11. Pasado

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|Past|

Ninguno de los dos habló en todo el viaje, cuatro horas de sumo silencio cada quien con sus pensamientos. Mientras Amelia se culpaba a si misma, Tony lo hacía consigo mismo pues no pudo proteger a la única mujer que había amado en su vida.

Cuando llegaron a la gran casa enmedio del océano simplemente entraron y seguían en silencio absoluto.

—Creí que habían destruido esta casa hace un tiempo.

—Hace unos meses la mandé a reconstruir —su voz sonaba diferente, distante— está exactamente igual, con algunas mejoras.

Ambos se quedaron observando varios minutos desde el mismo lugar toda la sala de estar perdidos en sus pensamientos y ella con los ojos hinchados.

—No podemos hacer esto solos, Tony —susurró.

-Lo sé. Mañana, tengo que llevarte a un lugar.

Ella no pudo hacer nada más que asentir y gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas una vez más.

[···]

Amelia despertó con los ojos hinchados después de llorar hasta quedarse dormida, era increíble el como se había vuelto tan sensible después de unos meses. Un tiempo atrás seguro todo le pasaría por alto y no habría derramado una sola lágrima por nada ni nadie, ni siquiera al recordar a sus padres muertos.

Eran cerca de las cuatro de la mañana, salió de su habitación y caminó por el pasillo de las habitaciones del segundo piso para bajar por un vaso de agua, pero a medio camino escuchó unos extraños ruidos provenientes de la habitación principal.

Él había querido mostrarse fuerte, pero ya no podía aguantar un segundo más. Esa misma noche destapó una de las costosas botellas que tenía en su almacén y se la acabó toda.

Amelia temía por él, tenía miedo de que haya recaído en lo mismo pues Pepper le había contado acerca del problema con el alcohol que Tony tuvo un tiempo atrás.

Entró a la habitación y lo encontró al lado de la cama con la cobija revuelta entre sus piernas, sollozando. Nunca había visto a Tony llorar y verlo en ese estado devastador era suficiente para que nuevas lágrimas salieran por sus azules ojos.

—¿Tony? —susurró

Él alzó lentamente la mirada y sus ojos castaños observaron los de Amelia, llenos de melancolía demostraba la debilidad y sufrimiento por el que estaba pasando.

Intentó levantarse con la botella aún en la mano, pero en una de esas perdió el equilibrio y cayó de bruces al piso causando un gran estruendo y derramando gran parte del líquido.

Ella corrió a su ayuda y con una fuerza sobrehumana le ayudó a levantarse y acostarlo en la cama. Dejó la botella al extremo contrario para que no pudiera volver a alcanzarla.

—Ven —dijo él dando torpes golpecitos a su lado de la cama.

Amelia se acostó a su lado aún con lágrimas en los ojos y apoyó su cabeza en su pecho mientras él la rodeaba con sus brazos acariciándole el hombro tiernamente.

—Iremos por ella y la traeremos de vuelta a casa —dijo él y Amelia cerró los ojos mientras se acomodaba en sus brazos— lo prometo

Le dio un pequeño beso en la cabeza antes de volver al sumo silencio donde se reconfortaban mutuamente.

[···]

La Nueva Vengadora: AmeliaWhere stories live. Discover now