|Somos del mismo Bando|
Me quedé en el mismo lugar, no sabía si habían pasado minutos o segundos, Tony le quitaba el casco de metal y ahí estaba Rhodey con los ojos cerrados y sangre saliendo por la nariz. Al mismo tiempo en el que Tony había aterrizado lo había hecho Falcón. Pude ver que estaba a punto de hablar así que solo extendí la palma de mi mano y lo lancé varios metros atrás.
—¿Amelia? —habló Peter que se encontraba detrás de mi con una mano en mi hombro— ¿estás bien?
—¿Está... vivo? —tragué con dificultad, no sabía la respuesta que quería escuchar.
—Aún tiene pulso —respondió Tony— llévense a Wilson y los demás, tengo que llevar a Rhodes para que lo vean.
—¿Qué hay del capitán? —preguntó Peter— se han escapado.
—Eso no importa ahora.
—Tony, tenemos un límite de tiempo —dije aún observando el cuerpo inerte de James— ¡mierda, esto es mi culpa!
Comenzaba a perder la razón y comenzaba a arrepentirme de dejar ir a Steve.
—¿Cómo es posible que sea culpa tuya? Fue un accidente, Am — reconfortó Peter viéndome a los ojos y yo aparté la mirada intentando ocultar todo sentimiento de culpabilidad.
—Si no los hubiese dejado ir —dije en un susurro para mi misma, pero los presentes habían escuchado.
Noté como Tony desvió la mirada por primera vez de James, dirigiéndome una mirada sorprendida y en estado perplejo. No sabía qué era lo que me dolía más, si la culpa que cargaba por haber dejado ir a Bucky y a Steve o el hecho de Tony me veía con ojos decepcionados.
—Lo siento —sollocé— lo siento.
Pero Tony no dijo nada, aquella mirada no cambió y simplemente dio la vuelta con James en los brazos y se fue, dejándome con las palabras en la boca.
—Am... —me tocó el hombro y me aparté enseguida, limpiando mis lágrimas con las manos.
—Lleven a los prisioneros —dije sin mostrar emociones— Vis, ya sabes dónde.
Visión asintió y cargó con los tres él solo. Me quedé con Peter en medio de aquel campo verde mientras veía a la nada.
—Debemos irnos —intervino Peter después de unos minutos de silencio— debemos idear algo.
—Estás herido —dije viendo su rostro— la tía May me matará.
Él soltó una pequeña risa.
—Es el resultado de derribar a una hormiga de dos metros —sonrió altanero— no es nada.
Él tomó mi mejilla limpiando las últimas lágrimas que caían por la culpa que sentía en ese momento.
—No es culpa tuya —susurró— hiciste lo que creías correcto.
Omnisciente
Ambos quedaron viéndose a los ojos por un instante y olvidando por un segundo todo lo que había ocurrido, se acercaron lentamente dejando sus rostros a solo centímetros pudiendo sentir la respiración del otro de manera acelerada, casi tan rápido como sus corazones latían a la par y los ojos brillosos a causa de las lágrimas de Amelia no se conectaban más con los cafés de Peter, pero en un último momento, ambos se apartaron.
Ella no lo conocía y él a ella tampoco, además, estaba fuera de su alcance. Después de aquel incómodo momento, decidieron seguir el camino por el que Tony se había ido.
Cuando llegaron, le informaron a Amelia que le hacían a James todo tipo de pruebas y análisis médicos, se encontraba en medio de una tomografía y se dirigieron a la habitación. Ahí estaban Visión y Tony, este último apenas veía a Amelia, cosa que le hizo bajar la mirada, pero se dirigió a ver la pantalla en donde mostraría las imágenes de la tomografía.
—¿Cómo pasó esto? —preguntó Tony duramente a Visión.
—Me distraje.
—No creí que eso fuera posible —habló despectivo.
—Esa bruja es lo que te causa perder la cabeza —comentó ella por primera vez, solo ganándose una mala mirada del hombre morado.
—Wanda solo está confundida y dolida —la defendió— no sabía lo que hacía.
—A mi me pareció que sabía perfectamente lo que hacía cuando intentó matarme más de dos veces y a Tony y a Peter y a todos los del equipo.
—¡No sabes nada de ella! —era la primera vez que Visión alzaba la voz.
—Sé que es peligrosa y es suficiente.
En ese momento los ojos de Visión brillaron de ira así como los de Amelia se encendieron de un azul brillante por la misma causa. Tony no se había dado cuenta de aquel detalle hasta ese momento, sabía que si alguien no hacía nada ambos terminarían peleando y no sabía quién saldría perdiendo.
—Sólo cierra la boca —habló más para si aunque Amelia lo había escuchado y sabía que se lo decía a ella, poniéndola tensa por aquello.
—Podría no volver a caminar, Tony —se defendió tratando de no sonar ofendida.
—Y es por tu culpa —contestó y salió de la habitación dejando a Amelia con las palabras en la boca.
Caminó por los largos pasillos hasta llegar a un gran ventanal donde se tenía una gran vista. Había estado pensando y había culpado a Amelia por todo, aunque sabía que no se lo merecía. Sintió la presencia de alguien a sus espaldas y lo último que quería era hablar con Ross después de lo ocurrido, suspiró pesadamente y esperó a que aquella persona hablara.
—¿No crees que estás siendo un poco duro con Amelia? —escuchó a Natasha ponerse a su lado— sabes que no fue la única...
—Lo sé —la cortó— T'Challa le dijo a Ross lo que hiciste.
—Hasta Amelia sabía que Steve no iba a detenerse y si tú no lo haces, sabes que Rhodes no será el peor resultado de todo esto.
—Los dejaron ir, Natasha.
—Estábamos manejando todo mal.
—¿Estábamos? —se burló— debe ser difícil sacarse eso del doble agente, tal vez está en tu ADN y seguramente es contagioso —dijo lo último refiriéndose a la más joven.
—¿No eres capaz de dejar tu ego por un maldito segundo? —contestó en calma— Steve habló del peligro inminente que se acerca si no los detenían.
—Vienen por ti.
—Yo no soy la que necesita que le cuiden la espalda —contestó— deja a Amelia fuera de esto, lo hizo por cuenta propia porque sabe lo que se aproxima.
Y Natasha se alejó dejando a Tony pensando otra vez. El reloj que tenía en ese momento mostró unas imágenes que llamaron su atención.
—Friday ¿qué estoy viendo?
—Viene de la policía de Berlín, es el psiquiatra contratado por la ONU. Fue encontrado sin vida en un hotel de Alemania.
—Envíale esto a Ross y enciende el helicóptero.
[•••]
Amelia, después de ver cómo regresaban a Rhodes a su habitación para descansar decidió acompañar a unos guardias que se dirigían a la cárcel para visitar a los prisioneros. Tenía la intención de avisarle a Tony de a dónde iría, entonces recordó que no le hablaba más.
Se fueron en helicóptero ella y dos guardias más, Peter dijo que quería acompañarles así que no tuvo opción. Veía como el cielo quedaba cada vez más gris y sabía que una tormenta se acercaba. La cárcel era un plantel situado en medio de la nada, estaba rodeado de mar y cualquiera que intentara escapar de ese lugar sufriría consecuencias peores que su condena. Recordaba el día en el que Tony tenía aquellos planos, llevaba meses trabajando en ella y solo le faltaba el lugar correcto para empezar con la construcción, ella había dado la idea.
Bajaron del helicóptero con un par de agentes recibiéndolos, Amelia hizo caso omiso de sus saludos y se dirigió junto con Parker donde se encontrarían las celdas. No sabía exactamente la razón por la que había ido, solo no quería recordar aquellas palabras que Tony le había dejado claro. James no volvería a caminar y ella cargaría la culpa.
Todos estaban situados en la primera planta de las celdas, donde la seguridad no era tan extrema como en las de los pisos superiores o inferiores a esta. Tomó la tarjeta de seguridad y le dio la orden a los guardias que se encontraban custodiando que los deje solos.
—Veo que Stark es bueno lavando cerebros —escuchó en cuanto entró— el futurista, el que decide todo por ti te guste o no.
—Cierra la boca Barton —contestó de manera dura— ponte a pensar en tus hijos y esposa antes de meterte en problemas, no tenía idea de que los pondrían aquí.
—¿Quién es él? —apuntó con la cabeza a Peter.
—Un amigo —contestó.
—¿A qué han venido?
—Necesito respuestas —dijo— Rogers me habló acerca de Zemo y me habló de Siberia.
—No se de qué diablos me estás hablando.
—Sam— se dirigió hacia él— tu sabes lo que ese hombre hizo y sabe cómo penetrar mi escudo, si lo que Steve dijo es cierto, estamos en problemas.
—¿Qué deberíamos hacer? —habló Peter por primera vez.
Amelia oprimió un botón en su reloj de mano e hizo parpadear un par de veces las luces de las celdas.
—Están escuchándonos en este momento, solo tenemos un par de minutos.
—¿Te estás revelando, Stark?
Amelia rodó los ojos en fastidio.
—¿Dónde está Wanda? —preguntó confundida.
—La llevaron varios pisos más arriba —habló Clint— no tengo idea de por qué.
—Ella al tener poderes necesita de mayor seguridad —suspiró— escuchen no podré liberarlos ahora, pero vendré por ustedes si algo se complica.
—Así que este lugar es un juguete tuyo y de tu padre.
—Ross se adueñó de todo esto, está prisión no es para ustedes. No tengo poder aquí.
—¿A dónde iremos? —preguntó Peter— necesitamos un plan.
—Tu te quedarás aquí —frunció las cejas— necesito que estés aquí.
Peter la miró a los ojos y sabía que tenía un plan así que lo único que pudo hacer fue asentir con la cabeza. Amelia caminó hacia la puerta y antes de salir giró para hablarles.
—Pase lo que pase, estamos del mismo lado.
Todos se quedaron viendo a la adolescente sin decir una sola palabra y salió del lugar. Estaba a punto de subirse a una nave cuando sintió una mano en su espalda. Estaba lista para luchar y lanzar un golpe a quien sea que esté tras ella, pero este logró atrapar su mano a centímetros de su rostro, solo era Peter.
—Demonios Parker —se apartó— ¿Qué quieres?
En menos de dos segundos la tomó de la cintura y la llevó detrás de unas cajas tapándole la boca con sus manos con la intención de que no hablara más. Amelia le miró confundida y Peter le regresó la mirada apuntando con su cabeza un lugar delante de aquellas cajas. Entonces escuchó la voz de Tony en una conversación con Ross.
—Lo hallaron muerto en el cuarto de un hotel de Berlín, la policía también encontró una peluca y prótesis faciales que simulaban la apariencia de Barnes.
—Ese maldito —susurraron al mismo tiempo los adolescentes escondidos.
Amelia odiaba estar equivocada y aún habiéndolos dejado ir, no confiaba por completo en el soldado del invierno. Al final, el que había hecho que un edificio le cayera encima fue el mismo que pretendió pasarse como un psiquiatra y le había herido. En ese momento esperaba que Steve Rogers no sea tan lento como para no poder impedir que despierte a aquellos soldados que sin duda estarán malhumorados.
Ella sabía que Tony no pensaba quedarse de brazos cruzados y una vez que ambos pasaron del lugar donde estaban, Peter y Amelia salieron de su escondite.
—Debo irme antes de que Tony sepa que estoy aquí —avisó para salir corriendo, pero una vez más Peter le tomó la mano antes de que se aleje.
—¿Qué?
—Yo... —Peter no encontraba palabras y comenzaba a desesperar a la chica, estaba a punto de soltarse de su agarre cuando Peter pronunció las palabras— si no hago esto, voy a arrepentirme después...
No le dio tiempo a Amelia para confundirse y preguntarse la razón de aquellas palabras cuando los labios de Peter se pegaron a los suyos.
Peter había querido hacer aquello desde el primer día en que la vio. Recordó cómo la tenía entre sus brazos al haber tropezado torpemente con él, aunque de torpe no tenía nada. Era una mujer fuerte y decidida, lo había cautivado desde el primer momento. Sabía que después de ello solo podrían haber dos consecuencias: le patearía la cara hasta dejarlo irreconocible o ella también había deseado aquello.
El movimiento de sus labios contra los suyos era una buena señal, aunque confiarse de alguien como Amelia Stark nunca sería buena idea, nunca sabías lo que te esperaba con ella y le encantaba, tanto que como un impulso la tomó de la cintura para acercarla más a su cuerpo y ella acariciaba su cabello con desespero.
Se separaron lentamente, Amelia aún tenía los ojos cerrados y cuando los abrió Peter pudo ver aquella iris azul que tanto le mataba. No iba a mentir, la miraba con algo de miedo y su rostro no mostraba nada. Abrió la boca para hablar un par de veces, pero nada salía de ella.
—Mantén tu comunicador activado —susurró ella mientras se alejaba lentamente y lo miraba a los ojos unos segundos más. Él asintió y ella se alejó.
Estaba a punto de subirse a una nave cuando vio al gato negro aproximarse <<¿Qué rayos..?>> pensó Amelia y aceleró el paso para alcanzarlo. Se quedaron viendo durante varios segundos para decidir quién hablaría primero.
—Se lo de Zemo —habló T'Challa— y no pienso quedarme de brazos cruzados.
—Entonces tendremos que ir juntos, porque yo tampoco.
Se quedaron viendo amenazantes por varios segundos más, T'Challa aún no olvidaba la traición que la joven Stark había cometido, pero lo había hecho por una razón y era por la cual estaban viviendo. Solo asintió con la cabeza dando señal de que se suba a la nave con él y despegaron dejando atrás la prision de máxima seguridad.
Amelia se quedó pensando durante el viaje y aún no procesaba completamente lo que acababa de pasar con Peter, ella quería hacerlo, pero no se lo esperaba y le había dejado sin palabras. Y vaya que lo disfrutó, entonces pensó que no se lo había dejado en claro. Se lo aclararía cuando volviera, porque expresar sus emociones y sentimientos no eran su punto más fuerte.
Fue un viaje silencioso y en menos de una hora la nieve comenzaba a apreciarse y sabía que habían llegado al lugar. No sabían lo que esperaban ahí dentro.
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Quiero que sepan, la historia casi llega a su fin.
No hay más que un par de capítulos para terminar esto. Gracias a todas las personas que han llegado hasta aquí y que continuarán en el corto camino que nos queda.
All the love xx💜