Me sorprende todo esto. Ni si quiera sé como pude dormir anoche. Mi vida es un desastre lleno de complejos, que cada día aumentan de nivel.
¿Se acuerdan de la pequeña libreta que tenía para anotar cada cosa sospechosa, intimidadora, e inusual de Travis?
Pues, ¡A la mierda con ella!
Necesitaría millones de libretas para continuar anotando.
Eran al rededor de las seis de la mañana, ni yo me lo creía. Era tan temprano (al menos para mí y sobretodo un día lunes) y yo lo único que quería era partir a la escuela.
NO ME TIREN PIEDRAS, NO SOY ALGUNA ESPECIE DE ALIEN HEREJE.
Es sólo que, necesito verme y encontrarme ocupada, tal vez con mis amigos o simplemente molestando a cada uno de mis pacientes profesores, si no, me pasaría el resto del día frustrada, nerviosa y confusa por el centenar de sucesos que pasaron el día de ayer.
Me levanté de la cama con aspecto moribundo, pero no soñoliento y me encaminé hacia la ducha: tenía tiempo de sobra, así que opté por un baño relajante. Me desvestí y luego sumergí mi cuerpo en la bañera que ya se encontraba con agua y sales de baño.
Y en momentos como este, en el que sólo quieres relajarte, se te es imposible.
Dos nombres aparecían constantemente en mi cabeza y todo se me hacía demasiado confuso.
¿Qué pasará con Jace?
¿Qué haré al verlo hoy?
¿Por qué diablos Travis me hizo todo el escándalo de anoche?
¿Cuál es el punto de todos sus juegos?
Pero, ¿Saben que era lo que más me rondaba?
Las respuestas de todas esas preguntas, porque, aunque yo no quiera admitirlas o suponer de ellas, se me hacía muy difícil.
Las mujeres siempre tenemos ese instinto deductivo, de las indirectas que, a pesar de las grandes diferencias que pueden llegar a existir entre las chicas, todas, pero absolutamente todas, lo poseemos. Lo malo, es que muchas veces no acertamos como solemos pensar, pero en este caso, eso era lo que más yo deseaba:
Que todas estas mierdas que llegaban a pasar por mi mente fueran incorrectas.
Ya terminado mi baño, sin su objetivo cumplido, me aproximé a envolver mi cuerpo en una simple toalla, me lavé los dientes y cepillé un poco mi cabello. Mientras lo hacía, el sencillo reflejo de mi persona en el espejo me desconcertaba, provocando que me mirara en él.
Tenía unas ojeras de muerte, el rostro pálido y sin expresiones. Mis ojos azules se veían más bien grises, y no sabía si era por la nublada mañana o por mi decadente estado de ánimo.
《¿Qué tiene de especial Clara Williams?》
Di un pequeño respingo al darme cuenta de que el tiempo corría, por lo que con un simple agite de cabeza pude volver a lo que me correspondía. Me vestí rápidamente y tomé mi bolso de escuela. Hoy no tenía muchas ganas de comer, por lo que abandoné al instante la casa.
El frío mañanero azotó contra mi rostro provocando que mi cuerpo ss estremeciera. Abracé mis codos para contener el calor y seguí con mi ruta, que esta vez, no era la misma por dos razones, una, iba caminando, la otra, me iría por el camino más largo, es decir, pasaría por la playa.
El aire marino me relajaba, me hacía recordar los tiempos en los que de pequeños nos llamaba la atención a Chris, Lia y a mí, soñando que seríamos grandes surfistas. Cerré los ojos tratando de recordar y retroceder a aquellas épocas, donde el amor era un "iuuug, ¡Qué asco!" y nuestra felicidad se basaba en hacer castillos de arena, comer golosinas, hacer travesuras y jugar.
Definitivamente, todo era mucho mas sencillo.
Mi mente dejó de dar vueltas cuando, desde lo lejos, pude escuchar los gritos de Danny, que me hacieron dar un respingo al escuchar "¡Clara, Clara!"
Lo miré algo confusa y me acerqué a él, que se encontraba barriendo la arena de las escaleras de la salida del café con su uniforme de mesero y el cabello aún despeinado.
- Hola, Danny. -pregunté- ¿Pasó algo?
- ¿Te pasa algo? -me miró con el ceño fruncido- Es raro verte tan temprano caminando por aquí...
- Nada, no te preocupes. -sonreí- Es que simplemente no he tomado desayuno.
- ¡Pues, qué esperas! -levantó sus brazos señalando el local- Bienvenida a Malibu's Break.
- Está bien... -puse los ojos en blanco soltando una pequeña risa.
Nos adentramos en el local y al parecer, Danny se encontraba sólo.
- ¿Y los demás? -pregunté mientras tomaba asiento en mi usual mesa.
- Soy el más puntual. -sonrió- Por el momento no hay nadie... Yo creo que como a las ocho llegarán, así prepararé tu orden yo mismo.
Miré la hora en mi celular:
Recién eran las siete y cuarto.
- Mientras te quede como me gusta, todo bien. -reí.
A los minutos llegó Danny con mi malteada y se sentó al frente. Tomé de la malteada y se me hizo inevitable no poder hacer una demostración de placer.
- Joder, Danny, ¡La mejor malteada no recomendable para díabéticos que he probado! Tienes mis respetos, chico.
- Algo he aprendido en la cocina... -comentó con una risa entre dientes.
- Y bien... -di vueltas a la malteada con la bombilla- ¿Qué tal tu cita con Lia?
- Pues... -se rascó la nuca nervioso- Estuvo bien, pero estamos destinados a ser amigos... Al menos por su parte...-comentó cabizbajo- No la entiendo... -resopló- Es como si estuvieramos a punto de llegar a la meta pero un estúpido obstáculo lo impide, y te puedo asegurar que ese obstáculo, está en la mente de Lia y que tiene un nombre.
Y creo que no me equivocaba con las sospechas, ese nombre era Max.
Pero por ahora me importaba un bledo aquello, tenía la cabeza con obstáculos más grandes que los de mi amiga. No permitiré que esto me afecte más.
- Hum... -fingí estar pensativa tratando de hacerle creer que no tenía ni la menor idea del posible chico que perturbaba a Lia- No lo sé. -suspiré- Ya sabes, las mujeres somos un mar de misterios, nunca sabrás la cantidad de cosas que podemos ocultar. -comenté y aproveché de dar el último sorbo a mi deliciosa malteada.
- Tienes razón... -suspiró- ¡Mujeres! -agitó los brazos en el aire y luego apoyó su codo en la mesa resoplando- Es por eso que me caes tan bien.
- ¿Por qué?
- No sé, eres más sencilla, más "clara" como justo dice tu nombre... Debe ser por eso que no llevas complicaciones, siempre con tus jugarretas, sigue así. -dio unas suaves palmaditas en mi hombro.
Danny, no tienes idea.
En realidad las mujeres somos un mar de misterios, unas más que otras tal vez.
Los clientes comenzaron a llegar por lo que Danny se despidió de mi para continuar con su trabajo. Y por suerte mía, ¡No me cobró la malteada! Al menos un buen comienzo del día.
Y como ya se estaba haciendo tarde, también me marché camino a la escuela.
~○~
Abrí con fastidio mi casillero, saqué todos mis libros pertenecientes y cerré fuertemente provocando un ruido que a muchos hizo dar un respingo.
¡Ups! ¡Lo siento chicos, Williams no esta de humor hoy!
Y justo al cerrarla me encuentro a Jace en frente. Cerca, pero no a mi lado.
Me detuve a mirarlo un rato. Me daban ganas inmensas de correr a abrazarlo y saludarlo como cada mañana en la escuela, pero no.
Jace cerró su casilla y se volteó, conectando nuestras miradas distanciadas.
Joder, esto no podía ser más incómodo y doloroso.
Lo saludé con un gesto cortante desde la distancia a lo que el respondió sonriendo falsamente para luego marcharse.
《¡Puto. Puto. Puto!》murmuraba hacia mis adentros, apoyándome en conjunto a un gran resoplido contra mi casillero.
Me enderecé nuevamente y caminé hacia la cafetería. Miré mi reloj, eran las ocho con cinco, por lo que tenía tiempo de ir a distraerme un rato con mis amigos que deberían estar ahí tomándose un café o algo por el estilo.
Entré y un escalofrío me estremeció. Era tal cual como la primera vez, cuando él, desde su mesa de chico malo me atravesaba con su penetrante mirada azulina grisácea. Fue una sensación instantánea que ocurrió al entrar, como una conexión.
Froté con los dedos mi sien haciendo pequeños masajes, mientras me encaminaba a la mesa . Travis en realidad era como un dolor de cabeza.
- Hey... -empezó Chris- ¿Qué carita es esa? ¿Te pasó algo?
- Es cierto... -Lia se paró de la mesa y se acercó- ¿Te sientes mal, nena?-dijo mientras me tomaba la fiebre y la temperatura de mis mejillas.
- No es nada, en serio.
- ¿Y tu cara? -continuó Christopher.
- Tengo sueño.
Chris se lo tragó fácilmente y siguió conversando, mientras que Lia, me miraba con esas miradas mas penetrantes que las del mismo Travis Brown. Esas miradas que podrían ser hasta denunciadas. De esas que extraen más información que cualquier entrevista con el. simple uso de la vista. Así me miraba, y creo que está más que claro que no me creía NADA.
Y con tanta observación encima, descarté por completo que este sería un buen día.
~○~
Ya saliendo de clases camine rápidamente. No quería ver a nadie. Sentía los distintos cuerpos de alumnos chocando contra el mío para abrir paso, y tenía la extraña sensación de que alguien me perseguía.
- ¡Hey, que te pasa tarado! -escuchaba gritos de chicos desde lo lejos- ¡No empujes, imbécil!
- ¡Lo siento, tengo prisa! -le contestaba una voz grave que se me hacía bastante familiar.
Oh no.
Me detuve en seco y cerré los ojos con fuerza por el nerviosismo de no saber que hacer, me estaba siguiendo, quería hablar y yo... yo simplemente no podía con todo esto.
Ya reaccionando al fin, di un pequeño respingo y me dispuse a caminar más rápido, pero sus brazos pudieron antes que mis piernas, acercándome más a él tirando de los pasadizos del cinturón de mis jeans.
- Clara... -dijo con sus ojos llenos de brillo- ¿Podemos... -tragó saliva- ...hablar?
- E-eh... -mis labios comenzaron a tiritar- T-tengo algo de prisa, Travis... Lo siento, adiós.
Me marché rápidamente para evitar el momento incómodo, sin embargo aún podía sentir esa cercanía, ese escalofrío y esa presencia. Me giré para ver si se había marchado, pero al contrario, Travis seguía varado en el mismo lugar, mientras cientos de estudiantes pasaban a llevar su cuerpo con el rostro cabizbajo. Y como si fuera un acto de telepatía, su mirada nuevamente se conectó con la mía, notando que yo lo estaba observando.
Ay, joder, joder, joder.
Después de unos segundos paralizada, volteé lo más rápido que pude y me dirigí a la salida. Costaba mucho caminar entre tantos cuerpos amontonados, todos con la misma prisa. Cuando de una vez por todas pude llegar a la salida, me recosté en unos de los pilares de la escuela.
Con un fuerte suspiro apoyé también mi cabeza cerrando los ojos del cansancio , en el pilar.
Dios mío.
Sentía que al fin estaba tranquila. Sola. Sin Jace y sin Travis, pero...
- ¡CLARA! -exclamó- ¡Al fin te encuentro, nena!
Pero con Lia Mckenzie.
- ¿Pasó algo? -pregunté.
- A mí nada. -respondió- Pero por lo que puedo notar con mi instinto de mejor amiga, a tí sí. Vamos, de mí no te escapas.
- Lia... -puse los ojos en blanco- Sólo estoy cansada...
- ¡Uf! -exclamó- ¡Esto debe significar que algo no muy agradable pasó!
- Quiero irms a casa.
- Está bien, amiga. -apoyó su mano en mi hombro- Hagamos algo, te voy a dejar en el jeep y en el camino me vas contando, ¿Ok?
- Ok... -bufé.
Caminamos juntas por el patio delantero de la escuela seguido del estacionamiento. Lia sacó sus llaves y apretó el botón que hizo sonar un pequeño pipip que daba aviso de que el coche ya estaba abierto. Nos subimos y acomodamos nuestros cinturones. Lia, al encajar la llave, provocó que automáticamente partiera el motor y que se encendiera la radio y el aire acondicionado que me refrescaba del olor de rosas que me daba picazón en la nariz. A lo bajo, se podía escuchar el CD de Rihanna, que por cierto, era el favorito de mi mejor amiga.
- ¿No le vas a subir? -pregunté extrañada- Amas estas canciones...
- ¿Y tú crees que te escaparás? -rió- ¿Cómo pretendes que te escuche con la música tan alta?
- Está bien...-resoplé.
- Al grano.
- Ayer tuve una pelea con Jace, porque Travis me llamó interrumpiendo nuestra cita y pues el se enojó y no fue nada lindo. Estaba tan furiosa, que le devolví el llamado, diciéndole un rosario de cosas "hermosas" como que lo odiaba y que me había jodido la vida.
- Auch.
- Pasó que al final, a este maniático y acosador chico, se le ocurrió llegar a mi casa a las tres de la mañana para "hablar" y a preguntarme que había sido todo eso del teléfono. Yo sólo quería estar tranquila, por lo que le empecé a gritar de que por qué cojones no me dejaba en paz y él...
- Aguarda, aguarda. -interrumpió- ¿Fue a tu casa desesperado a las tres de la mañana sólo para hablar contigo?
- ¡Sí! -exclamé- ¡Es un idiota!
- ¡Idiotas y la puta madre, si un chico me hiciera eso, que no le doy al tío ese! -rió- Ese Travis no puede ser más caliente, joder...
- ¡Lia!
- Está bien... -trataba de calmar sus carcajadas- Epa, no te pongas celosa, nena, es todo tuyo...
- ¡No me hagas golpearte, tarada!
- Ya, ya...-respiró hondo- ¿ Y qué te dijo?
- Que... -suspiré- Que no podía...
Un fuerte frenazo hizo que mi cabeza se azotara y agitara contra el auto.
- ¿QUÉ? -exclamó- ¿SABES QUE SIGNIFICA ESO?
- ¡ERES UNA IDIOTA, LIA, QUE TE DEN, COMO FRENAS ASÍ! -chillé mientras sobaba mi frente- ¡Y NO ME LO DIGAS PORQUE HE PASADO EL PUTO DÍA CON ESO RONDANDO EN MO CABEZA!
- Hey, tranquila, ya pasó -me calmó- Nena, estás en casa, ¿Quieres que te acompañe?
Mi móvil invadió vibrando fuertemente:
Nuevo mensaje de: Jace Parker.
Texto: Tu casa, ¿A las seis?
- ¿Quién es? -preguntó curiosa mi mejor amiga.
- Es Jace...-la miré- Quiere que nos juntemos a la seis... -me mordí el labio inferior nerviosa.
- ¡Oh, Dios! -se lanzó hacia atrás- ¡Retiro lo dicho, no me quedaré, cualquier cosa me llamas!
- ¿Qué?
- Ponte hermosa, espero buenas noticias, adiós.
Me empujó del jeep hasta que logró mover mi trasero.
Estaba loca, pero la amaba.
Rápidamente entré a la casa. Eran las cinco de la tarde, por lo que alcanzaba a darme una ducha y ponerme linda...
A las seis menos cuarto ya estaba lista. Lo único que cambié en mi atuendo, fue lo de arriba. Un suéter que dejaba mis hombros descubiertos de color gris más los mismos jeans que usé en el día. Mientras bajaba las escaleras, tomaba mi cabello en una coleta desordenada alta. Bajé hasta la sala de estar, donde me dispuse a esperar a Jace mientras veía una película. Dudé unos segundos en que si era buena idea verla, dado a que mi novio debería estar por llegar. Pero como era unas de mis películas favoritas, me dio igual. Me senté en el cómodo sillón y esperé.
~○~
La película había terminado ya y Jace todavía no llegaba.
Revisé mi celular por décima vez:
NADA.
No había ni llamadas, ni mensajes, ninguna señal.
Miré el reloj: Eran al rededor de las de la noche.
No sabía si tenía pena, rabia o preocupación.
¿Y si le había pasado algo?
Marqué su número y llamé. Los pitidos sonaban sin cesar hasta que la llamada se cortó. Nuevamente llamé, pero a diferencia de lo anterior, ahora su móvil se encontraba apagado.
¿Es en serio?
El puto me había dejado plantada.
¿Por qué mierda me pide que nos juntemos si no va a venir?
Ahora lo que sentía, era una mezcla de todo lo que dije anteriormente.
¿Por qué me hizo esto?
Tenía todas las malditas esperanzas de poder reconciliarme con él, volverlo a abrazar, y sentirme tan a gusto como siempre. Pero no, me equivoqué.
Un nudo en la garganta se empezó a formar, tenía rabia, me sentía humillada y lo único que quería era mandar todo a la mierda por hoy.
Subí al balcón con las ganas de llorar, pero mi orgullo no me lo permitía, aunque estuviera sola. Mi respiración estaba agitada, sentía desesperación por no saber como deshacerme de este puto sentimiento que me apretaba el pecho.
Abrí las puertas del balcón y el frío dela noche azotó contra mi cara. No iba a llorar, no por un idiota, Clara Williams no se relajaría a ese nivel. Poco a poco la tensión dentro de mí aumentaba. Las ganas no dieron para más y dejé caer un fuerte grito desde el balcón al vacío.
- ¡JACE PARKER ERES UN HIJO DE PUTA!
Y a pesar de no derramar aunque sea una lágrima, ya me sentía más tranquila.
Mi día ya era un asco. Ahora con esto, sólo quería dormir.
Entré nuevamente, y me encerré en mi habitación. Encendí el equipo de música y subí el volumen a mas no poder, tratando de simular que desaparecía, que me sumergía en la música. La canción Say something retumbaba en la casa. Solía amar esa canción, pero ahora, más que nada, sentía que me torturaba poco a poco.
Iba a apagar mi teléfono para dormir, pero un mensaje lo impidió.
Nuevo de Travis Brown: ¿Puedo ir a verte?
Sabía que era una mala idea. Pero sentía tanta furia, que todo me importo un culo.
Para: Travis Brown
Texto: Ok. No me hagas esperar.
Nuevo de Travis Brown: Estoy en cinco.
Bloquee la pantalla y a los pocos minutos el timbre sonó.
Travis habia llegado.
Nota de la autora: Holaaaaa! Nuevo cap! Esta vez más largo :)))
Chicos, sé que dije que lo subiría el viernes pero no les mentiré:
Estaba escribiendo el cap ( ya estaba casi por terminar) cuando el celular se me cae y se desarma :(
Por desgracia , no había guardado nada y se borró todo :(
Pero ahora les alargué un poco el cap como disculpas jij
Por cierto, ahora esta será la nueva rutina: subiré cap todos los viernes o sábados a menos que los sorprenda con capítulos más seguidos si es que me alcanza el tiempo y se me da la inspiración.
En finnnnnnn
¿Qué opinan?
¿Qué pasará cuando esté con Travis?
¿Por qué la habrá dejado plantada Jace?
¿Qué pasará con Jace y Clara cuando se vean?
Espero sus votos y comentarios!!!!!!
LOS AMOOOOOOO
CAP DEDICADO A: BarbaritaJil. HOLA LECTORA!
XOXO,
~MS