—La última vez que me obligan a entrar a un juego del infierno como ese. —Ivan nos da una mirada asesina mientras nos bajamos del martillo aún riendo, él sigue apoyado sobre Luke, tomando una larga respiración.— ustedes son malévolas.
—Lo siento soy-muy -joven y hermoso-para-morir. —Dana se pone a imitarlo con voz chillona y a los segundos Luke, ella y yo nos carcajeamos con ganas, ignorando la mala mirada que el azabache le da a la castaña.
—¡Es cierto!, soy muy hermoso y joven para morir, no como ustedes, ¡mundanos! —hace una pose diva soplándose las uñas, por lo cual nuestras risas aumentan más. — Ya desearían ser iguales a mi.
—Si clarooo. —murmure sarcástica rodando los ojos cruzándome de brazos. —¿Vamos a la montaña rusa?—pregunte haciendo un puchero, los tres se miraron mutuamente y el ojiazul negó al igual que el gesto que hacía con sus propias manos.
—¡Oh, no!, esta vez me toca elegir a mí. —interrumpe a Luke antes de que hable, mirándonos maliciosamente, rodamos los ojos, pues el Ivan vengativo nos hacía irnos a juegos que no eran divertidos y además, aburridos.
El tren para niños era un digno ejemplo de su "venganza".
—¿A dónde? —pregunta Dana haciéndose una coleta para después tomar mi mano.
—Iremos a al cementerio del manicomio.—aplaude sin quitar su mirada y sonrisa cínica de nosotros, uniendo sus dedos después como el señor Burns.
Eso sí no me lo esperaba.
—¡Estás loco sí crees que vamos a entrar ahí! — mis ojos se abren por la sorpresa y a la vez yo misma me delato con el poco temor que eso me causa, pero mi reacción sólo hace que se amplíe su sonrisa de loco guiñándome un ojo.
—¡Vamos, Emily! O... acaso le tienes miedo al cementerio y manicomio? —pregunta en un tono divertido sonriendo como un autentico desquiciado, peor que antes.
Lo que me daba más fervor era qué...
Para poder salir de esa atracción debes pasar por un manicomio abandonado, obviamente pero en el cementerio se complica la situación cuando sale un loco con motosierra a la vez que intenta matarte, una cosa que parece muy real para mi gusto.
No es que le tenga miedo a las cosas de terror, sino que tuve un pequeño trauma de pequeña ahí.
—¡Yo no quiero ir ahí!—exclame en protesta incómoda, mi mejor amiga ahora me estaba rodeando con sus brazos.
—¡Yo tampoco!—Ella se unió a mí en esta discusión, el castaño sólo miraba la situación callado cruzado de brazos con aburrimiento.
—Vamos chicas, ¿es que son amigas de Halley y Candy? —pregunto refiriendose a las chicas superficiales de nuestro antiguo instituto, las que claramente nos sacaban de quicio y viceversa.
Esa fue la gota que derramo el vaso.
—No, no tengo miedo y voy a entrar ahí. Más te vale que corras lejos después, loco Ivan. —murmure entre dientes olvidando cualquier viejo recuerdo.
—¿Correr?, eso lo harán ustedes, querida. —bramó él divertido, antes de tomar nuestras manos y que una sonrisa torcida apareciera en sus labios.— Vamos, ¿entonces?
Por los altavoces del parque empezó a reproducirse Wouldn't it be nice de The Beach Boys.
A Ivan se le amplió la sonrisa orgullosa en el rostro tarareando mientas que nosotras dos lo mirábamos mal.
—Vamos antes de que te parta lo que llamas cara, querido. —gruñó Dana soltando su mano de un manotazo, nuestro amigo rodó los ojos pero igualmente se apresuró a emprender el camino hasta la dichosa atracción aquella bailando en el camino, llevándose varias miradas de las personas a su alrededor.
—No hace falta decir que le falta un tornillo. —añadió Luke.
Sí algo que no nos gustaba era que nos tomaran como aquellas chicas superficiales. Aparte de que yo no tenía una muy buena relación con Halley, la cual se había ganado un espacio en la lista de personas irritantes en mi vida.
Suspire con cansancio siguiendo a los chicos, delante de mi estaban Ivan y Dana, Luke, estaba detrás de mí, creo.
—Tranquila preciosa, luego me encargo de él. — susurró Luke suavemente pasando su brazo por encima de mis hombros y yo reí negando. —La música del manicomio es menos escalofriante de lo que crees.
—No te preocupes que esta me las cobro yo solita, después.—le susurré de vuelta apoyando mi cabeza sobre su hombro de manera relajada. —y no me ayuda saber eso. —me quejé riéndome.
—Vale, eso no lo dudo. —me mira divertido y suelta una pequeña carcajada antes de despeinar mi cabello cariñosamente.
—¡Oye! —ambos nos reímos y seguimos con nuestras típicas bromas hasta llegar al lugar disfrutando la canción.
Horrible lugar.
Tragué duramente separándome de mi mejor amigo observando fijamente aquel edificio salido de una película de terror así como el cementerio que se veía de lejos.
—Estás me las voy a cobrar con Ivan. —asegure apretando mis puños respirando profundo escuchando la risa divertida de Luke.
—Dana se te va a adelantar en ese tema. —contestó él mirando a la esquina donde mi mejor amiga seguía haciéndole señas al azabache en clara amenaza.
—No lo dudo, ahora vamos al infierno, querido Luke. —ambos reímos por aquel tono en mi voz, enganché mi brazo con el suyo y subimos las escaleras mohosas.
—No te separes de mi.
—Yo no creo que me separe de ti.
—Veamos.
Y entramos con la lista de música vieja a todo volumen, ¡súper divertido!
[...]
Bien, sólo tengo que ponerme por aquí y listo, ¿no?
Los arbustos me cubren perfectamente la poca iluminación que se presta por las largas farolas apenas me permiten ver más allá de dónde estoy.
—¡AHHHHH! —grite cuando la motosierra se encendió detrás de mí, me aparté casi corriendo de aquel sujeto vestido de una forma escalofriante.
—Vamos a jugar. —su voz es macabra y tenebrosa, tal como él, no lo pienso más y salgo corriendo despavorida, topándome con Dana en el camino quién estaba huyendo al igual que yo de otro tipo enmascarado con una hacha.
—¡Emily! —chilla esta asustada abrazándome.
—¡Dana! —correspondo el abrazo y ambas suspiramos aunque sea por tener algo de compañía, hemos perdido a los enmascarados, ya detrás del pino ella asoma su cabeza por una esquina y suspira aliviada pero manteniéndose tensa.
—¡Salgamos de esta tontería! —Susurra temerosa mirando a todos lados alerta y sin dudar ningún segundo más afirmo con la cabeza. — ¿buscamos la salida?
—Vamos por aquí. —le señalo un camino y ella asiente de acuerdo a lo que ambas empezamos a caminar por aquel sendero lejano a los pinos y tumbas.
—Mantente alerta por esos locos.
—No te preocupes, estemos bien. —asegure nerviosamente por las pisadas cercanas a nosotras.
—¡La luuuz! —chillo ella jalando mi mano hasta el portal de cemento en la esquina.— ¡ahí vienen los locos, corre, Em, corre!
No sé cómo lo logramos pero ahí estábamos, en la salida por fin, recuperándonos de aquella carrera que habíamos hecho.
—Calma, ¡hemos sobrevivido a ese infierno! —alce mis manos exageradamente cerrando mis ojos al mismo tiempo sonriendo ampliamente. —¡nos salvamos!
Afuera de la atracción se escucha una canción más movida que nos transmite tranquilidad.
Clarity de Zedd.
—De esa forma te quiero, mejor amiga. — nos reímos dejando el temor de lado.— comamos algo antes.
—¿De que matemos a nuestro mejor amigo?
—Así es. —rodee los ojos y cuando encontramos el puesto de comida, me relaje sacando mi celular para llamar a los chicos que aún no habían salido del cementerio.
—Sí, con bastante ketchup y papas, muchas papas.
Sam
Te han dejado una carta ahora mismo, hermanita. No la hemos abierto, traía una rosa negra, ¿no te parece loco?
8:30"
Los escalofríos recorrieron mi cuerpo cuando leí el mensaje que mi hermana menor me había enviado.
¿Una rosa negra?, ¿carta?
Tírala a la basura, debe ser una broma pesada.
8:45"
Ni la abras, por favor infórmale a la agencia de seguridad que apliquen el plan quisquilloso de papá, mientras estén aquí. Evitaremos ese tipo de situaciones.
8:45"
No te preocupes, Em. Ya llamé a la agencia hace unos minutos, tuve un mal presentimiento.
8:46"
Estoy con mamá, tranquila. Vamos a ir visitar a los Andersson. Tú concéntrate en disfrutar con los chicos, lo necesitas. :p
8:47"
—Toma, loquilla. —salí de ese trance en el que había entrado repentinamente, sacudiendo mi cabeza por la intranquilidad que sentía.— ¿Em?
—¿Eh?
—Te perdiste en las nubes y te he quitado cinco papitas.
—¡Tramposa! —ella hizo una mueca por la cual me reí tomando la canastilla repleta de papitas con queso y salsas encima.— antes de que sigas arrebatándome más. —ella rodó los ojos bufando.
—Tienen más sal que las mías, no voy a arrebatarte nada. Espera, ese no es el punto, ¿por qué tenías esa expresión de haber visto un fantasma?
—Pero qué dices, Dan.
—Te conozco perfectamente y sé cuándo mientes, donut. —entrecerró sus ojos comiendo su hamburguesa tranquilamente.
—No es nada, loquilla, es sólo que recordé al enmascarado. —mentí restándole importancia a ese mensaje que aún rondaba en mi mente.
Quizás sólo eran manías mías.
Esa caída dentro del manicomio había sido totalmente dolorosa.
—¿Cómo escapaste del manicomio?
—Mal, fueron muchas caídas, y Ivan... ¡lo voy a matar! —murmuré mientras comía un hotdog ya después de haber pasado los sustos de mi vida también.
Realmente, mi alma abandonó mi cuerpo unas cuantas veces, peor que en las caídas.
—No lo harás tu sola Emy, yo te voy a ayudar.—asegura Dana mordiendo su hamburguesa de manera molesta ahora.
—¿Algún plan de cómo matarme? —pregunta Ivan despreocupado llegando a nuestro lado sonriente.
—Vas a sufrir y mucho! — le amenazo la castaña lanzándole una papita frita en la cara.
—No sé sí se dieron cuenta pero ustedes salieron primeras y yo de ultimo así que tengo un pequeño golpe del manicomio —admite mientras la da una mordida a la hamburguesa de Dana ignorando la queja que ella hace logrando que sólo se moleste más.
—¡Eso es mío! —Dana lo mira de manera asesina perdiendo la paciencia.
—Era sólo un mordisquito... —se defiende él pero Dana le da un golpe en la cabeza.
—¡DALE CON LA SILLA! — grita una chica como de unos dieciséis años que va pasando y yo suelto una sonora carcajada mientras que la castaña le hace una seña de aprobación y busca una silla corriendo detrás del pelinegro quién huye por su vida.
—¿Quién le dio la idea?—pregunta Luke riendo mientras mira a Ivan huir de la castaña en lo que pasa su brazo sobre mis hombros.
—¡Una pequeña! —respondo divertida riéndome un poco más tomando de mi soda. —espera que falta mucho por ve aún.
—Pobre. —dice como puede el castaño sin poder parar de reír y yo simplemente me uno a él asintiendo.
Mis tres mejores amigos son únicos.
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Tan tan tan.
Momentos de locuras y esto, je.