Konnichiwa, minna-san!
¡HE REGRESADO PARA TRAERLES LOS NUEVOS CAPÍTULOS DE ESTA HISTORIA QUE YA NADIE SIGUE PERO LES VALE VERGA!
¡LO ÚNICO REALMENTE IMPORTANTE ES QUE SE TERMINE Y AGRADEZCO A LOS QUE TODAVÍA SE TOMAN LA MOLESTIA DE LEER Y COMENTAR!
¡POR USTEDES SIGO ESCRIBIENDO, MIS AMOURES!
COMO SEA, ALGUNOS YA MUCHOS ESTÁN ENTERADOS QUE ADEMÁS DE ESTA TAMBIÉN ESTOY TRABAJANDO EN OTRAS DOS... ¿QUÉ LES PUEDO DECIR? ÚLTIMAMENTE HE ESTADO INSPIRADA UwU
BUENO, DEBIDO A QUE YO SOY TAN BUENA ONDA Y LA NETA QUIERO TERMINAR RÁPIDO PARA PODER CONCENTRARME EN LAS OTRAS Y LAS QUE PIENSO ESCRIBIR A FUTURO LES VOY A DEJAR NO UNO, NO DOS... SINO TRES CAPÍTULOS ESTA OPORTUNIDAD.
SIP, LEYERON BIEN, SON TRES CAPÍTULOS PARA QUE SIGAN DISFRUTANDO DE ESTA HISTORIA LLENA DE ACCIÓN, MISTERIO, DRAMA Y... SI, AUNQUE NO QUIERA ¬¬ SIGUE SIENDO UN NICUDY ASÍ QUE TAMBIÉN TIENE ROMANCE.
NO DIGO NADA MÁS, ESPERO QUE LES GUSTE ESTE CAPÍTULO Y QUE ME DEJEN ALGÚN COMENTARIO...
YA NO SÉ QUE MALABARES HACER PARA QUE ME PAREN ¬¬
Nick y Judy estaban en la habitación del hotel mientras revisaban las pistas nuevas que habían encontrado en las investigaciones que hicieron al lado de sus nuevos compañeros los forenses. Judy estaba sumergida en una pila inacabable de papeles, revisando cada perfil de los mamíferos de la ciudad, mientras que Nick investigaba en la web con su laptop.
- Debo decir... que este caso cada vez se pone más interesante- dijo la chica esbozando una mirada sagaz al zorro. Este solo encogió los hombros.
- Yo creo que es un fastidio... mientras más se cava esperando llegar al fondo, consigues más y más trabajo. Por qué no mejor, solo los encarcelamos a los dos y regresamos a casa?- ella rió.
- Porque ese no es el deber ser de un policía... y se supone que estamos aquí para hacer un buen trabajo, oficial- el zorro rodó los ojos y cerró la laptop. Judy bajó la cara y arrugó un poco el entrecejo desconcertada- me pregunto si habrá un infiltrado en la jefatura...- Nick abrió los ojos con sorpresa.
- A qué viene ese pensamiento tan repentinamente, coneja?- preguntó ahora más interesado en el tema, ella se movió a su lado y volvió abrir el portátil, buscó entre los archivos de su memoria y amplió una imagen en la pantalla.
- Reconoces esta foto?- el zorro arqueó la ceja desconcertado- es la evidencia que llegó a la comisaría y que tú y yo y todos coincidimos que estaba trucada- le hizo un acercamiento- lo curioso del caso... es que Reyna me había dicho que ella misma se las había mandado a Bounce y que ella aseguraba que efectivamente habían llegado a sus manos sin alteración alguna... pero cuando se la entregaron a Bounce estaban distorsionadas...- el chico cambió a una expresión seria y calculadora- eso significa... que Reyna alteró las fotos... o que alguien interfirió en el sistema...
- O... que Bounce es el tercero...- dijo con sagacidad y de manera burlona el zorro, ella se volvió a verlo con sorpresa.
- Que dices?!
- No lo veo tan lejano, zanahorias...- replicó él, poniéndose las manos en la nuca- si se tardó tanto en entregar las fotos y estas fueron enviadas por correo electrónico, entonces pudo haberlas alterado él mismo y las volvió a modificar a su conveniencia...
- Estás dándote cuenta de lo que dices?- habló fuertemente la chica, este la miró con obviedad.
- Zanahorias... puede que parezca que lo estoy inventando, pero, piensa un poco... Judy... si de algo estoy seguro es que cuando lo vimos por primera vez no olía bien...
- Qué?- arqueó la ceja confundida. Nick negó.
- Exacto. No estoy loco, ese tipo no huele bien... no digo que apeste... aunque sí apesta... pero me dio muy mala espina todo este tiempo, además... no viste lo extraño que se puso desde que regresó a la ciudad? Ni tampoco crees que son raras esas llamadas? Quién lo llama tanto? Y por qué le molestan? No es sospechoso?- Judy bajó las orejas al darse cuenta que lo que el zorro estaba diciendo podía ser cierto.
- Uy... estás hecho todo un detective, sabueso...- bufó la chica rodeando su antebrazo. Nick se tocó la nariz.
- Tengo tan buen olfato como el de los descerebrados de los lobos, nena... soy un can después de todo.
- Tienes razón, Nick... yo también me fijé en ese tipo de cosas pero... preferiría no hacer especulaciones sin evidencia concreta... no me gustaría que pasara lo mismo otra vez...- la chica bajó el rostro con algo de remordimiento en su mirada.
- Ah, es que te importa lo que ese muppet andante podría pensar?- ella frunció el ceño y le sonrió despreocupada.
- Pues claro... un amigo es un amigo, tesoro... y aunque te duela, Bounce y yo nos llevamos bien...- el zorro frunció los labios y esquivó la cara.
- Aja...- respondió secamente. Judy se acercó a su lado y le dio un juguetón beso en la boca.
- Pero tú y yo... nos llevamos mucho mejor que bien...- le guiñó un ojo y volvió a besarlo, Nick lentamente fue correspondiendo a las insinuaciones de su novia, la tomó de la cintura y abrazó su espalda, ella metió las manos bajo su camisa, tanteó los músculos de su pecho desnudo y se sentó sobre sus piernas.
- Ahora...?- preguntó el chico recostándola sobre el colchón. Ella asintió.
- Si... tengo que quitarme de la cabeza los diecinueve cadáveres que Badger y Reyna nos obligaron a ver... viste el que no tenía hocico?- se turbó al recordar la escena- no creo que pueda dormir durante muchos días...- rió entre dientes y lo besó suavemente en los labios, luego de unos cuantos jugueteos más ambos se entregaron el uno al otro en un vaivén de sentimientos y pasión.
La mañana siguiente, Judy estaba en su habitación alistándose para salir, cuando escuchó el golpeteo en su puerta.
- Za~na~ho~rias...- llamaron del otro lado con cierta discreción, ella caminó hacia la entrada y abrió el portal, ahí estaba, frente a ella el chico que se esmeraba por ser el primero en verla cada mañana, vestido con un abrigo de algodón verde musgo y pantalones negros vaqueros; su rojo cabello tirado todo hacia atrás dejando escapar unos cuantos mechones rebeldes y su sagaz sonrisa que hacía resplandecer sus malintencionados ojos verde esmeralda. Ella le sonrió apoyándose del marco- ves? Esta es la forma con clase de llamar a alguien en un hotel cinco estrellas... tonta- replicó él sacándole la lengua de forma infantil. Ella bufó y lo dejó pasar. Nick se sentó en la cama mientras ella se peinaba el cabello- te recomiendo que te pongas algo abrigado... está haciendo mucho frío allá afuera- ella encogió los hombros.
- Estamos en esa época del año, no?- contestó recogiéndose el cabello con una cinta azul, que hacía contraste con su vestido de gamuza azul marino corto, cuello de tortuga y mangas largas combinado con unas botas negras de tacón bajo hasta las rodillas dejando en descubierto parte de sus muslos. Ella se volvió a verlo- y bien? que tal me veo?- el zorro se cruzó de brazos y analizó por completo el outfit.
- Creo que hay algo que está de más- objetó intentando lucir como un crítico, Judy se volvió a ver al espejo y deslizó la cinta que sujetaba su cabello plateado dejándolo caer sobre sus hombros y más abajo. Nick sonrió- mucho mejor...-
- Me está creciendo muy rápido el cabello- reprochó la chica tocando varios mechones.
- No te queda mal... deberías dejarlo que crezca- respondió despreocupado su novio. Judy le sonrió a través del espejo y caminó hacia él, Nick la sostuvo frente a él aprisionándole la cintura- aunque te sigo prefiriendo como viniste al mundo...- sonrió con malicia y le dio un tierno beso en los labios- no podemos... aunque sea un poco?- susurró a su oído de manera sugestiva. Ella se apartó y volvió a caminar hacia la cómoda para terminar de arreglarse.
- Es que tu nunca estás satisfecho?- le sonrió insinuante, él negó.
- No puedo evitarlo... es que me vuelves loco...
- Te dije que nos gusta la multiplicación...- respondió colocándose un poco de maquillaje en su rostro.
- Eso suena tan sexy cuando tú lo dices...
- Ja...- rió la chica sin hacerle mucho caso cuando ambos escucharon llamar a la puerta. Judy se acercó un poco recelosa- quien es?- no hubo respuesta instantánea, se miraron desconcertados y de repente la voz al otro lado habló.
- Oficial Hopps...- replicó una voz femenina- oficial Hopps, soy yo, Luna- Judy lanzó un suspiro de alivio y se aventuró a abrir la puerta. Frente a ella estaba la hermosa loba con sus ojos grises fijos sobre ella- espero que haya dormido bien- repuso sonriendo, ella le correspondió el gesto- muy buenos días, oficial Hopps y...- levantó la mirada sorprendida- Wilde?!- Judy bajó las orejas un poco inquieta, Nick caminó hacia las dos y se paró justo detrás apoyando el brazo sobre la cabeza de la coneja.
- Buen día, Luna- repuso el chico con una sonrisa descarada- a que se debe la visita? Estaba ocupado jugueteando un poco con mi novia antes de irnos a trabajar...- la chica parpadeó dos veces y ladeó la cabeza todavía ofuscada pero se sacudió la idea de inmediato. Judy se llevó la mano a la cara.
- No le hagas caso... tiene la cabeza vacía...
- Ah, si...- dijo la chica saliendo de su sorpresa- el detective Bounce me llamó y dijo que les avisara que Danny los vendría a buscar más temprano, de hecho está allá abajo esperando...- ambos se miraron un poco confundidos.
- Eh? Por qué? Pasó algo?- Luna asintió.
- Tal parece que necesitan de su ayuda... ocurrió algo horrible anoche... no sé los detalles, pero Daniel está allá abajo esperando para llevarlos a la comisaría...
- Vaya forma de empezar la mañana...- respondió el zorro intentando ocultar su perturbación.
- La verdad, creo que es un alivio haberlos encontrado juntos... así no tendría que subir a avisarle, oficial Wilde- sonrió un poco jocosa. Nick bufó.
- Gracias por la información, Luna- replicó la coneja tomando sus cosas- Nick, andando- ordenó al zorro este tomó las llaves electrónicas y las metió en su billetera. Los tres bajaron en el ascensor hacia el lobby, allí los esperaba el tigre blanco con una mirada angustiada cuando los divisó en la distancia no dudó en correr hacia ellos.
- Oficial Hopps...- se detuvo frente a la coneja- vamos! No hay tiempo que perder- los tres oficiales salieron hacia la entrada dejando la loba atrás, esta les hizo un ademán y se dirigió nuevamente a su temporal puesto de trabajo.
- Buena suerte...- musitó preocupada y se puso en lo suyo.
- Dan que está pasando?- preguntó el zorro acerándose al chofer. Daniel se quedó en silencio y con la mirada fría.
- Recibimos el informe esta mañana- le dijo señalando una carpeta en el asiento de copiloto, Nick la tomó y empezó a ojearla- Un abogado, además tercer Ministro del Sistema Público de Justicia y Ley de la ciudad, desapareció anoche a altas horas de la noche... y hoy hubo un avistamiento que su casa se había incendiado... junto con su esposa y sus hijos...- Judy bajó las orejas aterrada, miró a Nick que también tenía la contemplación perdida- una atroz escena del crimen y un funcionario público desaparecido.
- Eso es horrible... como llegó la noticia a la jefatura...?- el chico levantó la mirada y la atisbó por el retrovisor.
- Bullock recibió una llamada anónima esta mañana, luego de eso, llamaron al departamento de bomberos y se pudo controlar la situación. Sin embargo... esa familia no sobrevivió.
- Qué habrá hecho esa gacela para que Owen se desquitara con su familia...?- preguntó el oficial Wilde como si estuviera hablando sólo por hablar. Judy se volvió rápidamente hacia él.
- Cómo sabes que fue Owen?!- ambos hombres se volvieron a ver con una expresión de notable obviedad.
- Zanahorias, por favor... un funcionario público desaparecido, la familia muerta... un ministro, una posible venganza... UN INCENDIO... une los puntos... eso tiene las huellas de Scar Owen en todas partes.
- Sí! Une los puntos, zanahorias!- esbozó el tigrillo con energía, Judy se volvió hacia el chico y Nick arqueó la ceja con desdén.
- No te pases...
- Lo siento...
- Bueno, sí apunta todo a Owen pero... no hay que precipitarse. Siquiera apareció el ministro?- el tigre negó.
- No... y la verdad, por experiencia propia, yo dejaría de buscar entre la lista de los secuestrados con vida y empezaría a investigar cadáveres... para esta hora... dudo mucho que ese órix esté vivo.
- No digas esas cosas, Danny... que hay del optimismo?- Daniel bufó con cierto desaliento.
- Y si... por alguna obra mística y milagrosa del destino, estuviera vivo... entonces qué importaría? Su familia está muerta- Judy bajó las orejas y los ojos del tigre se oscurecieron- la razón por la que estaba vivo se desvaneció en el aire... o mejor dicho se hizo cenizas- bufó nuevamente, esta vez con ironía luego volvió a su estoicismo- si es así, entonces para qué preferiría estar vivo... si lo perdió todo?
- Para empezar de nuevo...- respondió la coneja rápidamente- aunque la vida de golpes muy fuertes de los que creas que jamás podrás levantarte, siempre habrá una oportunidad para reconstruirlo todo y empezar de cero, por algo mejor...- Nick se quedó embelesado mirando a la coneja que se acercó al joven felino y le puso la mano en el hombro- la esperanza es lo último que se pierde... y no existe mal que por bien no venga. No pierdas el optimismo, Danny, nunca... siempre que te caigas tienes que levantarte... y aunque cometas errores intenta de nuevo hasta que lo logres- el tigre la atisbó con el rabillo del ojo, le esbozó una sonrisa brillante a la oficial y se ruborizó un tanto avergonzado.
- Gracias por sus palabras, oficial... en realidad, mamíferos como usted son los que hacen falta todos los días en esta ciudad para no perder las esperanzas de un mejor mañana- ella le correspondió.
- Estamos aquí para ayudar a hacer de tu ciudad un lugar mejor, pero claro que necesitaremos de tu apoyo y el de todos... así que... cuento contigo?- le enseñó el puño, el tigre lo chocó con el de ella y rió más efusivo que antes.
Judy volvió al asiento del auto y recostó la cabeza del espaldar. Nick se le quedó mirando con una ligera sonrisa en el rostro. Ella era así, ella podía motivar a quien fuera, podía hacerle ver a los demás que siempre había que mantener el aliento, sin importar que tan difícil fuera la prueba, siempre con la frente en alto y marchando hacia delante. Listos para todo. Eso era lo que más amaba de ella.
Unos minutos más tarde, los tres oficiales llegaron a la comisaría repitiendo el mismo proceso del día anterior. El zorro atisbó al conejo en la puerta de entrada llevaba una gabardina azul naval con botones dorados y un pantalón de vestir negro. Esa mañana hacía bastante frío como había dicho él. Roger levantó la mirada y se encontró la vista con ellos.
- Hopps! Wilde! Por aquí!- esbozó un poco inquieto, haciéndoles un ademán con la mano para que se acercaran- hay problemas, oficiales. Tienen diez minutos para alistarse y verme en el despacho de Bullock- ordenó el conejo y los vio apremiante- Ya!!!- los dos corrieron dentro del establecimiento y se separaron para ponerse el uniforme.
Luego, los dos llegaron a la oficina del director, Bounce los esperaba en la puerta con unas carpetas, junto a los dos forenses.
- Todavía no han encontrado a la gacela. Han estado buscando por toda la ciudad y tememos lo peor- indicó el detective visiblemente nervioso- esta mañana el jefe recibió una llamada que la casa del ministro estaba ardiendo en llamas. Fue una pérdida lamentable para la ciudad. Hoy tendremos que ir a la escena del crimen, encontrar y recuperar los cadáveres de la familia, una adulta y tres crías. Badger y Panther estarán con ustedes. Yo no podré asistirlos esta vez... tengo que irme ahora...
- Podemos saber qué hace usted luego de decirnos que hacer, detective?- preguntó el zorro con cierto interés receloso. Bounce rechistó pero se decidió a responderle.
- No solo trabajo en la policía, oficial Wilde. También me dedico a investigaciones privadas y a veces tengo que reunirme con mis clientes. Pero ese es un caso aparte. Dudo mucho que le interese...- Nick arqueó una ceja.
- Tienes razón... no me interesa- Bounce le sonrió con saña burlona.
- Como sea, me iré tranquilo sabiendo que ustedes cuatro estarán a cargo de la investigación. Encuentren los cuerpos y tráiganlos a la comisaría para que sean inspeccionados, bien?- ordenó a los dos forenses y estos asintieron diligentemente, luego los cinco oficiales se fueron caminando hacia dentro para informar los procedimientos que se llevarían a cabo.
Luego de conseguir la autorización del jefe los dos oficiales y los forenses se armaron para ir a la escena del crimen. Badger, Panther, Wilde y Hopps fueron en una patrulla aparte. Roger se fue por su lado.
Al llegar a la escena, los dos oficiales se quedaron pasmados al ver la enorme construcción hecha una ruina, se podía apreciar que antaño había sido una obra arquitectónica, pero ahora solo quedaban escombros y cenizas. Las puertas habían sido retiradas anteriormente por los agentes que llegaron primero.
El zorro, la coneja, el tejón y la pantera se acercaron un poco para analizar con más detalle la escena.
- Sinceramente, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que se presentó un caso como este en la comisaría, no es así, Reyna?- preguntó el tejón de brazos cruzados. La mujer asintió.
- Si... lo que más lamento es que se hayan perdido vidas de niños- respondió apenada. Nick se fijó en su alrededor y se dio cuenta de un ínfimo inconveniente.
- Donde están los lobos?- preguntó a la pantera, ella ladeó la cabeza sin estar muy segura de qué contestar.
- Rastreando a la gacela, supongo...- el zorro abrió los ojos sorprendido.
- Qué? Y cómo se supone que van a encontrar a los cadáveres entre esta pila de escombros, cenizas y... escoria?- Judy y Badger se miraron quizás pensando que él tenía un buen punto.
- Pues... los zorros tienen tan buen olfato como los lobos, no es verdad?-repuso la pantera y Nick bajó las orejas.
- N-no... b-bueno... si... pero una cosas son ellos... y-yo... l-los zorros no...- la coneja le sonrió y le dio una palmada en la espalda.
- Vamos, zorro! Es tu momento de lucirte... no lo crees? Dijiste que podías hacer un trabajo tan bueno... incluso mejor que el de ellos...- Nick bajó la cabeza un poco inseguro pero luego la alzó decidido.
- Muy bien...- después de eso entró en la casa en ruinas y aspiró fuertemente, lo retuvo unos segundos y los soltó. Empezó a rastrear por todo el salón, casi pegando la nariz de la basura, detrás de él venían los forenses y la coneja inspeccionando su trabajo. El zorro cerró los ojos para permitir que su olfato le guiara, caminó lentamente hacia delante cuando se acercó a la escalera totalmente destruida y endeble, se detuvo frente a una enorme pila justo frente a ella y abrió sus pupilas- creo que los encontré...- respondió agachándose frente al cúmulo de basura y aspiró fuertemente. De repente sintió una esencia tan fuerte y tan intensa que lo hizo chillar como un perro y caer al suelo en posición fetal; ya había presentido ese olor antes, ¿pero en donde?
- Nick!- esbozó la coneja corriendo hacia él, lo tomó con ambas manos mientras él se sostenía su adolorida nariz. Fue como si lo hubieran azotado en la cara- estás bien?- preguntó mirándole angustiada, él negó con la cabeza y buscó levantarse, estaba demasiado mareado; Panther, por ser la más grande del grupo, socorrió a ambos oficiales, Nick no dejaba de apretarse la nariz hasta que salieron del lugar y lo sentaron en el asiento de la patrulla. El zorro finalmente apartó las manos de su cara y ambas mujeres se aterraron al ver las gotas rojas que empaparon sus guantes y destilaban de su quijada.
- Voy por hielo! Paramédicos!- esbozó la pantera, corriendo hacia las otras patrullas, Judy tomó un pañuelo y lo limpió suavemente.
- Lo siento...- le dijo acariciando dócilmente su labio superior. Estaba muy angustiada porque ella misma había sido quien lo expuso de esa forma- qué pasó allá adentro?- preguntó con un tono melancólico en su voz.
- No tengo idea...- replicó el zorro sonriéndole para que se tranquilizara- pero, agh... duele y arde como el infierno... jajaja... ow...- ella bajó la cabeza abatida.
- Fue culpa mía... no debí decirte que lo hicieras... tu nariz es muy sensible...- él le levantó la cabeza y acarició su mejilla.
- Oye... estuvo divertido ser el centro de atención por un par de minutos- le guiñó el ojo y ella le sonrió, unieron sus frentes estando ellas ya más tranquila.
- Que encantadora escena...- dijo la pantera acompañada de una pequeña nutria con un botiquín de primeros auxilios. Judy se apartó sonriendo ruborizada. A Reyna le pareció graciosa la reacción de la coneja.
Media hora más tarde, Badger había salido acompañado de unas camillas que eran escoltadas por un venado y un caracal, miró al oficial zorro y frunció el ceño un poco preocupado.
- Entonces, forense... sirvió de algo mi intervención... y haber perdido el olfato?- bufó el zorro al ver la seria expresión del tejón.
- Encontraste a la hembra, amigo...- respondió acercándose a ellos- pero no hay rastro de los niños- Nick frunció el ceño y bajó las orejas. Inmediatamente se incorporó y se quitó la compresa de la cara.
- Nick, qué haces?- llamó la coneja. El zorro cerró los ojos y suprimiendo el dolor aspiró fuertemente y empezó nuevamente el rastreo- Nick! Basta! Has hecho suficiente ya! Te vas a lastimar...- replicó la chica nerviosa, él hizo una mueca de incomodidad y arrugó la cara, pero no se detuvo; de repente volvió la cabeza rápidamente y se dirigió corriendo hacia la parte de atrás de la casa, corrió hasta dar con un pequeño pórtico al fondo de la parcela, hizo una seña a los demás oficiales para que se acercaran.
Judy, Panther y Badger se aproximaron más atrás de ellos; todos estaban armados hasta los dientes y listos para atacar lo que fuera.
Nick lanzó un suspiro resignado tomando ambas manillas de la puerta del cobertizo subterráneo y las haló para dejar escapar un espantoso vaho de putrefacción que lo hizo regurgitar, se tiró al suelo y se apretó la boca con las manos suprimiendo el deseo de vomitar, cuando se volvió a ver la horrible escena. Muchos oficiales quedaron helados de pánico al ver lo que estaba frente a ellos; Judy sintió que iba a desfallecer, incluso los forenses que ya estaban acostumbrados a ese ambiente se habían perturbado.
El olor de sangre y carne en descomposición se impregnó en el sentido de todos los presentes.
- Los encontramos...- susurró Nick con las manos en la cara, Judy se lanzó a su lado limpiándole las lágrimas de sus ojos y ayudándolo a levantarse. Luego de eso los otros empezaron a hacer su trabajo... recuperando cada fragmento de las víctimas mutiladas y adheridos en las paredes y el suelo.
No muy lejos de allí, en una de las colinas que cubrían a la elegante urbanización, una figura se asomó detrás de un viejo roble.
Ghost frunció el ceño y sacó su teléfono marcándole a uno de sus contactos.
- Ese perro tiene muy buen olfato...- después colgó la llamada y se dedicó a marchar loma abajo.
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