CAPÍTULO 21
"Hey, hey. Nadie me ama"
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Sentada sobre el techo de una casa, Ellionor miraba y se daba cuenta que desde ese ángulo, desde ese exacto ángulo... No le daba ni un poquito de ganas de andar arreando gente fuera de sus casas como los Vengadores y los gemelos hacían en aquel momento. No le apetecía echarse esa tarea encima, no poseía la suficiente paciencia para ser una guía y mucho menos para ser una mártir dispuesta a salvar la vida de todos.
Se veía más fácil pelar mandarinas usando los codos que obligar a personas confundidas a abandonar su ciudad lo antes posible porque un robot chiflado le habían pegado las ganas de aniquilar al mundo y extinguir la especie.
Lo cual sonaba bastante largo y complejo de explicar en su cabeza.
-... Hay que movilizar a toda esta gente en el menor tiempo posible. Necesitamos apurarnos, trabajemos en equipo y mantengamos la comunicación activa para que esto sea más rápido- soltó Clint utilizando los comunicadores que todos compartían para hacer llegar su mensaje.
Los demás no tardaron en estar de acuerdo con él, y hicieron llegar su aceptación con rápidas afirmaciones. Aunque era más que obvio lo que tenían que hacer allí, pero que alguien les recordara el objetivo a cumplir en voz alta tampoco les venía tan mal a ninguno.
Contrario a ellos, Ellionor pateo una teja que estaba cerca de su pie y vio más interesante el mirar como esta se resbalaba por el tejado hasta caer al vacío sin nada que le frenará.
-Sí, sí. Lo que Cristóbal dijo... - rascó la punta de su nariz he hizo una mueca lanzando un puño al aire -Trabajo en equipo, zorras.
El resoplido del hombre se escuchó fuerte y notorio en su oído, como si lo tuviera quejándose de su mal actuar justo al lado de ella. Clint estaba seguro que la rubia estaba haciendo absolutamente nada para evacuar a aquellas personas. Incumpliendo nuevamente a aquella "ayuda" que prometió dar.
Aunque la verdad nadie esperaba nada en concreto de su parte. Se perdió la fé en el primer momento. Estaba allí más para que le echarán un ojo que de ayuda, mejor tener a la mujer cerca que lejos.
Por el momento.
-¿Te estás encargando de tu zona, Andreotti? - Igualmente tenía que preguntar.
La nombrada se puso de pie en el tejado estirando su cuerpo con flojera. El sonido de sus vértebras re-acomodándose le pareció satisfactorio. -Barton, ¿Qué?... Espera, no te escucho... - fingió interferencia y empezó a caminar por aquel techo con la gracia de un equilibrista -En este preciso momento cargo a una madre junto a sus siete hijos en los brazos.
-Ellionor...
-Me siento caritativa... Ah,
La filantropía llena mi alma. Sea lo que sea que esa mierda signifique- llegó al final del techo, miró hacia abajo viendo los tres pisos que le separaban del suelo -¿Si era filantropía no?, Soy nueva en esto de dar ayuda sin recibir cheques a cambio.
Clint volvió a resoplar -¿Recuérdame por qué te trajimos?
-Nadie lo hizo, ella se colo - la voz de Tony se hizo escuchar cargada de resentimiento y obvia molestia.
Ellionor no le prestó atención.
-Bueno, hablamos después. Voy a rescatar al pequeño Timy de un pozo.
-¿Qué? Tú... ¡Enfócate, Ellionor! - le regaño el arquero.
La rubia rodó los ojos. -Sí, sí - murmullo para ella misma y saltó de aquel tejado sin cuidado alguno.
Cuando estuvo devuelta sobre el suelo, quitó los cabellos desordenados que le caían en la cara y miró a su alrededor. En aquella calle de Sokovia era muy evidente que está no era más que una ciudad llena de conflictos. Las maltratadas calles se lo decían, y claro, la latente tensión expectante de lo que pasaría a continuación también ayudaba a qué el ambiente tétrico a su alrededor, lleno de edificios grises, se sintiera más. Una sonrisa apareció en su cara.
Debía de dejar de tomarle el gusto a los días nublados con alerta de precipitaciones apocalípticas.
-Al menos la maldita zona está despejada. - habló para ella misma al darse cuenta que aquella calle no era transitada por prácticamente nadie.
Su humor no era el mejor en aquel momento, solía estar siempre con una actitud despreocupada, pero después de que Wanda decidiera meterse con ella y sus asuntos, su actitud había pasado de estar tranquila a mirar todo a su alrededor con mala cara. Odiaba no salirse con la suya, era terriblemente caprichosa y sí, debía aceptar que jugaba con la mente del Capitán de vez en cuando. Solo para darse el gusto de tenerlo solo para ella misma. Pero le era inevitable, Steve Rogers parecía no prestarle la atención que ella quería. Y ella quería toda su atención. Todo era culpa del jodido robot idiota con problemas. Ella quería ser su única distracción.
Encerio no estaba en su mejor estado de ánimo. Y bueno, tampoco todas las personas por allí. Pero ese ya sería un chiste muy cruel que contar después.
Se encontró caminando en línea recta mientras golpeaba una lata con la punta de su bota, algún discurso o indicaciones sonaban en su oído gracias al comunicador, era más un ruidito molesto al que no le prestaba atención. Sus pasos se detuvieron al ver a un hombre arrastrar una gran maleta delante de ella, quien al darse cuenta de su presencia se quedó casi que petrificado a unos metros de distancia de la rubia. Esta sin expresión alguna le indico con un movimiento de cabeza que siguiera avanzando.
-Muevete.
La orden, porque así había sonado, fue recibida de inmediato por el nervioso hombre, quien con los pelos de punta arrastro su maleta lo más rápido que pudo pasando a un lado de ella sin dirigirle la mirada. Ellionor solo lo miró perderse en aquella callejuela hasta que ni siquiera las ruedas de su equipaje se escucharon.
-Um... - frunció el seño -Buen trabajo - se felicitó a ella misma por "ayudar" al ciudadano. Por ahora encontrarse a aquel rezagado era lo único interesante que había acontecido en aquel buen rato en el cual era la única en hacer del vago y actuar despreocupadamente en aquel momento de tensión.
¿Cuánto más debía esperar por la verdadera diversión?
Como si el universo estuviera atento a lo que pensaba, de pronto un estruendo se hizo escucha trás suyo y la carretera empezó a agrietarse de forma violenta.
De las mismas entrañas de la tierra, surgía un robot tras otro hasta que más de cuatro de ellos estaban atentos a sus movimientos, mirándole fríamente con aquellas potentes luces azules que tenían por ojos.
Todo había pasado tan de repente que se quedó un poco descolocada.
-Vaya... - miró el agujero en el suelo y luego a las máquinas que empezaban a acercarse a ella -Vaya... La verdad no sé que decir.
Reaccionó en su totalidad cuando ya tenía a uno frente a ella, con un rápido movimiento de su mano una larga cuchilla de sombras apareció en esta y fue incrustada justo en la cabeza del robot. Quien entró en una convulsión de chispas y espasmos antes de caer a sus pies como un montón de chatarra inservible. No tuvo tiempo de resoplar, los otros fueron por ella de inmediato. Con un movimiento de su brazo corto la cabeza de uno y después lanzo la cuchilla hacia el pecho del que tenía más alejado, terminando con ellos con facilidad. Con rapidez hizo aparecer otras dos cuchillas en ambas manos y acabo con el resto despojarlos de sus cabezas con brusquedad.
Soltó una carcajada al mandar a volar a uno contra otro de una fuerte patada. -Son hasta divertidas estas cosas, me...¡Mierda!- otro robot se le lanzo encima por la espalda -¡Quítate de encima mal-di-to... TREPADOR!
Tomándolo del cuello lo quito de su espalda trayendo su cuerpo metálico hacia adelante y golpeó con fuerza su espalda contra la carretera. Se quito el pelo que le caía en la cara.
-Aquí La reina de sus corazones, imbéciles - usó el comunicador para llamar la atención de el equipo de héroes -¿Quién demonios hizo enojar a Megatron?... ¿Y por qué el nombre de Tony empiezan a gritarlo en mi cabeza? - pateó el pecho de un robot alejándolo de ella -Fuiste tú, ¿Verdad, Idiota?
-Cállate, oxigenada... Los profesionales están trabajando... Aquí. - cada corte en su voz era un golpe que repartía -Y deja de pensar tanto en mí, eso me asusta.
-Es que me pareció bastante obvio. Cuando pienso en la frase "Hacer algo estúpido" no sé porque automáticamente apareces tú... A de ser el destino.
Los robots no dejaban de aparecer de a docenas, salían de la tierra como auténticos zombies recién revividos, Ellionor no se molestaba en contar cuantas cabezas metálicas había rebanado, pateado o echo estallar en aquellos escasos minutos en los que todo aquel escándalo se hizo presente. Nadia habría pensado que lo que Ultrón tenía planeado para Sokovia era una invasión de minis Él, saltandoles a la yugular cada diez segundos. Ni siquiera ella, quien podía asegurar tener una mente muy activa a la hora de planear alguna cosa que fuera muy lejos de los límites de "seguro" y "bueno".
Le daba puntos extras al robot por presentación y por ser inesperado.
Se suponía que el plan que los Vengadores habían creado no era tan complicado de entender. La nueva adquisición de voz sexy y cuerpo de plástico se encargaría de Ultrón, pero estaba demás decir que aquello no había resultado tan bien como querían. Y eso fue muchísimo más que obvio, no solo por los robots asesinos a su alrededor, sino porque también de un montón a otro la tierra bajo sus pies comenzó a temblar y sacudirse.
Estar alejada del grupo solo provocaba que le excluyan de los sucesos que estaban llevándose al frente de aquella aparente batalla que acababa de comenzar. Su posición era alejada estratégicamente al parecer.
Los imbéciles no la querían en medio de la acción.
Y era una lastima, porque le iban a extrañar cuando la verdadera diversión estuviera por empezar.
-Es un problema, ¿O no? - preguntó con un tono de gracia a la cabeza cercenada de robot que tenía en las manos. La movió como si asistiera para luego lanzarla contra el pecho del nuevo mini Ultrón que se le acercaba. -¡Chuza!**
Levanto ambos brazos en celebración, contenta con esa buena puntería. Un leve pitido venir de sobre su cabeza le hizo alzar la mirada al cielo, de inmediato algo llamo su atención. Ese algo, a diferencia de las erraticas copias de metal, se había quedado inmóvil en el cielo.
Aquel era Ultrón. La único e inigualable pesadilla de los Vengadores.
Por ahora.
De imprevisto los robots que seguían llegando a su posición cambiaron sus ojos azul neón a un rojo escarlata que le hizo fruncir el seño. Y asi como esto ocurrió, todos empezaron a hablar en una perfecta sincronía que hacía pensar que solo era una voz la que hablaba.
Aunque la verdad solo era una voz, y está era la de Ultrón.
Un épico discurso marca "genocida" se les venía encima. Y Ellionor no hizo más que bufar.
Las sombras aparecieron a sus pies como un espeso humo, cubriendo sus piernas y torso con rapidez. -Quizás es hora de caviar de bando. - soltó para ella misma con una gran sonrisa en los labios mientras veía hacia arriba con los ojos completamente negro.
Aquello fue lo último que dijo antes de desaparecer entre esa maraña de oscuridad.
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Perdón lo corto del capítulo. Pero es una indicación de que e vuelto y ya no ando tan enferma como antes.
Espero disfruten este breve capitulo. Nos leeremos después, gracias por esperar 💕💕