23. Debilidades y desacuerdos

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|Debilidades y desacuerdos|

—¿Tú crees que yo tenga una kryptonita?

Habíamos llegado al cuartel general de las Naciones Unidas y bajamos con una escolta detrás de cada uno de nosotros para evitar cualquier imprevisto. Se habían llevado al soldado Barnes a las salas de interrogatorio con una máxima seguridad en cada ángulo del edificio.

—¿Kryptonita? ¿Cómo Superman? —preguntó Rhodey mientras caminábamos en los pasillos para llegar con Tony

—Exacto —asentí— todo héroe tiene una debilidad, ¿no? Es imposible que alguien con tanto poder no pueda ser derrotado

—Deberías dejar de leer cómics, es solo fantasía.

-¿Dónde vives? ¿En una cueva? —él me miró confuso— ¿Acaso has visto las personas que te rodean aquí? Eso solía ser fantasía

—Bueno, tienes razón —se paró a pensarlo— pero sinceramente dudo que algo pueda atravesar ese loco escudo que tienes.

Me encogí de hombros, uno nunca sabe. Steve y Sam iban delante de nosotros más callados de lo normal, especialmente por Sam quien volteó a verme de forma extraña como si fuera lo más loco que había escuchado jamás, sin embargo, no dijo una palabra.

—Tienes suerte de que les daré una oficina y no una celda —dijo el que nos dirigía— hagan el favor de quedarse ahí.

—Créame, no planeo moverme —dimos una vuelta a la izquierda y Natasha se unió a nosotros.

—Para que quede claro, a esto le llamo complicar las cosas —dijo sarcástica

—Está vivo —respondió Rogers en un tono impulsivo como si su deber estuviera hecho. Me limité a rodar los ojos una vez más.

Entramos donde la mayoría del personal que monitorea todo el asunto de la interrogación se encontraba. Entre ellos estaba Tony, quien hablaba por teléfono y me saludó con un gesto alzando las cejas en forma de fastidio.

—No, Rumanía no firmó los acuerdos —no disfrutaba la llamada— el general Rhodes se encarga de la limpieza

Le hizo un gesto a James para hacerle entender que tendría que estar ahí y este salió enseguida.

—¿Consecuencias? —continuó Tony— Claro que habrá consecuencias... Obviamente puede citar lo que acabo de decir, gracias señor...

Y colgó.

—¿Consecuencias? -alzó las cejas el capitán

—El secretario quiere juzgarlos a ambos —señaló a Rogers y Sam— tuve que darle algo

—Imagino que no van a devolverme el escudo

—¿ah? —Steve rodó los ojos

—Técnicamente le pertenece al estado —dijo Natasha con una sonrisa divertida entendiendo lo que quise decir

—Oh y las alas también —dije burlonamente mientras veía a Sam de reojo y me fui dando saltitos adelantándome a ellos

—¡Eso es malvado! —gritó

—Disfruto cada segundo Falcon.

—Ella me va a devolver cada que pueda el haberla tirado de la moto —escuché que le susurró al capitán

Y rezaba el que Tony no haya escuchado nada acerca de esa moto, porque ni el escudo podría salvarme de un Tony Stark enfurecido por romper uno de sus juguetes.

La Nueva Vengadora: AmeliaWhere stories live. Discover now