3 semanas después.
Mis niños, no saben lo emocionados que estamos Zack, Mayte, Dylan y yo por verlos destapar sus primeros regalos de Santa. Éste año será su primer navidad y realmente estoy ansiosa.
Tanto su tía Mayte cómo yo hemos decorado cada parte de la casa, dándole vida.
Hemos también planeado en estrenar la chimenea el veinticuatro y quemar bombones frente a ésta.
Lo único que me causa melancolía es pensar que a ustedes no les tocará vivir la experiencia cómo a mi y a Lucía, pues, cada navidad se reunía la familia y hacíamos ponche y postres y por supuesto, nunca faltaba el pavo relleno.
Las navidades en México eran excelentes, más cuándo se compartían en familia. Siempre hubo ese cálido ambiente familiar. Y por supuesto, las piñatas lo eran todo, aventarse por los dulces y que el niño con los ojos vendados siguiera intentando darle a la ya rota piñata y los padres regañandonos por esperar un poco más. Oh y también estaba la tía que a pesar de sus problemas en las rodillas, siempre se aventaba también por los dulces.
Y no olvido cómo en esas fechas todos parecíamos bolas coloridas pues, nuestros padres nos colocaban un sinfín de chamarras por el frío. A mi me encantaba estrenar mis cómodas botitas. ¡Y que no falte la tradición!
Lizzie, se que odias las nuevas botas que te compré pero, tienes que usarlas.
Mis niños, les prometo que intentaré hacer que cada Navidad valga la pena, intentaré revivir todas esas viejas costumbres con las que yo crecí. Y les prometo que no estarán más sólos pues, un angelito viene en camino.
— ¿¡Qué!? —el grito de Mayte hace que tire la pluma y deje de escribir.
— ¿Qué de qué? —pregunto cerrando el cuadernillo.
- ¿He leído bien? -pregunta con sorpresa. Suelto un suspiro y asiento- ¡Oh por dios! ¡Te atreviste a volver a embarazarte!
- ¡Shhh! Nadie tiene que saberlo aún, es una sorpresa que planeo decir en Navidad -mis mejillas se vuelven rojas.
No quería ni esperaba que pasara esto de nuevo tan rápido pero, al parecer mi cuerpo está en mi contra.
- ¡Oh por dios! Felicidades, ven levantate de ahí que quiero abrazarte -me pongo de pie y Mayte me envuelve en sus brazos.
- Gracias, y quiero que seas la madrina. Con los trillizos te has escapado pero ésta vez no.
- ¡Por supuesto que seré! -chilla- por cierto, las piñatas ya están listas las he guardado en el sótano, junto a los regalos -asiento.
- ¿Qué más hace falta?
- Las piñatas están listas, los bombones también, los dulces ni se diga. Creo que nada hace falta ya.
- De acuerdo. ¡Rayos! Estoy tan emocionada.
- También me hace emoción imaginar la cara de los trillizos al ver las piñatas, o los regalos -sonrío.
- He invitado a Caleb a venir, por supuesto sólo con Hunter. Merece festejar a la buena la navidad. Y eso si, que no falten los pequeños vecinos.
- ¿Si crees que vengan?
- Por supuesto, están emocionados de romper la piñata.
- Pero, ¿también podré romper la piñata, verdad?
- ¡Obvio! Que no se pierdan los valores. Espero que no pidieras de cántaro las piñatas, es lo único que no extraño de las viejas celebraciones, romperte la cabeza con los trozos de la piñata.
- Por supuesto que no, tengo que cuidar la salud y bienestar de mis sobrinos y por supuesto, la mía -río - bueno iré a tomar un baño que bien merecido lo tengo, ya vengo.
Tomo mi celular y escribo un mensaje para
Jos.
hey, ¿que planean hacer para navidad Bobby y tú?
En fin, si no tienen nada planeado los invito a celebrar el 24 conmigo en mi casa, habrá piñatas...😏
No espero respuesta inmediata así que bloqueo el celular y me dedico a ver la tv. Hoy los trillizos se habían ido con su padre, cómo cada fin de semana.
El timbre de mi celular interrumpe mis pensamientos, contesto enseguida.
- ¿Cómo amaneció el amor de mi vida? -la voz de Zack llega de lleno, provocando miles de sensaciones.
- No lo sé, deberías averiguarlo -jugueteo. Últimamente Zack y yo nos habíamos convertido en una pareja bastante cariñosa.
- Eso mismo estoy haciendo -sonrío.
- Estoy bien, feliz de que llegue la navidad ¿y tú?
- También estoy bien, de hecho mejor que nunca.
- ¿Y eso por qué?
- Mis padres aceptaron ir a pasar la navidad contigo, por supuesto, con condiciones. Mamá dijo que llevaría el postre y que también llegaríamos antes para ayudarte en la cocina.
- Oh, por supuesto.
- Creo que nunca te lo he dicho pero contigo estoy realmente convencido. Quiero formar una familia contigo y claro, con los trillizos.
Si supieras...
- Bueno, eso ya lo veremos en el futuro.
- Me parece bien, por lo tanto, me encargaré de cuidarte para que no te vayas con alguien más.
- No necesitas cuidarme, no me iré con nadie más, te lo prometo.
- Bueno, me convenciste. ¿Te veré más tarde?
- Claro.
- De acuerdo, entonces iré a tomar un baño quiero que me veas de la mejor manera posible -y ésta vez no evito reír.
- Ya te he visto de todas las maneras posibles, babeando mi hombro, con el cabello despeinado, desnudo...-me interrumpe.
- Ya, no hace falta que sigas mencionando -ríe - te veo más tarde, te quiero.
- Igualmente, hasta luego -y sin más termino la llamada.
- Vaya, nunca te había visto sonreír por tanto tiempo.
- Creo que comienzo a enamorarme otra vez, Dylan -suspiro. Luego, analizo la situación. ¿qué hacía Dylan aquí y cómo había entrado?
- Vine porque estaba en casa aburrido y cuándo llegué estaba sin seguro la puerta así que entré.
- Oh -asiento.
- Entonces me contabas de Zack -Dylan toma asiento en uno de los sofá individuales - ¿estás segura de sentir eso?
- Ya lo he experimentado una vez, por supuesto sé lo que comienzo a sentir.
- ¿Crees que sea verdadero?
- Si, lo creo, o eso es lo que siento -Dylan asiente asimilando la situación.
- Wow pensé que yo te gustaba.
- Es diferente, me gustabas pero nunca nos vi en una relación creo que me había resignado contigo.
- Si hubieses luchado un poco más si pudimos ser algo.
- ¿Para qué? Tú no querías ni quieres una relación seria y yo si la quiero. He comenzado a crecer, ya no simplemente se trata de mi diversión y placer, tengo hijos y en algún momento yo debía comenzar a tomar las cosas enserio.
- Espero que seas feliz entonces.
- Y yo espero que termines bien con Mayte, no quiero elegir entre alguno de los dos.
- No pasará, te lo aseguro.
- De acuerdo, ¿tienes hambre?
- Mucha en realidad.
- Haré Waffles entonces -me levanto de mi lugar.
- Vamos, te ayudo.
- Vale -sonrío- pero espera, antes tengo que saber algo.
- Dime.
- ¿Te sientes atraído por Mayte? ¿te gusta? -Dylan se queda en silencio, asimilando las preguntas y luego suspira.
- Si, desde el momento que la conocí -me quedo sin aire.
Wow.