I'm back bitches Bv
Aprovechando que la jefa salió y estoy sola me metí en la compu de la oficina para traerles esta tripleta ganadora ;D (Ah por cierto... tengo empleo >w< ¡¡¡ES HORRIBLE!!!)
Espero que les guste y me dejen UN PINCHE COMENTARIO!
¡Neta! no sé a quién tengo que matar para que comenten ¬¬
¿Es mucho pedir?
¿¿¿Se les caerá una mano???
Se las tengo contadas, seres engendros de Satanás ¬¬
Ya ni sé por qué me molesto...
En fin... vamos allá ¬¬
Los agentes subieron rápidamente hacia la central para encontrarse con una tensión en el aire que casi podía cortarse con tijeras. Los cinco prepararon sus armas y cerraron los chalecos en sus pechos, atentos a todos. Roger miraba hacia todas direcciones un poco inquieto. Badger y Reyna cada uno se armaron con dos AR-24 y las orejas atentas a pesar del silencio. Nick y Judy estaban juntos y vigilantes, espalda con espalda, dispuestos a protegerse el uno al otro. Cuando de repente se escuchó una estática en las bocinas del altoparlante de la estación.
"Está encendido...?"
Una voz distorsionada con un ecualizador empezó a escucharse desde la cabina de audio
"Probando... sonido... 1, 2, 3... ok... si... está encendido... muy bien... por lo que veo ya todos llegaron al recinto... los que faltaban... jajaja... perfecto, podemos empezar la fiesta... saludos a todos mis queridos amigos del WCPD..."
La voz se escuchaba en cada rincón de la jefatura, todos se habían paralizado esperando a que algo sucediera. Cuando de pronto el toro salió de su oficina y se puso a mirar hacia el techo.
"Oh jefe... es bueno hablar con usted de nuevo... como le va? Recibió mi mensaje el día de ayer...? Por supuesto que lo hizo! Apenas podía entender lo que le estaba diciendo... lo desperté? Lo siento tanto... pero la información que debía darle realmente no podía perder el tiempo... se cercioró de ello, verdad? Dígame... arrestó a Owen?... ese fue un crimen terrible... meterse con una familia entera... tres niños de por medio... cuanta maldad puede existir en el mundo?"
El toro bajó al encuentro con los agentes mientras la distorsionada voz no hacía más que decir necedades. Reyna estaba alerta reportando cada uno de los rasgos de expresiones en su memoria y de pronto recordó algo importante.
- No puede ser...- susurró inquieta.
- Reyna...?- esbozó Judy mirando en los ojos de la felina genuino terror.
- Ese es...
- El informante...- replicó el toro con el semblante duro aunque parecía inquieto- entonces fue él el que me llamó en la madrugada de ayer para decirme sobre el incendio y el asesinato de la familia del ministro- Roger estaba congelado mirando hacia una de las bocinas y Nick se dio cuenta de esto.
"Muy bien, infelices... es más que obvio que la desaparición del ministro se debe a nuestro querido chacal... yo mismo lo vi arder como si fuera una hoguera... oh qué espectáculo tan... conmovedoramente perturbador... dejen de buscarlo entre la lista de desaparecidos... les aseguro fue Owen... y saben... él no deja cabos sueltos..."
- El ministro está muerto...- dijo el tejón acercándose a sus compañeras- pero esta es nuestra oportunidad- exclamó hacia todos- pronto... si encuentran al informante los tendremos a todos!
- Corran a la sala de audio!- bramó el toro todavía nervioso. Tres de los oficiales corrieron de inmediato a la cabina pero de pronto se escuchó un sonido metálico por toda la estación. Uno de ellos cayó atrapado en una trampa para osos frente a la puerta que había pisado al entrar. El hombre lanzó un alarido de dolor con el pie casi despegado de la pierna, los otros dos asomaron la cabeza esperando no encontrar más trampas cuando se dieron de frente con la realidad... el cuarto estaba vacío, no había más que una grabadora en reproducción. No había nadie en la sala. De nuevo la conmoción apareció en el ambiente.
"Ajaja... pensaban que sería tan imbécil? Les garantizo, oficiales... no soy tan estúpido como el demente de Owen... ni tampoco tan piadoso como el mocoso del lince... les dejaré un pequeño regalo antes de despedirme... lo recuerdan? Tic, tac... tic, tac... tic, tac... oficial Hopps... oficial Wilde... bienvenidos a Wild City..."
El desespero en la central de repente se hizo tangible; los agentes corrían en todas direcciones como un hormiguero luego de un diluvio, buscaban desmesuradamente en cada rincón del edificio con la esperanza de evitar una catástrofe parecida que ya sus antecesores habían experimentado en el pasado. Nick estaba buscando desesperadamente a Judy entre la multitud enardecida cuando se volvió y divisó la figura de la coneja corriendo en los pisos de arriba.
- JUDY!!!- exclamó exasperado. La chica no escuchó, estaba concentrando todo lo que pudiera dar de su sensible audición a la alarma de la bomba sin éxito alguno. Nick quería dirigirse a hacia ella, el terror que le daba el estar en esa situación lo hacía pensar lo peor de las circunstancias, luego vio al conejo detective detrás de la chica y esto lo hizo alterarse más. La muchedumbre no lo dejaba avanzar y la presión en el ambiente no hacía más que crecer.
"El tiempo se acaba..."
Se escuchó la trucada voz en el altoparlante, no se molestaron en detener la grabación, tenían cosas más importantes que atender en ese momento.
Judy buscaba de puerta en puerta con su atención puesta únicamente en escuchar el reloj de aquella bomba.
- Judy... ya no queda tiempo...- le dijo el conejo detrás de ella y le tomó de la muñeca- Judy, por favor... tenemos que resguardarnos.
- No! No sin haber podido hacer nada!!!
- JUDY, POR FAVOR!!!- escuchó la voz del zorro en el piso de abajo- JUDY!- la chica se quedó paralizada sin saber que hacer. Tenía sus pensamientos en desorden y no podía resolver nada con claridad.
"3... 2... 1..."
De repente el detective se lanzó sobre la coneja tal vez en la conmoción, el tejón lanzó la cabeza del zorro al suelo quien no quería dejar de ver hacia arriba y esperaron el momento de escuchar la bomba explotar y con ella toda la central.
Silencio...
Un silencio ensordecedor se hizo presente en la estación y pronto la voz en los altoparlantes empezó a esbozar una sonora carcajada.
Todos los oficiales quedaron estupefactos mirando hacia todas partes, Nick volvió a levantar la vista, Judy seguía atrapada en los brazos del detective quien parecía todavía no caer en cuenta que todo había sido un engaño. De pronto miró hacia todas partes y soltó a la chica, ambos se sentaron sobre el suelo intacto del segundo piso y la carcajada ahogada seguía sonando en cada rincón. Lentamente los agentes fueron todos incorporándose del suelo. Badger ayudó a la pantera a levantarse y esta se sacudió la bata y el cabello.
- Qué pasó...?- preguntó la coneja mirando desde la baranda donde había quedado su compañero.
- Parece que alguien nos jugó una broma demasiado pesada...- respondió el conejo sentado y mirando al suelo con enojo- maldito bastardo... estás bien, Judy?
- Me golpeé la cabeza, pero estoy bien...- dijo la chica levantándose del suelo- gracias por intentar protegerme, Roger- le sonrió al conejo ayudando al detective a alzarse.
- No... podía dejar que una amiga saliera herida si tenía la oportunidad de protegerla... algo así... no iba a dejar que ocurriera de nuevo- susurró por lo bajo mientras sonreía algo entristecido. De pronto la voz que no paraba de reír se detuvo y volvió a esbozar unas palabras.
"Pensaban que iba a hacer algo como poner una bomba en la estación? Por dios! por quién me toman?! Consideren esto una advertencia, oficiales. Será mejor que dejen de meter las narices donde no les importa... o disfrutaré viendo como se matan entre sí..."
- HISTERIA...- murmuró el conejo mirando hacia el infinito.
La voz del informante repentinamente se volvió más fría e inusualmente cruel, para perturbación de los oficiales- "para cuando acabe con ustedes... hasta el mismísimo Owen me tendrá que lamer el culo..."
Luego de esa afirmación la grabación se cortó y sólo se escuchó estática. Todos los presentes quedaron horrorizados con los eventos que habían ocurrido, pero lentamente la calma fue regresando después de esa conmoción. Judy se dirigió a planta baja para encontrarse con sus compañeros, Nick trastabilló al levantarse y se lanzó sobre ella estrechándola en sus brazos, llorando desesperado.
- Maldita sea, Judy... quieres matarme de un susto, verdad, idiota?!- la chica escuchó atentamente los latidos frenéticos del corazón del zorro, realmente se había asustado al pensar que por una cosas así podrían haberse perdido para siempre. Judy no pudo hacer más que aferrarse a él y apretar sus manos a su pecho dejando que la calma los inundara a los dos.
- Lo siento... sentí que debía hacer algo para ayudar...
- Lo único que debes hacer es quedarte a mi lado, torpe coneja...- el chico alzó la mirada y se dio con los ojos extraviados y oscuros del conejo- oye, Bounce...- esbozó él frunciendo los labios, luego le sonrió de manera confidente- gracias...- el conejo arqueó la ceja, le devolvió la sonrisa y se fue hacia otro lado. El zorro se volvió a ver a la chica y ella le sonrió de vuelta.
- Tómalo como un de nada...- le acarició la mejilla y luego se separó para ir con el jefe Bullock.
- Este tipo es incluso más psicótico que esos dos combinados...- esbozó el tejón acercándose a ellos.
- Parece que sólo ha sido una falsa alarma...- esbozó el hombre toro cruzándose de brazos- por suerte no fue más que un horrible susto...
- Jefe, yo no diría eso...- repuso Nick viendo como los oficiales que habían subido a la cabina de audio llevaban en los brazos a un leopardo a cuestas con la mitad del pie guindando despegado del tobillo y dejando un largo rastro de sangre a su paso. Bullock negó con la cabeza y lanzó un suspiro un poco conmocionado por la escena.
- Bueno, pero al menos ya sabemos que una cosa ha quedado bien clara- añadió el conejo y atisbó a la pantera- Panther tenía razón... hay un tercer sospechoso...
- Y podría inclusive ser más peligroso que Scar...- sumó el zorro- nunca lo habríamos imaginado si no fuera por esta gata y su mentecita ocurrente...- le sonrió a la felina. Reyna esbozó una sonrisa avergonzada y volvió la mirada hacia el tejón, este estaba muy serio y notó sus ojos sobre él, lanzó un suspiro y le correspondió con una sonrisa tranquila. La pantera se sentía muy dichosa en ese momento.
Todos estaban charlando afanosamente luego de haber calmado sus emociones por haber pasado por ese terrible susto. Se recogió la grabadora para tomar evidencias y se llevaron al oficial herido del recinto directo a un hospital con la esperanza que no perdiera su pie.
No muy lejos de la estación un auto verde oscuro estaba estacionado sólo vigilante de todos los que entraban y salían de ella. Un rato más tarde, los dos oficiales, los forenses y el detective salieron del recinto, los primeros cuatros se separaron del conejo quien se fue caminando hacia el otro lado luego de una corta despedida. Roger andaba por la vereda y le pasó por el lado al vehículo, lo atisbó de reojo con cierto recelo y aceleró el paso. El conductor anónimo sonrió de medio lado y encendió el auto para ponerse en marcha. Roger llegó hasta la esquina y cuando se volvió hacia atrás ya no estaba, el detective se detuvo un segundo y se sacó el celular del bolsillo, seguido de eso accionó a hacer una llamada.
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