado más preparado para luchar. Por él.

Y por ella.

Recibió tres golpes en la cara de seguidos, sintió como su labio empezaba a arder. La parte derecha de su boca se le encalambro haciéndolo aturdir levemente. Que paliza estaba recibiendo el rubio. Su contrincante, el toro, no dejaba de golpearle. Afortunadamente la campana sonó dando por terminada la primera parte de la pelea, Kyle, su contrincante, se retiró a una esquina casi intacto mientras que él estaba más que mal.

Cuando se sentó, sintió todos sus huesos crujir, Dogg se le acercó rápidamente pasando una toalla por su cabeza secando todo el sudor y la sangre que le recorría el rostro.

—Estoy muy cansado Dogg. — Jadeó agarrando la botella con agua que su entrenador le tendía.

—Lo sé, Axel, pero debes voltear la pelea. — Aconsejó. — Si no lo haces estaremos dependiendo de un hilo en la competencia.

—Lo sé, lo sé; hago lo que puedo...

—No, debes hacer más de lo que puedes, piensa en todos los sacrificios que has tenido que hacer para poder estar donde estás el día de hoy. — Recordó el hombre. — Esto es nuestro, no lo merecemos.

Axel pensó en todas las peleas que había tenido con su mamá por el deporte que el chico había tenido, por los líos que su hermano en la escuela por culpa de él. Por su mamá llegando muerta a la casa después del trabajo. Él quería sacarlos adelante, eso era lo que él debía hacer. Volteó a su derecha, mirando a la multitud.

Cuando encontró lo que buscaba, se topó con la preocupación misma reflejada en los azulados ojos de su nube, se veía tan preocupada y tan impaciente que podía asegurar que ella estaba ansiando que la pelea acabara.

"Hazlo"

Fue lo único que salió de la boca de la rubia, haciéndole saber que ella estaría esperando que lo lograra. Ella creía en él, más de lo mucha gente que ha estado con en todo su vida lo había hecho y eso le bastaba para pararse e intentarlo.

Dogg le puso una bolsa de hielo en el estómago y la presiono sobre él, la piel de Axel quemó por el contacto del frío tan repentino, pero después no solo fue la quemazón, también empezó a arder la sangre que salía a chorros de una de sus costillas.

Axel se lamentó cuando vio al juez volver a entrar al octágono, avisando que el segundo round de la pelea debía empezar. Con pesadez, Axel se levantó de la silla volviendo a tomar un poco de agua para después escupir el líquido ahora revuelto de sangre al piso. Dogg le palmeó la espalda suavemente y se retiró del octágono de inmediato.

Kolet, el australiano más conocido como el toro, lo miraba con seguridad, listo para terminar de una vez por todas, sin embargo, no se veía maldad en sus ojos y era algo que a Axel le gustaba. Muchas veces, le tocaba pelear con algunos chicos a los cuales les emocionaba golpear, y eso era mucho peor, pues ellos siempre estaban buscando la manera de hacerlo enojar de alguna u otra forma.

A Axel le gustaba boxear, era algo que tenía que admitir, mas no le gustaba estar golpeando con emoción simplemente por ver sufrir al otro. Esa era la única manera con la que sabía defenderse, y aunque era consciente de que las palabras eran más poderosas que los golpes, él no sabía utilizarlas como modo de defensa.

La campana sonó y con un último respiro, Axel se colocó en posición de defensa, ambos chicos sin dejar de mirarse empezaron a dar vueltas en pequeños trotes. Kolet tomó la iniciativa y se le acercó lanzando un puño directo a su cara que Axel con facilidad esquivo. Acercándosele, Axel le metió primero un golpe en el abdomen y luego otro en el rostro, sin embargo Kolet lo agarró por el abdomen y lo empotró contra una de las rejas del octágono y empezó a golpear el abdomen de Axel sin piedad. A pesar de que no eran golpes de peso, si le estaban causando dañó pues el rubio ya tenía las costillas lastimadas.

Como pudo, lo empujó con el pie alejándolo para que lo soltara. Kolet cayó al piso y sin perder un segundo, Axel se le abalanzó golpeándolo en la cara, pero antes de que pudiera darle otro golpe al toro, este le golpeó las costillas, el ojiverde se desestabilizó y eso le dio el tiempo suficiente a su contrincante para que pudiera golpearlo fuertemente en el rostro dejándolo inmediatamente desorientado en el suelo. Fue ahí cuando la pelea finalizó.

Con el toro como vencedor.

Tenía a tres personas a su alrededor tocándolo a mas no poder. Ya tenía unas vendas en su abdomen, protegiéndolas. Una señora castaña presionaba un algodón lleno de alcohol sobre su labio roto. El hombre gordo le había colocado una inyección con anestesia para poder cerrar la herida con puntos, eran tres simples puntos en su frente que seguramente dejarían una huella. Y otro hombre más joven le había asegurado a Axel que su nariz no estaba rota pero si adolorida por los golpes, por eso su nariz no había parado de sangrar desde que salió del octágono. Afortunadamente no había sufrido ninguna contusión porque de ser así, no podría pelear por unas cuantas semanas.

Dogg no le había dicho absolutamente nada a cerca de la pelea, se le notaba más preocupado por la salud del rubio y era algo que Axel agradecía porque ya no podía con más decepción que la de él. Y algo que tenía claro era que la siguiente pelea solo tenía un ganador rubio y ojiverde. Era una promesa a sí mismo.

Todos los chicos estaban en la misma habitación, se encontraban hablando de algo que el no entendía; eso sí, su rubia no le había quitado la vista de encima mientras los enfermeros trabajaban en el, se veía preocupada. De vez en cuando, Axel le lanzaba sonrisas para tranquilizarla, pero eso no parecía calmarla pues se levantaba y miraba que era lo que hacían los enfermeros con él.

Después de un rato, al fin lo dejaron, y las sabanas de la camilla estaban totalmente ensangrentadas con toda la sangre de Axel encima de ellas. Se incorporó de a poco para no hacerle daño a las costillas. Dogg había salido a hablar con los organizadores, mientras que los chicos lo miraban  de reojo de vez en cuando.

—Dios, nunca más dejes que te golpeen así. — Le dijo Sky mientras lo envolvía en un suave abrazo.

Axel sonrió a medias abrazándola también.

—No va a ser la primera vez que me veas así. — Le sonrió.

Ella negó con la cabeza.

—No me gusta. — Dijo como niña pequeña.

El volvió a reír mientras le acariciaba la mejilla, admirándola.

—Lo sé. — Fue lo único que dijo.

Sky al ver que el chico estaba mal, no solo físicamente, también emocionalmente le acarició el cabello con adoración, el cerro los ojos aceptando la caricia. Fue entonces cuando, sin darse cuenta la rubia dejo un suave beso en los labios de Axel, sorprendiéndolo.

—Estoy orgullosa de ti. — Aquello lo dejo pasmado, pues no esperaba tal afirmación. — Mil veces debemos caernos coqui, hasta que las rodillas nos sangren. Y el perdedor es aquel que se queda en el suelo. Luchaste hasta el final y eso es más que suficiente.

"Hasta el final"

Esa frase le recordó lo que ella le dijo a mitad de la pelea. Fue ahí cuando entendió que, ella no le estaba pidiendo que ganara; ella le había pedido que, no dejara de hacerlo.

La miró, preguntándose qué tantos enigmas traía aquella chica, y porqué sus palabras siempre lograban reconfortarlo tanto, que pensó qué, si seguía así, la iba a necesitar siempre.

La agarró por el cuello y a volvió a pegar a sus labios, sin importarle el ardor de su labio. El beso no duró mucho, pues ella se separó antes debido a la preocupación de que pudiera pasarle algo. El la acercó juntando su frente con la de ella.

—Estoy bien. — Le dijo justo en el momento en el qué entrelazaron los dedos. —Gracias, nube.

Ella sonrió, dándole un beso en la frente. Y lo siguiente que dijo, fue algo que Axel tampoco esperaba escuchar esa noche.

—Ven a dormir conmigo esta noche.

N/A:

¡Ya llegue!, ¿Me extrañaron?

Como ya pudieron darse cuenta, volvimos con lo de subir cada dos semanas, sé que es demorado pero si no lo hago así, no puedo asegurar que los capítulos lleguen constantemente.

¿Que tal él capítulo?, no siempre se gana, y son muy pocos los que logran ganar siempre, quiero que Axel sea real, que pueda ser mortal y no que este en el pedestal de los Dioses. A poco no les gusto como Axel defendió a Sky.

¿Pueden creer que no les había mostrado a nuestro Ed?, yo no, ya era hora de que conocieran a mi bebé, Está guapo verdad😏

En fin, aquí me quedo. Pero antes...¿De qué país creen que soy?

Besos en la nalgaaaas✨⛈🍑

CK.

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