Connected hearts

Por CarolOr19

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"No importa donde estés, ni con quien estés nosotros siempre terminaremos encontrándonos porque nuestros cora... Más

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33 EPÍLOGO
¿¡CONNECTED HEARTS 2!?
Vamos a ver...

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Por CarolOr19

¿Cómo es posible que no pueda hacerlo? no es tan difícil. Pero claro, la cobardía esta primero, cuando podré ser más osada y hacer todas las objetivos que debería de hacer. Mire la cuerda, y solo escucha los gritos del entrenador indicando que comenzara de una vez. Pero me daba desconfianza las alturas, o al menos esta. No quería caerme o la palmaria. Me podría fracturar algún hueso y eso tampoco es bueno. ¿Que dejaría si lo hago?, mis padres, mi hermano, mi gato, mi pieza, mi mejor amigo, mi novio —imaginario—.

¡Deja de ser tan exagerada y hazlo ya!

Lo sé, lo sé. Pero no quiero caerme, de verdad me da miedo.

— Señorita Pons, ¡Hágalo ahora!.

Hice una mueca. No podía evadir esto, además es para una nota. Respire hondo y lo expulse. Tome con mis manos la soga y comencé a subirla, no llevaba mucho y ya las manos me dolían demasiado. Seguí trepando la cuerda mientras miraba hacia arriba, no quería mirar hacia abajo o posiblemente me lograría marear. Ya llevaba al menos un poco más que la mitad.

— ¡Vamos Elí tu puedes! —me grita Jasón. Supongo que eso realmente me ayudaría a proseguir. Continué subiendo aunque las manos me dolían y temía no poder seguirme sosteniendo. En ese momento fue cuando cometí el mayor error, eche un vistazo hacia abajo y solté un leve gemido de miedo. Mi cuerpo tembló y me zarandeó en la cuerda.

— ¡Tenga cuidado señorita Pons! —me grita el entrenador. Mis manos se resbalaron en la cuerda y caí.

— ¡Elí! —grita Jasón. Caí de espaldas al suelo, y mi cabeza chocó contra él. Me quejó. Sabía que algo así pasaría. Todos se me acercan, Jasón y el entrenador se agacharon.

Agradece que no estás muerta.

Lo estaría por poco, me incorporé y me senté. Me tome la cabeza, me dolía la parte trasera.

— Joder.

— ¡No diga insolencias! —me regaña el entrenador y se agacha hacia mí. ¿Enserio me va a retar por eso ahora? No creo que sea el mejor momento.

— ¿Estás bien? —me pregunta Jasón y me aprieta las mejillas. Yo quito sus manos de un manotazo. Y él me sonríe—, eso dice que sí.

— Llévala a la enfermería, debe de descansar. —le dice el profesor a Jasón. Él asiente. Pero me levanto enseguida.

— No es necesario estoy bien —comienzo a caminar pero tropiezo con mi pie y caigo nuevamente. Odio mi torpeza, lo peor de todo es que todos estaban riéndose de mí. Como me hubiera gustado que alguien me hubiera alcanzado a recoger. Mi nariz se golpeó contra el suelo y de inmediato sentí como un líquido caía por mi nariz, sangre.

— ¡Elí! —escucho el grito de Jasón, pero sentí aquel grito muy lejano.

° ° °

Abrí mis ojos y enseguida mire donde me encontraba, enfermería.

Hice una mueca, miré a mi lado derecho y él me miraba con una de sus cejas levantadas.

— ¿Cuando dejaras de ser tan torpe? Cuántas veces has venido aquí ¿20? En el año. —Bufo. Taylor Cox. Un chico para nada agradable, o al menos no cuando se entromete en mis cosas y comienza a molestarme. ¡Agh! Él se la pasa en la enfermería, es como su hogar. Ya que prefiere no estar en clases y se hace el enfermo para quedarse aquí.

— Y qué hay de ti.

— Tú sabes que soy un caso especial, este es mi hogar.

— Chis.

Él solo sonríe ante mi expresión. Apoye mi cabeza en el respaldo de la cama y cerré los ojos. Pero no dure mucho así ya que unos gritos que mencionan mi nombre se hicieron presentes en el lugar.

— ¡Elí, Elí ¿Donde éstas? —le escucho llamándome. Supongo que debe de estar buscándome en todas las camillas.

— Y ahí viene Romeo —dice Taylor y ríe. ¿Por qué tiene un afán por reírse de la gente y ponerle apodos? Luego Jasón apareció y se me acercó, comenzó a tocar mi frente y mis mejillas.

— ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quie...

Quite sus manos enseguida, y lo mire frustrada.

— ¡Estoy bien no seas exagerado! —le digo— solo fue una caída —me retracte— dos caídas.

Él toma una silla y se sienta a mi lado. Tomo mi mano izquierda con sus dos manos de él.

— Enserio, deberías dejar de ser tan torpe y sonsa —dice Taylor, Jasón mira al chico y lo ahorca con la mirada.

— ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué crees que puedes hablarle así?! —le dice Jasón alterado, se levanta y aprieta su puño enseñándole a él— ¡Quieres que te golpee!.

Taylor se levanta de su puesto y le dice.

— ¡Golpéame entonces!.

— ¡Eh! ¡Ya basta ustedes dos! —les grito, tomó el brazo de Jasón y lo obligó a sentarse— tú te quedas ahí tranquilo. —mire a Taylor— y tú vuelve a acostarte, ¿No estabas enfermo?.

— Chis —rechista y se vuelve a acostar, corre la cortina que estaba a nuestro lado para que así no podamos verlo. Sin embargo, podíamos escucharlo como maldecía en murmullos.

Suspire. ¿Por qué algunos hombres son tan estresantes?.

Mire nuevamente a Jasón y él me miraba con su peculiar sonrisa.

— ¿Qué?.

— Nada, es solo que te ves tan tierna enojada. Y eso que te enojas muy a menudo —me dice él sonriente. Y luego aprieta mis mejillas yo las apartó de un manotazo. Él solo hace una mueca después. Volví a cerrar los ojos para intentar descansar un poco. Pero Jasón comenzó a hablarme de diversas cosas sin dejarme descansar, ¿Por qué tengo un amigo tan molesto? Enseguida con mi mano izquierda le di un golpe en la cabeza para que se callara, él se queja y solo le digo que se calle para que me deje descansar.

— Pero es que me aburro —se queja, abro los ojos y le miro molesta.

— Vete entonces, me caí dos veces y me desmaye. Lo único que quiero es poder descansar —le dije enojada. Él bufa, se levanta y se va. Al fin podía dormir, le quería mucho a Jasón pero me hacía molestar con facilidad. Él ya estaba acostumbrado a que lo trate de esta forma, pero él de todos modos sabe que le quiero. Cerré mis ojos y me puse a intentar dormir. Horas después al despertarme me levanté y me fui de la enfermería, ya que me sentía mucho mejor. Eran las tres de la tarde y todos ya se habían ido a casa, hoy salíamos más temprano. Y yo me había quedado a dormir todo estas horas aquí. Quizás después hasta me cueste dormir en la noche.

En cuanto llegue a casa me dirigí a mi cuarto, tome mi ordenador y lo encendí. Al entrar en mis redes sociales tenía un mensaje de Jasón en facebook.

"¿Dónde estás? ¿Llegaste a casa? ¿Te sientes mejor?" enviado a las 2:20 PM.

"Ya llegue a casa, y sí me siento mucho mejor" enviado a las 3:40 PM.

Busque en Netflix alguna película y me decidí por chicas malas. Esa me encanta. Luego me apareció una pequeña notificación en el lado derecho inferior de la pantalla. Avisando que tenía un mensaje de Jasón.

"Qué bueno, ahora me siento más aliviado😧. Creo q' deberías intentar tener menos accidentes porque no estaré siempre para ayudarte😟" enviado a las 3:44 PM

"No evitaste mis caídas😬, aunque si lo hubieras intentado tampoco podrías haberlo hecho. Y lo sé, solo que soy demasiado torpe😕"enviado a las 3:45PM

"No puedo negar eso, lo eres. Pero quizás puedes cambiar eso😐"enviado a las 3:45PM

"Ojalá😤" enviado a las 3:46 PM

Después cerré la sesión y comencé a ver la película. Sentí el sonido de mi celular, un mensaje. Rechiste y tome mi teléfono.

"¿Por qué te desconectas y me dejas hablando solo?😢😠"

"Porqué estoy viendo una película ¡No molestes! 😝"

"Puedo ir a tu casa y lo vemos juntos😍😶"

"No😝, adiós Jasón"

Y después de eso desconecte el internet de mi celular y continúe mirando la película. Con Jasón somos mejores amigos desde que teníamos 6 años, nos conocimos por parte de nuestras madres ya que ellas eran muy amigas y digo eran porque la madre de Jasón falleció hace unos cuatro años por cáncer mamario. Él le afectó mucho la muerte de su madre pero siempre estuve allí para él, además que también todavía tiene a su padre y a su hermano. Al final pudo superarlo y ahora solo es un recuerdo. No sé qué se siente perder a uno de tus padres, pero la verdad es que no me gustaría averiguarlo ya me había quedado bastante mal con la muerte de la mamá de Jasón y verlo en aquel estado fue lo peor. Realmente me dio mucha pena, pero él me decía que tarde o temprano tendría que dejar de dolerle aquello, y lo hizo. Claro que de vez en cuando debe de recordar a su madre y quizas llorara, pero ya no es tan fuerte como antes. Mientras que yo vivía con mis padres y mi hermano, que era dos años menor que yo. Él tiene Quince años, este año cumplirá sus Dieciséis años mientras que yo los Dieciocho, saldré de la escuela este año y la verdad es que estaba algo asustada porque no sabía aún que quería estudiar, y vaya que realmente no me queda nada, apenas me quedan unos siete meses más para terminar este año escolar. No sé qué es lo que me gusta hacer o más bien que es lo que quiero hacer toda mi vida. Siempre he sido demasiado torpe además de despreocupada, por lo que jamás me puse a pensar detenidamente en lo que me gustaría hacer en un futuro, ni siquiera cuando era chica me ponía a pensar en esas cosas, cosas como "Quiero ser una princesa, un hada, doctora, etc." ni en eso pensé, y ahora no sé si en estos siete meses lograre averiguarlo. Pero si quiera sé si lo que vaya a elegir sea bueno o más bien sea lo que quiero hacer para toda la vida, bueno hasta que me muera. Soy demasiado buena para cometer errores, y no me gustaría que mi carrera sea una de ellas. Bueno, si es que llegase a elegir algo. Mis padres lo que más quieren es que vaya a la universidad, no me obligan a estudiar algo en específico en realidad solo quieren que vaya a la Universidad y que estudie lo que realmente quiero hacer, con mi familia somos bastante unidos, siempre nos han demostrado cuánto amor nos tienen a mí y a Carter. Ese pequeño, al menos es más inteligente y menos torpe que yo, la verdad es que la torpeza lo tengo desde que era pequeña, siempre me caía y de las peores formas, a veces era tan fuerte las caídas que debían llevarme al hospital, en una ocasión mi madre me contó que cuando fue mi cumpleaños de los ocho años me caí en el patio y me fracture la pierna además de que me hice un fuerte raspón en la rodilla del pie derecho, tanto que me salió un poco de cuero. Cuando me vieron en aquel estado por supuesto me enviaron al hospital enseguida. No puedo creer lo torpe que siempre he sido, me encantaría cambiar aquello pero no sé cómo hacerlo, lo vengo intentando de hace mucho tiempo pero nada parece funcionar. Parece como si fuera un imán para la mala suerte. Yo y la mala suerte nos atraemos al parecer. Es divertido si quiera pensarlo, ni siquiera puedo nombrar todas mis torpezas y errores que he cometido en mis diecisiete años porque vaya que es una larga lista. Pero, Jasón al menos siempre ha estado allí para poder darme fuerzas a levantarme y seguir adelante a pesar de todas las caídas, por eso y por más le quiero muchísimo y no sé qué sería yo sin él, a pesar de que detesto a las personas que suelen hacerse las chistosas con todo el mundo para intentar simpatizar les y también que sean demasiado coquetos, le quiero mucho y me encanta estar junto a él. Por qué sí, él es exactamente así, un Casanova y demasiado alegre, que sabe cómo sacarte una sonrisa y ayudarte a levantarte cuando crees que no puedes más. Aquel chico que daría todo por sacarte una sonrisa y que jamás haría algo para lastimarte. Así ha sido conmigo todos estos años, y por supuesto que yo también siempre he estado para él cuando me ha necesitado. Me molestan muchas cosas de él, pero también hay muchas cosas de él que quiero conservar conmigo. Y él lo sabe, sabe que son las cosas que me molestan de él y cuales aprecio más. Y las que me molestan hace que me molesten más, por el simple hecho de que le gusta molestarme. Pero en el fondo adoro que lo haga, hace que tenga mucha más diversión en mi vida. No puedo siquiera pensar en qué sucedería si nuestra amistad se acabara, no podría soportarlo, él para mí es como algo que más que mi mejor amigo y realmente no podría estar sin él.

Y sé, que él siente lo mismo. Y eso me pone mejor cada día.

La película finalizó y ni siquiera la vi. Estaba demasiada sumida en mis pensamientos y recuerdos del pasado. Ya eran las cinco con veinte minutos, supongo que debería de bajar a tomar once, y así hice. Salí de mi cuarto y me dirigí hacia la cocina, allí estaba Andrea la sirvienta de la casa, tenía unos treinta y seis años, es muy joven, pero también es una mujer muy simpática, es viuda y tiene una niña de cuatro años. Adoro a su hija, a veces la trae a casa porque nadie puede cuidarla, ya que ella es madre soltera y solo tiene a su hermana mayor, pero a veces su hermana no está disponible así que mis padres le permiten traer a la pequeña Bella a casa. Ella es rubia de ojos verdosos como su madre, pero su piel es un poco más morena que Andrea, por lo que supongo saco el color de piel de su padre.

Andrea al verme entrar me sonríe y me pregunta si quiero desayunar yo por supuesto le contestó que sí. Ella comienza a servirme mi comida y sentimos unos pasos, nos giramos y era Carter que entraba a la cocina, despegó sus ojos de la pantalla de su celular y nos miró a las dos.

— Y Sírvame a mí también —dice él, luego se sienta a mi lado en la barra y vuelve a poner la vista en su teléfono celular mientras tecleaba algo con mucha rapidez, Wau, ni yo podía hacer eso. Le miro por bastante rato hasta que él dirigió su mirada hacia mí, levantó una de sus cejas y pregunta— ¿Qué me miras tanto?.

— Vas a tener una agradable cena con tu hermana y ni cuenta le tomas, ¡Estas completamente enviciado con esa cosa! —le digo, él me mira enojado y me dice.

— No seas exagerada, Tu segundo nombre debería de ser exagerada.

— No soy exagerada, tan solo mírate.

— Chis —rechista y simplemente me ignora. Andrea nos terminara de servir y los dos comenzamos a comer, eran fideos con carne. Me encanta la comida de Andrea, es muy deliciosa. Mi madre no cocina, no porque no tenga tiempo, más bien es porque no sabe cocinar, no sabe bien su comida. Cosa que nos parece bastante chistoso cuando nos quiere intentar preparar algo pero sabe mal. Mi padre también se divierte con eso. Todos lo hacemos. Comencé a comer mis fideos y simplemente me quedé vagando en mis pensamientos mientras comía. No sabía que conversar con Carter, antes éramos tan unidos y ahora a penas y nos saludamos por las mañanas, al crecer se ha alejado de mí. Y la verdad es que extraño aquellos momentos juntos, ahora simplemente está metido en su mundo, sonriendo a la pantalla de su celular, y se me ocurrió algo.

— ¿Por qué le sonríes tanto a la pantalla? ¿Estás hablando con alguna chica? —le dije molestando, él me miró.

— ¿Qué? ¡No! —dice él notoriamente nervioso, yo río.

— ¿Y por qué te ruborizas entonces? —le digo. Él hace una mueca, toma su plato y se marcha— Creo que no fue una buena táctica. Ahora tendré que comer sola, Chis. Maleducado.

Continuó comiendo y en cuanto termino de lavar los platos, después voy a mi cuarto. Eran las ocho de la noche, supongo que lo mejor era que me fuera a dormir, normalmente me acuesto temprano para que no despierte con tanto sueño por la mañana pero de todas formas algunas mañanas despierto con tanto sueño que no quiero ni ir a la escuela, pero simplemente no me puedo dar ese lujo. Mucho menos ahora.

Al día siguiente me desperté temprano, sin la necesidad de usar mi alarma. Me cambié y luego me dirigí a mi escuela junto con Carter. Nos llevaba nuestro chófer personal. Es un hombre bastante agradable, aunque también es bastante respetuoso.

— Señorita Elizabeth, su padre desea verla después de clases en su oficina. ¿Desea que la venga a buscar?.

— Si por favor Tomás, ¿Sabe porque quiere verme?.

— No señorita, solo me ha dicho que le avisara.

Asiento, y le digo gracias. Al llegar a la escuela nos bajamos junto con Carter y él se desapareció de mi lado enseguida. Todos en la escuela sabían que éramos hermanos pero él no tenía ningún tipo de cercanía conmigo allí, ni siquiera en casa. Ya no hacemos cosas juntos. Sentí unos brazos envolverse en mi cuerpo y deteniendo mis pasos.

— Hola —dice él alargando las últimas letras, besa mi mejilla se me separa y comenzamos a caminar juntos— ¿Cómo estás?.

— Bien, ¿Y eso que llegas temprano a la escuela? —él se encoge de hombros.

— Quiero hacer un cambio en mi vida —dice él— Hola linda —saluda a una chica que paso y le guiño el ojo. Ella y sus amigas suspiraron. Aquí Jasón era como él popular y todas lo amaban. O al menos casi todas.

— ¿Cuando vas a dejar de ser tan coqueto? —le digo y le golpeó la cabeza.

— ¡Oye! —se queja. Y luego suspira— no es que sea coqueto, simplemente soy sincero. Me gusta decirle lo lindo que les encuentro a la gente.

— Mejor dicho a las chicas.

— Sí.

Me pregunto quien será la que llegue a enamorar a Jasón, cuando eso pase quiero ver como será para él. Jasón jamás se había enamorado, por lo que no sé cómo será él de fiel a quien ame. Después de todo es mujeriego.

Luego sentí un fuerte empujón en mi hombro y me hizo caer al suelo, choque mi cara contra el suelo.

— Ah —me quejo. Levante mi cabeza y vi a un chico correr, aquel chico me boto al suelo y ni siquiera se detuvo a ayudarme.

— ¡Eh! ¡Imbécil! —grita Jasón molesto. Luego siento las manos de él en mi brazo y me ayuda a levantarme, coloco mi mano en mi nariz. Me dolía. Lo único que vi fue su cabello rubio y corto, además de que era alto. Y traía el uniforme escolar, pero no le vi el rostro. Así que no podré saber quien fue para alegarle no a verse siquiera disculpado conmigo.

— ¡Aich! Imbécil. —dije, hice una mueca— me duele.

— ¿Quieres que vayamos a la enfermería?.

— ¡No! Estoy bien. Vamos a clases.

Espero saber quién fue él que me botó, porque lo cobrara caro. Me duele.

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